021
Bryan se hizo a una lado y suspiro exhausto.- Eso fue increible! - Dijo emocionado.
- Si. - Dije acomodando mi cabeza en su pecho. - Hay que repetirlo otro día. - Bryan río ante mi tentadora respuesta, pero luego a lo lejos se escucho como llegaban mis padres en el auto, ambos nos observamos, él se levanto de golpe y se empezó a vestir
- ¿Pasaras mañana por mi?- Me sente en la cama, cubriendo mi cuerpo con la sábana.
- Haré lo posible -se termino de abrochar la hebilla y se arrodillo ante mi- ¿Le dirás algo a mi hermano? - Dijo tenso.
- Lo tome del cuello y bese sus hinchados labios, al separarnos ambos sonrimos- ¿Eso responde a tu pregunta?.
- Mmm.. -Dijo indeciso. - No lo sé, quizás otro beso termina de convencerme -picaro, tomo mi cara con ambas manos y beso mis labios con pasión, ternura y delicadeza- Ya me tengo que ir, hermosa - Se levanto y se marcho.
Alison
A
maneció, me levante con cuidado, sentia que mi cuerpo se caería en pedazos en cualquier momento, pero realmente el dolor casi ni lo sentía, estaba tan feliz, tan emocionada, me preguntaba una y otra vez si lo de anoche habia sido un sueño, pero al ver las sabanas me di cuenta que todo habia sido completamente real. Me bañe, me puse una polera negra, unos leggins color vino y mis vans negras y baje por mi desayuno.
- Buenos dias cariño, ¿Cómo amaneciste? - Dijo mi madre sirviendome un poco de café.
- Sonrei. - Se podria decir que bien, muy bien.
- Veo que alguien esta enamorada.
- No. Claro que no - ambas reímos.
- Mi padre sento a la mesa- ¿Quién es el afortunado? - me atragante con el café, obligandome a toser un par de veces. - ¿Qué pasa? ¿No me dirás el nombre del chico? -dijo curioso.
- Papá, no es nadie
- Cariño por favor, tu sonrisa te delata.
- No se de que hablas, enserio - dije tratando de parecer seria, pero fue un intento fallido.
Antes de que mi padre soltara una palabra el timbre sonó.
Bryan
Entre a casa después de que mi empática cuñada me abriera la puerta, tenía unas ganas inmensas de ver a Ali, así que me dirigí lo mas rápido que pude a la cocina, el lugar donde ella se encontraba en estos momentos, y ahí estaba ella, hermosa, radiante y perfecta. Cuando sus ojos hicieron un suave contacto con los míos sentí algo extraño, sentir paz, algo que no he tenido hace bastante, ya no la podía observar como una niña, ante mis ojos ella ya era toda una mujer; perdió su inocencia conmigo, eso la hacía mucho más especial.
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