26.
Wanda.
—¿Y todo bien por allí? — preguntó Lena con una sonrisa. Asentí.
—Todo increíble. Estoy tratando de despejarme, luego me iré unas semanas por entrenamientos. No podré ver a Nat, pero ambas estamos bien con eso, ella debe entrenar también. — sonreí mientras acomodaba las cosas de Piolín. — y Piolín ya puede quitarse la escayola para dormir, aunque se acostumbró a la rigidez de sus patitas. Necesitará terapia.
—Theo extraña mucho a Piolín. Dice que espera que se recupere pronto.
—¿Theo dijo eso?
—Lo dibujó sonriente y la escayola en una fogata.
Reí de forma estruendosa imaginando la escena de mis mejores amigas viendo aquello.
—Grandioso. Tengo que preguntarte algo. — dije cambiando de tema rápidamente. Ella asintió. — ¿Por qué ni Kara ni tú mencionaron lo de Esme?
Lena se quedó meditando por unos segundos lo que yo acababa de decirle, probablemente no se esperaba que lo mencionara o algo.
—¿Esme? ¿Quién es Esme?
—Lena, no soy estúpida. Alex y yo tuvimos una cita en un café.
—¡¿Qué?! — preguntó espantada. Theo se asustó y lanzó algunas cosas. Lena trató de calmarlo pero él huyó en busca de su otra madre. — ¡¿Cómo que cita?! ¡Kara va a matarte, te dijo que Alex te dañaba!
—Cita de negocios, joder. Debes aprender a tener paciencia y oír. — me quejé.
—¡Es que... joder! Wanda, si Kara...
—Kara sabrá. Ahora Alex es mi asistente, supongo que podremos llevarnos bien... Además... — okay, Wanda. Tú puedes. — tengo novia.
—¿Qué?
—Mañana estaremos en la portada de una revista importante, sólo quería decírtelo y a Kara, ya que... Ya la conocen, y sé que les agrada.
—¿No es Alex, no?
—Siempre creí que tú eras más lista que Kara y por eso le gustabas. Ya sabes, ella tiene eso de sentirse atraída por la gente intelectual, pero cada que charlo contigo, algo no me cuadra.
—¿Me llamaste tonta?
Sonreí.
—¿Le dirás a Kara de mi parte o vas a llamarla?
—Primero acaba lo de Alex, luego llamamos a Kara...
—Kelly, su esposa. Es asistente de mi novia, y por eso, contraté a Alex... Ya está, está charlado con mi chica y todo bien. No hay mucho más que decir, el trabajo de Alex en Suecia no funcionó y ahora buscaba oportunidades aquí, yo le di una. — me encogí de hombros y mi amiga volvió a observarme como si estuviese diciendo locuras. — No tiene nada de malo, somos adultas, Lena.
—Estabas enamorada de ella, Wanda. Iban a casarse y...
—Y ya pasó el tiempo suficiente como para rehacer mi vida. Me alegra que ella tenga lo que siempre quiso. — fui sincera. — se lo merece, yo también merezco algo lindo.
Y es que en serio, merezco algo lindo. Estoy enamorada de Alex, y probablemente ya no de la misma forma en que antes lo estaba, pero sigo creyendo que es la mujer más increíble que conozco, aún así, ya entendí que debo dejarla ir, porque no volveremos a estar juntas, le debo aquello a Natasha que no ha hecho más que recordarme que no sólo hubieron cosas buenas en nuestra relación, sino que también Alex me dañó, y ante eso, no se puede hacer nada.
Es mi ex por una razón y debo tenerlo en cuenta.
—¿Realmente te gusta Natasha?
—¿La has visto? Es preciosa. Algo insoportable, pero podemos... Charlar, sabes. Ambas somos difíciles a nuestra manera. — fui sincera en eso. Natasha me parece realmente linda, no voy a intentar mentirme.
He pasado desde ayer meditando lo mucho que me ocurre cuando estamos cerca, y sinceramente no estoy en edad de esconderme de mis emociones.
—Wow. Sinceramente jamás pensé que vería eso. Parecen agua y aceite, tal vez Kara puede estar más comvencida, porque ella necesitaba que olvides a Alex, pero... A mi me cuesta entenderlo.
—Natasha es genial.
—¿Wanda, sabes dónde están los premios de Piolín? Le he hecho un par de ejercicios y... — Natasha se detuvo al verme charlar con Lena.
—Hey, Nat.
—Hola, Lena. Lamento interrumpir. Piolín está moviendo mejor su patita y como Wanda estaba ocupada...
—Bajo la comida de Sherlock, Nat.
—Gracias, prin... Wanda. — se corrigió saliendo de la habitación.
Lena sonrió levemente.
—¿Aún estás poco convencida de esto? Lo disfruto.
