63. (+18)

Natasha.

Recosté mi cabeza en el sofá gigante que Wanda me dejó traer de casa. Podía dejar muchas cosas, pero no mi sofá.

—Hey, Piolín. Ven aquí, muchacho, ven aquí.

Palmeé el sofá. Rápida subió para recostarse a mi lado, vi a Sherlock acompañarlo.

Ambos están gigantes. Es sorprendente todo lo que podían cambiar dos bolas pequeñas llenas de pelo en todo un año.

—¿Quién es un buen muchacho? — acaricié su lomo. — sí, tú lo eres. Tú eres un gran chico, mi lindo muchacho... — sus lamidas me hicieron sonreír. — ¿sabes? Aunque no me agradabas al inicio, eres mi hijo, y te amo.

Oí la risa de mi novia.

Levanté la cabeza.

—¿Por qué te ríes?

—Es lindo verte hablando con él, tan relajada.

—Lo estoy. Dormí como un bebé ayer por la noche. — estiré mis brazos por completo.  — llevaba tanto sin sentirme tan bien...

Y es en serio, tal vez..  No me ahogaba demasiado en los problemas, y por eso es que acabaron por consumirme, pero siendo justos conmigo... dormir junto a Wanda es sanar, pero no podía dormir siempre.

—Pues me alegra mucho saber que te sientes cómoda en tu nuevo hogar. ¿Crees que hoy podríamos ir a cenar fuera?

—Sigo asustada por estar en público...

—Estaremos bien. Prometo que cuidaré de ti, amor. — insistió ella recostándose a mi lado.

—¿Me lo prometes? — susurré rozando sus labios. Ella asintió.

—Te lo prometo... Tomaré tu mano mientras avanzamos por la calle... — sus dedos acariciaron los míos.

—¿Me llevarás de tu mano?

—Como mi chica.

—Me encantaría eso... — susurré observando los ojos de Wanda.

La castaña sonrió.

—Nos tomarán alguna que otra fotografía... — comentó ella y se apoyó  contra mi pecho. — pero prometo que te cubriré... Evitaré que te molesten, les diré que dejen en paz a mi hermosa novia... — acarició mi rostro.

Me sonrojé.

Esta vida es extraña. No es como que no sea lo que deseo, pero definitivamente es extraño.

Y sé que suena repetitivo, pero de alguna manera, siempre que estoy junto a Wanda pienso en lo buena que quiero ser. Es como si simplemente sintiera que me hace feliz ayudar, y pensar en algo más que sólo yo y ser el centro del mundo.

—¿Te digo algo, Nat? Jamás creí que llegaría a quererte de la manera en que lo hago. — sonrió. —y mírame viéndote como si fueses la última gota de agua en el desierto.

Sonreí.

—Es porque lo soy. Pero sólo en tu mundo. — Piolín subió sobre mi pecho dejando su trasero en mi cara.

Oí la risa de Wanda.

—Genial. Me odias.

—Él te ama. Adora que lo acaricies, creo que no me ha abandonado únicamente por eso.

—Wanda, no todos quieren abandonarte. —me quejé moviendo al cachorro. — yo no quiero hacerlo. Quiero estar el resto de mi vida a tu lado.

—Intensa.

—Me amas.

—Lo hago.

La castaña intentó besarme, pero los lindos dientes de Piolín la hicieron retroceder.

Lindo.

—Me odia.

—Creo que nos odia a ambas. No te lo tomes personal.

[•••]

—No estaba mal, pero debes aceptar que los sustos fueron innecesario. — me quejé mientras Wanda tomaba mi mano y veía si algún taxi se acercaba.

Acepté nuestra cita de hoy, únicamente porque deseaba probar toda la experiencia... O nada, le he dicho que si algo salía mal, no volvería a cenar fuera, hoy no hemos cenado, al final hemos optado por una película.

—Okay, pero eso no evitó que lanzaras cual bebé las palomitas fuera de la cesta.

—Dije que eran innecesarios, no que no asustaran, hay una diferencia amplia.

—Ajá. ¡Taxi! — llamó nuevamente y el vehículo pasó de largo. — mierda.

—Podríamos caminar, no me molesta. Está fresco.

—Es invierno en Londres. Este aire fresco podría matarte mañana temprano. — dijo ella imponiendo su acento un poco más en cada palabra.

Me gusta cuando se enfada.

—Oh. — murmuré. Nos observamos en silencio.

—Natalia...

—No dije nada. — retrocedí dos pasos.

—Natalia...

—Indícame el camino correcto y deja de quejarte.

—Nat...

—Sabes que lo haré de todas formas.

—A través del parque. — murmuró.

Empecé a correr y lo único que distinguía a través del reflejo de los autos, era su abrigo moverse cual capa de bruja.

—¡Natalia!

