14

Una nueva jornada laboral comenzaba, hombres y mujeres entraban al enorme edificio de Min Yoongi dispuestos a seguir con sus rutinas y en un piso, un hombre de cabello negro empacaba sus cosas en una caja de cartón, algo cabizbajo y evitando las miradas de sus compañeros en todo momento. Todo su cuerpo se tensó cuando del otro lado de la habitación vió una cabellera rojiza, ambos hombres se miraron, ambos sintieron que la respiración se les cortaba y apartaron la mirada de inmediato. Ninguno se dió cuenta, por la cantidad de cubículos que los apartaban que ambos estaban guardando cosas en una caja, no hasta que Hoseok tuvo que pasar a la impresora por uno de sus pisapapeles que sabía que estaría ahí y miró las dos cajas que Seokjin ya tenía listas.

—¿Te vas? —Preguntó con la voz baja dirigiéndose a él, con una timidez que hace mucho no sentía.

—Solo me cambio de área. —No había hostilidad en la voz de Kim.

—Oh. —Jung tragó el nudo en su garganta, no era fácil ver al hombre que le había gustado alguna vez y mucho menos era fácil recordar los golpes de su padre por tal motivo. —Te deseo mucha suerte.

—Yo sé que nuestra relación no es, ni será buena, pero realmente espero poder verte a la hora de la comida y saludarte a lo lejos. —Seokjin tomó sus cajas para comenzar a caminar a la salida y Hoseok caminó a la par.

—Yo si me voy. —Hizo una mueca, se sentía muy triste porque sabía que esa empresa era la mejor y ninguna la igualaría.

—¿Cómo? —Seokjin miró el cubículo de Hoseok viéndolo también vacío y su corazón se apachurro. —No puedes, este lugar es muy bueno para ti.

—Es que...

—¡Seokjin! —Jimin le habló horrorizado y petrificado en las puertas de la habitación. —¿A dónde vas? ¿Por qué no me dijiste? —Su mirada fue a Jung que estaba a un lado y su cara se transformó a una de rabia. —Te dije que dejarás de hacer estupideces. ¿Ves lo que ocasionaste?

—¡Silencio! —Seokjin caminó hasta su primo bastante enojado. —Él no tuvo la culpa, deja de alzarle la voz y acusarlo. Es algo que yo decidí y punto. —Jimin se quedó en silencio y quiso llorar en ese momento, su primo jamás le levantó la voz.

—Lo siento. —Seokjin negó y Park miró al pelirrojo. —Lo siento, Hoseok Hyung.

—No te preocupes, yo entiendo tus razones. —Jung suspiró y con una pequeña reverencia se alejó del par de primos para ir por sus cosas.

Jung Hoseok no se despidió de nadie, por primera vez en su vida no estaba para fingir sonrisas frente a los demás, era una mierda dejar el empleo por el que muchos años luchó, estaba dejando atrás sus sueños, escaló poco a poco para llegar donde estaba y ahora solo podía renunciar. Con dos cajas en manos estaba batallando un poco para abrir el ascensor y para controlar la respiración y no largarse a llorar en medio pasillo. Se sentía vulnerable, después de mucho tiempo.

—Te ayudo. —Seokjin quitó la caja de arriba con un brazo  y con la otra mano presionó el botón correspondiente.

Ambos hombres se quedaron viendo las puertas metálicas, uno al lado del otro, sin decir ni una sola palabra. Hoseok se aferró a la caja que quedó en sus brazos y volvió a inhalar y exhalar, tembloroso. El ascensor sonó, las puertas se abrieron y los dos entraron, Hoseok antes que Seokjin, quien sin que se le preguntara algo habló.

—Puedo acomodar mis cosas después, así que podía ayudarte. —Dijo mordiendo después el interior de su mejilla, sin mirar al pelirrojo. —¿Por qué te vas? ¿Es culpa mía?

—No eres tan importante. —Respondió el menor con una sonrisa sin gracia. No quería sonar grosero, pero dado su historial no había mucho que hacer.

—Entiendo. —Kim miró el suelo sintiéndose -solo un poco- decepcionado.

—Quiero decir... —Jung se apresuró a querer aclarar las cosas. —Existe otra razón. Y ya que esta es la última vez que nos veremos, quiero pedirte disculpas sinceramente. —Ambos levantaron la mirada después de aquellas palabras. —No es algo que pueda explicarte y aún es confuso para mi, pero ahora sé que estuve muy mal. Perdón por todo lo que te dije, perdóname por hacerte sentir mal, perdóname por absolutamente todo.

