13
—Mi amor. —Jungkook se acercó a Hoseok que veía por la ventana del pequeño departamento que compartían.
El menor había tomado la costumbre de llamarlo así porque sinceramente para él, Hoseok se merecía todo el amor del mundo. Procuraba todo el tiempo tratarlo de la mejor manera, incluso si el pelirrojo parecía escupir veneno por la boca todo el tiempo.
—Mis cosas ya están listas y el camión de mudanza ya casi llega. —Dijo a un lado de él, mirando también por la ventana. —¿Qué te pasa? Hablamos sobre esto en la mañana y parecías estar mejor. ¿Te inquieta algo más? Te juro que tu padre no se va a enterar a donde nos fuimos.
—¿Qué pasa si papá vuelve a caer en depresión? —Preguntó Jung con ojos perdidos.
—Sinceramente, a mi me vale una mierda. Su tristeza no justifica la manera en que quiere transformarte. Dejaste de ser Hoseok para convertirte en el reflejo de tu madre desde el siguiente día en que se murió. Te condicionó tanto, te exigió ser amable durante años, te exigió fingir sonrisas solo porque la tuya es idéntica a la de ella y ahora ni tú sabes si eres feliz o solo finges. —Jungkook le rodeó los hombros y lo atrajo hacia él. —Repites una y otra vez sus insultos hacia ti tratando de que eso se vuelva una realidad. Y de lo demás ni te menciono porque no quiero que recaigas de nuevo. La puta madre, ni siquiera te dejó vivir un duelo sano por tu madre. Han pasado más de cinco años y yo necesito a mi mejor amigo como antes. Hay posibilidades infinitas en el mundo, algo me dice que te sientes así porque luchas contra las palabras que siempre te gritó, ya te digo yo, que no está mal sentir.
—Jungkook... —Jung lo miró y el menor se resignó de nuevo a no llevar la conversación por ese camino.
—Está bien, me voy a callar todo el tiempo que quieras. Pero cuando necesitas abrirte con ese tema aquí estaré y sabes que Jihyo también.
Ella era su novia y una amiga recurrente en la vida de Hoseok, a veces los visitaba pero la mayor parte del tiempo, ella y Jungkook se veían en otro lado para no incomodar con su presencia y actos cursis al mayor.
—Quiero hablarlo. —Hoseok buscó la mirada de Jungkook. —Pero con él, quiero explicarle, quiero pedirle perdón por insultarlo y quiero alejarme después de decirle porqué soy así.
—¿Hablas de Kim? —Jung asintió tallando uno de sus ojos con una mueca triste.
—Sí, pero complique las cosas y mis acciones le han hecho pensar que me gusta, cuando definitivamente no es así. Me cuesta verlo y no escuchar a mi padre en mi cabeza.
—El día que puedas dejar eso de lado, te darás cuenta de muchas cosas.
—¿Qué cosas? —Preguntó desesperado porque de verdad no lograba entender nada.
—¿No lo olvidaste, cierto? —Jungkook se sentía confundido y cuando vió lo mismo reflejado en su mejor amigo frunció lo labios. —¿No recuerdas? La razón de porque tu padre te metió sus estupidas ideas homofobicas a la cabeza.
—¿De que hablas? —Hoseok se encontraba tensó y se llevó una mano a la cabeza cerrando sus ojos.
—Mi psicóloga me dijo una vez que los humanos tendemos a olvidar sucesos traumantes, pero no creí que fuera así. Son mecanismos de defensa, fue lo que entendí. —Jeon envolvió sus brazos en Hoseok y sintió su garganta doler. —Te ha hecho mucho daño.
El pelirrojo se aferró a su mejor amigo y como si algo se hubiera desbloqueado recordó, el momento exacto en que llegó emocionado a su casa, hablando de un compañero de trabajo que le caía muy bien en la cena junto a su padre, recuerda perfectamente las palabras que usó.
"Creo que él me gusta, padre."
Antes de ser agredido físicamente y verbalmente esa misma noche por un ser humano lleno de ira, diciéndole que estaba mal, que era un monstruo y que su madre debía estar avergonzada de traerlo al mundo.
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