1.

Natasha.

—¡Eh! — saludó Danvers con una sonrisa mientras se abría paso entre mas personas del restaurante.

Elevé mi copa y sonreí.

—Otra victoria ante los periodistas. — señaló la portada de un periódico. Lo tomé en mis manos y bufé.

"Natasha Romanoff. Estrella del momento, de bar en bar y de chica en chica" y la fotografía con pelirroja número... Tres.

Creo que así se llamaba.

Bueno, no, no así, pero... Uh, no es importante.

—¿Quién es ella?

—No lo sé. Habíamos ganado un amistoso, espero que Stark no vea...

—Tarde, él me ha enviado a buscarte. Quiere verte en su oficina. — bufé. — Estaba de buen humor, su esposo está de regreso en la ciudad, tendrás la suerte de conocer a nuestro director técnico siendo amable.

—Es un buen tipo. — murmuré sonriente.

Con que Steve está en la ciudad. Ya veo, al fin Stark va a relajarse con los entrenamientos intensivos, ya se notaba su necesidad por ser trabajado, es decir, ya saben... Él y Steve... Bueno, Stark necesita algo de apoyo en su interior... Su alma, claro, eso.

—Cuando le conviene. — insistió Carol y luego tomó mi móvil. — Es tarde, ¿estás preparada?

—¿Para qué? — murmuré viendo mis papitas.

Agradezco que aunque Stark es intenso con entrenamientos, no nos prohíbe consumir lo que queramos siempre y cuando mantengamos la racha limpia, es decir, no escándalos por drogas o alcohol.

—El amistoso dentro de dos semanas.

—¿Por qué debería prepararme para un amistoso? — me burlé. — Llevamos una buena racha, además, me tienen a mí de portera principal, y la suplente es bastante buena.

—Y lo está.

Sonreí. Claro, por eso tengo una cita con ella mañana en la noche.

—Sí, May está bastante buena. — admití. — Tiene un hijo adolescente. Se llama Peter, se ha cambiado el nombre hace poco.

—¿Ah, sí? ¿Por cuál?

—Por Peter.

—¿Cuál era el anterior?

—No lo sé, Peter supongo. Es un chico trans. — observé mi móvil mientras Carol me quitaba algunas papas y les ponía mostaza. — Quita eso, que gran crimen a la humanidad.

—Tu comes ketchup, Natasha.

—Ya, es que tengo buenos gustos, cariño. — gruñí y ella empapó en mostaza mis papitas. ¡Mis papitas! Joder. Ahora ya no tengo papitas. — Te odio. Son todas tuyas, prefiero morir de hambre.

Ella giró los ojos.

—No vas a morir de hambre, Nat.

—¿Por qué Stark desea hablar conmigo? ¿Es por los artículos?

—Eso creo, pero sinceramente no mencionó nada.

—Okay. —me puse de pie, tomé mi abrigó y salí de allí.

La oficina de Stark no está lejos de mi puesto de comida rápida favorito, eso es bastante agradable si consideramos que estamos entrenando del otro lado de la ciudad todo el día, pero si el jefe manda a llamar fuera de horarios de trabajo, siempre estaré cerca. Sobretodo cuando Stark parezca tener un palo en el trasero que no sea el de su esposo.

Sonreí. Soy graciosa. ¿Por qué soy graciosa cuando nadie está cerca? Es absurdamente bueno.

Un palo en trasero. Joder. Estúpido Stark, me agrada.

[•••]

—¡Buen día! — saludé a Tony entrando en su oficina, el pelinegro me observó en silencio y sonrió de costado. Extraño.

—Hola, Nat. Tengo algo para ti.

—¿Algo para mí? — pregunté burlona. — ¿Un balón de oro?

—Mucho mejor. Un rival digno.

Me enseñó la fotografía de una muchacha castaña mientras yo me sentaba delante.

La número cinco de... Inglaterra.

—¿Qué tiene que ver conmigo? Yo soy portera.

—Ella es delantera, y muy buena. — murmuró enseñándome su tableta con un vídeo.

La castaña iba corriendo rápidamente mientras avanzaba hasta la cercanía de la portería, delande ella se encontraba Brasil, y no es que creyera que era un equipo imparable, pero ha sido de los más difíciles de derrotar toda la vida.

Metió un gol sin siquiera dudarlo. Es buena.