—Yo no- —Seokjin no podía dejar de ver los ojos contrarios y como estos estaban rasos de lágrimas. —No sé qué decirte. No creí que un día escucharía esto viniendo de ti.

—Lo sé. —El pelirrojo tragó el nudo en su garganta. —Lo sé y eso es lo más jodido, nos lleve a este punto tan desagradable.

—No, ambos lo hicimos. No puedes culparte solo tú cuando fue decisión de los dos llevar este rumbo. —Seokjin habló firme y Jung asintió aunque no estuviera del todo seguro de que así fuera.

—Es bueno pedir disculpas, se siente bien y no te pido que me comprendas, pero quería decirte lo mucho que lo siento.

—Puedo disculparte, solo si tú también aceptas mis disculpas. Fui un idiota y más este último tiempo, perdóname por hacer cosas que a ti no te gustan, por cruzar tu espacio personal y-

—No digas más, está todo bien de mi parte. —Hoseok sentía su cara del mismo color que su cabello.

—¿Puedo saber por qué te vas? —Preguntó un poco indeciso el mayor, pero antes de que Jung pudiera contestar el elevador se abrió y tuvieron que salir.

Al ver que Hoseok ya no contestaría más, Seokjin decidió solo caminar a la par a donde sea que el menor fuera. Salieron por la puerta principal de la empresa y ni bien pusieron un pie fuera a Hoseok se le fue todo el color del cuerpo.

—No puede ser. —Se giró de prisa para entrar de nuevo a la empresa antes de que un grito lo detuviera.

—¡Hijo! —El pelirrojo se paralizó y Seokjin se puso alerta ante su reacción.

Había un hombre mayor tratando de pasar por encima de los de seguridad que no lo estaban dejando seguir su camino, quien sabía desde hace cuanto tiempo.

—Les dije que mi hijo trabajaba aquí. —Gruñía y seguía intentando pasar.

Al pelirrojo no le quedó de otra que girarse de nuevo y caminar a su padre, no quería problemas, fingiría que todo estaba bien, como siempre. Aunque a cierto pelinegro a su lado, ni de chiste lo engañaba.

—Gracias, chicos. Él se irá ahora conmigo. —Dijo Jung y los de seguridad soltaron a su padre, a regañadientes.

Ni bien este estuvo libre tomó a su hijo del brazo y lo arrastró con fuerza para llevárselo, algo en el interior de Seokjin se encendió quemando su cuerpo de rabia pura, porque en cuanto esa mano estuvo sobre Hoseok el chico se soltó en llanto.

—¿Estás huyendo de mi? ¿Te di todo en la puta vida y tú crees que te puedes ir tan fácil de mi lado, mocoso? —Le decía mientras lo llevaba por la acera y Hoseok se aferraba con fuerza a la caja en sus manos.

—¡Ya basta! —Seokjin exclamó tirando la caja que él traía sin cuidado, obteniendo la atención del viejo frente a él. —Suéltelo ya.

—¿Tú quien eres? Metete en tus asuntos. —Le gruñó, con esa voz irritable y desgastada por la edad.

—Seokjin, por favor. No te metas en esto. —Pidió el menor por lo bajo, con pena.

—¿Qué? ¿Dijiste Seokjin? —Al viejo Jung le saltó una vena en la frente. —¿Este es el estupido del que me hablaste? Te dije que te alejaras de él. —Sacudió a Hoseok con fuerza, lastimándolo. —Al parecer las cosas no te quedaron claras y tendré que darte otra lección. —Su mano se suspendió en el aire y Seokjin la detuvo más rápido de lo que su mente procesó. Hoseok solo había logrado encogerse en su lugar dispuesto a esperar el golpe que nunca llegó, Kim estaba forcejeando con la mano de su padre mientras que con la otra lo movió detrás de él, protegiéndolo con todo su cuerpo.

—Le prohibo, que le vuelva a poner una mano encima. —La mandíbula de Seokjin estaba tensa y sus ojos afilados mirando fijamente al hombre frente a él.

—Tu a mi no me puedes prohibir nada, hijo de puta. —El viejo trataba de sacar su brazo del agarre fuerte del contrario.

