Capítulo 8. Huyendo por amor

Huyendo por amor


Atsushi despertaba adolorido, la luz del sol le cegaba, miro a los alrededores confundido, pronto se percató que dormía sobre unas cajas, parecía ser una bodega amplia, podía escuchar un sonido extraño desde afuera, se levantó y lo miro, sentado en el suelo, parecía haberse dormido montando guardia. Trago saliva por un momento, ¿Qué había pasado? ¿Por qué no recordaba nada? Y peor aún, ¿Por qué Akutagawa estaba con él? - ¿Akutagawa? – le llamo mientras tocaba su hombro suavemente.

El azabache despertó y miro a todos lados, después miro al albino - ¿Cómo estás?

- Me duele un poco la cabeza... ¿Qué ocurrió?

- Hui

- ¿huiste?

- Contigo

- ¿conmigo?

- Deja de repetir lo que te estoy diciendo

- Pe-perdón

El azabache se agotó, respiro profundo y agitado, miro al albino – hui del inframundo contigo, solo te tome y te traje

- ¿do-dónde estamos?

- En el mundo humano

Atsushi trago saliva, se levantó y fue corriendo hasta una ventana, allí lo miro por primera vez, era algo azul que se movía, y hacia un ruido encantador - ¡¿AKUTAGAWA QUE ES ESO?!

- Se llama mar – le explico – estamos en Yokohama

- ¿e-eh?

Atsushi daba vueltas por la bodega mientras Akutagawa lo miraba quejarse, tenía un ataque de pánico – mi papá va a matarte, luego vendrá por mí y me sacudirá todo diciéndome cosas como "es que eso no debes hacer" o "así no te eduque" iiiih papá Charles va a lloooraaaar, no quiero ver a papá llorando

- ¡JINKO! – le grito para callarlo y lo logró. Atsushi le miro – tenia mis motivos

- ¿Qué motivos te hacen sacarme del inframundo? ¿sabes lo que hiciste?

- Solo... odie la idea de separarme de ti

- ¿de qué hablas Akutagawa?

- Después del temblor. En el trabajo me pidieron ignorarte

- ¿temblor?

- Escuche a tus padres, dijeron que iban a comprometerte

- ¡¿QUÉ?!

- Simplemente no pude con todo, te tome y te traje. Oh si, te quité la joya de protección

- ¡PAPÁ NO PUEDE HACERME ESO! Prometió dejarme elegir

- ¿eh? ¿Qué? ¿Por qué?

- aaam...

-  Jinko ¿Por qué iban a casarte? ¿Por qué no me dejan estar contigo?

- Yo... yo... Aaam... ¿po-por qué el mundo humano?

- Jinko, acabo de huir, deje a mi hermana. ¿no merezco una explicación?

- De acuerdo, de acuerdo... y-yo... - le miro serio – oye, no te diré nada – se quejó – tú tienes tu numerito de amor

- ¿sigues con eso? Llegaste en mal momento y fuera de contexto - Atsushi se cruzó de brazos – no me cruces los brazos.

- Tienes numerito

- No tengo

- Te escuche

- No lo tengo, revísame

El albino se sonrojo – n-no voy a revisarte

- Solo lo dije para que Higuchi notará a mi hermana y deje de andar detrás de mí porque estoy enamorado de ti

- ¿eh?

El azabache tosió. Atsushi se acercó tomando sus manos – ¿lo dices en serio? ¿Te enamoraste de mí?

- Desde la primera vez que te vi estúpido

- ¿y tú numero?

- No tengo

- Pero, pero es que tienes unos 200 años

- 220

- ¿y no tienes número?

- Que no pendejo, ¿siempre has sido tan preguntón?

Atsushi trago saliva – Akutagawa soy el príncipe del inframundo

- ¿Qué dijiste?

- Soy el hijo del rey de los demonios, herencia de Lucifer el Ángel más precioso de Dios. Primer condenado, el Ángel caído ¿quieres más?

- Es-es-espera entonces

- Por eso no podía decirte nada pe-pero si te enamoras de mí, significa que tu número se cancelará y podemos estar juntos

- ¿Qué? ¿Por qué?

- Yo no puedo tener numero

- Eso expli-explica mucho...

El albino había explicado todo demasiado rápido, el azabache estaba aún en shock, el menor solo suspiro – si no, entiendo... No tienes que estar cerca de mí, pero por favor... No digas nada.

- Calma, estoy procesando tanta información

- ¿eh?

El azabache tomo sus mejillas – entonces... ¿por eso no podías decirme? – Pregunto y el albino asintió – pero... ¿yo te gusto?

El menor se sonrojo, tomo la mano del azabache la cual aún reposaba en la mejilla de él. – el día que nuestros ojos se encontraron podía sentir mi corazón latir, y aunque estaba curioso, también asustado, su mirada me seguía y cada encuentro nuestro era algo mágico, ese baile que tuvimos... fue como volar entre los lagos de lamentos, y surcar los puentes malditos.

El azabache sonrió, ambos chicos se abrazaron – hui por miedo... No quería perder lo mejor que me ha pasado... - Atsushi apretó el cuerpo del azabache con su abrazo

- No, ahora somos uno, huimos

- Pero... si eres el príncipe, debes volver ¿Qué no hay una barrera que te debilita?

- No volveré si no es contigo a mi lado

- Entonces... ¿Qué debemos hacer?

- No puedo estar tanto tiempo aquí Akutagawa, mi lugar es en el inframundo

- Lo sé, lo sé – el azabache suspiro

- Entonces... esto podía ser como una luna de miel

- ¿vacaciones de recién casados?

- ¿ca-casados? ¿Ni siquiera me has pedido otra cosa y ya quieres casarme?

El azabache comenzó a reír, simplemente estaba alegre. - ¿Cómo cuánto tiempo tienes?

- Quizá...un año

- Bien. Haré lo mejor de mí para mostrarte lo mejor del mundo humano

El albino sonrió amplio. El mundo humano le emocionaba.

Primero que nada, debían encontrar donde quedarse, segundo: ropa.

Akutagawa llevo a Atsushi por Yokohama, el joven albino tomaba al azabache de su antebrazo quedándose ligeramente atrás del azabache pero bien pegadito. - ¿pasa algo malo? – pregunto el azabache al albino

- Es-estoy asustado.

- Oh vamos ¿en serio?

- Si, jamás he estado aquí ¿y si mi pierdo?

- Hey – giro su rostro ligeramente para mirarlo – No importa donde estés, el mundo que sea, te encontraré.

El albino se sonrojo y le sonrió, afirmo su agarre pero comenzó a andar a su lado. Caminaban por las calles de Yokohama, una ciudad enorme, con muchos habitantes pero Atsushi solo miraba al único que quería ver, a Akutagawa. 


...

Hoy no diré nada... Solo

¡Gracias por leer!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top