🍒Capítulo 4🍒 [Editado]

Jazmín
-Inside mind-

- Vaya, aún no puedo creer que me levanté un sábado para ver esto, lo que es un amigo - Dije agotada,había entrenado mucho en el gimnasio ayer y me dolían un poco las piernas.

- Con lo que te cuesta levantarte, esto podría ser hasta mi regalo de navidad - Hinata se veía tan enérgico, hasta me daban escalofríos, por no decir envidia de su inagotable energía.

- ¿Cómo haces para tener esas pilas a esta hora de la mañana? -Pregunté hundiendo las manos en los bolsillos de mi short - Yo estoy que me muero, podría haber dormido un par de horas más antes de venir a entrenar, lo que hago por amor..

- Por eso eres mi mejor amiga, aunque seas un poco floja - sonrió dulcemente y acaricié su cabeza con ternura revolviendo su cabello.

Cruzamos hacia adentro de los terrenos de la escuela y un chico alto cruzó junto a nosotros.

- Oh, hola Kageyama - Shoyo saludó y este volteó observándonos a ambos sin mucho interés.

- Buenos días - saludé de igual manera y el se limitó a levantar su mano en gesto de saludo, era un muchacho de pocas palabras.

- Más te vale estar listo, Hinata - Dijo con un gesto no muy agradable, diría que más bien amenazante y Shoyo se lo devolvió para luego, sin previo aviso ni motivo aparente, comenzar a correr a toda velocidad.

- ¡Shoyo! - grité y este me ignoró, observé a su compañero, con una sonrisa nerviosa- Creo que le afectó-

Sin dudarlo un segundo, este salió corriendo de la misma manera que shoyo, aunque con una expresión de rotundo enojo el cual impulsaba su velocidad

¿¡Es que acaso estos chicos desayunan pilas triple A o qué?!, ¡Me aterran!

- Agh...que sueñen que voy a ir tras ellos de esa manera, iré a mí propio paso.

Suspiré y sin remedio, caminé a mi tiempo y a la calidad de mis agotadas piernas, hasta llegar donde ellos, para cuando llegué, ambos estaban en el piso, casi desarmados  intentando recuperar el aliento.

- Que brutos son los dos -dije acercándome y vi a un chico en la puerta del gimnasio que me observó sin decir una palabra - Oh, buenos días.

- B-buenos días...- dijo con una sonrisa algo tonta que me causó cierta ternura, para luego observar a los dos tontos en el suelo - ¿Para qué gastan energía antes de un partido?

- Fue un empate..- dijo shoyo.

- Nunca..perderé contra ti -respondió el más alto con la respiración entre cortada, previniendo que comenzara a toser por el esfuerzo, me puse en cuclillas a su lado acariciando su espalda suavemente, a lo cual este se sacudió un tanto sorprendido.

- Ya respira, chico - Sonreí, y este me observó mientras sus mejillas volvían a teñirse de un tierno rosado que me conmovía, era similar al que dejaban las bajas temperaturas, sutil y natural.

¿Es que acaso nunca había visto una chica de cerca?

El desvió la mirada más temprano que tarde y le extendí mi mano para que se levantara.

- ¡Jazmín, no lo apoyes!, ¡Es mi competencia! - chilló sentándose en el suelo con las mejillas infladas en puchero.

El me observó algo confundido, no debía de estar acostumbrado a ser tratado con la mínima amabilidad.

Sus ojos de azul profundo me evaluaron desde mí mano hasta mí rostro, intentando buscar alguna mala intención. Estos eran bellísimos, relucían de una manera muy hermosa con su cabello negro y su piel pálida.

Le sonreí dulcemente y el bajó la mirada con una media sonrisa, aceptando mi mano y levantándose con cuidado.

- Ahora son aliados, tonto. Debes cuidar a tus compañeros -Dije caminando hasta Shoyo y ayudándolo a levantarse también - Además soy animadora de todo el equipo, debo apoyarlos a todos por igual sin importar quién sea..

- Buenos días, Rey.

Un escalofrío recorrió mi espalda y pidiéndole paciencia en silencio a Dios antes de voltear, respiré hondo sabiendo de quién era esa voz.

Oficialmente empezaba la peor parte de mí día.

- A esto me refería con la parte mala de "a quien sea"...- gruñí por lo bajo, pero ambos chicos me escucharon.

