61.

Natasha.

Wanda cubrió mis ojos con sus manos mientras me empujaba con cuidado por la casa.

—¿Sabes que sé sobre la fiesta, verdad? — pregunté y ella me hizo callar.

—Silencio.

—No es necesario que me cubras los ojos, de cualquier manera lograré saber dónde estamos. Sé que vamos por la entrada de atrás.

—Te cubrí los ojos en la entrada de atrás. — insistió.

—¡Ajá, pero eso no quita que sé por donde vamos!

—Si tuviese un hechizo para que dejes de hablar lo usaría, lamentablemente no conozco uno.

—Sí, ajá. — volví a quejarme, choqué contra el bar. — ¡Wanda!

—Escúchame. Están detrás de esta puerta, pero si no te callas, les diré que lloraste cuando vimos coco.

—¡Estoy justificada!

—Silencio, bebé. — susurró insistente contra mi oído.

Suspiré.

—Okay...

—Bien.

Seguimos avanzando hasta la siguiente habitación donde sentí que algo me golpeó la cara.

—¡Yelena! — oí la voz preocupada de mamá.

—¡Se disparó solito!

—¡¿Nat, estás bien?!

Escupí unos cuantos papeles y tosí debido a la fuerza del impacto. Aparté las manos de Wanda y noté como Yelena escondía tras mamá un aparato con el que me disparó confetí.

—¡¿Por qué me disparas?!

—¡Me lo dieron a mí! ¡¿Qué se suponía que hiciera?!

—¡Apuntar al aire!

—¡No es mi culpa! — insistió ella.

Sostuve mi cabeza aún algo aturdida. Mis compañeras estaban allí sonriendo, les correspondí y en ese momento gritaron un enérgico "¡Sorpresa!" Parecían muy emocionadas de dar a conocer su evento que ya me habían informado.

—¡Gracias a todas por esto! — puse una de mis manos sobre mi pecho. —somos familia y me hace muy feliz compartir con ustedes antes de comenzar a empacar...

—¿Empacar? — papá me observó sorprendido. — ¿Te irás de vacaciones?

Oh, mierda.

Olvidé ese pequeño detalle sobre papá. No le he dicho que me iré de aquí.

—Oh, Alexei... — susurró mamá haciéndole callar. — silencio.

—Luego charlamos, papá. — volví a mis chicas. —tenerlas aquí, y a mis lindos Stony... — señalé al rubio que abrazaba a su pequeño esposo. — mi linda chica... — tomé la cintura de Wanda. — y mi familia...

—Estamos muy felices también, realmente necesitábamos hablar contigo. — comenzó Tony acercándose. —te tenemos una noticia...

—¿Me harán una despedida? — pregunté sonriente.

—Como corresponde, además de que te daremos un nuevo trabajo. — sonrió. Me giré a ver a Wanda, ella se echó hacía atrás. ¿Qué? — yo siento que estoy en un momento de mi vida en el que... Ya tengo edad de retirarme. — comentó Tony.

—¿Qué dices? ¿Qué harán sin ti?

—Steve y yo pensamos en tener hijos, ya sabes, lo que... Quiero decir es, pensé siempre que tú serías una gran sucesora, y aunque sé que te irás, sé que he tomado la decisión correcta.

—¿De qué hablas, Tony? No puedo quedarme... — susurré avergonzada.

Él sonrió.

—Lo sé, y yo jamás haría que elijas entre tu felicidad y la nuestra, por lo que... Tu linda chica y yo atamos algunos asuntos. — palmeó mi espalda. — el día de tu despedida, Stephen Strange asumirá como entrenador de este equipo y tú pasarás a ser la nueva entrenadora de tu chica.

¡¿Qué?!

—¡¿Qué dices?!

—Nat, no te pre...

—¡Es un idiota, Tony! ¡No puede cuidarlas bien!

Mis compañeras veían mi desesperación.

—No puedes...

—Nat, yo me encargaré de enseñarle cómo tratarlas. Estarán bien...

Negué.

—Estaremos bien, Nat. — Yelena habló rápidamente. — aceptaré ser la capitana del equipo, ya hemos charlado esto, creemos que mereces tu descanso y... Estaremos felices de verte triunfar.

Wanda tomó mis mejillas y me hizo verla a los ojos. Eso es manipulación, eh.

—Te lo mereces... Charles me ha ayudado y sé que no te gusta que se metan con tu carrera, pero...

Suspiré.

Ya basta.

—Acepto. — murmuré y ella detuvo su discurso.

—¿Aceptaste y ya?

—No puedo pasar toda mi vida rechazando la ayuda de las personas que amo, ¿no? No lo haces porque no creas que soy capaz, ya lo sé... — la besé. — gracias... a todos en realidad... Ustedes son la mejor familia que se podría tener... Sin ofender, mamá y papá.

—¿Por qué Yelena cuenta? — se quejó papá.

Algunas rieron, menos la rubia quién lo observó de manera fija y con el ceño fruncido.

—Porque ella es parte del equipo. — murmuró mamá. Papá se cruzó de brazos.

—Gracias por... Encontrarme el camino a la tranquilidad, creí que me tomaría mucho más poder encargarme de encontrar algo para mí, el fútbol es mi vida y... — suspiré sintiendo mi voz quebrarse un poco. — no sé, simplemente sentir que lo que más amo me arrebataba la posibilidad de vivir mi vida...

—¿Yo no soy lo que más amas? — preguntó Wanda con un puchero ridículo y adorable.

Uní nuestros labios y la rodeé con mis brazos mientras susurraba miles de "gracias" cerca de su cuello.

