#049 𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑𝐒
☾︎⸙͎.' hong min☁︎☽︎
049 ☠︎︎ 𝙙𝙖𝙣𝙜𝙚𝙧.
mingi y hongjoong son amantes.
Mingi se dejó besar por los desesperados labios de su novio después de haberse negado con tanta insistencia, Hongjoong le había acorralado en la esquina del estudio luego de encerrarse allí como dos adolescentes calientes.
Mingi removió su cuerpo incómodo sobre la pared de vidrio insonorizado, sosteniéndose de ella para no caer sobre los muslos de Hongjoong y lastimarlo con su peso.
Habían pasado cerca de veinte minutos escondidos en la sala de audio, huyendo de la escandalosa novia de Hongjoong. Hasta que ella se fue, Mingi estuvo metido dentro de una caja con el pene duro y semen deslizándose por sus piernas. Se sentía un criminal, aunque las ganas por ser atrapado eran altas; quería dejar de correr y esconderse.
También quería golpear a Hongjoong en la nariz, pero ese era otro tema.
Mingi no sabía cómo decirle a su productor que debían parar, que no se sentía bien siendo el otro, siendo escondido cada vez que alguien llegaba. Sin embargo, cada vez que intentó decir una sílaba, sus gemidos escaparon involuntariamente de su boca como estaban destinados a ser. Hongjoong lo transformaba en algo que Mingi desconocía.
Hongjoong aprovechó cada suspiro, metiendo su lengua. Recorrió cada rincón de su boca como si nunca lo hubiera hecho, apretó su pequeña cintura entre sus manos, entrometiéndose entre sus piernas con la sutilidad de un pez en el agua.
Mingi se sentía desfallecer entre su cuerpo y la pared, entre su sentido de la razón y su líbido.
Mingi sabía que no podía detenerse, que anhelaba su toque y su necesidad por autocomplacerse podía con su buen juicio. Mordió los gruesos labios, se sujetó de la espalda ajena y se movió sobre su erección con agilidad.
Mingi estaba atrapado en un gran dilema, quería hacerlo tanto como no quería hacerlo.
La desnudes parcial facilitó sus acciones, en un instante Mingi pudo sentir la humedad de la eyaculación ajena, el calor subió por su rostro y escuchó un fuerte jadeo de molestia.
―Me corrí dentro de mi ropa interior ―bufó Hongjoong, bajando sus prendas de un tirón.
Mingi sonrió con malicia, viendo el grueso pene de su "novio no oficial". Tuvo la intención de acercarse y tomarlo entre sus manos, sin embargo, la visión de Hongjoong se dirigió hacia la puerta principal cuando, por reflejo, la vio abrirse, ocasionando que empujara Mingi lejos de la visión de un sunbae.
―Hey, Hongjoong, ¿qué haces ahí? Shuhua te está buscando por todos lados ―exclamó Minhyuk desde la puerta, señalándolo con molestia.
Minhyuk le vio agitado y sudado, sin embargo, no dijo nada.
―Sí, uh ―Hongjoong dudó, nervioso―. Mingi olvidó su teléfono aquí, así que vine por él. ―Hongjoong levantó el teléfono de Mingi olvidado en el suelo y lo enseñó.
Minhyuk titubeó, alzó su dedo pulgar en señal de aprobación y se marchó.
Mingi le vio mentir descaradamente, y sintió una molesta presión en su pecho que hizo picar su nariz. Se levantó del suelo acomodando su ropa lo mejor que pudo, más que molesto por ser lanzado con descuido como si no fuera importante que se lastimara.
Hongjoong imitó sus acciones rápidamente, confundido y alterado por el susto.
Él no podía dejar que se enteraran que chupaba penes cuando su novia no miraba.
Hongjoong ignoró el momento en que Mingi ya se había marchado y sólo notó su soledad cuando, al hablar, hubo silencio. Limpió la sala de audio con cuidado y tomó su teléfono para llamar a su novia.
Hongjoong no era un estúpido. Sabía que si no arreglaba su porquería, terminaría jodiéndolo con su novio y él no quería eso. Podría verse como un idiota, actuar como uno, pero su Mingi era la única existencia en su vida que valía la pena.
―Oppa, por fin ―habló Shuhua, suspirando pesadamente detrás de la línea―. Te estuve buscando por toda la ciudad, necesito hablar contigo. ¿Podrías...
Hongjoong cortó la llamada sin dejarla terminar de hablar, girando los ojos con irritación por su molesta voz.
Yeh Shuhua era escandalosa, pero linda, cumplía todos sus estándares, el único problema era que Song Mingi también lo hacía.
Hongjoong resopló ignorando el resto de las llamadas de Shuhua, no fue hasta que llegó a su casa y la vio sentada en el porche, que sintió algo de pánico. Intentó ignorarla e ingresar a su vivienda, pero fue imposible cuando ella sonrió con auténtica felicidad.
―¡Ahí estás! ―Shuhua se levantó del suelo, acercándose a él dando saltitos infantiles―. Seré directa, Kim Hongjoong, la chica que me gusta finalmente se me declaró. Ya no te necesito ―dijo, palmeando su hombro con pena fingida―. Sé que nuestro rompimiento no te afectará, porque el otro día te escuché cogiendo con Mingi así que eso apaciguó mi culpa. ¡Adiós, Hongjoong!