Más para mí sorpresa, ninguno parecía contento de ver a aquel rubio presente junto a nosotros. La tensión se notaba en el ambiente.

- Buenos días, Tadashi - Sonreí y este levantó la mano saludando, la mirada de Tsukishima se cruzó con la mía por unos segundos y, juntando fuerzas de donde no tenía, guardé silencio y me di la vuelta caminando junto a Shoyo, no tenía ganas de pelear tan temprano.

- Que extraño que no digas nada, pequeña molestia.

Bueno...que se sepan que lo intenté.

- No tengo ganas de pelear tan temprano en la mañana, limón agrio, tengo mucho sueño - dije volteándome y caminando hacia él - Pero si me buscas, vas a encontrarme así que solo cierra la boca antes que te parta la cara.

- ¿Llegas hasta mi cara?

Todos a nuestro alrededor nos observaron con un gesto de sorpresa, expectantes. Todos menos Tadashi,  que ya estaba acostumbrado a las habituales riñas entre nosotros.

- Jaz, ¿Conoces a este chico?- preguntó Shoyo y suspiré, cuánto lamentaba hacerlo.

- Lamentablemente si, ¿recuerdas el chico del que te hablé el otro día?

Shoyo pareció entender casi al instante y lo miró con más disgusto del que ya lo veía, como si tuviera una razón más para quererlo lejos.

Vaya, parece que no soy la única a la que le cae mal este estúpido.

- Veo que los más tontos se entienden entre sí y hasta llegan a ser amigos - Dijo riendo, y sentí un picor por todo el cuerpo.

Una cosa era yo, y otra distinta, mis amigos, y si cruzaba esa línea iba a entrar en terreno personal.

Sin remoras, lo tomé del cuello de la camisa jalándolo fuertemente hasta mí, dedicándole una pesada mirada que esperaba, le dejara claro que no debía ir en esa dirección.

- Te lo advierto, con mis amigos no te metes, cierra la maldita boca, o te patearé el trasero, no lo avisaré una segunda vez.

Pero al contrario de asustarse, este sonrió de la misma manera que aquella vez, como si disfrutara de toda esta situación.

Sus finos labios se curvaron de un modo que no sabría describir y sus ojos me miraron con una atención que no había tenido tanto lugar anteriormente.

Esta vez, quizás por la cercanía, o por venir directamente con intenciones de pelear conmigo, su mirada se sentía terriblemente más pesada.

Era escalofriante.

Sentí mi garganta secarse por unos segundos y un sudor frío recorrer mi nuca.

¡¿Por qué diablos me miraba así este bastardo?!

Mejor pregunta, ¡¿por qué siento tanto escalofrío?!, ¡¿Qué intenciones tenía ese bastardo como para lograr infundirme miedo aunque fuera por unos segundos?!

- Anda, golpéame, ¿o qué? ¿se te acabó la valentía?

Su voz reventó mi burbuja como una aguja y reaccionando, mi mano se estrelló casi sin mí aprobación contra su rostro. No lo había meditado con cuidado, pero fue una situación terriblemente estresante.

Con la intención de solo alejarme de aquella sensación, lo solté bruscamente y me retiré de allí caminando de brazos cruzados en dirección a Shoyo.

- ¡Tsukki! - chilló Tadashi acercándose a él con preocupación.

Una vez dentro, mí expresión recobró su color, y para mí sorpresa, me topé con el muchacho de ojos azules, casi esperándome allí.

- Auch..que mano tan fuerte - soltó este y lo observé, incrédula, ¿Acaso estaba contento con ello?

Sorpresivamente, este sonreía con alegría y cierta satisfacción, un poco más tranquila,  le devolví la sonrisa , que chico tan tierno.

Se veía tan rudo a simple vista, y su voz era tremendamente estridente, como si impusiera respeto en cada palabra, y verlo sonreír así, tan contento aunque fuera por las razones equivocadas, era algo indescriptiblemente lindo.

Una vez llegaron Suga y Daichi todos entraron dentro del gimnasio y se pusieron a hacer sus respectivas actividades, yo me senté en la zona libre, donde pudiera ver el partido sin molestar.

Admito que aquí adentro hace algo de calor a comparación de fuera, ¿Cómo hacen tanto aquí dentro con esta condición?

