21.
Natasha.
—¿Entonces debemos fingir que somos una pareja feliz desde ya para la entrevista de la otra semana? — pregunté. Wanda asintió. — ¿Y qué tiene que ver la cena de hoy con Kelly siendo tu ex?
—Natasha, que Kelly no es mi ex. La mujer con la que te acostaste está lejos de agradarme, es una infiel, y está dañando a una mujer increíble. No entiendo cómo puede siquiera seguir adelante luego de haberle fallado de esta manera a su esposa, se casaron hace poco, me da asco.
Tragué saliva y acomodé mi blusa una vez más.
—¿Cuál es tu ex entonces?
—Alex.
—Bueno, de todas formas no importa, tendremos una cena con ambas y fingiremos que todo está bien, porque Alex y tú ya cerraron su capítulo juntas. — mencioné esperando ver su rostro deformarse.
En efecto, pude ver cómo se le rompía el corazón, ¿se puede ser más insoportable? No lo creo. No tengo novias, tengo ex novias y prometí no volver a relacionarme tan profundamente para evitar estas cosas.
—Los exes, son exes por algo, si acabaste una relación, no vuelvas a eso, reciclar es bueno con lo que es útil, claramente una persona que dejaste atrás no lo es.
—No conoces a Alex.
—Claro que no, pero si Alex era tan increíble. Si Alex hacía tan buenos postres, ¿por qué la dejaste? ¿Por qué acabó todo si era un ángel caminando por la tierra?
La castaña no contestó, simplemente acomodó su blusa blanca y señaló su collar con una flor encerrada en un círculo blanco.
—Debemos irnos, quedamos de verlas allí ocho treinta, son las ocho. No llegaremos en diez minutos, así que andando.
—¿Andando? Claro, te mueres por correr a reencontrarte con tu ex.
—No es tu problema, Romanoff.
—Claro que es mi problema, Wanda. No me dijiste que planeas hacer.
—¡Te tiraste a Kelly, es obvio que no deseo que Alex pase por eso! Se merece algo mejor y...
—¿Tú eres ese algo mejor? Wanda, tenemos un contrato, y aunque no me interesa con quién disfrutes de tu vida amorosa, sexual o lo que sea, claro que lo que pueda dejarnos expuestas me incumbe. — murmuré. — además, Steve me regañó y también a Tony. ¿Qué le dijiste?
—Yo nada, Steve ya sabía, él llamó a mi jefe y me regañaron por tu poca habilidad para mantener tu mano lejos de cada vagina en un radar de doscientos metros. — se quejó.
Sonreí.
—Estás exagerando, princesa. Prometo que me voy a comprometer, además, Kelly para trabajar para mí, debió firmar un contrato de completa confidencialidad, si ella lo rompe, debe pagarme, no está en condiciones de hacerlo y claramente... No se permitirá perder el empleo, lo que he hecho ha sido dentro de mi casa, nadie excepto ella, yo y tú, lo saben. Ya está.
—De igual manera, es la esposa de Alex y...
—Otra vez con lo de Alex. Wanda, deja eso. No puedes decirle y si realmente deseas hacerlo, me veré en la obligación de hablarle a tu jefe y a los míos. — dije totalmente seria. La castaña no contestó absolutamente nada.
—No puedes pedirme que le esconda a Alex esto, nuestra relación es sin secretos.
—Era, Wanda. Ustedes fueron novias, ya no. ¿Dónde quedó tu amor propio?
—¿Qué tiene que ver? Nat, hablamos de una persona a la que le tengo mucho amor fraternal.
—Wanda, no necesitas mentirte. Es obvio que sigues enamorada de tu ex, la defiendes todo el tiempo, no me importa lo que te hizo, ni por qué acabaron todo, me importa salvar nuestro culo. No le dirás nada y ya, es mi última palabra.
—Okay... De acuerdo.
Wanda dejó ir un suspiro y salió de la habitación. Kate ha de estar abajo, le he pedido que cuide de las mascotas, tanto Yelena como la pelinegra se han asombrado de esto, pero les he dicho que estábamos yendo con calma, sólo que nos extrañábamos bastante y que eso no tenía nada de malo.
Soy la peor mintiendo, pero es porque Wanda no ayuda. Además no ha hecho sino empeorar la situación con esta cena producto de su impulsividad y luego yo soy la tonta.
No sé que pretende, pero no será bajo mi supervisión.
[•••]
Wanda.
Estaba nerviosa. Muy nerviosa. ¿O diría que ansiosa? No lo sé, tengo claro que no podré decirle a Alex que su novia la engañó. Romanoff no parece arrepentida, pero aseguró que no sabía que Kelly era casada, ya que no lleva un anillo de matrimonio, pero si la marca de uno.
