22.
Natasha.
Wanda lleva dos días sin salir de su habitación para algo más que no sea ducharse, incluso yo he paseado a Piolín por casa con un carrito de niño pequeño.
—¿Hoy tampoco vendrá tu mamá? — pregunté a Piolín. El cachorro mantuvo sus mordidas en la camisa que robó de mi habitación.
Suspiré.
Son las tres de la tarde. ¿Por qué simplemente no baja de allí? Es que necesito que charlemos de lo que ocurrió.
Llegamos a casa y ella se encerró, no me dio otra explicación. Yo no sé que cojones ocurrió entre Alex y ella, pero joder, ¡es que la tiene amarrada de una manera!
—¿Crees que deba charlar con ella? Tal vez pueda convencerla de venirse a comer al menos.
Piolín lamió mi rostro y volvió a la camisa. Sonreí.
—Sherlock, cuida de Piolín, que no baje de su colchoneta.
Saqué al cachorro temprano, la habitación de Wanda estaba oscura y él necesita luz. No digo que Wanda no se haya hecho responsable de sus medicamentos o algo, es sólo que luego pretende que el cachorro esté dormido todo el día con ella, por lo que me he ofrecido a traerlo conmigo dos días. Ha sido espectacular, además Sherlock se sube a su lomo y muerde sus orejas, ambos son amigos.
Subí las escaleras hasta la habitación de la castaña mientras veía la pintura gastada de las paredes, tal vez debería considerar enviar a pintar la casa nuevamente. No me suelo encargar de estas cosas, mi asistente suele notarlo antes que yo, además, no he hecho fiestas aquí en los últimos meses.
—Buen día. Buenas tardes realmente. — corregí entrando en su habitación. — hoy es un buen día, el sol resplandece, los pajarillos cantan, y tú vas a levantarte.
Abrí la persiana presionando el botón de la entrada y la oí quejarse.
—Vete a la mierda, Romanoff. Déjame dormir.
—Que genio. — murmuré. Ella canceló el movimiento de la persiana y yo giré los ojos. Volví a subirla, pero puse el candado manualmente para evitar que se vuelva a bajar. — basta, vamos a comer algo, te encantará. He hecho...
—No quiero nada, gracias. — se cubrió con su manta.
—Vamos, Wanda. No será difícil, además ya han pasado dos días, ven aquí. — levanté la manta dejando sus pies al aire.
—¿Puedes dejar de molestarme? No traigo pantalones. — se quejó y seguí en lo mío. — ¡Que no quiero nada contigo, Romanoff! ¡Déjame en paz!
—Pero...
—¡Pero nada! ¡¿Cuántas veces debo pedirtelo?! ¡Largo!
En ese momento preciso salí bastante molesta. Habría reaccionado como otras veces, siendo arrogante y grosera, pero Wanda me había tratado bien, me dio un regalo para navidad y todo, la verdad pudo ser horrible conmigo, y no lo fue, pero en cuanto intento ser agradable con ella, se comporta como una verdadera imbécil. Luego de decir que quería que nos llevemos bien y que eso era su deseo, parece querer lo contrario. Le he dicho que no debía confesarme su deseo o no se cumpliría nunca.
Que tonta.
[•••]
—Ya, es que no la aguanto, Tony.
—¿Te rechazó?
—No es eso, lo que sucede es que no sé como manejar los berrinches de alguien más, yo no soy una diva, soy una adulta irresponsable, lo sé, pero a duras penas soporto a mi hermana, o a mí. — dije rápidamente.
—Pues qué te digo, Nat. ¿Sabes? Envía todo a la mierda, estoy harto de tener que verme diario con Stephen, mejor olvidemos esto. Te defenderé aunque tengas un vídeo polémico. — dijo nervioso.
—Te diría que sí a todo, amigo, pero he venido a hablar con Steve a su oficina, porque sabía que me dirías esto, quiero charlarlo antes con él.
—¡¿Qué?!
Colgué al oírlo desesperarse. Levanté la mirada y vi al rubio aparecer en su traje y con una sonrisa dulce.
—Nat. ¿Qué ocurre? — dijo sonriente. — ¿Tony está bien?
—Sí, sí, fortachón. Tu marido está bien. — sonreí. Él está realmente enamorado, espero que Tony no la haya cagado. — vine aquí para hablar sobre Maximoff. Necesito ayuda porque no sé qué hacer.