- Que extraño que hayas venido tan temprano - Dijo derrepente la chica de lentes, parada junto a mi - Tu práctica es después de ellos.

- Si..bueno, Shoyo es mi mejor amigo - expliqué hundiendo mis manos en mis bolsillos - le prometí que estaría para apoyarlo, y desearle suerte.

- Oh ya veo..- Dijo y me sonrió sutilmente - Bueno, a decir verdad, es agradable tener a otra chica aquí.

Era tan hermosa, y además dulce, era realmente un alivio tenerla aquí.

Devolviéndole la sonrisa, me concentré en el partido, aunque este se veía bastante complicado.

Shoyo no lograba rematar por ese idiota de Tsukishima ¡Que furia!, lo subestimó bastante, la verdad es que juega bastante bien su rol de bloqueador, y su altura hace para Shoyo casi imposible anotar.

- ¡Tu puedes Shoyo! - Grité y el me miró con una sonrisa para luego seguir con lo suyo.

Por otro lado, Tsukishima no paraba de molestar a Kageyama, aunque no entiendo mucho del por qué, parece ser algo privado.

¡Qué ruin!, ¿Acaso no tiene límites?, es su compañero.

Mierda, el equipo de Daichi,Tsukishima y Tadashi iban adelante en el marcador, exceptuando que el calvo hizo varios puntos, y los saques malos de Tadashi sumaron otros más, estaban en desventaja con los bloqueos de ese idiota.

De la nada y para empeorar la situación que ya llevaba un rato gestándose, Tsukishima se puso a explicar el por qué del apodo con el que tanto molestaba a Kageyama.

Al entenderlo todo, sentí la rabia correr por mi interior, fue una situación muy triste, y parecía calar profundamente en el pobre muchacho, quién tenía una expresión de profundo arrepentimiento, ¡Pobrecito!

¿Quién se creía él para manipularlo de esa manera tan baja?, ¿Qué acaso no se cree capaz de ganar sin trucos sucios?

¡Esto es horrible!

La mirada de Kageyama estaba en el suelo, podía ver como apretaba sus labios con fuerza, como si se rompiera por dentro con la sola idea de aquel recuerdo.

Estaba cansada, harta. Venía viviendo los ataques de este muchacho lo suficiente como para entender la frustración de Kageyama.

¿Por qué nadie hacía nada?, ¿No sentían algo de empatía por él? Todos cometemos errores, no es justo ser torturado eternamente por ello.

Con un nerviosismo atroz, divisé como sus ojos azules brillaron como si un atisbo más de tristeza lo hiciera quebrarse por completo..

Y se me acabó la tolerancia.

- El rey de la cancha, en realidad es el Rey egocéntrico..dictador y opresivo.

- ¡Ya tuve suficiente! - interrumpí sin poder contenerme, llamando la atención de todos- ¡¿Quién te crees tú para hablar de egocentrismo y manipularlo a diestra y siniestra?! , ¡Tú eres el verdadero egocéntrico aquí! , ¡creyéndote que puedes ir y venir diciendo lo que quieras de todos como si fueras perfecto, como si pudieras ser juez y verdugo, cuando en realidad eres un perdedor!

Un silencio abrumador inundó el lugar por unos segundos, Kageyama, quien no había dado señales de vida hasta ahora, levantó la mirada rápidamente hacia mí y pude distinguir un brillo en sus ojos que antes no había visto, como si en medio de tanta oscuridad, hubiera visto un ápice de luz, uno que estaba esperando con desesperación.

- Manipulador...¡Eres un cobarde! ¡No eres lo suficientemente bueno para hacerle frente justamente a Kageyama y por eso lo debilitas con sucias palabras! ¡Juega limpio, idiota!

- Maldita entrometida.. - gruñó entre dientes- ¿Es que no ves que no te compete este tema?, ¡Haz silencio!

- Tsukishima - Dijo derrepente Kageyama, recobrando la compostura nuevamente - Quizás en el pasado fui el rey del que tanto hablas.. pero..- Levantó la mirada hacia él con firmeza - yo ya no soy así...soy el Kageyama Tobio que ves aquí, y te aplastaré a ti a todos tus  estupidos bloqueos.