Y de cualquier forma, tenía una "A" tatuada en su dedo anular, lo cual Alex y yo prometimos hacer el día en que nos casaramos, ya sé, triste.
Mientras los minutos pasaban, Natasha no hacía sino subir historias a instagram en donde dejaba ver mi cabello o mis manos.
Le permití encargarse del marketing hoy.
—Aún no llegan... — comenté.
—No me digas. No me había dado cuenta.
—¿Puedes dejar de ser tan borde? — pregunté molesta y ella soltó una risa sarcástica.
—¿Yo? ¿Yo borde? Intento que nos llevemos bien, Maximoff, pero tú pareces tener más de un problema conmigo desde que pasé la navidad con tu familia. Debiste objetar esa parte del contrato, si es por el gato...
—Natasha, no es por eso. No tengo cinco años y créeme que la única que no tiene nada personal en contra de la otra aquí, soy yo. — dije molesta ante su insistencia.
—¿Entonces qué, Wanda? ¿Simplemente estás aburrida y es divertido ser un ogro conmigo?
—Oh, Dios. — dije sintiendo ganas de vomitar.
—No, Wanda. No metas a Dios en ésto, hablamos de ti y de mí, eres desagradable, ni siquiera sé por qué fingiste ser buena o que querías que tengamos una relación por lo menos agradable, al final de todo...
—Nat, cállate.
—No, estoy hablando de algo que es serio, debemos fingir estar en una relación. — susurró molesta y tomé su mano señalando con mis ojos que Kelly ya estaba aquí, pero sola...
—¿Qué? ¿Ahora serás amable?
—Ya llegó.
Natasha se dio media vuelta y se puso de pie para retirar la silla de Kelly un poco y saludarla en cuanto se acercara.
—Lamento la tardanza. No hay estacionamiento libre, Alex está buscando un espacio, no tardará en llegar.
—No te preocupes, también nos tardamos en eso. — dijo Natasha y yo me acerqué a saludar a Kelly para dos segundos más tarde cruzar mirada con Alex.
Ella sonrió.
Se acercó a nuestra mesa en cuanto Kelly gritó su nombre de forma suave para llamar su atención. Todo parecía ir en cámara lenta para mí, no puedo creer esto.
—¿Wanda Maximoff? — preguntó Alex sonriente. Me acerqué a saludarla y ambas mantuvimos la mano en el brazo de la otra. — que agradable sorpresa. ¿Cariño, trabajas para ella? — se giró a ver a su esposa sin soltarme.
—No, cielo. Para su novia.
Alex y yo nos observamos fijamente.
—¿Saliendo con la competencia? — susurró aún con aquella encantadora sonrisa en el rostro.
—Nunca sabes cómo podrían acabar las cosas... — murmuré. Ella y yo nos miramos apenadas. Alex se acercó a saludar a Nat soltando mi brazo.
—Debemos tomar asiendo, princesa. — murmuró Nat moviendo mi silla para ayudarme. Le sonreí.
—¿Son novias hace mucho? — preguntó Kelly sonriente. Iba a negar nuestro noviazgo al ver la mirada de Alex clavada en mí, pero Natasha decidió contestar.
—Todo sucedió muy rápido. Nos hicimos novias en un viaje con su familia... Ese día tuve que regresar antes y... No podía irme sin saber que tenía a la chica. — comentó pasando su brazo por mis hombros. — ¿No es así, princesa?
Alex levantó la mano para llamar al camarero.
—¿Nos traería la carta?
—En un momento, señorita.
El mesero se alejó y Alex volvió su mirada a mí.
—¿Y ustedes? — preguntó Natasha. — ¿Se casaron hace mucho?
—El veintidós de diciembre dijimos que sí. — comentó Kelly observando a su esposa. — Alex y yo nos conocimos en Suecia, en el aeropuerto, ella estaba pensando en regresar a su ciudad, pero segundos antes de llegar a la fila, tropezó con mi maleta...
—En eso compraron el último boleto a Londres y elegí tomarlo como una señal. — completó Alex observando a su esposa.
—¿De qué específicamente? — pregunté y Natasha presionó levemente su mano sobre mi hombro mientras me brindaba caricias.
—De que siempre se puede tener una segunda oportunidad en el amor. No todo es tan malo. — dijo ella.
—¿Malas experiencias? — insistió Natasha.
—Alex estuvo comprometida anteriormente. No resultó.
—No hablemos de eso. — dijo Alex incómoda. — Estamos aquí para pasar una noche digna de recordar.