—Te mereces esto y más, Nat. Seremos felices cuando nos toque enfrentarnos a un equipo dirigido por la mejor portera que conocimos.

—La mejor líder además... Será difícil llegarte a los talones, Natasha. Intentaremos recordarte y hacerte orgullosa.

Me acerqué hasta May, la abracé y ella a mí.

—Siempre estaré orgullosa de mis chicas, les prometo que no importa cuanto tiempo pase, ustedes siempre serán mis número uno... — susurré y me alejé unos metros.

Las dejé expectantes en el salón mientras iba hasta mi habitación de camisetas y premios, tomé la camiseta que usaba la primera vez que jugamos contra las británicas.

Volví corriendo al salón con un marcador y la camiseta.

—Firmen esto, tengo una amiga, es doctora. Ella se encargará de subastarlo y podrán dar ese dinero a alguna de las fundaciones con las que estoy trabajando.

—¿En qué momento pasó eso? — preguntó Kate sorprendida.

—Una es una fundación en apoyo a las personas que han sido abusadas física, psicológica o económicamente, realmente de cualquier forma... Las ayudan. Otra fundación es para niños con enfermedades de tratamientos costosos. — expliqué mientras todas se acomodaban en una fila para comenzar a firmar la camiseta.

—Podríamos... Podríamos... Subastar otras cosas, del estadio y otras camisetas de eventos especiales. — dijo Okoye.

Sonreí.

—También podríamos hacerlo el día de mi despedida.

—¡Nat, eres asombrosa! — dijo una emocionada Yelena. — Eres mi ídolo.

—Es cierto, Nat eres increíble.

Todas comenzaron a elogiarme, pero volteé a ver a mi chica.

—Mi novia es la responsable de que mi trasero egoísta y engreído, mejorara. Ella es la razón por la que siento que cada día soy mejor.

—Ya eras mejor, cariño... — susurró y escuchamos un "aww" por parte de nuestro público.

[•••]

Wanda.

La fiesta había acabado más temprano que tarde, vimos una película todos juntos en la sala de cine de Natasha.

Confieso que extrañaré esta habitación de su hogar.

—¿Sabes? Creo que extrañaré estar aquí.

—¿Por qué? Tu salón es cómodo.

—Creo que me acostumbré de mala forma a tus excentricidades, amor... — admití. Ella rió desde mi pecho.

—Pues compraré un estéreo lindo para la habitación... — murmuró.

—No quiero un televisor en la habitación.

—Aburrida.

—Es nuestro nidito de amor, ¿por qué romperlo con basura televisiva? — hice un puchero.

La pelirroja me besó unos segundos antes de ponerse de pie, la detuve con un jalón suave en su mano.

Ella bajó la mirada.

—¿Mhm?

—Me llamaste novia hace unas horas.

—¿Y?

—No soy tu novia, pelirroja mentirosa. — dije rápidamente. Ella intentó levantarse nuevamente, pero enredé mis piernas en su cintura evitando que se aleje.

—Wanda...

—Pídeme ser tu novia. ¿No soy tu princesa? — susurré en su oído. Ella sonrió.

—Me haces cosquillas.

—Pídelo.

—No lo sé, para mi ya eres mi chica, Wanda. ¿Por qué necesitas qué...?

La solté.

Me di la vuelta y tomé mi móvil.

—¡Oh, vamos!

No contesté.

—Princesa, ven aquí... — susurró tomando mi cintura. — ¿En serio necesitas que lo diga? Tú ya eres mi chica.

—Le quitas lo divertido a la vida.

—¿También tendré que ir a pedirle tu mano a Erik? — insistió molestando y la aparté.

Claro que deberá hacer eso. ¿De qué otra manera nos casaríamos con la bendición de mis padres?

—No responderé a tus burlas. — me quejé.

Ella sonrió y subió sobre mi regazo.

—¿Quieres ser mi novia, princesa? — pegó su nariz a la mía. — mi chica... Mía y sólo mía...

No debería darle el gusto.

—Sí, quiero.

Uní nuestros labios sin dejarla responder a mi respuesta, y decidí que no me juzgaría por responder rápidamente. Sé que tal vez debí fingir que no quería, pero... ¡Natasha no parece acostumbrada a esto!

—¿Alguna vez pediste esto? — pregunté al separarme de ella.

Natasha negó.

—No.

—¿Bromeas, no?

—No, realmente no. Nunca tuve una novia, no me gustaba alguien en serio cómo para pedírselo, ¿qué hay de malo en eso?

—¡Nada! — dije rápidamente al verla cruzarse de brazos. — te enfadas demasiado.

—Tú logras que me enfade.

—Deja de discutir conmigo, ya superamos aquello. — dije yo y ella sonrió. — te amo.

—Yo también te amo. ¿Me ayudas a organizar lo que donaré y lo que dejaré en una bodega?

—¿Qué pasará con esta casa?

—Oh, la donaré para que tengan un edificio para la fundación de Rogue. Me parece un buen sitio de acogida.

Sonreí.

—Eres un alma dulce, Natasha Romanoff.

Nota de autor:

¡Hey! Lamento subirlo tan tarde, no me dio tanto tiempo. Sigo adaptándome a la primera semana con este horario 😭, espero ya para el fin de semana tener un plan de cómo haré funcionar mis tiempo entre wattpad y la universidad, quedan 4 capítulos aquí y luego ya saben,,,,

Capítulo dedicado a ChioMendozaIbarra, mi querida chio, lamento no haber cumplido con la fecha, díganle feliz cumpleaños atrasado a chio, cumplió años hace dos días <3 tqm, chio, gracias por todo el apoyo de siempre

—Codito.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top