Esa mirada era impresionante, llena de una furia intimidante que atravesaba muros de concreto. Todo a su alrededor pareció reducirse a su presencia y su expresión haría que todos, incluso los muros más altos, se abran paso y cayeran frente a él.

Era..impresionante.

- ¡La chica linda tiene razón! - Interrumpió derrepente el calvo- ¡Juega limpio! ¡Tsukishima maldito!

- ¡Eso eso! - chilló Shoyo detrás de él, parecían hermano y hermanito.

Tsukishima me dedico una mirada de profundo odio y la esquivé, ¡Qué me importa!, estaba más que acostumbrada a ella a esta altura,y a decir verdad, arruinar su macabro plan me hacía sentir maravillosamente bien.

Kageyama volteó hacia mí dirección y me dedico una sonrisa que no me esperaba, y me hizo tragar en seco antes de poder corresponderle.

Dulcemente, sentí que me agradeció en silencio.

El punto de Tanaka finalizó el segundo set y todos salieron a descansar, Shoyo corrió hasta a mi y chocamos los cinco alegremente.

- ¡Shoyo ese nuevo ataque rápido es maravilloso! - exclamé - Aunque tendrán que practicarlo más, ¡Son increíbles!, ¡Seguro llegarán lejos juntos!

Shoyo me relató todo lo que sintió a su manera tan particular, con esos sonidos de "Pahw!" que hacía entre otros, me daba mucha ternura mi pequeño amigo cuando se emocionaba tanto por lo que amaba.

A unos metros, Kageyama nos observaba con su botella de agua en la mano, recargado contra la pared.

Merecido descanso.

- Oye - dije acercándome lentamente hacia él con una sonrisa - Buenas levantadas, parece que más allá de lo que dice ese estúpido de Tsukishima, el apodo de rey de la cancha si te lo mereces, eres talentoso y eso se nota.

Frente a mí comentario, este se sonrojó y apretó la botella ligeramente entre sus dedos con nerviosismo. Vaya tímido resultaba este muchacho.

- Gracias, Jazmín - Dijo sin mirarme y reí, era muy tierno verlo tan firme en la cancha y ver como titubeaba tanto en otras situaciones tan comunes.

- Oye, quisiera pedirte algo, si tú y Shoyo van a hacer equipo codo a codo..cuídalo mucho por favor- Junté mis manos frente a mí y agache un poco la cabeza- No peleen tanto, y traten de no lastimarse en la cancha.

Luego de observarme por unos segundos de duda, este asintió con seguridad.

Sin duda, podía confiar en él.

° ° °

- ¡Así se hace! - grité al finalizar el partido.

Había sido increíble, no soy precisamente una experta pero aprendí mucho de Hinata cuando lo veía practicar y lo ayudaba.

Y ese colocador...es maravilloso lo que hace con Hinata, esa precisión nunca la había visto antes en un partido, era todo un prodigio.

Por otro lado, Tsukishima parecía habérselo tomado en serio, me sorprende que ese idiota haya podido tomarse en serio algo siendo como es, él también es muy habilidoso, lastima que le falte tanta convicción, se nota a kilómetros que no da todo lo que tiene, vaya a saber uno por qué.

Una vez se apartaron para descansar, me acerqué donde Tadashi y Tsukishima con una sonrisa cordial.

- Buen juego - dije colocándome una mano en la cintura - al menos se divirtieron contra ese colocador asesino y mi pequeño amigo.

- Son realmente increíbles.. fue muy duro - Tadashi soltó un suspiro de agotamiento, pobrecillo, había dado todo de si - Es bueno saber que a partir de ahora estarán de nuestro lado en vez de en contra.

- Con alguien así, yo estaría más que contenta, tienen mucho a favor en su equipo, seguro llegarán a ser temidos en el ámbito del voley.

- Ya deja de elogiar tanto a ese rey egocéntrico, apesta - Tsukishima puso tal mueca de disgusto que parecía que había pisado una cucaracha descalzo.

- ¿Huh? - solté una risita sonriendo alegremente- No te pongas celoso, limón agrio.

- ¿No te cansas de decir estupideces? - preguntó arrugando el puente de la nariz con molestia.

- ¿Algún día dejarás de ser tan agrio? - pregunté de igual manera y coloqué una mano en su hombro- Si tanto te molesta Kageyama, solo mejora y hazle la competencia en vez de insultar y tratar de parecer fuerte burlándote de el.

