36.
Wanda.
—¿Por qué te preocupa tanto lo que debes llevarle a mamá? Ella ya te ama. Donaste pasteles para el día de campo con los niños, ¿crees que necesitas que te ame más de lo que ya lo hace? — insistí.
La pelirroja observó nuevamente la vitrina centrándose en mi reflejo.
—Cuando tu opinión sea el regalo perfecto para mi suegra, la tomaré. — comentó con sarcasmo en la voz.
Le enseñé la lengua y ella sonrió.
—Extraño esa lengua. — murmuró. Me sonrojé. — Natasha uno, Wanda bobita cero.
¡Ella...! ¡No es justo que sea de esa manera conmigo!
—Eres una idiota.
—¿Por qué? — preguntó mientras avanzaba.
—Porque te ríes de mí, pero te tuve rogando por mi boca entre tus piernas. — dije sabiendo que me moría de la vergüenza.
Mis brazos, piernas y abdomen estaban contraídos mientras esperaba su respuesta. Ella no se giró, noté que su rostro estaba sonrojado por el reflejo de un espejo en la tienda, intentó cubrirlo con su cabello.
—¡Hey! ¿Ustedes son Natasha y Wanda? — preguntó una mujer de cabello azul.
Sentí que Nat se había congelado por un segundo en su sitio. Tomé su cintura y la atraje hasta mi pecho, giró un poco su rostro.
—Sí, ¿qué ocurre? — pregunté algo distante. Natasha pasó sus manos sobre las mías.
—Mi mejor amiga se llama Ashley, está enamorada de la relación de ambas, créanme que si pudiesen decirle hola, ella sería la chica más feliz del continente.
El acento de la muchacha de aparentes veinte años no era del todo británico, lograba distinguir un poco de... ¿Cubano tal vez?
—Claro, no hay problema. ¿Tienes algún problema, querida? — pregunté a Natasha.
La pelirroja negó, cuando intenté sacar mis manos ella me detuvo, así que decidí mantenerme así hasta que se sintiese segura con todo lo que ocurría.
¿Por qué tanta desconfianza? Es sólo una fan.
—¡Hey, Ash, mira quiénes han venido a la tienda de tu madre! — saludó la peliazul antes de enfocarnos con la cámara de su móvil.
Un chillido entusiasta resonó en la tienda. Natasha saludó con una sonrisa, apoyé mi rostro sobre su hombro y también sonreí.
—Hey, Ashley. Somos nosotras, tu amiga ha dicho que te gusta mucho nuestra relación.
—¡Oh, Dios! ¡Sí, Jesucristo! ¡Las amo, no de forma obsesiva, pero las amo! ¡Ustedes son mis madres! ¡No literalmente, pero... Oh, Dios! ¡Oh, Jesús! ¡Son Wanda y Natasha! ¡Tengo una cuenta dedicada a ambas en todas las redes sociales existentes! — insistió. — ¡Amo su amor!
Natasha rió por primera vez en todo lo que llevaba la muchacha hablando. Ella pareció relajarse.
—Gracias por tus palabras tan dulces.
—Gracias a ustedes por mantenerse fuertes a pesar de la opinión de ciertos públicos. Somos más personas quiénes las amamos, y estamos seguras de lo felices que son la una con la otra. Manténganse fuertes, por favor.
Dicho esto, besé de forma corta los labios de la pelirroja quién me correspondió y luego ambas nos giramos con una sonrisa para charlar con aquella muchacha quién ofreció total gratuidad en la tienda de su madre.
No aceptamos.
Nat insistió, pero no aceptamos.
[•••]
Natasha.
—¡Oh, Nat, cielo, tu regalo fue divino! Un viaje para tres. Un crucero de verano, ¿sabes hace cuánto no viajamos? Nos vendrá increíble ahora que Pietro se irá de luna de miel y antes de abrir la casa hogar.
Sonreí.
—No es nada, cuentan conmigo si alguna vez desean organizar un viaje para los pequeños. Conozco a muchas empresas de viaje que estarían encantadas de colaborar conmigo y una causa tan noble.
Irina mordió su labio inferior en una sonrisa que le conocía a la castaña.
—Eres un verdadero ángel, puedo entender porque mi hija te ha elegido de entre tantas personas.
—Yo soy quién ha escogido un ángel. — mencioné. — además...
—Mamá, eso no es todo. Nat te ha dejado un presente en la habitación, pero no quiso decírtelo.
Me sonrojé.
—Oh, vamos, Wanda...
—¿Además de las flores y el viaje? —preguntó sorprendida. — ¿Qué más podría merecer?
—¡Oh, vamos! Ha traído a Wanda al mundo... — dije sincera, tomé la mano de la castaña y sentí algo en mi pierna. — se merece absolutamente todo lo bueno en el mundo.
Wanda besó mi cabello mientras Irina sonreía y me agradecía al mismo tiempo.
