#047 𝐅𝐀𝐔𝐋𝐓
☾︎⸙͎.' yun gi ☁︎☽︎
047 ☠︎︎ 𝙙𝙖𝙣𝙜𝙚𝙧.
Mingi lloró todo el día después de despertar, tras abrir los ojos y darse cuenta de que la noche anterior no había sido una pesadilla o alucinación causada por los ansiolíticos.
Estuvo en la cama incapaz de levantarse, incapaz de ingerir algo de alimento o contestar las decenas de llamadas telefónicas que se le acumulaban. Mingi no era capaz de reaccionar más y, encogido en posición fetal, se deshacía en sollozos.
Su cuerpo sufría punzadas, los mordiscos estaban infectados, todavía tenía tierra en las rodillas y vómito en la ropa. Apestaba a alcohol, orina y humedad, pero no tenía fuerzas para incorporarse y tomar una ducha. Ni siquiera podía mover sus brazos sin que dolieran como el infierno.
Él sólo se arrastró hasta su cama y esperó, ¿qué cosa? Quizás la muerte.
Song Mingi es el Omega de veintidós años menos popular de la universidad, los Alfas no solían hacerle caso y los Betas no estaban interesados en un Omega tan poco convencional; con su gran altura e intimidante mirada, no encantaba a nadie. Entonces, cuando su nuevo amigo se interesó en él, Mingi creyó que sería su única oportunidad en el amor.
Por eso, aunque todo el mundo le dijera que Yunho no era bueno, Mingi siguió quedándose con él. Ya no quería estar solo otra vez, así que aceptaría a Yunho incluso con todas esas actitudes cuestionables.
Mingi no solía salir de fiesta, sin embargo, la noche anterior fue arrastrado a una junta en el bar cerca de la universidad, donde sus compañeros comenzaron a beber. Mingi no era muy bueno haciéndolo así que desistió, sin embargo...
(...)
―Esa ropa es un poco... ―fueron las primeras palabras de Yunho cuando abrió la puerta de su casa y vio a su novio Omega.
Mingi llevaba una camiseta suelta de color celeste traslúcida, con los hombros descubiertos, jeans ajustados y zapatos con unos pocos centímetros de plataforma. Mingi sólo tenía una pequeña cartera al hombro, por lo que sólo se encogió ante el comentario y trató de sonreír antes de saludarlo.
―¿Por qué no te vestiste más decente? Muchos Alfas estarán en la reunión, no importa, tenemos prisa ―gruñó Yunho, frunciendo las cejas para remarcar su sentimiento de desconcierto y disgusto, mientras cerraba la puerta de su casa con algo de violencia.
El beso que el menor iba a darle fue ignorado y Yunho se apresuró a tomar, sin tacto, las llaves del auto de las manos de Mingi antes de dirigirse al mismo y subirse.
Mingi se apresuró para no quedar atrás.
Mingi no solía vestirse así, usaba ropa suelta y grande, pero por esta vez quería sentirse sexy para los ojos de Yunho. No había obtenido un buen resultado, por lo que bajó la cabeza durante todo el trayecto.
Incluso se había quitado el feo protector del cuello, dejando ver su rosada glándula Omega.
Llevaban saliendo seis meses, Yunho era agradable la mayor parte del tiempo, pero pobre de él si llegaba a molestarlo.
―Quédate sentado al lado mío, no te levantes de no ser necesario. Nadie tiene porqué verte ―dijo Yunho dándole un rápido vistazo a sus piernas cuando pararon en un semáforo―. La próxima vez, yo elegiré tu atuendo, ¿estamos de acuerdo? ―dijo con una ceja alzada, dando a entender que no debía decir que no.
Mingi asintió, regalándole una sonrisa tímida.
El Omega no estaba acostumbrado a llamar la atención, dudaba que las personas fuesen a verlo sólo porque usó algo diferente, él no creía tener un cuerpo digno. Nunca fue ese tipo de Omega lindo porque su actitud era un poco tosca y quisquillosa, y aunque en ocasiones le gustaba dar abrazos, odiaba que le tocaran primero y eso repelía a las personas.
―Hey, ¡por fin llegan! ―saludó Wooyoung cuando los vio acercarse.