—Mientras te haga feliz, yo seré feliz.
[•••]
Natasha.
—De acuerdo, escucha, mamá es algo... Ya sabes, típica madre que ama a sus retoños. Papá está presente, pero ausente, no es de charlar demasiado, además de que odia el fútbol y este país, es ruso. — mencioné. — luego está Yelena, la amo, pero es desagradable con todos y Kate que se parece al burro de Shrek. — acabé con una sonrisa nerviosa. Wanda sonrió y acomodó mi cabello. — saben que eres mi novia, por lo que no debemos dar el anuncio, sólo quiero que te relajes y... no preguntes muchas cosas. Mamá habla demasiado.
—Okay, de acuerdo. — murmuró bajando del auto, extendí mi brazo. Ella lo tomó y avanzamos hasta la entrada, no tuve ni siquiera que llamar a la puerta. Mamá abrió rápidamente y me saludó con emoción.
—¡Amor, te extrañé tanto!
—Mamá... — sonreí mientras besaba su mejilla. — lamento no haber venido antes, ya sabes, el trabajo y eso.
Mentí, sé que mentí, pero no podía decirle a mamá que venir a casa es una tortura si se trata de papá insistiendo en los vicios de Denzel y mamá... Mamá es... Como cualquier madre.
—¿Esta preciosa señorita es tu novia? — preguntó y vi la ilusión en su mirada. — ¿No es un sueño que al fin tienes una mujer buena a tu lado?
Joder.
—Hola, señora Romanoff. — saludó Wanda extendiendo su mano. Mamá la abrazó con fuerza y la castaña me observó sorprendida.
Me encogí de hombros.
—¿Y papá? — pregunté entrando en casa. Pasé hasta el salón y lo vi allí, observando la colección de monedas.
Papá y su papá tenían una colección de monedas, la cual seguía con Denz. Por obvios motivos, la abandonó, cada tanto compro monedas por internet para dárselas, sé que no soy con quién desea completarla, pero al menos intento ayudar.
—Hola, papá.
Él guardó las monedas rápidamente dentro de su escritorio.
—Hola, Natalia. ¿Ya por casa? Creí que te tomaría más tiempo regresar.
Sonreí levemente y saqué del fondillo de mi abrigo un pequeño pañuelo con mis iniciales y sus monedas dentro.
—Compré un par de monedas, son para ti, ya sabes... Quizá puedas...
—Gracias. ¿Ayudaste a tu madre con la mesa? — negué. — Iré yo.
Pasó por mi lado sin decirme mucho más.
Suspiré. Tomé la fotografía de Denzel y la oculté en cuanto oí unos pasos en la sala de papá.
—Hey, dice tu madre que debemos cenar. — dijo Wanda. Asentí lentamente y salí de allí.
Al llegar a la mesa llena de comida, incluso de algunas cosas que mamá leyó en algún sitio que eran de Londres.
—Hemos preparado galletas londinenses para el postre con helado y chispas de chocolate. — comentó sonriente.
—¿Cómo son las galletas londinenses? — preguntó Kate extrañada.
Mamá observó a Wanda y Wanda se sonrojó.
—Oh, yo... No lo sé, yo sólo he comido galletas dos veces en mi vida. No soy muy fan. — dijo ella y se generó un silencio incómodo.
—La carne está en su punto. ¿La ha hecho papá? — pregunté. Mi padre observó a mamá.
—Claro, amor. No soy buena en eso. Ya sabes, él cocina, yo sazono.
Sonreí.
—Le ha quedado excelente. ¿Tiene paprikah, no?
—Un poco y ajo...
—En pequeños trozos, la sal hace que casi no se note. Está increíble. — sonrió Wanda.
—¿Te gusta la cocina, Wanda?
—Lo disfruto bastante a decir verdad. — comentó ella. — le he cocinado un par de veces a Natasha.
—¿Ah, sí? — mamá habló con notoria emoción.
—¿Te ha dicho que es bastante mimada en casa? — preguntó Yelena con un tono divertido. Wanda sonrió.
—¿En qué sentido?
Oh, no, no, no...
—No demasiado picante, no demasiado comino. Le hace mal y luego, ya sabes, se tarda algo. — sonrió burlona. — lo supimos desde que estuvimos tres horas esperándola porque comió un sandwich con picante y comino en una estación de servicio cuando éramos niños. Las mejores vacaciones.
—No lo había mencionado. — dijo Wanda comenzando a reír. —lo tendré en cuenta antes de prepararle algo.
Oh, Dios.
Bajé la mirada sonrojada y cuando volví a levantarla, mamá parecía maravillada en la forma en que Wanda le explicaba cómo cocinaba ciertas cosas.
—Iré por una libreta. Necesito anotar todo esto.
