#044 𝐂𝐋𝐎𝐒𝐄𝐃
☾︎⸙͎.' yun (hong) gi ☁︎☽︎
044 ☠︎︎ 𝙙𝙖𝙣𝙜𝙚𝙧
Mingi tiene que lidiar con su ex chiflado y la culpa de haber creado una red de mentiras al rededor de Yunho, su actual novio.
⚠︎ manipulación, abuso, lectura sensible.
Mingi ahogó las lágrimas, cerrando los ojos con fuerza, y trató de tranquilizarse. Su cuerpo entero temblaba y no sabía qué hacer para tranquilizarse. Le había mentido a Yunho diciendo que estaría trabajando en un proyecto nuevo hasta la tarde y posiblemente llegaría después de la cena, la verdad estaba muy lejos de ser esa.
―No llores, Mingi-ah. ―Hongjoong ajustó aún más las ataduras en sus muñecas―. Mientras seas obediente, Yunho-ssi no sabrá nada.
Hongjoong llevaba cinco días seguidos interceptándolo en la salida de su trabajo, Mingi no tuvo otra alternativa que seguirle la corriente.
Jamás volvería a subestimar a Hongjoong después de lo que sucedió la última vez, quedarse callado y obedecer era lo único que podía hacer. Incluso si eso implicaba engañar a Yunho.
Secuestrado en el asiento trasero del auto de Hongjoong, Mingi sólo pudo asentir y dejar que Hongjoong terminara. No tenía sentido luchar, el mayor podía incapacitarlo fácilmente, lo supo hace años cuando no le importó romperle las muñecas para que se quedara quieto.
―Te portaste muy bien ―dijo Hongjoong con una linda sonrisa que escondía su oscura personalidad―. Te visitaré mañana a tu casa, asegúrate de que estés solo.
Mingi sólo asintió, comenzando a acariciar sus muñecas cuando fue liberado. Las marcas rojizas no duraban demasiado y su piel no era tan sensible, por lo que Yunho no las notaba.
Acomodó su ropa como pudo, viendo todos los movimientos del mayor con cautela. Hongjoong rio bajito.
―No estés tan asustado, sabes que jamás te lastimaré. ―Aquel sarcasmo hizo que Mingi tragara su vomito.
Escuchar, asentir, movimientos lentos y calculados. Mingi aprendió a la fuerza a no ir en contra de los deseos de Hongjoong. Él no se limitaba a fracturas y contusiones, Hongjoong podía ser el mismísimo diablo para luego curar sus heridas y tratarle con cariño.
―Cumplí mi promesa esta semana. ―Hongjoong se trasladó al asiento del piloto luego de terminar de arreglar su ropa―. No le toqué un pelo a Yunho-ssi. Espero que el lunes sigas igual de predispuesto.
Mingi asintió sin atreverse a mirarle a la cara. No sentía tanto miedo por sí mismo, conocía las capacidades de Hongjoong, podría lidiar con todo eso otra vez... pero Yunho, él no podría soportarlo.
Yunho era el sol de Mingi, pureza en toda su expresión, un alma inocente; Mingi jamás se perdonaría que Hongjoong pusiera sus manos sobre él.
―Mingi-ah, qué fea actitud. ―Hongjoong volteó, apoyándose en el asiento, se quejó con un puchero en sus labios; Mingi rápidamente alzó la cabeza―. ¿Ya estás listo? Te dejaré en tu casa.
―Sí...
Kim condujo hasta su distrito con una sonrisa en sus labios, lo suficientemente tranquilo como para tararear una melodía, ignorando completamente la lucha interna Mingi, pero completamente al tanto de cada movimiento que el menor hiciera, observándolo con frecuencia por el espejo retrovisor.
Mingi se encontró con Hongjoong el lunes pasado, se presentó como si nada invitándolo a cenar. Estupefacto, Mingi sólo pudo seguirlo, demasiado asustado como para poder negarse o siquiera responder una sola palabra.
