46.

Natasha.

—Mi parte favorita de las bodas, es la decoración y el sentimentalismo que existe. — murmuró Wanda mientras acomodaba sus pendientes. — ¿Sabes? Jamás creí que Pietro se casaría después del accidente, mi mayor temor era verlo derrotado... Y él fue quién pidió matrimonio a Clint en su segunda semana de terapia.

Sonreí. Estos tacones van a matarme.

—¿Le costó aceptar que no volvería a caminar?

—No del todo, tenía días malos. Como todos supongo... A veces simplemente era el único motivado a seguir, fue un golpe mucho más duro para la familia.

Me senté en la cama de Wanda y volví a quitarme los zapatos. La castaña sonrió y se puso de rodillas, tomó mis pies comenzando a masajearlos.

—Gracias por aceptar usar estos tacones en el matrimonio de mi hermano, sé que no son como tus zapatos para jugar, pero...

—Con tus masajes y lo lindos que son juntos, con gusto usaré lo que deba usar... — murmuré sonriente.

Wanda acarició los dedos de mis pies, la planta de ellos y luego subió hasta mis tobillos.

—¿Crees que estarás cómoda durante el matrimonio y la fiesta con estos tacones o prefieres llevar zapatos bajos? — preguntó besando uno de mis pies.

Lo alejé de ella al sentir ganas de reír. Odio las estúpidas cosquillas.

—Creo que estaré bien, la ceremonia será sentada, no me cansaré.

—Espero que estés segura, porque bailaremos toda la noche, Romanoff.

—Claro que sí, ven aquí.

Estiré mis brazos, Wanda soltó la toalla que envolvía su cuerpo, el aroma de su piel mezclado con la fragancia que escapaba de su cabello era tan dulce que me recordaba mil y un cosas deliciosas de mi país, algunos batidos, algodón de azúcar, frutas recién cosechadas, y aún así nada parecía ser totalmente comparable con lo agradable que era aspirar su aroma.

La piel húmeda de Wanda empapó mi ropa interior, y aunque es como aquella sensación que te deja salir del agua en traje de baño – la cual es horrible– realmente me gustaba tenerla sobre mi cuerpo.

—Separa las piernas... — murmuró acariciando mi muslo. Obedecí permitiéndole acomodarse mejor sobre mi cuerpo. — me gustas tanto... — dijo mientras besaba mi cuello. — te quiero tanto...

Cerré los ojos enrollando mis piernas alrededor de su cintura.

—Yo te quiero más... —uní nuestros labios.

La lengua de Wanda acarició mis labios antes de acercarse a la mía, mis dedos se perdieron en su cabello y la sentí empujar contra mi pelvis. Gemí contra su boca.

—Tenemos algunos minutos... — susurró.

Analicé su rostro por dos segundos mientras mi corazón latía desbocado. Sus labios hinchados, los lunares en sus mejillas, su nariz pequeña que parecía resaltar incluso teniendo dos grandes orbes verdes, incluso más verdes que los míos...

Mierda. Wanda me gusta demasiado.

—Wanda, creo me gustas más de lo que pensaba y no sé qué hacer con esos sentimientos...

La castaña sonrió tomando mi mentón y delineando mis labios con su pulgar.

—Déjame demostrarte todo lo que me gustas, pequeña pelirroja. — dijo ronca.

—Okay...

Sonrió.

[•••]

Wanda.

—Los casará el padre que bautizó a Pietro y Wanda. — dijo una emocionada Irina. — es una lástima que esté desligado.

—En caso de que fuese padre no podría casarlos. — murmuré.

—Oh, vamos. ¿Los padres aún son tan anticuados aquí? — preguntó Natasha extrañada. — Okoye se casó con Ayo bajo el nombre de una iglesia de la tribu de su esposa, luego lo hicieron en Boston, en una iglesia con un padre católico, muchos pueden casar sin problema alguno. — se encogió de hombros.

—Bueno, supongo que puede depender del padre entonces. — dije yo.

Mamá sonrió.

—Me gusta que estés tan controlada para ciertos comentarios sabelotodo. — se burló. La música nos obligó a girarnos, allí estaba Clint en la entrada. Mamá corrió junto a Pietro.

—Creo que ya se van a casar. — murmuró mi hermano pequeño.

Natasha tomó su mano para ayudarlo a subir a la banqueta.

—Con cuidado, Peter. — el pequeño abrazó a Natasha por el cuello, sonreí.

Es lindo verla entenderse tan bien con... Casi todos los miembros de mi familia.

Por otra parte... Peter mayor, está lejos de nuestro rango de vista.

