15.

Natasha.

—Hey.

—Mhm...

Me di media vuelta, no quiero que me moleste ahora, estoy en medio de algo importante, es decir, dormir.

—Debo saber qué te gusta comer antes de irme al supermercado.

—Lo que sea... — murmuré aún bastante a gusto en la cama. — me comería lo que sea que sea chatarra.

Ella no contestó.

—¿No prefieres acompañarme a comprar las cosas? Tal vez así sea más fácil encontrarlas y no tengamos que intentar descifrar.

—¿Me estás invitando a comprar al supermercado? — levanté mi rostro desde la almohada. Ella asintió. — ¿A las ocho de la mañana? No, gracias.

—Son las diez.

—¡Es sábado! ¿Cuál es la diferencia?

—Que es domingo, no sábado. Ayer fue sábado.

—Mucho peor...

Me cubrí hasta arriba con las sábanas. Ella ni siquiera intentó quitárselas. Simplemente se fue. Genial.

—Piolín estará aquí, hace demasiado frío para llevarlo conmigo, no le gusta estar solito.

Ni siquiera alcancé a rechazar la propuesta de su pulgoso sobre la cama, cuando él ya estaba observándome mientras batía la cola.

La castaña se fue sin más y yo observé al cachorro.

—Hola, Piolín. ¿Puedes dormir en el suelo? No estoy acostumbrada a los animales.

El cachorro obedeció y saltó al suelo. Bien.

—Nos entenderemos bien si eres así de obediente, además, tu madre es linda, por lo que ya tenemos algo en común, ahora vete y déjame dormir.

Me di media vuelta y no oí queja alguna. Creo que realmente comenzamos a..

—¡¿Qué haces?!

Él está jalando el pantalón de pijama, me ha dejado con la mitad del cuerpo fuera de la cama.

—¡Piolín, no!

El cachorro parecía más emocionado cada que mencionaba el "no". ¡¿Acaso Wanda no le ha enseñado a su bestia que es el consentimiento?!

Joder.

—¡Que me dejes!

Intenté soltarme y él subió sobre mi cuerpo, comenzó a lamer mi cara.

Será un día largo.

[•••]

—¡Y tu bestia me atacó! — me quejé mientras Wanda cortaba algunos trozos de carne.

—¿Piolín? — giró su rostro y sonrió de costado. Linda. — buen chico. — le lanzó algo de carne.

—Hey, no es mi perro, pero según hasta donde sé, ellos no pueden comer eso.

—Es su dieta. Tranquila. Tiene un veterinario especial... — murmuró. — de hecho... Se llama Clint. Es un gran fan tuyo, es mi cuñado.

Enarqué una ceja.

—¿Clint es por Clinton? — ella asintió. — que nombre marica.

—Natasha no es lo mejor sinceramente.

—Retractate. Mi santa madre los eligió con mucho amor.

—¿Cómo se llamaba tu hermana? ¿Es la rubia bonita del equipo, no? ¿Ielana?

—Yelena.

—Ah. Sí, es lindo. Más que Nataska. —murmuró y me quede de piedra mientras sentía que algo me palpitaba.

Mi corazón no es.

—Repite eso.

—¿Nataska? — preguntó dándose media vuelta, asentí y comencé a acercarme, elevó su rodilla para mantenerme lejos. — quieta. No te resultará tan fácil conmigo.

Sonreí.

—¿Hay posibilidad entonces?

Negó.

—Jo. Me ilusionas en vano.

—No te puedes tirar a todas las mujeres del mundo, Romanoff...

—No quiero hacerlo, Maximoff... Sólo a las que me gustan.

—Yo no te gusto, te pongo. Y sé que eres atractiva, pero sinceramente paso, además, debemos charlar de cosas importantes antes de la cena de mañana, ¿bien?

—Ajá. Soy toda oídos.

—Bien, deja que ponga la pizza al horno.

—¿No más Giorgio's?

—Era pizza planeta, pero me alegra que algo de lo que dije te quedara en la cabeza. No eres tan tonta como lo creía.

Sonreí.

—No tengo un sólo pelo de tonta.

—Ya, discrepo, pero de acuerdo. Acabaré esto e iré contigo, mientras tanto, no molestes a mi cachorro, quédate tranquila y no rompas absolutamente nada o te meteré en el horno a 120.

Elevé las manos en señal de rendición y me alejé de la cocina. Jo. Que suave.