—Atrapame.

Seguí corriendo. Los árboles se azotaban contra la nada, casi no quedaban hojas.

Sólo algunas valientes se negaban a dejarse caer, las demás probablemente yacían siendo uno con  los suelos embarrados debido a la lluvia intensa de los días de invierno.

—Sería ideal que llueva. Podrías besarme bajo la lluvia.

—Amo tu concepto romántico, pero no quiero que enfermes. No estás acostumbrada a esto. — insistió Wanda corriendo tras de mí.

En cuanto el agua comenzó a caer me detuve delante de la fuente, me giré para sonreírle, sin embargo Wanda no se detuvo a tiempo, tomó mi cintura pero ambas caímos en la fuente.

Sólo puedo describir el agua como helada y sucia.

—¡Natasha! ¡¿Te encuentras bien?!

Mi mentón temblaba, seguramente podía ir despidiéndome de mi móvil, pero me sentía feliz.

El parque estaba a oscuras exceptuando los faroles, estábamos solas.

No había ruido, habíamos caído en el agua de una fuente y nadie fue testigo de eso.

Comencé a reírme viendo el rostro estupefacto de Wanda. ¿Qué más podía hacer?

No estábamos heridas, pero tampoco expuestas.

—¡¿Qué pasa contigo?! — gritó Wanda preocupada.

Me ayudó a salir del agua y la observé tomando su rostro para detenerla.

—Vas a enfermar si no llegamos pronto y tomas un baño.

Sonreí.

—¿Qué? — preguntó extrañada.

—Estoy viva, Wanda. Me siento viva.

Ella compartió mi sonrisa y besó mi cabello antes de llamar con urgencia a su padre y pedirle que me revise.

Él dijo que pasaría por nosotras fuera del parque y que mantuvieramos la calma, que mientras menos pensaramos en el frío, menos lo sentiríamos.

El frío era lo de menos.

Estaba aquí. Ahora. Viva y disfrutando de la libertad que me proveía la ciudad de mi novia.

Tenía una nueva oportunidad aquí, la estaba tomando y sentía como cada eslabón de mi vida tenía sentido. Pero sobretodo... Acababa llevándome a Wanda.

[•••]

Tres meses más tarde.

Wanda.

—¡Una vuelta más, vamos! — gritó Natasha y el grupo apresuró el paso.

Aquello que dicen sobre la manera en que funciona un grupo de personas dependiendo de la actitud del que asumen como líder, es totalmente cierto.

Desde que Natasha comenzó a formarnos, la vida por aquí ha cambiado, está claro.

Sharon tropezó con Gwen. Ambas cayeron.

—Lamento haberte empujado. — Sharon estiró su mano ayudando a Gwen.

—No, fue mi culpa. ¿Estás bien? Debo ir un poco más atenta.

—¿Ambas se encuentran bien?

Natasha se acercó a ellas.

Sonreí.

—Esa sonrisa no hace más que confirmar que se encuentran juntas.

Observé a la pelinegra.

—Baja la voz. — pedí. — sí, pero intentamos mantener un bajo perfil, ya sabes... Ella no espera ser del todo mediática, al menos no con su vida privada.

—Después de todo lo ocurrido, es completamente entendible. Pero extrañaré sus memes en instagram.

Sonreí.

Es cierto, sus fans se quejan demasiado por eso desde que cerró sus redes sociales.

Ella está más centrada en "vivir, no sólo existir", como diría en sus entrevistas, que en publicar ciertas cosas.

Quiere estar tranquila, y yo la entiendo. Es su paz.

—Todos.

Avancé hasta la línea del final. Natasha se acercó a quienes llegamos hasta allí, aplaudió un par de veces indicando que el entrenamiento acababa.

—¡Bien, chicas! Todo bien. Pueden descansar. Seguiremos el lunes. Descansen mucho mañana. El enfrentamiento del martes definirá quien abrirá las siguientes fechas. Si queremos ser anfitriones...

—Lo lograremos, Nat. Relájate. — Mariah sonrió. —nos has entrenado bien, y estamos preparadas para lo que sea.

—Me llenan de orgullo, lo admito. — ella sonrió. — bien, a las duchas. No les quito más tiempo. Nos veremos el lunes.

Todas se despidieron con gran cariño de la pelirroja, ella se dedicó a hacer algunas anotaciones.

Fui hasta las duchas. Me di una ducha larguísima, siempre me quedaba hasta el final y siempre mis duchas eran largas, incluso antes de Natasha, por lo que siempre esperaba que no fuese llamativo para nadie.

Me puse una camiseta suya. Es de los Lakers. 

Mi cabello húmedo estaba abrumándome, pero definitivamente me moría de ganas de ir hasta donde se encontraba mi novia y besarla.

Golpeé la puerta de su oficina.

