#062 𝐅𝐀𝐊𝐄 𝐅𝐑𝐈𝐄𝐍𝐃𝐒
☾︎⸙͎.' yun hong min ☁︎☽︎
062 ☠︎︎ 𝙙𝙖𝙣𝙜𝙚𝙧.
La madre de Mingi le paga a sus compañeros para que salgan con él.
Yunho y Hongjoong estaban sentados en la mesa de una cafetería cercana a su colegio, habían pedido unos sándwiches y café para el almuerzo, ya que tenían una hora para comer antes de volver a clases.
―Es una genialidad que hayan abierto este lugar.
Yunho miró a su hyung, con las mejillas llenas de comida. Antes de esta cafetería, no había ningún sitio cercano al colegio, así que se llevaban loncheras desde casa o daban vueltas por la ciudad para pasar el rato. La institución donde estudiaban no era tan grande y no tenía una cafetería donde poder comer.
―¿Qué había antes aquí? ―preguntó Yunho mirando alrededor.
―Era una tienda de ropa, creo ―dijo encogiendose de hombros.
Ambos adolescentes continuaron comiendo cuando una alta mujer se acercó a ellos, algo tímida. Sus ojos pequeños titubearon por un momento y, cuando Hongjoong iba a preguntar si se le ofrecía algo, ella habló primero.
―Hola... Ustedes son de la misma escuela que mi hijo ―murmuró tras observarlos detalladamente, la mujer carraspeó por un momento y se vio muy tímida―. Mmm, quería pedirles un favor.
Yunho tragó toda la comida que tenía en la boca y su mirada confusa pareció poner más nerviosa a la mujer. Hongjoong tenía sus ojos expectantes, curioso.
―¿Qué favor?
―¿Quién es su hijo?
Ambos preguntaron al mismo tiempo, y la dulce mujer soltó una risilla. Jugó nerviosamente con sus llaves antes de volver a hablarles.
―Mingi. ¿Lo conocen? Song Mingi.
Yunho abrió la boca y asintió rápidamente. Hongjoong ladeó su cabeza, un poco malumorado por haber sido interrumpido en su almuerzo.
―Es un chico tímido ―dijo Yunho, sonriendo en grande, recordando perfectamente al chico alto de otra división―. Estamos en distintos salones, pero siempre lo veo en la sala de video juegos que está cerca. ¿Lo está buscando?
La mujer sonrió y negó con la cabeza.
―No... no estoy buscándolo... ―Ella les regaló una risita nerviosa―. Él en realidad.. él no tiene amigos aquí... y el sábado de la otra semana es su cumpleaños... ¿Podrían ser sus amigos... al menos hasta que pase su cumpleaños?
Hongjoong arrugó el entrecejo y negó de inmediato, luciendo incluso molesto por esa petición. No conocía a ningún Mingi y no estaba interesado en hacerlo.
La señora Song, al ver la reticente expresión del chico, volvió a hablar.
―Les pagaré ―dijo rápidamente, aunque sonando contrariada por ello―. Treinta mil won por día. A cada uno...
Hongjoong alzó una ceja, interesado. Yunho abrió la boca.
―¿Sólo treinta?
―¡Hongjoong hyung! ―Yunho no se podía creer que estaban vendiéndose, ¡era inaudito!
―¿Qué? Si puede pagar treinta, entonces puede dar más.
La señora Song desvió la mirada. Ahora no estaba segura si esos chicos eran buenos o no, pero estaba cansada de ver a su hijo deprimido porque no podía hacer amigos y nadie en su escuela se le acercaba. Mingi era un chico tierno, pero a veces era lento y le costaba mucho acercarse a la gente.
―Cincuenta... ―murmuró entonces.
(...)
―Eres horrible, hyung.
Yunho puchereó. Hongjoong se encogió de hombros, restándole importancia.
―Necesito ahorrar...
―¡Búscate un empleo de verdad!
Hongjoong alzó una ceja y Yunho cerró la boca. Yunho no solía contestarle de esa manera a su hyung, pero le era muy inmoral aceptar el dinero de una señora desesperada por la vida social de su inadaptado hijo.
―Ya aceptamos. Nos dio un día de adelanto.