—Oh... — pasó su maletín por delante de su pecho. — vamos al estacionamiento, tengo que comprar flores para mi esposo, ¿te apetece charlar de camino a la florería?
Asentí.
—Bien, comenzaré diciendo que Wanda no me desagrada tanto, pero me trata mal, y sólo porque ha vuelto su ex novia o algo así. — me encogí de hombros. — no he sido yo quién ha insistido en vernos para cenar con ella y su esposa. Es decir, si me he follado a la esposa, pero...
—A ver... ¿Te acostaste con la ex de Wanda? — dijo algo abrumado por tanta información. En ocasiones creo que debo ordenar mejor lo que digo antes de decirlo. — ¿Es por eso que no te habla?
—No, me acosté con la esposa de su ex.
—¿Antes de que sea su esposa?
—No... hace unos días.
—¡Pero, Natasha! ¿De qué hablamos?
—¡Fue dentro de casa, ella tampoco dirá algo, porque está casada y con una hija!
—¡Pero el dinero vuelve a todos sinceros!
Mierda. No había pensado en eso. Lo arreglaré luego.
—El punto es que, Wanda está triste, no sale de su habitación y me trata mal, ¿qué cojones hago? Ya no la soporto, joder. Realmente no la soporto.
Steve suspiró y acarició su cabello rubio de forma lenta mientras observaba su auto.
—Bien, ¿fue su primer amor?
—Eso creo.
—Simple, hazle saber que vale más de lo que piensa. Ella ahora cree que nadie volverá a amarla así, llévala a distraerse. Enséñale que hay una vida después del dolor, que no siempre es la persona en el momento equivocado, a veces la persona es el momento equivocado y ya, no puede permitirse ser arrastrada por el dolor de una persona que siguió con su vida. — comentó. — hazle saber que la entiendes.
—Pero yo no entiendo.
—Joder contigo, eres idéntica a Tony. ¿No son hermanos?
—Biológicos no, de corazón sí.
Steve suspiró.
—Sólo piensa en cómo hacerla sentir bien y acompañarla para que su humor cambie. Dale una charla.
¿Una charla, eh?
[•••]
Le he traido flores.
Flores color princesa, ya saben, esas típicas rosas rojas de cualquier película de disney.
Estoy rezando para que no tome las espinas y decida meterlas en algún sitio donde no me da el sol.
No me da el sol, porque sino Steve me regañaría otra vez.
—¿Puedo pasar? — pregunté fuera de su habitación. — ¿podemos hablar?
Nadie contestó y suspiré dejando las flores a mi costado.
—Wanda, ya sé que... Tal vez debería, no sé... ¿Ser menos molesta contigo? No lo sé, sólo intento mejorar las cosas. Quiero mejorar lo que ocurre entre nosotras, lamento parecer un dolor en el culo todo el tiempo, pero te juro que aunque soy algo egocéntrica, ruidosa, exagerada y otras cosas, no soy una mala persona.
[•••]
Wanda.
Subí las escaleras, llegué arriba y me detuve al oír la voz de Natasha en el pasillo. Asomé la cabeza y la vi fuera de mi habitación hablando con unas rosas en la mano.
Enarqué una ceja.
He bajado a comer hace media hora y decidí subir por mi móvil, planeaba llamarla y disculparme por ser tan imbécil. No sé que ocurre conmigo cada vez que algo relacionado a Alex ocurre... Pero soy desagradable.
—Y okay, lo admito, también fui desagradable al mencionar lo de tu tío, pero tienes que entenderme. Estaba asustada, siempre he sido la mejor en lo que hago, y tú eres... Una joven promesa, jamás he sido buena en algo que no sea detener balones y cuando siento que ya no soy buena en eso, me siento amenazada. Amo mi profesión y amo ser buena en ello, ¿pero y si de pronto ya no lo soy? ¿Cómo te sentirías tu pensando eso a diario, eh? Te juro que intento que nos llevemos bien, porque ambas podemos aprender de esto, y de la otra, no tienen que ser seis meses o un año horribles, podemos ser amigas o intentarlo, tú querías eso... Yo también supongo. — suspiró. — sólo permíteme demostrar que no soy tan absurda y enséñame que tú no eres tan inmadura... Y viceversa, por favor y muchas gracias. — finalizó haciéndome sonreír.
Avancé hasta ella y se puso de pie, está sonrojada.