—¿Y ahora ambas están seguras? — pregunté molesta por su respuesta.
No suelo pensar con la cabeza en caliente, y por lo general me detendría a meditar lo que haré, pero con mi ex prometida delante mío, me cuesta centrarme en no querer boicotear lo que ella cree es una relación perfecta, sabiendo que su "esposa ideal" la engañó con "mi novia".
—Adoptamos una niña. — contestó Alex de forma dura. — estoy formando una familia.
Kelly la observó extrañada y yo sentí como cualquier ilusión ridícula que quería mantener alejada de mi cabeza, parecía ser aspirada con brutalidad.
—Felicitaciones. — dijo Natasha tratando de evitar que sea más incómodo. — ¿Sabían que cuando sean las diez esto se transforma en una pista de baile? — preguntó ella.
—No me digas. ¿Amor, nos quedaremos? — dijo Kelly emocionada.
Alex le dedicó una mirada llena de amor, aquello sólo aplastó mi corazón con mucha más brutalidad que antes.
—Disculpen, llamaré a Kate, quiero saber de Piolín. — mentí poniéndome de pie.
Avancé con pasos temblorosos hasta el baño y me metí en un cubículo dejando las lágrimas salir de mis ojos.
Ella realmente le dio todo lo que yo no pude.
[•••]
Natasha.
—¿Y entonces qué opinas de que ahora esté todo el mundo bailando y tú no has sacado a tu esposa?
—¿Bebé, quieres bailar? — preguntó Alex al oído de su mujer. Ambas están algo bebidas.
Yo no he probado ni un poco de alcohol, Wanda y yo acordamos que no beberé en su presencia.
—Claro, bebé.
Ambas se levantaron para bailar en el espacio libre y yo observé a Wanda quién estuvo toda la noche en silencio.
—¿Te sientes bien?
Ella asintió, más no dijo una sola palabra.
—Wanda, puedo parecer imbecil, pero en cuestión de experiencia, te llevo al menos cuatro años y medio. ¿Qué ocurre?
Wanda levantó la mirada, vio la bandeja de un camarero y le arrebató una copa que bebió de un sólo golpe.
Intenso.
—Estoy viendo al amor de mi vida, bailar con el amor de su vida sabiendo que tiene la vida que siempre soñó y que yo sigo atada al pasado... Eso pasa. Creí que podría decírselo o al menos demostrárselo, pero al tenerla de frente ni siquiera me dan ganas de romper la burbuja de amor que tiene.
Suspiré.
Me lamentaré por esto.
—Eres una buena persona. No deberías sentirte mal por serlo, sin embargo Kelly y yo, somos malas personas... — murmuré. — Wanda, ella puede tenerla y Alex puede fingir que es feliz, pero... ¿Crees que realmente merece la pena que te sientas así? Kelly estuvo toda la noche tocando mi pierna, mientras tenía a su esposa junto a ella. — confesé. La castaña hizo puchero y noté algunas lágrimas en sus ojos. — no merece la pena, princesa. No dejes que te siga importando. Alex no es realmente la gran cosa.
—Estoy enamorada de ella. ¿Acaso jamás te has enamorado?
Lo medité. Creo que no realmente.
—Tal vez no entiendo lo que es tener a alguien clavada en tu corazón tan profundamente, pero puedo asegurarte algo Wanda Maximoff... No va a doler para siempre, no va a pesar para siempre, no va a sangrar para siempre... — acomodé su cabello detrás de su oreja al ver como ella no paraba de intentar moverlo. Ella me dedicó una sonrisa leve, pero falsa. — ¿Quieres bailar? — insistí.
—Quiero irme. — suplicó y me puse de pie. Acomodé mi chamarra y extendí mi mano. Ella me observó en silencio, pero la tomó.
Dejé dinero sobre la mesa y avancé hasta hacerle una seña a Kelly. Ella asintió y yo salí con Wanda quién aún parecía entristecida.
Fuera estaba helando, y al verla tan diminuta, sentí lástima. Me quité la chamarra y la puse sobre sus hombros.
Avanzamos hasta el auto, abrí su puerta y ella susurró un gracias.
—¿Qué música te gusta?
—¿Puedo elegir?
—Pues yo soy más de ACDC, pero estás triste. Así que adelante, princesa.
Creo que jamás entenderé por qué Taylor Swift escribe canciones tan tristes.
Pero la mujer tiene canción para todo.
Wanda es claramente "babe", o eso creo luego de oírla en repetición hace veinte minutos de trayecto.
Nota de autor:
¡Buen día, ratas lgbtq+! ¿Cómo están?
—Codito.
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