Yunho bufó. Él no había aceptado, pero tampoco quería dejar a Hongjoong solo con ese pobre chico. Además...
―Son como quince días hasta su cumpleaños, si salimos al menos seis o siete veces con él, tendremos más de doscientos dólares. ¡Cada uno!
Hongjoong dio unos saltitos, emocionado.
Yunho mordió su labio inferior. ¿A este punto, cómo le decía que le gustaba mucho Mingi y no quería hacerlo? Yunho mantuvo su enamoramiento en secreto ya que su único amigo, Hongjoong, no estaba enterado de su orientación sexual, y Yunho no estaba muy dispuesto a salir del closet aún. Estaba cómodo ahí dentro.
―Mañana vamos a invitarlo, en la hora del almuerzo.
Yunho sólo cerró los ojos, sabiendo que no podría hacer más. Esperaba que nada malo saliera de eso.
(...)
―¡Hola! ―Hongjoong saludó entusiasta al chico sentado afuera del colegio, en los asientos de concreto de la acera.
Mingi alzó la mirada y sonrió, tímido.
―¿No vas a almorzar? ―preguntó Yunho, llevando sus temblorosas manos a los bolsillos de su uniforme.
Mingi miró su mochila, donde guardaba su comida. Había llevado sólo una manzana. Su madre había estado muy apurada en la mañana y no pudo preparar su almuerzo, por lo que le dio dinero y una manzana.
―No...
Yunho desvió la mirada. Era su primera vez hablando con Mingi desde que lo había visto aquel día en la sala de video juegos, hace ya un par de meses. Mingi era alto, aunque no tanto como él, era realmente lindo y tierno, un Bambi en persona.
Yunho estaba nervioso frente a él.
―¿Quieres comer con nosotros? ―dijo Hongjoong, jugando con sus dedos, luciendo tímido.
Los pequeños ojitos de Mingi se abrieron por la sorpresa y, rojo como un tomatito, asintió.
(...)
―¿Vieron al chico ese de tercero b? ―preguntó un chico en un tono burlón, recibiendo la atención de su grupo―, ¿el que tiene gafas gruesas y los ojos muy pequeños...?
Yunho alzó la cabeza y miró a Jaehyuk, esa descripción correspondía a Mingi. Golpeó suavemente la pierna de Hongjoong para que este prestara atención a la conversación.
―¿Qué pasa con ese rarito? ¿Mangi? ¿Mingi? ―preguntó Hyunjin acomodando su cabello―. Yo oí que tiene mucho dinero.
Jaehyuk asintió a su hermana menor.
―Sí, yo también escuché eso, pero además... un chico de su clase vio que se le cayó un preservativo. ―Jaehyuk rio fuerte, ocasionado que su grupo lo hiciera también―. ¿Quién tendría sexo con él? ―hizo una mueca de asco.
―Una chica igual de fea que él ―respondió Hyunjin.
―O un chico ―refutó Hakmin, viéndose serio en comparación a sus amigos.
Todos se quedaron en silencio y vieron al más alto con horror.
Yunho apretó sus puños y tuvo que aguantarse para no darles un golpe a todos ellos. Hongjoong mantuvo su ceño fruncido, escuchando la conversación del grupo de los gemelos en completo hastío.
Llevaban dos semanas saliendo con Mingi y el chico les caía muy bien, a ninguno le gustaba que hablasen así de él.
―¿Te quieres coger al feito de Mingi? ―Hyunjin se inclinó hacia Hakmin, mirándole desafiante.
Hakmin parpadeó nervioso.
―Lo haría por plata.
Hyunjin rio y golpeó su hombro.
―¿Y tú? ―Hyunjin se giró hacia su hermano y asomó una sonrisa pícara―. ¿Te lo cogerías por un millón de won?
Jaehyuk fingió una arcada y luego rio.
―Le haría lo que sea por plata.
Sus amigos continuaron hablando de diversos temas, dejando el asunto de Mingi a un lado.
Yunho mordió su labio inferior con fuerza, sintiéndose terrible.
―Mañana es el cumpleaños de Mingi... ―Hongjoong habló en tono bajo y lento, su voz se oyó nerviosa y contrariada―. Ya no tendremos que salir con él, ¿verdad?
