#051 𝐁𝐀𝐃𝐋𝐘

☾︎⸙͎.' hong min ☁︎☽︎

051 ☠︎︎ 𝙙𝙖𝙣𝙜𝙚𝙧.
Mingi es un pequeño que tiene una niñera muy mala.

Cuidar a un bebé de tres años y medio no era tarea fácil. Mucho menos si se tenía tanto trabajo y tantas otras responsabilidades. Hongjoong estaba seguro de que tarde o temprano pondría a una persona para que lo hiciese.

Sus padres se habían ocupado de cuidar a Mingi de vez en cuando, pero ahora ambos estaban de viaje en un crucero y Hongjoong no tenía a nadie con quién dejarlo.

Y encontrar a una niñera para un bebé de tres años y medio que medía metro ochenta y tres tampoco fue tarea fácil. Buscó en la Internet hasta que por fin, una agradable señora de unos treinta llegó a su puerta diciendo que quería tomar el trabajo.

Hongjoong no cabía en su estupor.

―Él no te va a dar problemas. ―Hongjoong presentó a Mingi y a la señora Kan, la mujer sonrió con curiosidad―. Usualmente está tranquilo.

Hongjoong se fue a su trabajo después de besar la cabecita de Mingi y se despidió de la señora Kan amablemente. Le había dado una lista de todas y cada una de las cosas que Mingi podía hacer cuando regresaba a sus tres años y las cosas que no, lo que podía o no comer, e incluso lo que podía o no ver en la televisión.

Hongjoong se preocupaba mucho por Mingi, por eso temía dejarlo solo. Cuando iba a trabajar, ni siquiera podía concentrarse pensando si su novio había regresado o no, si se había lastimado o si había salido de la casa.

Luego de una hora y media fuera, Hongjoong llamó a la señora Kan y consultó por su pequeño. Quería dar una vuelta por la casa para comprobar que todo estuviera bien.

―Mingi ssi está dormido.

Esa respuesta fue confusa, porque Mingi no solía dormir una vez que se levantaba, sin embargo, no preguntó el porqué. Ya le haría preguntas a su pequeño acerca del cuidado de la señora Kan.

Hongjoong tomó el coche patrulla y condujo hasta su casa cuando se hizo el medio día. Aunque su turno terminaba a las siete, contaba con permisos especiales.

Ingresó a su hogar y se encontró con Mingi almorzando, comía tranquilamente un poco de arroz con carne en cubitos y sus ojitos todavía estaban adormilados.

―Bebito, ¿cómo estás? ―preguntó Hongjoong sentándose a su lado, Mingi recargó su cabeza en su hombro y cerró los ojos.

―Ha dormido toda la mañana, despertó hace media hora.

La señora Kan puso un plato de comida enfrente de Hongjoong y se retiró a la cocina nuevamente.

(...)

Los días continuaron pasando con aparente tranquilidad, Hongjoong hacía visitas con frecuencia, quedándose unos pocos minutos antes de irse nuevamente.

No fue hasta sus vacaciones, que Hongjoong comenzó a creer que había algo mal. El primer día de descanso, Mingi se acercó a él y dijo que ya no quería que la niñera volviera, y aunque se molestó en un principio, Hongjoong no le dijo nada. Mingi tendría sus razones, además, siempre se veía triste y somnoliento, como si odiara quedarse con ella.

―¿Cariño, qué es esto?

Un hematoma en su muslo derecho hizo que Hongjoong se detuviera y mirara la zona con detenimiento. Había comenzado a vestir a Mingi para salir a comer afuera.

El silencio de Mingi fue largo y angustiante, sus ojos vagaron de su herida hasta la cara preocupada de Hongjoong.

―Me caí... allá. ―Mingi señaló el lavado.

Hongjoong frunció el ceño. No era la primera vez que Mingi se caía en el lavado, pero jamás había tenido un moretón así.

―¿Por qué no me dijiste antes? ―preguntó sobando la zona con delicadeza―. ¿No te duele, corazón?

Mingi asintió y retiró la mano de Hongjoong.