—Tenemos toda la noche, mamá. Cálmate. No creo que Nat se vaya tan pronto, ¿no? — preguntó Yelena. Negué algo agobiada. — puedes charlar con su novia aún.
—Iré por los postres. — dijo Kate y me levanté para acompañarla.
Llegué a la cocina, y comencé a dejarlos en una bandeja de plata bastante linda que mamá tenía por allí.
—¿Qué planeas hacer con esta chica, Nat?
La voz de Yelena me hizo voltear.
—¿De qué hablas?
—¿Llevan chispas? — asentí. — ya sabes, la traes aquí, sesiones de fotos... Reuniones entre Steve, Tony, tú... ¿Buscan robarle ideas? ¿Estrategias? ¿formación? — preguntó seria. — ¿Hasta dónde llegará tu ambición? Olvídalo, ya no estás en edad de...
—No entiendo cuál es tu problema conmigo, Yelena, pero te aseguro algo, Wanda me gusta, estoy con ella por eso, y estoy feliz, si tú en tu mundo de fantasía, ya no eres feliz, no me cargues tus problemas a mí.
—¿Acaso no puedo tener preguntas? Tú las tienes todo el tiempo, ¿ahora te quejas? — dijo con hostilidad.
Suspiré. Ya estoy harta de que no vea todo lo que me importa, joder.
—¡Porque soy más grande! Claro que tengo preguntas, eres mi hermana menor, no me interesa lo que hagas mientras seas feliz, pero quiero entenderlo. No lo digo para molestarte, es porque eres todo lo que tengo, quiero ser parte de tu realidad. — dije molesta. — pero si eso es un problema para ti, ya está, Kate fue mucho más paciente conmigo para permitirme entender lo que tenían y comprenderte, no sé como debió sentirse tu descubrimiento, porque fue diferente al mío, no sé cómo te sientes, porque no somos la misma persona, pero al menos intento entender un poco de ti, busco la manera de acercarme y tú sólo me alejas, no quiero seguir molestando, pero tampoco permitiré que critiques lo que me hace feliz. — me quejé. —no seas injusta, Yelena.
La rubia me observó en silencio. Se veía como una niña pequeña otra vez.
Me abrazó con fuerza. Aquello me tomó por sorpresa, el noventa por ciento de lo que dije fue cierto. Todo lo que dije sobre ella fue real, dejando de lado lo de Wanda...
—Lamento la hostilidad... No sabía... — susurró. — En serio, yo... Lamento todo, Nat... Denzel y... fue el primero en saber y...
—Ya... Yo entiendo.
Ella me miró entristecida. Besé su cabello.
—Llévate esto.
—Natalia. Necesito hablar contigo. — dijo papá entrando en la cocina.
Yelena me sonrió y salió de allí. Fue una charla extraña, pero... Reparadora supongo.
—¿Qué ocurr...?
—No vuelvas a tocar la fotografía de Denzel. — dijo molesto.
Tragué saliva al notar como me veía. Yo realmente pensé que por primera vez me felicitaría porque le gustaba el rumbo que mi vida llevaría y no... esto.
—Papá, yo...
—No, Natalia. ¿Puedes dejar de meterte en cosas que no te incumben en lo absoluto? — se quejó y lanzó sobre la mesa un puñado de monedas. — no las quiero.
Las observé en silencio.
—Papá, son tuyas, yo...
—No tengo espacio.
Sé que tiene un cuadro completo en dónde deberían ir, porque las busco en base a los nombres que le pido a mamá que me envíe.
Suspiré.
—De acuerdo.
—Tómate tu tiempo antes de regresar a casa. No quiero que pienses que puedes venir y remover el recuerdo de tu hermano.
No contesté. Se me fue el hambre.
[•••]
Wanda.
—¿Entonces comino y algo de vainilla? — preguntó Melina sorprendida. Asentí. — lo tendré en cuenta. Seguramente a Denzel le habría encantado un platillo así, Alexei también adora esa clase de sabores.
Enarqué una ceja. Alexei es "mi suegro", ¿quién es Denzel?
—¿Denzel? — pregunté. Ella asintió. — ¿Quién es?
—El hermano de Natasha. Entiendo que no hable demasiado de él. Ha sido difícil para todos...
Oh...
—¿Fue hace mucho?
—Un par de años.
—Lo siento tanto... — comenté. Ella me sonrió de forma débil y extendió una fotografía.
—Wow... Pelirrojo.
Ella sonrió.
—Él y Nat solían decir ser gemelos. — sonrió. — ya sabes, de pequeños...
—¿Falleció por algo en específico? ¿Le molesta que pregunte? Lo siento, no quiero entrometerme...
Melina sonrió.