Clint comenzó a avanzar con su madre tomando su brazo, era una señora castaña y bastante pequeña.

En la entrada logré divisar a Kara tomando la mano de Lena, les sonreí, Theo estaba inquieto en los brazos de... Alex.

La pelirroja de cabello corto cruzó su mirada con la mía; ambas hubiésemos pasado por esto si ella no... Son cosas como el efecto mariposa, sé que fue una decisión que cambió mi vida, no estaría tomando la cintura de Natasha si estuviese casada con Alex... Tampoco es que desee darle vueltas al tema, simplemente es vergonzoso como todos hace dos años se preparaban para mi boda y hoy la antigua futura señora Maximoff está luchando porque su matrimonio no se despedace.

—Oh, allí está Alex. — murmuró Natasha. — Y Kara y Lena.

—Lena es linda. — dijo Peter.

—Es agradable.

Clint llegó hacía delante y sus lágrimas no dejaban de caer por sus mejillas, Pietro estaba de la misma manera, ambos realmente se encontraron.

Todos nos sentamos en cuanto el padre lo ordenó, Peter tenía la mano de Natasha entre las suyas, jugando con los anillos de mi chica intentaba no aburrirse.

—Es lindo ver como ambos se encontraron y saben que será el día más feliz de sus vidas. — dijo ella. Sonreí. — Vaya, yo dije eso.

—Fue muy lindo. — murmuré. Ella asintió.

—¿Te sientes extraña por no haberte casado antes? — preguntó y suspiré tomando sus dedos entre los míos. — lo siento, noté lo de Alex... No quiero sonar controladora, me importa cómo te sientes...

—Tal vez sólo siento que las cosas pudieron acabar de mejor manera... Lo pienso ahora, porque... — besé su mejilla. — porque te tengo conmigo, no creo que todo deba ser una guerra con Alex, después de todo, compartimos años de nuestras vidas, porque... Nos amábamos, ¿a dónde se va todo ese amor cuando las cosas acaban? ¿simplemente desaparece o...?

—Tal vez se transforma. — murmuró ella.

—Probablemente.

[•••]

—¡Gracias por venir! — dijo un emocionado Clint. — Oh, Dios, Natasha Romanoff, es un honor tenerte entre los invitados de...

Natasha sonrió mientras Luka se acomodaba detrás de Clint.

—Para mí es un honor estar con ustedes en un día tan especial, espero que realmente sean muy felices...

—Esperamos que ustedes también. — contestó un nervioso y apresurado  Clint.

—Tu esposo te tiene algunas sorpresas. — dijo Natasha tomando mi mano para alejarnos mientras Clint giraba y empezaba a chillar descontrolado. — ahora es problema de Luka, y yo de ti. — murmuró llevándome a la pista donde veía a muchas personas bailar.

Pensé que Pietro hablaba en serio con que no sería una boda gigante, pero conoce a más personas que yo, y yo juego fútbol, él trabaja en una biblioteca.

—¿En qué piensas tanto? — preguntó Natasha girando alrededor de mi cuerpo.

Mis manos se aferraron a su cintura. El vestido negro y brillante realmente resalta sus lindas curvas, además de que su puedo ver las marcas de sus abdominales.

—En que Pietro siendo bibliotecario es mucho más extrovertido que yo, mira toda esta gente.

—Es una boda maravillosa. No iba a una desde Okoye. — sonrió. — el ambiente me encanta, además hay una fuente de chocolate.

—Disfrutas mucho de todo lo que te hace daño, eh. — dije burlona.

Natasha asintió.

—No soy fan de las cosas sanas, excepto por ti... Claro que soy tu fan... — murmuró levantando la mirada. Acaricié su mentón. — en serio, eres increíble en todo lo que haces, Wanda, además...

—¿Estás hablando en serio?

Lo que menos esperaba era oír de la mismísima Natasha Romanoff, que ella me admiraba. Ella a mí...

—Claro, tu trabajo es impecable y como persona eres un sueño... Te juzgué mal en un inicio, y luego de haberme revolcado contigo supongo que es hora de aceptarlo... — murmuró. Sonreí. — te mereces estar donde estás, eres buena y fuese o no con ayuda de Charles, necesitabas estar en un buen equipo, porque tu talento no podía desperdiciarse.

Bajó la mirada, estaba avergonzada y creo que muy arrepentida, yo sólo podía pensar en la sensación de felicidad que parecía inundar mi pecho, como si mi corazón sonriera. Es extraño.

—¿Acabas de disculparte conmigo?