―Un poquito... ―murmuró Mingi arrugando la nariz―. L... La señora Kan se ocupó, no quería que te preocupes más...

Hongjoong sintió un pinchazo en el pecho y negó varias veces con la cabeza. La señora Kan ni siquiera le había mencionado nada acerca de ese accidente.

―Mi amor, siempre voy a estar preocupado por ti. ―Hongjoong besó su cabecita y acarició su cabello peinándole―. La próxima vez que te lastimes, tienes que decirme.

Mingi sonrió y asintió, su pecho agrietado sanaba cuando Hongjoong le decía palabras como esas.

Mingi a veces se culpaba, porque Hongjoong había sido degradado de detective a oficial y patrullaba las calles de Seúl como si fuera un agente de tránsito, cuando ese no era su trabajo. Mingi odiaba tener que depender tanto de él.

(...)

Hongjoong no sabía qué hacer. No tenía con quién dejar a Mingi y en dos días comenzaría su trabajo. No podía llevar a Mingi en su patrulla, era peligroso, tampoco dejarlo en la estación.

Mingi miró los preocupados ojitos de Hongjoong y juntó sus manos, acariciando los cortos dedos del mayor, jugando con sus uñas. Hongjoong alzó la mirada y sonrió, pero esa sonrisa no llegó a sus ojitos.

―¿Qué pasa? ―inquirió Mingi en tono bajo.

Hongjoong negó con la cabeza, sin embargo, miró la carita preciosa de su novio y sonrió nuevamente. Qué angelito más dulce.

―No quiero que te quedes solo...

Mingi abultó los labios y dejó besitos en las manos de Hongjoong.

―Estaré bien... ―Mingi descansó la cabeza sobre la ajena y su suave voz trasmitió algo de paz al preocupado Hongjoong―. Soy tranquilo...

―Lo sé. ¿Pero y si regresas y te da hambre? No tienes permitido encender la cocina... E... Estaré preocupado todo el día, son muchas horas solo.

Mingi suspiró pesadamente y terminó bajando la cabeza a sus pies.

―¿La señora Kan es la única persona disponible?

Hongjoong alzó la mirada de su novio y sobó su mejilla con cariño. Los ojitos de Mingi estaban apagados.

―¿Por qué te cae mal? ―preguntó Hongjoong con genuina curiosidad―. De todas formas, te la pasas durmiendo cuando ella viene.

Mingi tragó saliva y negó con la cabeza.

―No... Es que es gruñona. No me deja hacer nada ―comentó rascando su cabeza―. No puedo tomar mis juguetes, ni ver la tele...

Hongjoong rio bajito. Mingi a veces era un poco caprichoso.

―¿Sólo eso?

Mingi asintió, pero apretó las manos detrás de su espalda.

―Si vas a estar tan preocupado... ―Mingi comenzó a alargar las palabras y al final sonrió un poco, demostrándole a su Hongjoong que todo estaba bien―. Está bien si la llamas, si hago lo que ella dice, no me regaña.

A Hongjoong no le gustó el tono ambiguo de su voz, sin embargo, no tenía de otra.

―Portate bien, ¿sí? Ya falta poco para que mis padres regresen.

Mingi sonrió enormemente y asintió, feliz. Él quería mucho a los Kim y no podía esperar a que regresaran.

(...)

Mingi miró la cara seria de la señora Kan cuando Hongjoong se marchó y sudor frío recorrió su espalda. Ella no se veía muy feliz y Mingi sólo bajó la cabeza.

―Odiabas mi comida. ¿Qué pasó? ―La pregunta de la señora Kan sonó cínica y Mingi suspiró.

―Está rico... ―murmuró obligado.

Si aguntaba lo suficiente hasta que los señores Kim volvieran, todo estaría bien.

La comida que preparaba la señora Kan para él tenía somníferos. Mingi se sentía irritado y se adormecía, se sentía muy ligero cuando la señora Kan le daba de comer, por lo que cuando él dejó de hacerlo... Ella comenzó a golpearlo para que comiera.