—¿Quién estaba en el arco? — pregunté.

—Adivina.

—No lo sé.

—¿Recuerdas los penales del último mundial?

Bufé. Sí, lo recuerdo. Mientras yo fallé una sola vez, ella atrapó todo. Es imparable.

—Ya, es ella.

—Wanda pudo con ella en un partido.

—¿Y en qué me compete a mí?

—El amistoso de la otra semana. Necesito que analices sus jugadas y sepas cómo se enfrenta a sus rivales, quiero que seas capaz de detenerla. Eres mi portera oficial y además la capitana, confío en que sabrás como detener a la bruja.

—¿La acabas de llamar bruja? — pregunté tomando la tableta y repitiendo la jugada. Nada muy especial, es rápida y sus acciones son fáciles de confundir a cualquier persona en una situación tensa, eso lo noto.

—Le llaman así. Wanda "la bruja" Maximoff, no es el mejor apodo para una futbolista principiante, pero la verdad es bastante querida en su región.

—¿Qué edad tiene?

—¿Cuántos le echas? — preguntó y yo le di una sonrisa extraña que él comprendió. — Años, Natasha.

—¡Ah, sí, años! — me burlé. — Tal vez unos... No lo sé, amigo.  Se ve demasiado joven.

—Tiene veinticinco.

Enarqué una ceja.

—Yo tengo veintinueve, tampoco es tan alejada de...

—Los cumplió justamente ayer. — remarcó Tony.

¿Qué?

—¿Por qué aceptarían tan pronto a una chica de veinticuatro años en un equipo nacional?

—Comenzó a jugar a los veintidós en el equipo nacional, la pusieron a prueba cuando operaron a una de sus jugadoras principales, y no dejaron ir la carta Maximoff. Es bastante conocida, creí que sabrías algo.

—Conocida en el pueblo del té. — dije molesta. — Aquí no.

—El té, es una maravilla estar en Inglaterra tomando té. En fin, Stephen Strange, es su director técnico, él... Ya sabes, es algo estricto con todas, como buen británico.

Asentí lentamente.

—Envíame un correo con algunos partidos de buen desempeño, veré que hacer.

Sinceramente no le tengo miedo. No parece ser demasiado especial, sólo algo nerviosa y confiada al mismo tiempo, nada que no haya trabajado previamente, ella no entrará en mi portería sólo por intenrar confundirme con sus acciones. Estoy muy segura de ello.

—Okay, Nat. Gracias por venir, y por favor, deja a las mujeres pelirrojas de la zona.

Le dediqué una sonrisa que claramente gritaba "jamás", antes de salir de su oficina.

[•••]

Wanda.

—¿Quieres tomar el té? — preguntó mamá y negué mientras me sentaba delante de Pietro.

—Hey, ¿cómo te sientes hoy? — pregunté palmeando el muslo de mi hermano.

—Hey, ve despacio. Eso duele. — se quejó.

—Lo lamento. — dije avergonzada y él comenzó a reír acompañado de mamá.

—Todo un año paralizado desde el cuello hacía abajo y no te acostumbras a eso. — dijo Pietro sonriente. — Papá tenía razón cuando dijo que les costaría más a ustedes que a mí aceptarlo.

Mi hermano estiró sus labios, me acerqué y le permití besar mi mejilla.

Es verdad, aún no me acostumbro a su situación de discapacidad, incluso llegué a llamarlo "persona con capacidades diferentes", casi me abofetea cuando lo he hecho.

Creo que hay demasiados mitos sobre la discapacidad y como abordar el tema sin ser una persona en situación de discapacidad, lo que ocasiona que no sepamos cómo actuar, tenemos la suerte de que papá es doctor, pero aún así cuando ocurrió el accidente de Pietro, claro que no supimos como reaccionar, nos dio de golpe, y de pronto... Todo era de cierta forma, y no de otra.

Es diferente tener a una persona en situación de discapacidad en tu familia que no tenerla.

—Ya, silencio, no dejaré que vayas al amistoso. — me quejé.

—¿Sabes? No podré ir, tengo terapia. — hizo puchero. Yo también. — Tal vez al siguiente...

—El siguiente partido será entonces. — mencioné enredando uno de mis dedos en el cabello de Pietro.

—He oído que te harán una sesión de fotos. — dijo mamá sonriente. Me sonrojé. — ¿Y bien?