[•••]

Wanda.

—Clint es novio de Pietro. Van a casarse y seguramente para mi desgracia, estarás invitada a la boda. Le dije a Pietro que conseguiría que saludes a su esposo para su boda. — mencioné. — pero resultó mucho mejor y ahora irás a su boda. Es en unos meses.

—De acuerdo. Clint es tu hermano y Pietro.

—Pietro es mi hermano. Es una persona en situación de discapacidad, no puede mover nada excepto el rostro y con terapia ha recuperado el movimiento de sus manos de forma leve, pero nada de brazos aún, no lo fuerzan.

—¿Fue un accidente?

—Un automóvil. Pietro iba en bicicleta y...

—Entiendo. ¿Clint y él están juntos hace mucho?

Romanoff parecía interesada, pero no tomaba notas, de hecho parecía interesada sólo por lo qué significa; chisme gratuito.

—Desde adolescentes. Ambos eran mejores amigos, en la universidad algo pasó y bueno...

—¿Tienes más hermanos?

—Peter uno, Lorna y Peter dos. — sonreí. Ella enarcó una ceja.

—Tus padres son creativos.

—¿Lo dices por Lorna? — fingí no entender su sarcasmo. La pelirroja sonrió de costado. — Ya, es que Lorna era el nombre de mi abuela.

—Muy lindo. ¿Peter uno es mayor?

—Es mi hermano más grande, ya tiene el cabello platinado gracias a las canas. Es bastante mayor, por alguna razón ha nacido con manchones grisáceos por todo el cabello, es hermoso y posee unos rulos... Ya lo conocerás.

Ella asintió y noté que trataba de imaginarlo. Aquello me hizo sonreír. Al menos presta atención.

—¿Y Lorna qué edad tiene?

—Lorna no está allí.

—¿Intercambio?

—Murió.

Se generó un silencio, no incómodo, sino respetuoso. Ella guardaba silencio por fin, después de tanta insistencia sólo debía hablarle de mi hermana muerta y se callaría.

—Lo lamento.

—Pasó hace mucho. Realmente no pude verla, estaba jugando en Francia con la selección.

—¿Jugaron contra ellos?

—Sí, jugamos contra ellos.

—¿Quién ganó?

—Ellos quedaron segundos.

Ambas sonreímos.

—Pepper Potts, una jugadora francesa. Me hizo tres goles en los últimos minutos de un partido. También era amistoso, me enojé mucho.

—¿Qué hiciste?

—La follé.

—Tienes un grave problema para definir los enfrentamientos y separarlos del sexo. No es literalmente lo de joderte a alguien, ¿sabes?

—Me has abierto los ojos. No lo veía así antes. Pero gracias.

Asentí.

—Bueno... Peter pequeño es... Un niño que ha ido de hogar en hogar hasta que mis padres lo acogieron, por años... Aún siguen intentando adoptarlo, pero vive en casa. Con ellos. Es pequeño. No le gusta el fútbol, sólo ve mis partidos.

—Oh. Ya, entiendo...

—Pero te ama.

—¿No has dicho que...?

—Te vio en el partido. Ha dicho que eres asombrosa, hablé con él por facetime hace unos días. No le dije nada, pero...

—¿Crees que debería comprarle algo? Ya sabes, es un mini fan y tal vez tener algo que le di yo... ¿Debería llevar un regalo para todos en tu familia también?

Negué rápidamente.

—No, no es necesario. Además, les diré mañana temprano, que llevaré a una amiga. No es necesario que hagas nada. Es tan sorpresa para ti como lo es para ellos.

Ella asintió.

—¿Erik e Irina?

—Son mis padres. Ya te he hablado de ellos. Inmigrantes, pero aman mi país, aquí hemos nacido todos menos Peter, pero todos somos considerados ciudadanos, incluso mis padres.

—¿Sokovia has dicho?

—Sí, no queda mucha gente. Ni siquiera hay tiendas, es un sitio sin población alguna cerca. Es... No lo sé, extraño.

—Okay... ¿Algo más?

—Peter tiene novia, se llama Rachel. Es española, no llevan demasiado, no me agrada.

—¿Por qué? ¿Porque su acento es más lindo que el tuyo?

—No, porque no parece amar a Peter. Creo que lo ve como un banco o algo por el estilo, mi hermano es padre, no conoce a su pequeño, su ex huyó, no volvimos a saber de ella, es como si la tierra se la hubiese tragado, no hables de niños cerca de él, se pone sensible.