Mingi ya no quería que le pegaran, así que comía y luego se ponía cómodo en el sofá o la habitación. Todo fuera porque Hongjoong estuviera bien y no se preocupara por él.

Horas después, cuando Hongjoong llegó, la señora Kan se veía ligeramente sorprendida. Sonrió con nerviosismo y se despidió rápidamente de Hongjoong, sólo diciendo que Mingi dormía en la habitación.

Hongjoong miró con duda la puerta ya cerrada, por donde la señora Kan había prácticamente huido. Sus manos temblaron ligeramente y comenzó a quitarse su uniforme mediante se dirigía a la habitación, arrastrando consigo un ligero sentimiento de temor.

―¿Minggi? ―llamó en tono cantarín, abriendo la puerta y asomando la cabeza.

Mingi estaba sobre la cama con una manta cubriendolo y su pequeño peluche favorito a su lado, un pingüino rosita que le había obsequiado hace ya más de cinco años. Hongjoong se acercó a él y se sentó en la cama, llevó su mano a la frente de Mingi y acarició con cariño.

Eran ya las ocho de la noche y Hongjoong debía despertarlo para cenar. Movió ligeramente su cuerpo, llamándole por sus diversos apodos cariñosos.

―Mangi, Mango ―canturreó Hongjoong, besando su mejilla ante cada mote―, gongju, despierta, bebé. Iremos a cenar afuera...

Mingi no respondió, no se movió un sólo centímetro. Hongjoong apoyó su rostro sobre la nariz de Mingi comprobando su respiración, notándola lenta, pausada.

―¿No quieres comer postre de withered umbrella? ―preguntó arrastrando suavemente las palabras, comenzando a preocuparse de no obtener siquiera una respuesta motora―... Tu restaurante favorito, amor...

La voz de Hongjoong se apagó por completo y sus ojos se humedecieron inmediatamente, inundado por un sentimiento de pavor aplastante. Movió bruscamente al menor por los hombros, queriendo decir su nombre y pudiendo apenas mencionarlo. Como temió, Mingi no respondió.

(...)

Hongjoong apretaba sus manos sobre sus rodillas, sus pantalones ya húmedos por la cantidad desmesurada de lágrimas que cayeron sobre ellos al estar encorvado en la sala de espera del hospital sin noticias de Mingi.

Había informado a sus padres buscando algo de apoyo, buscando que alguien le asegurase que Mingi estaría bien y nada malo ocurriría con él.

Tras un rato, una doctora se acercó a él y Hongjoong sintió que su corazón se detuvo al ver la mirada tan neutral que le era dada.

―Detective Kim.

―D... Doctora S... Son. ―Hongjoong se incorporó limpiando bruscamente sus mejillas y ojos con sus antebrazos.

―Mingi ya... tuvo una sobredosis de pastillas para dormir ―dijo Son Hyunja tras dudar por unos segundos, pues conocía muy bien al detective Kim y por supuesto, a Mingi―, permanecerá en observación, parece ser un intento de suicidio, una especialista...

La doctora fue abruptamente interrumpida por Hongjoong, quien abrió los ojos con sorpresa y comenzó a negar con la cabeza.

―¿Pastillas para dormir? ¿S... Suicidio? ¿De qué está hablando? Eso es imposible. ―Hongjoong negó con la cabeza y se acercó más a la doctora, sin llegar a invadir su espacio personal―. Hyunja... tú sabes que es imposible, Mingi no...

Son Hyunja apretó sus labios entre sí, inquieta.

Hongjoong fue conducido hasta el cuarto de Mingi después de la explicación de la doctora; sentado en la silla junto a la cama, miró la linda carita de su pequeño y suspiró sintiendo nuevamente sus ojos llorosos.

―También hallé moretones en sus piernas... ¿Usted los ha visto? ―La doctora Son había atendido las caídas de Mingi muchas veces, pero esos moretones eran preocupantes―. Parecen patadas con zapatos de punta ―murmuró viendo los zapatos de Hongjoong.

Mingi había estado ingiriendo una enorme cantidad de somníferos por semanas, tantas eran que incluso se le había formado una masa de pastillas en el estómago que no pudieron ser digeridas.

