Era caliente, su lengua pasaba por su cuello bajando lento por su columna vertebral solo para detenerse un momento en su cadera y besarla alrededor – Ryu... - le llamo sofocante

― ¿ya no lo soportas? – pregunto coqueto

¿Por qué su llamado? Bueno, el azabache mantenía sus telas en el cuerpo de su ahora esposo, cubriendo sus ojos, y atando sus muñecas al frente de su cuerpo. Sus sensaciones eran mayores y su esposo no era precisamente muy delicado en la cama. - ¿Ryu? – pregunto, pues ya no sentía las manos del mayor. Claro, amaba tener a su esposo en espera. Verlo respirar agitado, sudar lentamente, incluso el ver como aquella gota caía de su frente hacia sus ojos donde el mayor lamio sorprendiéndole - ¡Ryu!

El mayor dejo salir una ligera risa – Te vez adorable, Jinko

― ¿Por qué me vería adorable? Me tienes atado Ryu – se quejó.

Akutagawa se aprovechó para tomar el miembro de su esposo en sus frías manos, Atsushi reacciono, aunque no grito, su piel se erizo y su cuerpo se contrajo. – Ryu...

― A veces eres muy altanero pequeño príncipe

― Ryu, no me llames así, no me motiva nada en la cama

― ¿no?

― No

El mayor comenzó a mover el miembro del menor en su mano, acariciando el glande con su dedo pulgar - ¡aah!

― ¿no le gusta esto príncipe?

― N-no lo hagas así

El mayor hablo a su oído – oh príncipe...

― ¡aaah!

Aquel grito había llevado al príncipe al infierno, decir que al cielo sería muy... divertido

― ¿te gusto? – pregunto el mayor quitando sus telas de los ojos del menor

― Eres el peor – se quejó sonrojado – pero sí, me gusto – respondió besando sus labios – quiero recompensarlo esposo mío

― ¿en verdad?

― Sip

Tomo el hombro del mayor para recostarlo y quedar encima – permíteme, dar mi mejor servicio – Atsushi se acomodó en la entrepierna del mayor, uso sus manos para dejar sus glúteos bajar y dejar entrar el miembro del mayor – aaah... - suspiro relajado – es tan bueno...

― Te has vuelto un descarado, "queridito"

― No se puede evitar, es tan bueno – menciono acostándose sobre su pecho – hazme rogar

― Te he dicho que no le pidas eso a un contratista

Atsushi sonrió moviéndose un poco, acomodaba el miembro dentro de él - ¡aaah! – Grito con fuerza y miro al mayor – hazme rogar

― Maldición

Akutagawa tomo las piernas del albino, volteándolo en el acto y con ello haciendo a Atsushi gritar – maldición, ¡que estaba sentado! – se quejó por su ahora posición. Recostado en la cama y su trasero alzado

― Cállate – hablo serio haciendo al menor estremecer

Alzo su mano, dura y fría era su estado natural, añadiendo velocidad llego a uno de los glúteos del albino con bastante fuerza, ni siquiera es necesario decir lo fuerte que el albino grito. En cuanto el dolor bajo, llego uno nuevo acompañado de placer.

Akutagawa entró en el menor, mientras aquellas nalgadas continuaban: nalga derecha y luego izquierda, luego derecha y luego izquierda; las lágrimas del menor comenzaba a salir cuando el mayor tomo sus cabellos jalando su cabeza hacia atrás y estirando su cuello. Atsushi lo miraba complacido – me sorprende como amas eso – expreso el mayor penetrando con fuerza

― Mmgh... si-simplemente, a-amo todo de ti – expreso adolorido

― Príncipe... ¿Qué tal si me muestras tus alas? – cuestión.

Las embestidas se habían vuelto rápidas y suaves, Atsushi apretó las sabanas - ¿po-por qué? N-no, si las muerdes y-yo

Akutagawa embistió con fuerza haciendo a Atsushi moverse en la propia cama - ¡AAAH! – grito con un poco más de fuerza. Una vez sometido, el mayor jalo a su pareja desde su pecho, lo sostuvo con fuerza levantándolo. Aunque Atsushi intento sostenerse de los muslos del mayor, era imposible, solo entraba aún más en él, haciéndole sentir que se abriría en dos. - ¡si! ¡Si de acuerdo! – grito.

Dejo salir sus alas, aquellas blancas que tanto le gustaban al mayor, comenzó a besarlas provocando al menor mayor éxtasis, termino, claro que eso no le importo al mayor, se había vuelto a levantar y Akutagawa estaba dispuesto a dejarlo seco de amor.

Los rasguños era algo cotidiano

Los cortes también

El sudor, las lágrimas y los fluidos por todo su cuerpo, era pegajoso y algunas veces de mal olor.