Había logrado escapar de Hongjoong dos años atrás, aunque no completamente ileso; no tenía idea de cómo fue hallado.
Durante el transcurso de la semana, todas las noches Mingi fue retenido por Hongjoong en su auto para ser sometido, bajo la amenaza de lastimar a Yunho si le ponía las cosas difíciles.
Mingi le creyó, Hongjoong ya se había deshecho de su mejor amigo en el pasado, la única persona que Mingi tenía entonces, así que no dudaba de su palabra.
Quería romper con Yunho, alejarlo de la mira de Hongjoong. Tenía que sacrificar su felicidad para que Yunho pudiera vivir y no podía dejar de pensar en lo injusto que eso era, puesto que no sabía hasta cuándo Hongjoong sería tan considerado.
Sólo era tiempo hasta que Kim se aburriera.
Sin embargo, al recostarse junto a Yunho esa noche, luego de recibir un beso en su cuello y ser apretado contra el cuerpo ajeno, Mingi no pudo terminar con él.
Esos brazos eran un lugar seguro.
―Minky, has estado actuando algo raro... ―Yunho ladeó la cabeza con duda a la mañana siguiente―. ¿Qué pasa, amor?
Mingi estaba alerta, siempre mirando por encima de su hombro, negándose a las demostraciones de cariño en la calle, reacio al contacto íntimo incluso en la casa. Yunho se había dado cuenta de todo eso; cómo no hacerlo cuando su Mingi era siempre tan enérgico y lleno de amor.
―Conseguí turnos para el Onsen con Woo y Sannie ―dijo Yunho tras ver que no tendría respuesta de Mingi a su anterior pregunta―, ¿quieres ir? Es el lunes.
Mingi mordió sus labios antes de tener que negarse a la propuesta. Forzó una sonrisa y tomó la mano de Yunho por encima de la mesa, si es que el mayor notó su temblar, no lo mencionó.
―Lo siento, Oso ―murmuró Mingi soltando un suspiro de cansancio―. Tengo que terminar el proyecto cuanto antes. Estaré mejor cuando lo presente, no te preocupes. Tendremos tiempo libre pronto, lo prometo.
《Ojalá fueras mañana...》pensó Mingi abultando las mejillas. Estaba agotado de tener que fingir y mentirle tanto a su novio. No podía tener un proyecto por siempre, no podía estar enfermo por siempre. Mingi tenía que terminar con eso.
―Trabajas demasiado ―Yunho se quejó en un tono infantil, abrazando a Mingi por las caderas y frotando sus mejillas con insistencia―, necesitas un descanso, girasol.
Mingi asintió recostando la cabeza en el hombro de Yunho y acarició las suaves mejillas de su novio, fundiéndose en la calidad del cuerpo ajeno.
Yunho se marchó al trabajo temprano en la mañana. Dejando un dulce beso en sus labios, y un apretón en su cadera. Mingi sólo deseó que le diera el tiempo suficiente, que fuera como otro día normal donde Yunho llegaba después de las dos de la tarde.
Mingi ingresó nuevamente a la casa y limpió los utensilios que se usaron para tomar el desayuno. No tenía que entrar a trabajar sino hasta las cuatro de la tarde; todos los días almorzaban a las dos, apenas Yunho regresara...
Hongjoong estaría allí en la mañana, ¿no es cierto?
Mingi se mantuvo impaciente hasta que finalmente la puerta de la entrada se abrió y tanto Hongjoong como otros dos hombres ingresaron a su casa.
―Hey, hey, hey ―el canturreo de Hongjoong fue particularmente tedioso a los oídos de Mingi―, ¿estabas ansioso por mí?
Mingi hizo una pequeña reverencia y, sin poder detener el temblor en sus manos, miró por el hombro de Hongjoong.
―Ah, no te asustes. Estos amigos no son peligrosos.
Hongjoong sonrió acercándose a él, extendiéndole una pastilla y una botella de agua.