Mingi caminaba oculto detrás de Yunho, vergonzoso de que le miraran. Todos sus compañeros observaron a la pareja con curiosidad y aquello no fue muy agradable para Yunho.
Yunho saludó a todos ligeramente irritado, y se sentó en el lugar que les dejaron, arrastrando a Mingi consigo, apretando la mano alrededor de su muñeca.
―Mingming, qué sexy te ves ―canturreó Wooyoung, un beta sumamente atractivo que era conocido por haber salido con todo el mundo.
Yunho lo miró de reojo.
―Es cierto ―secundó Yeosang con un tono amable, él era el tipo de Alfa dulce que todo el mundo quería―, no te había visto vestido así antes. Te luce.
Mingi sintió sus mejillas calientes y negó rápidamente con la cabeza, pegando su hombro al de Yunho.
Yunho alzó una ceja tratando de ignorar la coqueta actitud de su novio.
Aunque fue instado a beber, Mingi se negó. Yunho ayudó a rechazar los tragos que sus mayores estaban tratando de darle. El tiempo pasó entre charlas en las que Mingi no participó y tragos que pasaban de mano en mano.
―Qué molestia ―gruñó Yunho cuando revisó el mensaje que acababa de llegarle―. Debo ir a buscar a Jongho a la casa de un amigo ―murmuró mirando a Mingi―. Dame las llaves.
Mingi tomó su cartera rápidamente y sacó las llaves de su auto, poniéndolas sobre la mano de Yunho.
―Vo... voy... ―intentó decir, a punto de levantarse.
―No es necesario ―Yunho se levantó primero, tomando su abrigo―, volveré en veinte minutos. Soojin ―miró a la Omega a su lado―, vigílalo.
Soojin estuvo tentada a negarse porque ya debían irse, pero no pudo mencionar nada al ver el gesto de molestia en el hombre.
Mingi se arrastró en su asiento hasta quedar junto a la chica de mejillas abultadas, ella era muy tímida en comparación a su Alfa Shuhua, una mujer de carácter explosivo y territorial. Sin embargo, ambas eran las más cercanas a Yunho y Mingi siempre era dejado bajo su vigilancia.
―No hagamos mucho alboroto ―bromeó Soojin, pues ellos dos eran conocidos por ser los más tranquilos de su facultad.
Ella sonrió apretando ligeramente la mano de Mingi para luego volver toda su atención a Shuhua. La Alfa estaba teniendo una acalorada discusión con otra mujer acerca del fútbol sudamericano.
Mingi se mantuvo callado, viendo a sus compañeros interactuar entre ellos. Muchas veces sentía que no estaba en sintonía con las personas de su edad, pero no sabía qué hacer.
―Iré al baño ―susurró Soojin―, ¿me acompañas, Min?
Soojin se levantó de su asiento mirando al Omega que estaba a nada de dormirse.
Mingi asintió levantándose también, ignorando que Shuhua le había levantado una ceja. Siguiendo a la Omega, Mingi ingresó al baño y se quedó esperando hasta que ella estuviera lista.
Ya era tarde, habían pasado veinticinco minutos desde que Yunho se había ido y Mingi ya tenía sueño. Quería volver a su departamento.
―Nosotras ya nos vamos ―dijo Shuhua cuando Soojin y Mingi volvieron―, ¿te llevamos a tu casa o esperas a Yunho?
Mingi suspiró, sintiéndose contrariado.
―Me quedo, él se llevó mi auto.
Sin mencionar que Yunho iba a molestarse mucho. Aunque Mingi debió irse con ellas.
Mingi se sentó en su lugar y le envió un mensaje a Yunho, preguntando si tardaría demasiado.
Wooyoung y San charlaban en voz baja, probablemente se irían en algún rato; Yeosang, Hongjoong y Seonghwa tenían su propio debate acerca de un tema del que Mingi no estaba interesado; Soyeon y Yuqi murmuraban; Miyeon bostezaba y Minnie acariciaba las trenzas de Yuqi con concentración.
Sentada a su lado, Miyeon se apoyó en el hombro de Mingi por un momento.
―Bueno ―alargó Minnie ya ebria, sonriendo a todos y meciéndose un poco―. Miyeon y yo nos iremos ―se levantó, tocando el hombro de Miyeon para despertarla.
