Capítulo 19. Los tres reyes

Atsushi seguía atrapado en aquel estanque, podía ver sombras moverse de un lado a otro, sabía que había algún tipo de reunión, intento mirar mejor pero el agua densa no le dejo ver nada. Por su lado, fuera del estanque. Habían tres hombres – El rey leviatán y el rey Abadon se reunieron

― Perfecto, en plan marcha a la perfección, creyeron que fue un Cthulhu de la reina calipso

― En cuanto Abadon le reclame comenzarán una guerra

― Y entonces, yo, Mammón, controlaré todo

― ¡Si Rey Mammón!

Nuevamente en el tercer infierno, Abadon y Leviatán se habían reunido, aunque no de muy buen humor, Leviatán era conocido como el rey de la envidia, había tratado por milenios de conseguir el reino primero. Lo cual le había llevado a la desgracia innumerables de veces – Entiendo que tu hijo fue secuestrado – menciono burlón.

― Silencio lagarto de rio, yo me estoy bofando de tus múltiples hijos

― No es mi culpa que los del primer infierno solo tengan un hijo, yo armo ejércitos de poderosos

― Cariño, habla de eso después – dijo Calipso

― Como sea, mi único hijo, heredero del primer infierno fue secuestrado. En primera, esto era confidencial pero mi hijo tuvo un problema con humanos. Ha presentado debilidad por lo que se le estaba suministrando sangre demoniaca de su propio esposo

― Que interesante, ¿fue tanto?

― Mi hijo llego al mundo demoniaco a punto de morir. Hubiese sido una tragedia

― Admito que sí, sería una vergüenza subir al trono solo por una muerte. Debe ser tomado como se debe, con leyes y con una pauta para el luto

― Pero no murió Levi, concéntrate deja de pensar en subir al trono

― Deja de llamarme Levi, "Aby"

― ¡no me llames Aby!

Ambos comenzaron a pelear, no era una real, era más algo infantil a lo que calipso tomo sus orejas para calmarlos. Ambos respiraron y se miraron – entonces ¿Qué paso con tu hijo? – pregunto Leviatán

― Está mañana fue secuestrado, acababa de tomar energía de su esposo así que estará bien unos días pero me temo que si no están en presencia, mi hijo morirá

― ¿quieres decir que tomaron a tu hijo? ¿Cómo?

― Eso no es lo único, fue un Cthulhu

― ¡TONTERÍAS! – grito molesto

― No cariño, es cierto – Interrumpió Calipso – no está mi bebé Cthulhu Bub. Alguien lo ha secuestrado

― Así que también se han llevado uno mío, es un llamado a guerra

― Así es, quieren ponernos en contra. ¿tienes a alguien en mente?

― Satanás es el único con suficiente ira para provocar una guerra

― Cierto, Belcebú, Asmodeo y Belfegor se concentran más en sus reinos, ellos no están interesados. Mammón es demasiado avaricioso pero dudaría de que el planeará algo así

― En efecto, su avaricia le nubla la mente

― Entonces ¿vamos al quinto infierno?

― ¿vamos? Me suena a manada

― Si tienen a mi Cthulhu, iré a buscarlo.

― Muy bien, de acuerdo, suena razonable. – se quejó. – Calipso, quédate con el jefe Lovecraft. No quiero que nada te pase. Iré con mi hermano y sus doce.

― Vuelvo con bien mi amado Levi

― Chiquistriquis, aquí no – le susurro el mayor.

Abadon los miro divertido – Chiquistriquis

― ¡CALLATE MALDITO LOCO DE LAS SERPIENTES! – se quejó Leviatán siguiendo a Abadon.

Calipso los miro y sonrió – ese par no cambia – menciono divertida – y pensar que todos los pecados creen que se odian.

Leviatán y Abadon bajaban al quinto infierno con compañía de los doce de Abadon, claro está que no iban todos, Abadon había mandado a algunos al primer infierno a asegurarse del bien estar de su familia y reino. Al primer reino llegaron Alcott, Edgar, Fyodor, Lucy, Michelle y Nathaniel. El primero en buscar a Akutagawa y Charles fue Fyodor, si había alguien en quien Abadon confiará era en Fyodor, si no, no hubiera dejado en sus manos a su familia. Lucy, Michelle, Alcott eran perfectas para mantener la calma en el reino, no había mejores estrategas que ellas juntas. Y bueno, Nathaniel no hacía nada ni era nadie sin Michelle. – Madam – dijo Fyodor quien llevaba a la cocina. Miro la cocina llena de pasteles, y no pudo evitar reír al ver al segundo príncipe con un gorro de chef, delantal y una cara de "mátenme"

― ¡Fyodor! – grito Charles abrazándole - ¿y mi bebé?

― Disculpe Madam... Aun no encontramos a Atsushi

― ¡¿QUÉ?! – gritaron los dos

Fyodor se puso de rodillas y bajo la cabeza – Madam, discúlpeme por no traer a su amado hijo, pero esto sobre pasa nuestros límites, parece que quieren crear una guerra, el tercer Rey, el Rey Leviatán a convocado a su esposa Calipso a quedarse con el segundo príncipe del tercer infierno. El Rey Leviatán dejo su reino junto al Rey Abadon solo para ir en búsqueda del quinto Rey al quinto infierno, Satanás.

Charles tapo su boca – pero, ¿Y Atsushi?... ¿él estará bien?

― Mi segundo Rey, le juro que Atsushi está bien – menciono – lo encontraremos así tengamos que ir a todos los infiernos y desmantelarlos por completo. Confié en nosotros, confié en Atsushi. No es un demonio cualquiera

Charles suspiro. Akutagawa tallo los hombros de Charles y miro a Fyodor - ¿Qué podemos hacer?

― Por favor, consuela a Madam, sé que pido mucho porque te quedes en espera de tu esposo, pero créeme, necesitamos que estés aquí. Si algo pasa, no sé si Madam podrá resistirlo.

― Comprendo... - Akutagawa suspiro – quiero ver a Atsushi.

― Permítanme atreverme a sugerir algo... Digo, ya que ya tienen conocimientos – dijo Fyodor. Akutagawa y Charles se miraron, desconocían a que iban aquellas palabras.

Mientras tanto, Francis, Mark, Shibusawa, John, Herman, Abadon y Leviatán habían llegado al quinto infierno, allí todo era mucho más caliente. Herman ayudo en eso a Leviatán brindándole una brisa marina desde su fantasmagórica ballena blanca. El palacio de Satanás no existía, era una pila de cadáveres donde estaba su silla de rey por lo más alto. ¿Los pecadores? Gritando y quemándose en todo momento. La ira de Satanás no los dejaba descansar ni un segundo. Los vio de inmediato y bajo en un solo movimiento hasta quedar frente a ellos. Una mujer de cabellos rojos y piel más roja que su mirada encendida y furia - ¿Qué hacen aquí? ¿Vienen a buscar algo? ¿Quieren morir malditos?

― Definitivamente mi Cthulhu no está aquí – menciono Leviatán débil – no podría sobrevivir aquí

― ¿un Cthulhu aquí? ¿te drogas?

― Satanás ¿puedes calmarte un momento? Tenemos que contarte algo – menciono Abadon.

Las llamas se encendieron, lo peor que podían decirle era que se calmará. Francis, Mark, Shibusawa, John, Herman, Abadon y Leviatán tragaron saliva, literal. Estaban en el infierno. 


...

Les quería comentar que cuidando termine esté pequeño drama, vendrá un poco de HiguchixGin, y TachiharaxTanizaki. 

¡Gracias por leer!

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