Yunho no respondió. Aún tenía una duda en su cabeza, ¿con quién usaba Mingi ese preservativo? Él nunca les había dicho que salía con alguien. Su corazón latió fuerte, tortuoso.
Yunho quería confesarse, pero... ¿y si había alguien más?
(...)
Era sábado en la mañana y Mingi les envió un mensaje. Debían estar en su casa a la hora del almuerzo para pasar todo el fin de semana en su gran, gran, casota. Mingi vivía en un barrio residencial, con otros ricos, Yunho y Hongjoong habían ido varias veces allí a pasar el rato.
―¡Amor! ―la señora Song les abrió la puerta y los tres se dirigieron miradas incómodas―. ¡Tus amigos ya llegaron! Buen día, chicos.
Ambos saludaron con una reverencia y la mujer les dejó pasar.
―Ya les transferí el pago de hoy. Es doble. ―La mujer les sonrió nuevamente y se marchó, no sin antes susurrarles―. Hagan que lo pase bien.
La señora Song era una importante médica y directora de un hospital privado, debía irse para asistir una cirugía y estaría todo el día ocupada. Mingi pasó toda la mañana con ella, incluso fueron a desayunar y a jugar video juegos.
Mingi bajó las escaleras corriendo, sonriendo en grande cuando vio al par en la entrada. Ambos lucían un poco decaídos, pero apenas ver al chiquillo, sus sonrisas fueron sinceras.
Yunho jadeó admirando la carita emocionada del menor y se acercó a él rápidamente, atrapándolo en sus brazos para fundirse contra él.
―¡Feliz cumpleaños!
Hongjoong soltó una risita y se acercó también, algo tímido. Como pudo, se hizo lugar entre los cuerpos más altos y los abrazó.
―Pensé que ya no iban a venir... ―Mingi hizo un puchero―. Son más de la una.
Yunho apretó las mejillas de Mingi y le dejó un besito en la nariz que sorprendió a los tres.
Hongjoong fue el primero en decir algo cuando el silencio se alargó de más.
―No teníamos quién nos trajera... ya sabes, tu casa queda lejos...
Las mejillas de Mingi se pintaron de rosa nuevamente y les tomó de sus muñecas, arrastrándolos para subir hasta su habitación. Hongjoong y Yunho se vieron entre ellos con culpa y tristeza, pero aún así, decidieron que ese día sería el día de Mingi.
(...)
La señora Song se vio sorprendida cuando llegó a casa y se encontró a Kim Hongjoong en el sofá, tapado con una manta mientras comía palomitas de maíz. Ya habían pasado dos semanas desde el cumpleaños de su hijo, desde que dejó de pagarles para que salieran con él.
―Hijo... ―llamó ella suavemente.
Hongjoong se sobresaltó y la miró con sorpresa.
―Ay, señora, es muy silenciosa ―exclamó sujetándose el pecho.
―¿Qué... qué haces aquí?
Hongjoong frunció la nariz.
―Soy amigo de Mingi ―dijo como si fuera obvio―. ¿Por qué?
La mujer asintió no muy segura, pero poco a poco una sonrisa se instaló en su cara. Al parecer, su bebé se había ganado la amistad de ese chico.
―Eh... Mingi está arriba con Yunho, fueron a buscar una película, pero se están tardando ―Hongjoong rascó su cuero cabelludo―, voy a ver qué pasa.
Hongjoong se levantó y, dejando el tazón de palomitas a un lado, subió las escaleras hasta la habitación del menor. Yunho y Hongjoong no pudieron sincerarse con el menor ―la sola idea de lastimarlo con la verdad les rompía el corazón―, sólo continuaron juntándose con él aunque no recibieran dinero a cambio. A Hongjoong le gustaba mucho estar con el alto, era lindo y tierno, le causaba una agradable sensación en el pecho.
Hongjoong jamás había dudado tanto de sí mismo hasta que conoció a Mingi, y aunque no fueron las mejores condiciones, se sentía más que correcto, estando junto a él.
Subió las escaleras perezosamente, caminó por el pasillo hasta la habitación del menor y abrió la puerta.
―Se están tardan-
Hongjoong enmudeció.
26032022
Final a libre interpretación ahre se estaban dando duro seguro ajqjajjs
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