—Okay, okay, entendido. No mencionar el accidente de Pietro ni nada acerca de eso, no mencionar a Peter y...

—Oh, no. Seguramente Pietro hablará de su accidente. Es egocéntrico, le gusta ser el centro de atención, por lo que no tardará en comentartelo. Papá es médico, y también se especializa en endrocrinología, él fue quién hormonó a Peter.

—¿Peter mayor?

Asentí.

—¿Tenía problemas hormonales? — preguntó sorprendida y negué.

—Mi hermano mayor es un hombre trans. Su ex y él tuvieron un bebé con un óvulo de Peter, antes de que se hormonara, ella no producía óvulos, usaron un donante y luego... Ella huyó con un sujeto. Fue un golpe duro para él y la familia. Sobretodo porque su transición lo había consumido bastante, mi familia es genial, pero... Aunque lo apoyabamos, sabemos que la sociedad no estaba lista para dejar a todos ser felices.

—¿Sufrió consecuencias?

—Lo despidieron, tuvo que sacar otra carrera, no le daban trabajo... Por eso vive en Suecia. Viene sólo para las fiestas y ya.

—Entiendo... Okay, wow. Mucha historia familiar.

—¿Y tú? ¿Qué tal tu familia? — pregunté. Ella me observó fijamente y apartó la mirada de inmediato.

—Yo... Tengo a... Bueno, mamá... es maestra, papá es mecánico y... Yelena, ya sabes, futbolista. —dijo algo seca. — es todo.

—¿No hay datos relevantes de la familia por saber?

—No.

—Okay, oh y... Kara es mi mejor amiga.

—Creí que esa era Mariah, la pelinegra sexy.

Sonreí. Ambas se gustaron. Mariah tiene habilidad para hacer que todos se fijen en ella.

—Oh, también lo es, pero Kara es mi mejor amiga aquí, ella y Lena, Lena es su esposa, madre de Theo. Llevan juntas toda una vida. Se casaron en cuanto salimos de la escuela.

—¿Hace cuánto las conoces?

—Desde la escuela. Eramos un grupo de cuatro.

—¿Y la cuarta?

Aquella pregunta me hizo viajar entre mil sensaciones, olores, recuerdos y ruidos diferentes.

"Te amo, Wanda. Siempre serás tú, y nadie más que tú"

"¿sabías que eres el amor de mi vida? Es que si no eres tú, me vas a doler más que nada"

"¡¿No puedes entrenar en otro momento?! ¡Todo el día el puto balón, joder!"

"No puedo seguir así. Me voy"

"Adiós, Wanda"

"No puedo con tu tiempo a medias, Wanda. No puedo contigo, estoy cansada de esto"

"Esta vez me voy yo, Alex"

Suspiré.

—Alex. La hermana de Kara.

—¿Murió?

—Algo así... — murmuré.

—Es tu ex...

—¿Cómo has sabido? — dije fingiendo una sonrisa. Ella sonrió.

—Wanda, soy la persona que más mujeres ha conocido en su vida. Tengo claro cuando se trata de una mujer. Lo noté en tu mirada.

Sonreí de costado. En mi mirada... Incluso allí se notaba Alex.

—Supongo que son cosas que no se pueden dejar pasar... — susurré. — En fin... Le rompí el corazón. Ella no era mala, era buena.

—¿y qué ocurrió?

—Ella quería una familia, todos los días lo pedía, un hogar, algo real... Ella quería una esposa, yo quería mi fama, supongo...

—Intentabas crear tu propio nombre. No puede culparte por seguir tus sueños y tener aspiraciones propias. ¿Qué clase de esposa planeaba ser sin dejarte ser? No seas boba.

—Ya, es que Alex en serio era buena, no miento con eso.

—Puede ser todo lo buena persona que quieras, pero novia no.

—¿Por qué hablas así de ella? Aseguro que jamás has tenido una novia.

—Estás en lo correcto, no pierdo mi tiempo como otras personas que conozco que aún lloran por su ex. — murmuró ella y la miré molesta. — ¿Y la pizza está lista?

—Iré a buscarla.

—Al fin.

Nota de autor:

hola q tal, tenía el cap listo desde ayer, pero no quería subirlo temprano JAJAJAJA

—Codito.

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