—Pues lo estoy haciendo y más le vale que se vaya, aún estamos frente a la empresa de Min Yoongi, las cámaras lo están grabando y seguramente usted no quiere meterse en problemas legales. —Kim le soltó el brazo con rabia.

—Hoseok, vámonos en este momento. Tú no te puedes escapar tan fácilmente de mí, soy tu padre. —Hoseok tiró la caja en su manos y se aferró a la espalda de Kim, sin ver a su padre. —Si no es ahora, lo haré después, te buscaré por todos lados y te llevaré conmigo.

—No. —Seokjin casi le gritó.

—Tu cállate infeliz, dañaste a mi hijo, lo enfermaste.

—Debes irte. —Hoseok habló aún atrás de Seokjin. —Por favor, vete y no me busques más. No quiero vivir contigo, no quiero que controles mi vida, me moldeaste y ahora no sé quién soy, me haces daño. —Sollozó.

—Seguro es por este hombre. ¡Te hundirás en pecado! Te lo dije desde la vez que me dijiste que-

—¡Cállate! —Jung lo interrumpió, asustado por lo que fuera a decir.

—VIVIRÁS EN EL INFIERNO. Como un pecador, como un enfermo.

—¿Infierno? —Hoseok se rió sin gracia saliendo de detrás de Seokjin para ver a su padre, su cara mojada en lágrimas. —¿Me iré al infierno? ¡¿A caso tú sabes lo que es vivir en el infierno de mi cabeza?! —Gritó encarando a su padre. —Yo no soy ella, nunca lo seré. Ni siquiera recuerdo quien soy, tú me hiciste así, me obligaste a ser como mi madre. ¡Y ahora mi único deseo es morirme igual que ella! ¡Me arrebataste mi identidad!

—No. —Su padre negó y sus ojos se llenaron de lágrimas. —Tu no debes morirte, me quedaré solo.

—Es lo único que te importa, piensas solo en ti. De todo lo que dije... solo sigues pensando en ti. —Hoseok sintió con el pelinegro lo tomaba del brazo y tiraba suavemente hacia él, abrazándolo completamente.

—La seguridad está alerta desde hace mucho rato, solo da la orden y se lo llevarán.

—Es mi padre. —Dijo bajito.

—¿De verdad lo sigue siendo? —Hoseok negó y con todo el dolor de su corazón, dio la orden para que se lo llevaran, sabía que solo así, su padre jamás volvería a ser un problema para él. Cerró sus ojos, tapó sus oídos y se escondió en el pecho ajeno ignorando los gritos a su alrededor, después de un rato así levantó su mirada y encontró la de Seokjin, totalmente preocupado.

—Debo juntar las cajas. —Dijo hipando aún con lágrimas.

—Primero necesito que te tranquilices. —Dijo tomándolo de las mejillas limpiando con sus dedos la humedad bajo sus ojos.

—Pero todo está tirado y quizás roto. —Se quejó testarudo y Seokjin negó juntando sus frentes.

—Vamos a respirar, sigue después de mi. —Pidió.

—Ya estoy bien, no pasa nada. —Volvió a replicar Hoseok.

—No te creo, tu cuerpo está temblando y no me moveré de aquí hasta que te sienta más tranquilo.

Jung no dijo nada más y respiró a la par como el mayor le indicaba, después sólo recibió caricias en las mejillas, en el cabello y en la espalda. Escuchó y se rió de algunos chistes del mayor y después ambos comenzaron a juntar las pocas cosas que rodaron fuera de las cajas.

—Creo que te rompí una esfera de agua. —Dijo el pelinegro con el objeto en la mano. —Te compraré otra.

—De esas no hay aquí, la compré en Jeju.

—Pues entonces te llevaré a Jeju y te compraré otra. —Dijo simple encogiéndose de hombros bajo la mirada perpleja de Hoseok.

—Seokjin, nosotros ya no nos volveremos a ver y sobre lo qué pasó-

—No me expliques nada. —Interrumpió. —No aún, no voy a dejarte solo en el proceso que seguramente vendrá y menos después de lo que escuché. Yo... aprecio tu vida.

Hoseok se rompió en llanto de nuevo y se escondió en sus manos, tan vulnerable y sobre todo, recordando porqué su corazón alguna vez latió tan fuerte por ese hombre. Sentía que tenía derecho de volver a describir su esencia, su personalidad y sus sentimientos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top