—Tranquila, cariño. Eres buena... Le haces bien a mi Natasha, entiendo que quieras conocer su mundo... No es realmente comunicativa...
Asentí lentamente. Melina acarició la fotografía.
—Nat y él, ya sabes, iban de fiesta en ocasiones, él era quien la volvió tan fiestera... Aunque Denz tenía un problema con el alcohol... Nadie lo notó... — susurró. — estaba deprimido... Murió, o se suicidó, jamás lo sabremos, sólo él... Nat era quién más tiempo pasaba con él, le afectó lo suficiente como para irse de casa, no vino en todo un año...
Suspiré.
—Ya... Por eso le cuesta tanto estar aquí...
—Se le nota, ¿no?
—Buscó muchas excusas. — admití recordando la forma nerviosa en que veía todo antes de bajar del auto. — Lamento que las cosas fuesen así, señora Romanoff.
—Oh, cielo. Estoy feliz de saber que mi Natasha encontró a alguien como tú para cuidar de su pobre corazón lastimado. Sé que se centrará contigo de su lado. — Sonreí. — ¿Sabes dónde está?
Negué.
[PLAY: dieznoches — humbe ]
—Iré en busca de ella. — comenté. La pelinegra asintió, me puse de pie y antes de salir de su cuarto para remendar, me giré. — Gracias por aprobarme, señora Romanoff.
—Dime Melina, cielo.
Salí de allí, me encontré con la sala del señor Romanoff, él roncaba junto a su chimenea viendo una fotografía, vi muchas monedas en el suelo, y junto a eso, una botella de Whisky.
La puerta hacía la parte trasera de la casa, estaba abierta, avancé por un camino iluminado. Es una casa enorme.
Llegué hasta una banca detrás de unas enredaderas, unos caballos y muchas rosas, Natasha estaba allí, bebiendo de una botella como la de su padre.
Suspiré.
—¿No dijiste que no beberías en mi presencia? — pregunté.
—Tú no estabas.
Reí de forma suave.
—Deja eso. — pedí. Ella lo lanzó a la piscina. Bajó la mirada, noté que estaba llorando en cuanto las luces se encendieron al acercarme. — Hey... ¿Ocurre algo?
—No me gusta este sitio...
—Tu madre me ha hablado de Denzel... — ella suspiró. — ¿Es eso?
—¿También me culpas?
—Tu madre no piensa nada de eso... — murmuré entristecida de su reacción. — ella sabe que lo amabas...
—Mamá es un ángel. Ella jamás vería la maldad de nadie.
—¿Ocurrió algo?
Se encogió de hombros. No quise presionarla mucho más, me senté a su lado apoyando mi cabeza en su hombro.
—Tu familia es increíble.
—Contigo. Conmigo sólo mamá.
Me giré levemente para verla, ella no me observó, le avergüenza que la vea con los ojos llorosos.
—¿Discutiste con tu padre por algo?
—Ya sabes, lo normal... ¡Ah, no! Es que tú tienes una familia normal, no un borracho como padre... — se quejó.
—Tú estás borracha.
Ella negó.
—Te prometo que no, de lo contrario probablemente estaría en la piscina riendo. Jamás lloro con alcohol... Sólo hay risas.
Hizo puchero. Besé su mejilla por impulso.
—No te mereces lo que sea que dijera. Eres realmente increíble, Natasha, y entiendo por qué tu madre te adora tanto... Yelena no hizo sino contarme cosas buenas sobre ti antes de irse, dijo que merecías que te quieran bien, y me advirtió sobre dañarte... ¿Crees que realmente si no te amaran hablarían así de ti?
Ella sonrió levemente.
—¿Yelena hizo eso?
—Ajá... Dijo que patearía mi trasero británico directo hasta la reina. — murmuré. Ella rió. — ¿Eso quieres? — susurré.
La pelirroja se giró levemente. Observó mi rostro y negó con una sonrisa en el rostro. Observé sus labios, ella observó los míos. Mi corazón comenzó a latir de forma apresurada.
—Te juro que no estoy ebria... — susurró y pude sentir el olor a cigarrillo emanar de su boca.
—Ya...
Tomó mi mentón, unió sus labios a los míos. Cerré los ojos y pasé mis manos por su cuello para acercarla.
Mi abdomen se contrajo. Mierda, ella realmente me parece atractiva. Es linda... Y por primera vez en mucho, veo esperanza en alguien que no es Alex.
¿Debería temerle a esto?
¡Claro que sí!
Nota de autor:
Hola, ratones con cola. ¿Cómo están?
Les recuerdo que tengo ig, donde charlamos, hablamos de los fanfics, hacemos live y de vez en cuando m hago el lindx, qcyo, por si quieren pasar a seguirme es @wandanatsceo como acá :D
—Codito.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top