―Hagamos las cosas divertidas hoy, Minky ―dijo Hongjoong, poniéndole énfasis al apodo que sólo Yunho usaba para él―. Apresúrate, tómala.
Como una máquina que sólo recibe órdenes, Mingi se tragó la pastilla sin importarle siquiera qué era.
―Siempre me gustó lo obediente que eres. ―Hongjoong acarició su cabello y su mejilla con cuidado antes de apretarle la misma con sus dedos en forma de pinza―. Te sentirás bien ahora, Minky.
《Esa sonrisa me enferma》Mingi cerró los ojos por un momento, sintiendo poco a poco los efectos de la pastilla. Su cuerpo estaba comenzando a sentirse caliente, sufriendo de una preocupante taquicardia.
―No ―suplicó Mingi cuando fue arrastrado al sofá y los amigos de Hongjoong terminaban de instalar la cámara en la sala.
―¿Has dicho que no? ―La voz dura de Hongjoong resonó en sus oídos, logrando que su cuerpo entero temblara―. Eso pensé.
Mingi fue despojado de su ropa con lentitud por uno de esos hombres al que ni siquiera se atrevió a mirar con detenimiento.
―No sean tan duros con mi propiedad ―dijo Hongjoong en voz alta―. El que rompe, paga.
Debido a la droga que había ingerido, Mingi no se mostraba indiferente como en otras ocasiones, por lo que reaccionaba a cada toque que se realizaba en su cuerpo.
Sin embargo, las lágrimas en sus mejillas no se debían a la estimulación, sino en cuánto odiaba lo que estaba pasando.
Cuando fue el turno de Hongjoong, este acarició sus mejillas y besó sus heridos labios con suavidad.
―Eres tan precioso. ―Hongjoong sostenía con firmeza sus caderas―. Déjame ver tu rostro.
Hongjoong tomó su mentón, alzando su rostro, viéndole con un brillo utópico para luego atrapar sus labios en un beso feroz.
Cuando Mingi abrió los ojos descubrió que eran cerca de la una de la tarde, y cuando creyó que la tortura había por fin terminado, la puerta de la casa fue forzada, interrumpiendo toda conversación.
―Llegó tu Yunho-ssi ―Hongjoong continuó empujando en su interior con cada vez más fuerza, dejando salir una risilla divertida―. ¿Lo dejamos pasar? Se llevará una gran sorpresa.
Mingi abrió la boca queriendo negarse, pero nada más que una enorme cascada de lágrimas y sollozos pudo emitir. Hongjoong rio bajito y limpió aquellas lágrimas, lamiendolas.
―¡Minky, princesa! ―Un llamado y unos toques en la puerta hicieron trizas el corazón de Mingi―. ¿Min, te dormiste?
La puerta principal tenía pestillo, por lo que no abría con las llaves de Yunho. 《No entres, no entres》suplicó Mingi mirando la sombra de Yunho debajo de la puerta. 《Por favor, por favor, no》
El teléfono de Mingi comenzó a sonar, Hongjoong lo tomó y cortó la llamada. Aquello ocasionó que Yunho volviera a tocar la puerta con más insistencia.
―¡Me dejaron salir más temprano! Le dije a mi jefe que estabas enfermo ―Yunho rio suavemente, aunque se le oía preocupado―. Traje comida china para el almuerzo...
Mingi sonrió dulcemente, tragandose sus lágrimas. Sin saber que aquello sólo enfureció a Hongjoong. Entonces, la desesperación invadió a Mingi cuando Hongjoong se levantó y, sin siquiera ponerse la ropa, abrió la puerta de la casa.
―Diría una frase matadora, pero creo que te has quedado en shock, Yunho-ssi.
Vie., 23 de julio 2021
¿Alguna vez tuvieron tanto miedo que ni siquiera podían hablar?
aaaaa sigo en hiatus, sólo volví porque me dieron ganas de escribir esto ♡
quizás retome de a poco, los amo, besitos ♡♡
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