—Eso fue dulce.
—¡¿No estabas dentro?!
—¿Acaso me ves dentro de la habitación, Nat?
—¡Hice el ridículo, Wanda!
—No, no fue hacer el ridículo... Fue lindo ver que esforzaras por... Mí, supongo.
Ella me observó en silencio.
—No lo menciones con nadie.
Sonreí.
—Tenemos que estar de acuerdo sobre nuestra relación para la siguiente semana. Por las entrevistas, claro que mencionaré esto.
Bufó.
—Gracias, intentaré no avergonzarte. — dijo con sarcasmo. — cambiando de tema... ¿Te gustaría ir a un sitio genial?
—No iré a un prostíbulo o lugar de bailes exóticos.
—Aburrida, en fin, no pensaba en eso. — dijo rápidamente.
—¿A dónde desearías ir en caso de que aceptara? — murmuré algo agobiada.
No tenía demasiadas ganas de ir a ningún sitio, realmente la idea de salir me abrumaba, temía ver a Alex.
Me he texteado con Kara sobre esto, y ella me ha dicho que estoy loca, luego a cuestionado lo de Natasha y me he agobiado para decir que ha sido una coincidencia, acabé por guardarme toda la frustración al no poder comentárselo a mis mejores amigas o alguien más, ya que todos creen que estoy interesada en Romanoff y por contrato así debe quedarse.
Ella, yo y nuestro romance fuera del área comienza a abrumarme más de lo que creía.
—¿Y bien? — dijo Natasha.
—¿Uh? Lo siento, no he oído que has dicho.
—Te llevaré a bailar, no acepto un no por respuesta. La hermana de una compañera del equipo, tiene un club, y es grandioso, te aseguro que será divertido.
Suspiré.
¿Qué podría salir mal de esto?
—No lo sé, Nat... Tengo mis dudas.
—No acepto un no, ten las dudas que quieras, pero irás conmigo. Date una ducha y vístete como la princesa que eres. — molestó ella.
Ni siquiera quise quejarme del estúpido apodo que acostumbra a darme. Ya me he acostumbrado, creo.
—Nat...
—Me gusta cuando me llamas, Nat. — admitió. — usaré la camiseta que me has dado para navidad, pero anda, acepta ir conmigo. Te aseguro que podré subirte el ánimo.
—Nadie cuidará de Piolín... Es peligroso dejarlo solo durante la noche y...
—Kate estará encantada, además Sherlock no dejará que Piolín se levante. Es su cama. — aseguró.
Ignoré el hecho de que me sentía ansiosa de sólo pensarlo, tal vez podría funcionar para que Natasha y yo lleguemos a un acuerdo sobre nuestra falsa relación y logremos un acuerdo de cómo nos enamoramos.
—Sólo si prometes que tomaremos nota de lo que diremos sobre nuestra relación.
Ella asintió.
—Lleva tú la libreta, odio llevar algo más que mi móvil y mi tarjeta o llaves. — indicó.
Asentí.
No me esperaba algo más de Romanoff sinceramente.
—De acuerdo... Deja que me de un baño y ya...
—Okay, de acuerdo.
—Me gusta como se te ve aquella trenza, déjala. — murmuré.
Romanoff sonrió.
—Lo que la princesa diga, son mis órdenes.
Pasé por su lado y abrí la puerta de mi habitación pero antes de entrar me giré.
—Gracias por intentar... Alegrarme, lamento haber sido una estúpida.
Ella no dijo nada. Estiró su mano con las flores en ella. Sonreí. Es un lindo ramo de rosas.
—Gracias por esto también...
—Date un baño.
Natasha prácticamente huyó de allí, y yo simplemente sonreí olfateando el ramo.
No sé cómo lo hace, pero tiene mucha suerte siempre.
Las rosas son mis favoritas...
Nota de autor:
¡Hey! Lamento haberme dado dos días de descanso, el trabajo es agotador y como estoy diez horas allí, entenderán que sólo quiero llegar a dormir y no me da tiempo de escribir, pero juro que esta semana si me organizo y habrán capítulos diarios. ¡En unas horas el cap de her!
Quería saludar a unas personitas muy importantes para mí que estuvieron de cumpleaños hace algunos días _kristalis - ReynaOdinson y scar_maximoff <3 les quiero, tlacuaches de agua, espero que sus días hayan sido increíbles, gracias x tanto
—Codito.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top