Mingi suspiró y se levantó, saliendo al pequeño patio del bar para poder tomar aire. Todos estaban en su propia burbuja y Mingi no encajaba, nunca lo había hecho.
Soltando un suspiro, se apoyó en la pared y esperó por un rato, casi nadie salía a esa parte del patio aunque era un lugar muy bonito. Adornado con luces bajas y algunas plantas, la gente lo usaba para fumar, pudo intuirlo por las colillas en el suelo.
―Ey ―dijo alguien en tono bajo y ronco, apareciendo detrás de Mingi―, estás bloqueando la salida...
Mingi se sobresaltó y se corrió del umbral, dejando salir al hombre, quien rio por su reacción.
El silencio los invadió y Mingi estuvo a punto de entrar nuevamente, pero una observación lo detuvo.
―S... sus agujetas... ―señaló Mingi, mirando los pies del Alfa.
El hombre rio y le entendió el vaso que tenía en la mano, Mingi se lo sostuvo sin preguntar. Agachado, el hombre levantó la mirada sin dejar de atar sus agujetas y volvió a sonreírle mientras alzaba una ceja.
―No sueles salir mucho, ¿verdad? ―Le dijo, volviendo a tomar el vaso de cerveza―. Soy Namjoon, por cierto.
Mingi negó tímidamente. Y no lo notó, pero fue observado de pies a cabeza.
―Mingi... ―se presentó sin querer decir demasiado.
La gran sonrisa en ese Alfa debió de ser un claro indicador de peligro, pero Mingi solo miraba hacia abajo.
Sentado en el suelo sobre su propia orina y sangre, aturdido, apenas podía respirar, había cerveza y tiras de semen rociadas sobre su ropa y piel.
Un empleado le encontró más tarde y, debido a que Mingi se negó a ir a un hospital, lo llevó a su casa.
Se sentía humillado, rebajado a la absoluta miseria. Los golpes en su cuerpo dolían, pero más dolía la sensación de vacío y miedo que abarrotaba su pecho. No se atrevía a levantar la cabeza, a entrar al baño y mirar su reflejo, aunque su cara estaba intacta, su cuerpo era casi morado.
El ruido en la sala de su casa hizo que Mingi abriera los ojos. Había olvidado que Yunho tenía sus llaves.
Oyó los pasos del mayor, pudo oír su respiración, estaba enojado.
Mingi se sentó en la cama con mucha dificultad, mirando la puerta de la habitación con angustia y ligera resignación, sabía que todo se iría al infierno porque conocía muy bien a Yunho.
Su respiración se sintió pausada y Mingi casi volvió a vomitar cuando Yunho abrió la puerta. Sin mencionar palabra, el mayor ingresó a la habitación y dejó las llaves del auto de Mingi sobre la mesita junto a la cama.
Fue entonces que Yunho se detuvo y olisqueó el ambiente, sintiendo irritación rápidamente. El fuerte aroma a alcohol y fluidos corporales en Mingi no era fácil de ignorar, sobre todo la gran cantidad de feromonas de Alfa.
―No ―alargó Yunho, soltando una risilla histérica―. No, no, no ―le apuntó con el dedo.
El mayor sacudió la cabeza sin creérselo.
―¿Por eso no estabas ayer en el bar cuando regresé? ―señaló Yunho con acusación, mirando al chico que todavía estaba pasmado sobre la cama―. ¿Volví solo a mi casa porque te habías desaparecido con otro tipo? ―preguntó lleno de molestia―. ¿Eres una broma?
Mingi boqueó e intentó decir algo, pero su garganta herida no dejó salir ni una palabra.
Reaccionar, reaccionar era difícil.
―¿Me vas a responder o sigo hablando solo? ―inquirió el Alfa, llevando una mano a su frente para luego peinar su cabello hacia atrás.
La molestia en sus ojos era obvia, sus manos temblaban. Yunho señaló a Mingi y gruñendo, resopló, golpeó la pared con fuerza asustandolo aún más. Su pecho subía y baja con cólera.
Mingi sollozó.
―No es... lo que piensas... ―intentó decir, con su voz rasposa.
Yunho jadeó incrédulo.