Shuhua sonrió en grande, marchándose con risillas totalmente infantiles y molestas. Hongjoong frunció el ceño sin comprender por al menos un minuto.
¿Su novia era lesbiana? Hongjoong entró a su casa riéndose por la ironía de la situación. Miró hacia el sofá donde yacía una falda de Shuhua y se permitió analizarla por un momento, recordando que Mingi la había usado mientras se lo cogía en ese mismo sofá.
Mingi era exactamente como Shuhua, en una versión masculina: siempre tan alegres, dando saltos por todas partes, ella era revoltosa, ruidosa, aniñada y súper cariñosa, justo como él.
Hongjoong sólo la escogió porque ella era exactamente como Mingi, pero mujer. Y Hongjoong quería una mujer, porque eso era lo normal; sus padres le matarían si se enterasen de que salía con un hombre y aunque ya no necesitara de ellos, seguían siendo papá y mamá.
No obstante, Hongjoong no se sintió cómodo con ella. Ella no erradicó lo que Hongjoong ya sentía por Mingi, ni de cerca.
Con pesadez, Hongjoong se dirigió a su habitación, subiendo los escalones con la pereza de un animal, sin siquiera recordar que estaba sucio y necesitaba una ducha.
Su cama aún estaba desordenada debido al acostón con Mingi, y sus sábanas debían oler a él, a su esencia.
Todo en su casa apestaba a Mingi, por lo que Hongjoong entendía cómo Shuhua se había podido enterar. Debía ser demasiado despistada si no se daba cuenta, así como él lo fue con su asunto. Jamás habría imaginado que a Shuhua le gustase otra mujer... Como dicen, las mujeres lo hacen mejor.
Hongjoong se lanzó sobre la cama, enterrando la cara en las sábanas, embriagado por el aroma floral de su artista. Sus manos aún quemaban por el toque en la piel canela. Rápidamente, Hongjoong sintió su pene erguirse contra sus boxers, húmedos por la corrida anterior mientras rememoraba lo que había sucedido esa mañana.
Su primera acción lúcida fue tomar su teléfono y marcar el número de Mingi, siendo enviado al buzón de voz varias veces. Sin embargo, no se rindió, debía arreglar las cosas de una buena vez.
Con una mano en sus pantalones y otra en su teléfono, escuchó la voz de Mingi del otro lado de la línea.
―Hey, lindo ―dijo Hongjoong con felicidad―. Ya corté con Shuhua, ¿quieres venir a mi casa?
Mingi se quedó en silencio, y Hongjoong pudo jurar haber oído un suspiro pesado.
―¿Así que tú cortaste con Shuhua? ¿Qué te hizo tomar esa decisión? ―preguntó Mingi con curiosidad, Hongjoong le oyó caminar.
―Me di cuenta de que el único novio que quiero tener eres tú ―dijo el productor con elocuencia, sonriendo triunfal, relentizando el movimiento de su mano sobre su erección.
―Hum, ya veo ―murmuró Mingi, aunque no se oía feliz―. No es exactamente lo que Shuhua me dice aquí ―exclamó Mingi, y Hongjoong pudo oír unas risillas procedentes de Shuhua―. Mientes muy fácil, Kim Hongjoong.
Hongjoong detuvo sus movimientos y se irguió sobre la cama. No esperaba que ella hablara con él.
―Sólo dime qué debería hacer. ¿No querías eso, lindo? Ahora somos sólo los dos ―dijo Hongjoong despacio, comenzando a quitarse la ropa dispuesto a tomar una ducha―. ¿Qué debería decirte para que estés feliz? ¿Que sólo soy tuyo, que te amo? Sabes la respuesta a esas preguntas. Mingi, te amo, pero...
―Hongjoong, Hongjoong ―Mingi detuvo su monólogo―. ¿Qué deberías hacer? Aclarar tus dudas, tus sentimientos. Tú no me amas, si ese fuera el caso no estaríamos en esta situación. No quiero esperar a que te aburras.
―¡Sabes por qué estamos en esta situación! ―exclamó Hongjoong con irritación, encendiendo la luz del baño―. ¿Sabes qué? Ven a casa, vamos a hablar. En serio, por favor, sólo ven. Quiero demostrártelo ―dijo con más calma, suplicando dulcemente.
Mingi dudó, mordiendo sus labios. Shuhua le alzó los pulgares insitándolo a aceptar.
―Sabes que no es así de fácil, Hongjoong. No terminas con tu novia y esperas que tu amante vaya corriendo a tus brazos.
Hongjoong ahogó un grito de frustración y se apoyó en la puerta del baño. No esperaba que fuera fácil, su pequeña lindura era muy astuto.
―¿Aquí a las seis, traes lencería y una botella de vino? ―apuntó Hongjoong, alzando una ceja.
Mingi tardó varios segundos en responder.
―Está bien, yo consigo el vino.
―Bien ―Mingi se resignó, sonriendo genuinamente y sintiéndose un tonto por siempre aceptar.
Algún día Hongjoong le rompería el corazón y Mingi sólo esperaba que estuviera lo suficientemente endurecido para entonces.
Hongjoong sonrió. Lanzó un beso a través de la línea y cortó.
12102021
este os me gusta mucho, sisi
más tarde subo algo en treasure por el cumple del osito [:
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top