Sostenían sus manos entrelazadas, Akutagawa disfrutaba de la vista al estar recostado en la cama mientras su esposo saltaba encima de su miembro con aquellas alas completamente abiertas al igual que sus piernas y boca. - ¡aaah! Ryu

― Me gusta cómo te vez desde aquí

― Mmhg... y-ya no puedo – se quejo

― Lo sé, llevas un buen – trago saliva, él también estaba en su límite – rato, suplicando...

― ¡aaah! ¡RYUNOSUKE!

Con fu grito a todo pulmón, ambos lograron terminar, Atsushi se dejó recostar en el pecho del mayor, esté ayudo al albino a sacar su miembro de su interior, solo alzo sus caderas pero estaba tan sensible que incluso el toque lo había hecho pedir por parar. – tranquilo, solo estoy acomodándote

― Aaaha... Ryu... Yo estoy en mi límite ¿Cuánto lo hicimos?

― Fueron 7

― Casi lo mismo que los infiernos

Akutagawa dejo salir una pequeña risa - ¿piensas en eso después del sexo?

― No – respondió cerrando sus ojos – uugh, Ryu me duele mi trasero ¿Cuánto golpeaste?

― Bastante – menciono orgulloso de ello. - ¿quieres agua?

― S-si... siento que si muevo mis pies me voy a caer

― ¿intentamos?

― N-no seas así conmigo – se quejó.

Akutagawa volvió a reír un poco más, movió a Atsushi haciendo que volviera a gemir, su sensibilidad estaba a flor de piel, el mayor salió de la habitación, mientras el albino respiraba agitado mirando alrededor – Quiero a Ryu de nuevo... - se quejó.

El azabache regreso y el albino lo miro de cuerpo completo - ¿te he dicho que mi esposo está buenísimo?

― ¿debería huir antes de que llegue?

― No lo sé, creo que lo tienen igual de grande – menciono coqueto

― ¿no que estabas cansado?

― No cuando se trata de ti – añadió sonriente

― Calma, regresarás a trabajar en dos días ¿no quieres descansar un poco de tanto?

― ¿Cómo podría descansar teniendo a un hambriento sexual a mi lado?

― ¿Qué? Tus padres dijeron que era una buena forma de recuperar tu energía demoniaca

― Aja, ¿Quién dijo eso?

― Abadon

― ¡ESO ES MENTIRA! – se quejó - ¿Por qué papá sigue hablando contigo sobre mí? – se quejó aún más

― ¿Por qué no tomas agua? – se quejó molesto

Atsushi tomo el agua que había llevado su esposo y esté le ayudo a sentarse. Ahora podía beber bien. Akutagawa mientras se acomodó a su lado y Atsushi se acurruco - ¿Por qué tienes que volver antes tú?

― Charles dijo que necesitas

― Lo sé, ya entiendo – se quejo

― Jinko, están preocupados, y yo también. De saber que el aire humano sería tan dañino para ti

― Pero no – se quejó abrazándole – estoy bien, seguiré bien, no te preocupes por mí, no así. Lo sé, me tomará meses recuperar todos mis poderes, pero estoy bien

― Fuiste al mundo humano, me dejaste llevar aun cuando tu familia tiene una maldición hecho por el mismo Dios, ¿Cómo podría estar bien? Si algo te pasa

El menor tomo sus manos – pero estamos de vuelta en el inframundo, tenemos a Gin, a mis padres, tenemos está linda casa y tenemos amor ¿Qué más podría pasar? Estoy recibiendo alimentos del inframundo, y aire puro del inframundo. Ryu, por favor, confía en mí, estaré bien, solo dame unos meses.

― Aun... Creo que es pronto para que vuelvas a trabajar – se quejó. Atsushi tomo sus mejillas – oh no, no me vas a convencer con eso – se quejó. Su esposo le había puesto ojitos de cachorrito – no

― Ryuuu

― No

― Ryu, yo te amo

― Ah maldición- se quejó para besarlo y sonreírle – eres mi mayor pecado, por favor, siempre quédate a mi lado

Atsushi sonrió – claro, estaré siempre a tu lado... 

...

Lo había mencionado pero lo repetiré aquí. 

Está historia tiene un principio y un fin, la verdad no me estaba gustando el rumbo que tomo mi escritura, la sentía muy simple y sin rumbo, retomaré está historia después de la boda demoniaca. Espero que les gusten el capítulo, por que habrá muchos más así.

No se preocupen por la historia, está seguirá, simplemente la estoy volviendo a escribir como a mi me gusta. 

Gracias por acompañarme en esté proyecto y no abandonarlo.

¡Gracias por leer!