―¡¿Cómo demonios no sería lo que pienso?! ―gritó apretando sus puños―. ¿Cómo demonios justificas esto? ¡Te cogiste a otro Alfa! ―exclamó volviendo a golpear la pared con furia.
Mingi se sobresaltó cerrando los ojos. Jadeó y arrastró las piernas fuera de la cama, con cuidado se incorporó, aunque dolía y apenas podía mantenerse en pie, debía hacer que Yunho se calmara para poder, aunque sea, tratar de explicarle y que no le odiara incluso más.
―Yunho... no es...
Acercarse fue una mala idea, la pesada y grande mano de Yunho impactó contra su mejilla haciendo que Mingi cayera sobre la cama.
El rostro de Mingi se desencajó.
―¡Por eso no salgo con Omegas! ¡Todos son unos arrastrados, todos quieren lo mismo! Solo un Alfa que les abra las piernas ―gritó Yunho, inclinándose hacia el menor―. ¿Es porque no te cogía tan bien como querías? ―murmuró rabioso, sujetando la cadera de Mingi, haciendo que el Omega se quejara.
Mingi negó lentamente con la cabeza, aturdido y confuso por la cantidad de palabras que no llegaba a procesar.
Duele, duele, me duele.
Su cuello lleno de mordidas comenzó a arder y sangrar, su glándula ya abusada se tensó y dolió como el infierno. Mingi jamás esperó que Yunho le golpeara, la sorpresa era tal que ni siquiera pudo llorar.
―No fue así...―susurró Mingi llevando su mano a su mejilla, con párpados caídos sin atreverse a mirar al Alfa―. Él... me obligó...
Resignado, así se sentía; esa era la vida de un Omega. Y Yunho no estaba creyéndole.
Yunho rio tras escuchar.
―¿Qué? ―incrédulo, Yunho soltó al menor y se incorporó―. Estás jodiendo. ¿Esa es tu maldita excusa por engañarme?
Mingi abrió la boca, pero no mencionó nada. Las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos y fue entonces que realmente comprendió lo que había sucedido.
―No me salvaste... ―susurró Mingi de manera inaudible, solo un movimiento de labios imperceptible―. Nadie me salvó.
Yunho chasqueó la lengua.
―A la mierda, de todas formas no podía esperar nada de un Omega tan poca cosa como tú.
Mingi parpadeó. La puerta se cerró con fuerza.
Un Omega marcado a la fuerza y abandonado, ahora valía menos que nada.
01102021
ay, por donde empiezo.... no tienen idea del tiempo que me tomó acabar esto.
voy a ser sincera con todos, y les voy a contar el porqué me desaparezco de vez en cuando y porqué he estado subiendo tantos "reciclados".......
tengo un problema. mi salud está mal (me he hecho estudios y todavía tengo que hacerme más)
Me es difícil escribir porque me duelen mucho las manos
(también las rodillas, la espalda, el cuello, tobillos, etc), algunos quizás se acuerden que ya he mencionado alguna vez ese dolor, pero ahora empeoró.
Mi salud mental tampoco está bien, me siento irritada, cansada y fatigada, he bajado mucho de peso (estoy en 46 míseros kilos) y no me siento bien con mi cuerpo, traté de hacer algo al respecto, pero mis problemas en las articulaciones imposibilitan el ejercicio y no me siento con apetito.
Estoy agotada emocionalmente, hay días en los que no me aguanto ni yo misma y me siento sola... los amigos que tenía no están para mí y me cansé de rogar amistad donde claramente no me la quieren dar.
A veces ya ni siquiera puedo llorar, siento que estoy en shock. Mi cuerpo duele y mi cabeza está en cualquier parte. No puedo concentrarme, todo se me olvida, ya no sé qué hacer... escribir es mi más grande vía de escape, y ahora duele sostener el teléfono o agarrar el teclado.
No estoy estudiando, no puedo conseguir trabajo, la medicina es cara, mi estrés está en las nubes...
Sí, ya me han dado medicamento y espero que haga efecto rápido. No estoy diciendo adiós, sólo quería contarles y excusarme del porqué no hay tantas actualizaciones como yo quisiera.
Espero no tardar tanto en las próximas actualizaciones, tengo ya varios borradores sin terminar, así que trataré de hacerlo...
No me olviden ♡
Besitos ♡♡♡
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