Este me observó de una manera despectiva, suspiré, ya estaba más que acostumbrada a su cara de asco como respuesta a todo lo que digo.

- No me afecta para nada ese Rey egocéntrico - dijo al fin - De todos modos, esto sigue siendo solo actividades de club, no hay por qué exagerar dejando la vida en ello.

- Como digas, aún así, admito que me sorprendió que jugaras tan bien y que te esforzaras al menos por un segundo - Dedicándole mí única sonrisa honesta para con él en todo el día, este pareció sorprenderse de ello, y raramente, no de mala manera - Eres un buen jugador, seguro si te esforzaras  podrías ser mejor que Kageyama.

Dicho esto deposité un beso en la mejilla de Tadashi y me alejé donde Shoyo.

Sentía la fría mirada de Tsukishima en mi espalda, pero la verdad, prefería ignorarla.

Todos fueron retirándose poco a poco luego de limpiar y yo me quedé calentando para comenzar a practicar.

- ¿Te quedarás a practicar hoy también, Jaz? - preguntó Shoyo probándose su chaqueta nueva.

- Así es, tengo que hacer todo lo que pueda para el lunes- dije mientras tocaba la punta de los dedos de mis pies con mi mano estirada en el suelo- linda chaqueta, por cierto, te queda muy bonita.

- ¿Es maravillosa o no? - chilló emocionado- ¡Nunca estuve tan feliz!

Kageyama se acercó a su posición con su cara seria e impasible de siempre, más para mí extrañar, algo me decía que deseaba hablar pero por alguna razón, no le salían las palabras.

- Buen partido - Dije guiñándole el ojo y este se sonrojó temblando ligeramente.

A decir verdad, pensé que lo ayudaría a soltarse, más por el contrario, creo que lo puse más tímido. Diablos.

Shoyo lo observó con gesto de duda, al parecer esas actitudes no eran muy comunes en el muchacho, aunque dudo que mirarlo de esa forma ayude en algo.

Mientras estiraba fruncí el ceño en amenaza hacia Shoyo, de este enano se puede esperar cualquier cosa.

- Kageyama ya habla, ¿desde cuando eres así? - preguntó y este pareció ponerse peor, ya me imaginaba que esto iba a pasar - ¿Acaso te sientes mal por algo?

- ¡C-cierra la boca, idiota! - Exclamó, ya  enfadado y de mal gesto - Yo..no iba a decir nada, ya me voy.

Y dicho esto, se retiró rápidamente y sin mirar atrás. Sin remedio, se me escapó una risita, eso fue raro, a la par de tierno.

¡Qué chico tan raro!

- ¡Bueno! - Daichi aplaudió haciendo que todos se reunieran en un punto en común - Ahora que Kageyama y Hinata oficialmente son miembros del club, quiero contarles que junto a nosotros, estará Jazmín y sus alumnas, quienes serán parte del equipo de Karasuno como nuestras animadoras.

Todos me observaron con reacciones distintas, pero realmente, no me importaba. Mientras que me acepten, no exijo nada más.

- Será un gusto estar ahí para apoyarlos, espero nos llevemos bien - Dije con una sonrisa - Junto a mi también estarán dos chicas más, pronto se las presentaré, pero por ahora, yo estaré ahí para darles apoyo siempre.

- ¡Wooow! ¡Animadoras! - Al chico llamado Tanaka parecieron iluminarseles los ojos - ¡Un placer contar contigo, Jazmín! ¡Contamos con que le patees el trasero a Tsukki muchas veces más!

- ¡Estoy de acuerdo! - chilló Hinata tras el calvo, no pude evitar reír por como el pequeño imitaba todo lo que decía Tanaka.

- Tch..- Tsukishima se hizo a un lado rápidamente, era algo obvio que todavía no me perdonaba por la cachetada, pero sinceramente no me importa.

Luego de despedirme de los chicos del club, los cuales ahora conocía a todos, me quedé entrenando la coreografía que tenía planeada para el lunes, sin embargo, no podía concentrarme del todo, esos ojos azules circulaban por mi cabeza cada tanto, ¿Qué querría decirme?

Que extraño todo esto, es mejor que ya me concentre o arruinaré todo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top