―Él me dijo que se cayó... La señora Kan... ―Hongjoong titubeó y su ceño se frunció inmediatamente tras pensar en la señora Kan―. Oh, carajo. Esa maldita perra.

Hongjoong gruñó con molestia, como un perro rabioso. Se levantó de súbito y vaciló entre irse a buscar a la mujer o quedarse con su Mingi, pero al ver la carita dormida de su pequeño decidió quedarse. Ya lo había abandonado demasiado.

―¿Detective?

Hongjoong tomó su teléfono, marcando el número de su compañero. Debía denunciar lo que esa bruja le había hecho a su pequeño antes de perderle el rastro.

―Hyunja... ¿Él estará bien, verdad? ―Hongjoong inquirió temeroso, mientras esperaba a ser atendido.

Son Hyunja sonrió, dejando ver una mueca esperanzadora. Ella asintió y Hongjoong suspiró profundamente.

(...)

Pasaron dos días hasta que Mingi se despertó. Estaba confundido y asustado cuando miró la habitación y se dio cuenta que no estaba en su casa, sin embargo, pudo ver la cabecita de Hongjoong descansando junto a su mano, dormía profundamente con su cuerpo encorvado y tenso.

Mingi sonrió dulcemente acariciando los cabellos negros, sedosos. Pasó el dedo índice sobre el puente de la nariz ajena, jugueteando con ella.

―Kimi... ―susurró Mingi, con voz ronca y baja.

Hongjoong despertó automáticamente tras oír la dulce, aunque ronca y gangosa, voz de Mingi. Sus ojos grandes se abrieron con sorpresa y se llenaron rápidamente de lágrimas, abrazó a Mingi por los hombros llenando el costado de su rostro de besos.

―Mi gongju. ―Hongjoong suspiró soltando una risita histérica, feliz de verle despierto y escucharle con tanta claridad―. ¿Cómo estás, mi vida? ¿Te sientes bien?

Mingi asintió ante las preguntas de Hongjoong y tomó la mano que acariciaba su mejilla.

―Lo siento, Kimi... No te dije lo que la señora...

Hongjoong calló suavemente al menor poniéndole su índice sobre sus labios. Negó lentamente con la cabeza, sus expresivos ojos demostrando tristeza y amargura en partes iguales.

―Perdóname a mí, lo siento por no cuidarte bien. ―Hongjoong besó el dorso de la mano ajena―. Eres lo mejor que yo..., lo que más amo en mi vida, y me odio por no... Lo siento, Gi.

Mingi hizo una mueca al ver la desesperación en la voz de Hongjoong y golpeó suavemente la frente ajena con dos de sus dedos, riendo bajito tras ver la sorpresa en los grandes ojos negros. Hongjoong ladeó la cabeza, enternecido por la risa, sus facciones se debilitaron.

Hongjoong había logrado detener a Leah Kan y fue interrogada por horas hasta que finalmente confesó lo que hizo, aunque costó bastante hacer que les dijera qué diferentes tipos de droga le había dado a Mingi.

Hongjoong había estado tan enojado, pero ahora que veía la linda carita de su Mingi podía relajarse y respirar con calma.

Pasaron el resto del día acariciándose las manos, diciéndose palabras dulces.

Cuando Hongjoong y Mingi pudieron regresar a casa, ambos estaban cansados y sólo querían irse a dormir. Se bañaron juntos en la tina, jugando con la espuma, haciéndose peinados con jabón y frotándose la espalda. Hongjoong descansó la mejilla en la espalda húmeda de Mingi y cerró los ojos sintiendo los latidos de su corazón, sientiendo tranquilidad al tenerlo entre sus brazos.

De ahora en más, Hongjoong no lo dejaría solo otra vez.

23112021

Son Hyunja nuestra mujer 🛐

me re bloqueé con esto che ;(

pero bu3, estaba releyendo Home (os 45 de Treasure) y pensé... ¿y si hago parte dos? Es un sangi muy extremo 🤔

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top