—Adelante.

Empujé la puerta y la encontré escribiendo algunas cosas con las gafas puestas.

—Que atractiva te ves de esa manera... Quiero un beso.

Natasha sonrió.

—Dame dos segundos... — avancé hasta ella. — Sólo una firma y... Ya.

Se levantó. Tomó mi cintura, me empujó contra la puerta y me besó.

Aquello fue sexy.

—Te extrañaba...

—Yo a ti.

—¿Ya vamos a casa? — susurré y ella negó.

Su lengua se hundió en mi boca. Mis manos pasaron a su cuello.

—Nat...

—Ayer no me dejaste...

—Dijiste que debíamos descansar para el entrenamiento. — me excusé mientras ella bajaba dejando besos por mi cuello.

—Tú no cuentas. — gruñó empujando mis muslos contra la puerta. — ¿puedo? — preguntó acariciando mis piernas de forma lenta.

Asentí. Ella se alejó un poco permitiéndome bajar el pantalón de descanso.

La pelirroja dejó ir un suspiro.

[+18 contenido adulto]

—Te comería cada vez que te veo, pero tristemente debo guardar distancia... — susurró mientras yo dejaba caer mi braga. — Dios... Ven aquí, sube a mi escritorio.

Suspiré, ella tomó mi cintura, separó mis piernas en cuanto me tuvo sobre la piedra negra que tanto presumía de su oficina.

—¿Qué esperas?

—Me gusta deleitarme viendo mi alimento antes de probarlo... — susurró acariciando mi sexo con su dedo índice. — tan húmeda...

Llevó su dedo hasta su boca, probándolo...

Dejé escapar un suspiro, pero acabó en un gemido cuando su lengua delineó mis labios mayores.

Levantó la mirada. Sus ojos verdes y una sonrisa maliciosa, su lengua es un a delicia...

—Natalia...

Sentí la presión sobre mi carne más profunda, los movimiento circulares y su respiración suave.

Me apoyé mejor en el escritorio deseando que esto jamás acabara.

Sus manos presionaron mis muslos, subió uno sobre su hombro. Separó su boca de mi sexo.

—Mierda. — gemí sintiendo su dedo dentro de mí. Lo movía lento antes de retirarlo de la misma forma.

—¿Te gusta así?

—Me encanta... — admití sintiendo su otra mano subir por mi abdomen. — ¿Me quito esto?

—¿Eso quieres? — susurró contra mis labios. — ¿Mi princesa quiere enseñarme su lindo cuerpo? — preguntó sonriente. Asentí. — buena chica... Me encantaría verte.

Me quité la camiseta y el sujetador deportivo. Ella se pegó a mi cuerpo hundiendo dos dedos en mi interior mientras besaba mi cuello.

—Me fascinas, Wanda Maximoff... Necesitaba que seas mía...

—Nat...

—No podía dejar de pensar en ti mientras entrenaban... Quería tenerte de esta manera...

—Amor...

—Sentirte rodeando mis dedos... Tan húmedos por ti, princesa.

—Nat... Estoy...

Sus besos descendieron hasta mis senos, llevando uno de los pezones a sus labios y succionándolo un poco.

Mierda...

Sentí mi orgasmo sacudir mi cuerpo luego de un par de frases respecto a lo mucho que amaba mi cuerpo, y otras barbaridades...

Jamás me cansaré de decir que la parte divertida del sexo con una ex playboy, es lo mucho que sabe como hacerte acabar con palabras.

—¿Te sientes bien, preciosa? — susurró mientras yo cerraba los ojos y me escondía en su cuello. — iré por una toalla... Lamento esto, acabas de ducharte y...

—Me quiero casar contigo, porque sé que nadie me hará el amor de esta manera. — admití mientras dejaba ir un suspiro contra su cuello.

No podía verla, pero sabía que se estaba riendo, y seguramente jactándose internamente de ser increíble en el sexo. Es una maldita engreída.

—Me alegraría que me permitas optar a ser legal en este lindo país sin tantos papeleos y sólo un anillo.

Golpeé su hombro y la oí reír.

—Idiota.

—No... — murmuró.

Luego de unos segundos en silencio, volvió a hablar.

—Créeme, sólo planeo hacerte el amor a ti, por el resto de mis días, y si tengo que cometer una locura para encontrarte en cada una de las vidas que me queden, lo haré, Wanda... Eres mi chica...

—Sí... Lo soy.

Nota de autor:

Ayuda, quedan dos capítulos q loquera diría la doctora polo

¿Cómo están los cachorros más lindos del mundo? ¡Mucha suerte mañana!

Este capítulo está dedicado a patito_romanoff quién estuvo de cumpleaños hace unos días y disfruta mucho este fanfic, gracias patito por el apoyo <3

—Codito.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top