Nuevamente eso extraño en mi pierna. Levanté la mirada encontrándome con Rachel, sus ojos clavados en los míos...
Me sentí asqueada y eché hacía atrás mi silla.
—Lo siento, debo ir al baño. Me mareé un poco.
—¿Todo bien, querida? — preguntó Wanda. Asentí.
—Ya volveré en unos minutos. Es un mareo, me mojaré el rostro.
Ella asintió no muy convencida. Me alejé rápidamente hasta el baño y me metí dentro.
Esa mujer nunca va a cansarse de perseguirme y estoy comenzando a caer en el borde de la desesperación sobre esto, ¿por qué simplemente no me deja descansar de todo lo que me ha hecho?
Quiero olvidarlo. No repetirlo.
Mojé mi rostro intentando calmar la náuseas. La cena de Irina estaba deliciosa pero pensar en comer otro bocado me agobia.
—Preferiría beberme una botella de vino ahora mismo. — dije saliendo del baño.
Me encontré con la rubia enseñando una botella de licor en su mano.
—No es vino, pero puede ser útil para una gran noche entre tú y yo, bebé.
—No, no, no haré esto. Aléjate de mí, por favor. — dije molesta intentando apartarla. Ella me detuvo.
—Hey, ¿acaso no estás entendiendo? Ellos están concentrados en la estúpida cena, ¿por qué volverías? Podrías tomarme aquí mismo si lo desearas... — susurró acariciando mi mejilla.
Cerré los ojos. Estaba inmóvil. Ni siquiera podía hablar. Ella sonrió en cuanto me vio tragar saliva. Estoy salivando demasiado...
—Eso te gustó eh... Chica mala, ven aquí... — tomó mi mentón e intentó besarme pero la aparté sacando fuerzas desde la ultratumba.
No quiero esto. Estoy asustada. Necesito a Wanda.
—Hey.
—No, aléjate. No quiero.
—Sabes que sí lo quieres, nena. Te gusta que te traten de esta manera... — bajó sus manos hasta mi trasero. — lo sabes, bebías hasta no sentir nada, recuerdo todo lo que hicimos...
—Lo que me hiciste. — me quejé y noté algunas lágrimas acumularse en mis ojos. — tú abusaste de mí, Rachel. No te di el consentimiento de poder tocarme, estaba inconsciente, joder.
—Lo disfrutaste.
—¡No, no fue así!
—Tú aceptaste beber conmigo, aceptaste la pastilla.
—No, no... — insistí en mis reclamos pero mi voz cada vez se volvía más débil. — ya déjame o...
—Oh, vamos. ¿A quién van a creer si haces algo? ¿A la mujerzuela que tiene fama por acostarse con cada persona que conoce o a una chica con novio y de un país refinado? Nadie te creerá. Ya basta, sabes que te gustó, deja de fingir que no, sé como me ves.
Negué mientras las lágrimas seguían cayendo por mis mejillas.
—¿Crees que Wanda te seguiría eligiendo si supiera lo que le has hecho a su hermanito?
Tragué saliva.
—¡Responde!
[•••]
Wanda.
—Natasha ya está tardando demasiado. — comenté. Mamá siguió charlando con papá sobre lo maravilloso que se sentía éste cumpleaños. — creo que iré por ella.
Peter me detuvo.
—Tal vez sólo está descansando o charlando con Rachel, Wanda. No es gran cosa, además seguro que sigue algo abrumada por esa gente del aeropuerto. — nuestros padres le prestaron atención. — verán, yo llegué y estaba siendo escoltada por guardias mientras un grupo de fanáticos tuyos la abucheaban, ya sabes, decían que "no creían en su relación" o que te dejara en paz. — dijo molesto. — la señorita Romanoff se veía bastante asustada, trataba de mantener la calma, eso sí.
Natasha no me dijo nada de eso.
—¿Por qué no me lo dijiste antes? —murmuré entendiendo su reacción al ir a aquella tienda y conseguir un bolso para mamá.
Me puse de pie. Peter suspiró.
—Porque te pondrías justo así, no estás en condiciones de discutir con todo mundo. Tienes una contusión. — dijo Peter. Giré los ojos.
—Estoy de acuerdo esta vez. — murmuró papá.
Mamá los observó molesta.
—Sólo se preocupa de su novia, tiene todo el derecho a saberlo. — se quejó. — ve a buscarla, cielo. Mientras levantaré los platos y buscaré el pastel.
—¡Yo ayudo! — comentó mi hermano pequeño quien tenía más de la mitad del pavo en su plato.
Sonreí.
M
e alejé de la zona de tertulia para avanzar hasta el baño donde supuse estaría Natasha, sin embargo al oír unos gritos seguidos de un llanto casi imperceptible pero que yo me había acostumbrado a oír... Supe que algo iba mal.
—¡Responde! ¿Qué crees que pensaría tu preciada Wanda si supiera lo que le has hecho a su hermanito? ¿Eres capaz de contarle al mundo? ¿Que todos te señalen con el dedo? ¿A quién le creerían?