—Eh, sí, eso creo. Lamento haber sido una arrogante y estúpida... Sobretodo lamento haber insistido en que no te merecías el éxito.

La besé.

Natasha se puso de puntillas, pude notarlo por la presión que hicieron sus labios contra los míos.

Al separarnos creo que ella había entendido que yo no le guardaba rencor por nada de lo que hubiese ocurrido en el pasado, ella ya lo había explicado una vez y fue suficiente para mí.

Seguimos bailando por el tiempo suficiente mientras ignorábamos lo que ocurría fuera de nuestra burbuja, y creo que jamás había sentido que conectaba tan bien con alguien.

—¿Sabes que ocurre cada vez que estoy contigo? — pregunté cuando cambiaron las canciones rápidas por una más lenta y vi a las parejas juntarse un poco.

—¿Qué ocurre? — susurró.

—El mundo funciona diferente.

Natasha se detuvo a observar el fondo de la habitación. Pensé que luego centraría su atención en mí, pero no pasó, me giré para notar que su objetivo era una solitaria Alex que veía su móvil.

—Sé que no estarás bien hasta que hablen las cosas, ¿por qué no vas y la invitas a charlar? Podría buscar a Lena... — murmuró la pelirroja.

—¿Realmente crees que deba?

—Has dicho que te entristece saber que todo ese amor se perdía, es mejor que lo transformes.

—¿Tú estarás bien? — insistí.

—Wanda, confío más en ti que en mi misma, te lo aseguro. Ve, habla con ella, tu madre estará feliz de verlas charlar...

Sonreí. Seguro que sí, sé que evita charlar del tema Alex, pero mamá la quería mucho. Tanto como a Natasha.

—Okay, pero luego de eso quiero charlar contigo sobre nosotras. — dije por impulso. Ella se sonrojó.

—Yo también.

Ambas sonreímos.

—De acuerdo, estoy... Sí. — dije alejándome. — sí, okay, te veo luego.

—Yo te busco.

—No si yo te busco primero.

Me di media vuelta. ¿"No si yo te busco primero"? ¿Qué fue eso? Eres una idiota.

Me acerqué a Alex con las dudas a flor de piel, pero ni siquiera se trataba de ella. Era por Natasha, ¿qué le diría?

Fuese lo que fuese tendría un espacio ligero para pensarlo entre el cierre a lo que quedó entre Alex y yo, y lo que me tardaba en encontrar a mi pelirroja bajita.

—Alex, ¿quieres beber algo conmigo en la terraza? O el balcón.

Ella levantó la mirada desde su móvil y algo confundida asintió, miró tras de mí.

—¿y tu chica?

—Ella está divirtiéndose por allí, la veré luego. ¿Vamos? — estiré mi brazo.

Ella lo tomó, como solía hacerlo antes, de la misma manera en la que paseábamos por el parque central de la ciudad.

—Gracias...

—¿Un Whisky en las rocas? — pregunté y ella asintió.

—No pensé que lo recordarías.

—Era tu bebida favorita luego de la cerveza, pero Clint es alérgico a ella, por lo que deduje que estarías bebiendo eso.

—Chica lista. No pierdes lo astuta.

—Hay costumbres que jamás se abandonan. — susurré.

Ella sonrió.

Pedí su trago y uno para mí, vi a Nat bailar con Luka en la lejanía, sonreí. Se veía muy feliz incluso si el croata parecía arrepentirse de alguna vez aceptar la amistad de Natasha.

—Es buena.

Observé a Alex de reojo.

—Me refiero a Natasha, es buena persona.

—Oh, sí, lo es...

—Sigue en contacto con el hospital de Timothy, hizo donativos. También participará en campañas gratuitas...

Ella no comentó nada de eso.

—Oh... ¿C-cómo sabes?

—Luego de descubrir que mi esposa parecía tan interesada en ella, investigué en sus archivos... Sólo cosas buenas... Incluso mi esposa no tiene quejas. — murmuró dolida. Suspiré.

—Lamento tanto eso... Yo sabía, Alex...

—Ni siquiera intentaré comprender cómo pudo engañarte, porque mi esposa también lo hizo conmigo, creo que ni siquiera me importa tanto como pienso... — se quejó mientras salíamos al balcón. — ¿No es gracioso cómo Natasha Romanoff parece tener la atención de las dos mujeres que más he amado en mi vida y la única que me importa es la tuya?

No dije nada.

No tenía nada que decir.

—Creo que amo a Natasha, Alex.

Nota de autor:

¡Hey! Vieron como les traigo capítulos diarios, diganme que m quieren o lloro

Codi.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top