—No es para tanto, sólo me han elegido para hacer unas fotos por la selección y...

—Ha sido elegido la chica más sexy de los equipos ingleses.

—Ya, pero... Yo juego por el país. Ha sido injusto para las ligas pequeñas... Deben existir chicas más atractivas.

Mamá sonrió.

—¿Y notaste cómo decía el artículo? Recuérdame eso, Pietro...

—"Wanda Maximoff, juventud, habilidad y belleza. La promesa para la delantera que además de robar balones..."

—Roba corazones. — completó mamá mientras ambos reían.

Bufé.

—¡En casa, familia! — papá habló y me giré a verlo.  — Hey, chica sexy. — señaló una revista. — ¿Cómo estás?

Jalé mi cabello.

—Hoy debo ir a mi departamento. — murmuré. — Es aburrido estar tan sola.

—Consíguete una novia. — dijo Pietro como si fuese lo más sencillo del mundo.

—Una busca fama, dirás. — habló mamá.

Papá beso su cabello y luego el de Pietro antes de darme un abrazo.

—Dejen de discutir la vida amorosa de mi pequeña. Ella es libre de elegir con quién compartir, además... — levantó algo a mi costado, me giré a verlo y suspiré. — Es la chica más sexy de las ligas británicas.

—¡Bien, me voy! Los amo, descansen.

Salí rápidamente de casa acompañada de las risas de mi familia, me gusta aquella sensación a hogar siempre que estoy con ellos. Mudarme no era opción, pero definitivamente no quería a periodistas molestando todo el día cuando Pietro sólo necesitaba descansar lo suficiente.

[•••]

—Ven aquí, chico. — palmeé mi regazo. Piolín se recostó sobre mi cama y su rostro acabó en mi abdomen.

Entrené y luego me di una ducha mientras veía una película, no tengo muchas ganas de hacer algo diferente. Mis compañeras querían salir de fiesta un rato, y sinceramente no es mi ambiente, no es lo que disfruto, pero intento... No pensar en que parezco bastante extraña a todas al verlas siendo tan unidas luego de cada fiesta, de todas formas me repito a diario que no debo caer en vicios a los que no pertenezco para sentirme incluida y ya, no es necesario.

Hey.

—Hey, Mariah. ¿Qué tal?

—¿Revisaste el correo de Stephen? Ha dicho que nos envió una lista de datos sobre los oponentes.

—Oh, no. Lo revisaré ahora.

Tomé mi laptop y comencé a leer el documento de nuestro director técnico mientras Mariah me comentaba algunas cosas por teléfono.

Mariah es mi mejor amiga, al menos dentro del equipo. Nos entendemos bien y fue la primera en acercarse a mí cuando llegué al equipo con veintitrés años. Demasiado joven, insegura e inexperta para llegar a un grupo de personas tan adultas y profesionales. Ella tenía veintiséis, ahora tiene veintinueve, no es que nos llevemos demasiado, pero en ocasiones si creo que se nota que es bastante más madura que yo, aún así es agradable tener a quien me guíe todo el tiempo, sobretodo con el impacto que he tenido. Ella cuida de mí.

—¿Crees que tengamos problemas con sus delanteras?

—Mhm... — observé la ficha. — No, nada que no hubiese visto antes, puedo organizarme.

—Su portera es increíble.

—Ya... — murmuré. — ¿Romanoff?

—Es la capitana.

—Nuestra capitana también es increíble. — bromeé y Mariah comenzó a reír.

—Concuerdo, por eso la he elegido. —murmuró. — ¿Entonces, Gwen y tú se encargan de ayudar a los demás?

—Ya, sí. Le diré a Gwen, mañana nos veremos en entrenamiento.

—Claro que sí. Nos vemos, cari.

Al despedirme de Mariah vi a mi cachorro subir completamente sobre mi torso y decidí apagar el televisor para poder dormir.

No hay lugar como el hogar.

Nota de autor:

¡Hey! ¿Cómo están? Hace unos día subí esto en ig y tw a causa del mundial, así que, aquí andamos.
Mañana rindo mi último examen, envíen sus buenas energías !!

Capítulo dedicado a melissasdaughter feliz cumpleaños,  gracias por llegar a mis fanfics, te adoro <3

—Codito.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top