Avancé otro poco hacía el pasillo viendo a Natasha llorar acorralada contra la puerta. Ni siquiera levantaba la mirada, se veía completamente indefensa.
—¿Qué estás haciendo, Rachel? — me quejé apartándola de Natasha.
—Ella... Ella comenzó. — dijo sonrojada.
Natasha se aferró a mi pecho en silencio. No hizo nada más que abrazarme.
—¿Qué le hiciste? — insistí.
—¡No he hecho nada!
—¡Entonces por qué llora!
—Fue ella... — susurró Natasha. Bajé la mirada para encontrarme con sus ojos aterrorizados. Lo entendí. — ella es la razón de...
Levanté la mirada hasta Rachel.
—¡Fuera de la casa de mis padres! — grité dejando a Natasha tras mi cuerpo, ella mantuvo su agarre firme en mi camisa, pero desde mi espalda. — fuera de aquí.
—¡No puedes echarme! ¿Qué le dirás a Peter, eh?
—¡La verdad, que eres una agresora!
—¡¿Expondrás a tu noviecita de esa manera?! — gritó desesperada.
—Wanda, no... — suplicó Natasha.
No supe qué decir. Por un lado deseaba que todos supiesen que esta hija de puta era una agresora sexual, pero por otro lado... Era la decisión de Natasha y ella no estaba lista.
—Fuera de aquí.
—¡No, no me iré!
—¡¿Qué ocurre aquí?! — mamá preguntó espantada. Peter también estaba abrumado.
—Rachel...
Rachel vio a mi hermano y huyó a sus brazos. La miré incrédula en cuanto comenzó a llorar... Esa hija de puta.
—¿Qué ocurrió, cielo?
Natasha estaba espantada, sólo se disculpaba en voz baja. Me giré unos segundos y tomé su rostro.
—No es tu culpa, Nat... Tranquila, nos iremos a casa.
—Lamento esto, mamá. Pero no volveremos a convivir con esta mujer y es lo último que diré. — dije tomando la mano de mi chica para avanzar.
—
¡Wanda! ¿Qué dices? — preguntó Peter molesto.
—Sólo te diré que tengas cuidado con ella. — dije yo.
Pasé a Natasha alejándola de todos mientras oía a Rachel victimizarse. Es una... Maldita perra mentirosa.
—Lo siento... — susurró Natasha.
[•••]
Natasha.
—En serio lo lamento tanto... — insistió la pelirroja mientras yo me recostaba a su lado dejando una taza de té en su mueble.
—Cariño, basta de pedirme perdón por algo que escapa de tus manos. La única culpable aquí es Rachel.
—Discutiste con tu hermano... Además... No pudiste decírselo...— ella agachó la cabeza. — lo siento, Wanda... No estoy lista para que la gente me vea como la víctima...
Realmente la idea de que todo el mundo me señalara con el dedo y olvidaran el motivo por el que me quieren, simplemente para transformarlo en lástima o incredulidad, me asustaba tanto...
—Hey, ya basta... No importa. Peter se dará cuenta tarde o temprano de que esa mujer no vale la pena... — suspiré. — pero te prometo algo... — ella tomó mis manos, observé su rostro. — tu y yo estaremos juntas en esto pase lo que pase... Te cuidaré, no te dejaré sola.
Mi corazón se desbocó un poco al verla tan centrada, jamás había notado lo increíblemente cómoda que me hacía sentir Wanda hasta que la tuve a centímetros de mi rostro y desee besarla.
Realmente deseaba besarla. Esta vez en serio, sin un deseo estúpido de acabar en algo más... No era sólo una cosa lujuriosa. Quería ser una con ella de una forma más personal...
Uní nuestros labios, ella me correspondió, pero a los segundos me apartó y pegó su sien a la mía.
—No... No quiero que creas que me debes algo, estás vulnerable y...
Negué.
—Wanda, quiero besarte. Lo quiero en serio... — insistí. Ella negó alejándose, pero la atraje hasta mí.
Nuevamente la besé, ella no me correspondió de inmediato pero acabó por hacerlo.
Y así fue aquella noche simplemente deje mis miedos atrás con ella... Porque la quería, porque podía dejarla acariciar mi cuerpo sin sentir temor, porque me cuidaba, me respetaba y me hacía sentir como la chica más valiosa de todas.
Los labios de Wanda recorrieron cada rincón de mi cuerpo dejándome agotada, durmiendo desnuda sobre su pecho mientras ella me repetía todo lo que me quería.
Y claro que yo también la quería...
Nota de autor:
¡Hey! Espero que wattpad no me cambie los guiones otra vez, ya m tiene las bolas llenas 😾, cómo están? Prometo que si tengo tiempo iré a instagram a contestar otra vez (el otro día estuve dos horas enteras contestando todos los mensaje o al menos los que más pude porque tenía sueño 😭)
—Codito.
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