08
El jefe de su área había convocado a una reunión de imprevisto al final de su jornada laboral, el rendimiento de la empresa estaba bajando en cuanto a propuestas innovadoras y su área era un puesto más arriba de esto, eran quienes aprobaban ideas y las defendían junto al creador original para que el señor Min diera su visto bueno y se llevaran a cabo, la compañía era una agencia de idols, siendo Min Yoongi el fundador y propietario de esta, además del compositor principal. Tenía gente en cada piso del edificio trabajando en áreas diferentes, maquillaje, fotografía, escenarios, producciones digitales, marketing, conceptos que era donde ellos trabajaban y muchas más.
—La gente opina que nuestro grupo de chicas se está desviando del concepto principal que llevábamos y no podemos permitir perder seguidores por esto. —Anunciaba su jefe mientras leía en sus notas de la tablet en sus manos. —Park, necesito que supervises esto con el piso de propuestas y seguimiento del grupo.
El primo de Seokjin asintió anotando rápidamente su nueva tarea encomendada bastante serio, le gustaban los retos y nuevos, la perfección y llevar consigo al grupo de chicas sería un sueño.
—Tenemos nuevos trainees en la compañía, ya han sido elegidos los chicos debutantes pero el señor Min necesita frescura, algo que no se vea mucho en este tiempo. No chicos escolares, no vampiros, no lobos, no seres digitales, quiere algo fuera de esto. —Miro a todos sus colaboradores y suspiró. —¿Propuestas?
Jung y Kim levantaron la mano al mismo tiempo, Seokjin lo miró de mala manera y Hoseok le sonrió en grande con amabilidad, como si Kim no supiera que por dentro lo estaba maldiciendo de mil maneras.
—Los escucho. —Decía el hombre mayor sentado en la cabecera de la mesa amplia.
—Que hable primero Jung. —Seokjin dijo despreocupado, igual seguía en pie lo de cambiarse de área, no es como que quisiera un nuevo proyecto ahí.
—Pensaba en idols más... reales. Que ellos se involucren en mayor medida, que expresen su pesar para llegar a donde estarán, que sean ellos quienes graben sus viajes, sus momentos grabando las canciones, su manera de vivir en sus dormitorios. Que sean jóvenes expresando su juventud, no sólo estudiantes, sino luchadores, sacrificados y humildes. —Terminó de expresar su idea y Seokjin soltó una risita por lo bajo, claro, lo decía el más sincero de ahí.
—¿Pasa algo señor Kim? Veo que la idea le causa gracia. ¿Tiene un punto mejor? —Le cuestionó su superior y el negó sentándose mejor en la silla.
—No, de hecho pensaba en una idea similar. No creí que el señor Jung expresaría mi propuesta. —Se encogió de hombros. —Estoy seguro que los de propuestas harían un buen trabajo con la idea y el señor Jung puede aportar para ayudarles, después de todos somos supervisores.
El jefe de área asintió a uno de sus mejores trabajadores pero aún así escuchó las demás propuestas, después de una hora la reunión había terminado y todos salían.
—¿Cree que pueda brindarme unos minutos más? —Preguntó Kim cuando estuvo a un lado de su superior. —Quisiera hablar con usted de algo.
—Claro, dígame aún tengo un par de minutos. —Le respondió este abotonando su saco.
—Perdón que los interrumpa. —Seokjin reprimió su malestar cuando escuchó la voz de Jung. —Necesito hablar algo contigo, Kim.
—No es momento compañero. —Seokjin lo miró fijamente gritándole con la mirada que se largara de ahí.
—Es importante, sobre la propuesta que dimos... —Hoseok se veía impaciente en su lugar tomando con fuerza la carpeta en su mano y con ojos perdidos.
—Oh, si es así será mejor que yo los deje. —El jefe les sonrió bastante contento con que las ideas se pusieran en marcha. —Tengan buen día, chicos. —Iba a salir de la sala de reuniones y se detuvo en el marco de la puerta. —Ya que son los últimos ¿Podrían avisar que limpien el lugar cuando terminen?
Jung se apresuró a afirmar despidiendo al mayor para cerrar la puerta a sus espaldas.
—¿Y bien? —Seokjin se echó el cabello hacia atrás mientras dejaba su carpeta en la enorme mesa.
—Yo... —El pelirrojo se regañó por su voz inestable, quería fingir indiferencia y amargura como siempre. —Ibas a renunciar.
No había dudas en sus palabras, cuando vió a Kim acercarse a su superior recordó la conversación que escuchó semanas atrás y no había pensado en su actuar hasta ese momento que se encontraba con el mayor enfrentándolo.
—Al área solamente, necesito largarme de aquí, al menos necesito dejar de verte todos los malditos días. —Kim se notaba exasperado y su mandíbula se marcaba de la presión de sus dientes.
—Tu desprecio a llegado al extremo, Kim. Yo he visto cuánto amas tu trabajo. —Jung se recargó en la puerta de madera negra, como si estuviera derrotado y Seokjin se sentía tan confundido.
—No, tú has llegado al extremo. Me tienes harto, estoy cansado de tus juegos infantiles, de tus insultos estupidos y de tu sonrisa falsa. —Le exclamó más que molesto. —¿Por qué vienes de repente a interrumpir? Te dije antes, deberías estar agradecido de que me rendí.
—No. —Dijo de inmediato Hoseok y se sentía tan confundido, su pecho subía y bajaba, su mirada clavada en sus pulcros zapatos negros.
—¿No? —Seokjin alzó una ceja incrédulo y río sin ninguna gracia. —Me voy, hombre. De verdad estoy cansado.
—No sabía que alguien como tú se rendía así de fácil. —A pesar de que su pecho fallaba, soltó un comentario ácido como siempre. —Te creía más competitivo, más orgulloso y más hombre. —Se burló.
—No vayas por ese camino. —Seokjin le advirtió entre dientes, su mecha era muy corta.
—¿Qué? ¿No estabas cansado de pelear, maric- —Seokjin se fue contra él tomándolo del cuello con una mano y con la otra le tapó la boca.
—Te lo digo por última vez, deja de meterte conmigo. —Sus manos eran duras y su agarre fuerte pero su intención no era dañar, sinceramente estaba en su naturaleza ser fuerte, varonil y posesivo al tacto. —No sabes tú lo que a mi me costó estar orgulloso de lo que soy y no permitiré que vayas por ese camino.
Sus ojos estaban sobre los de Hoseok quién los tenía bien abiertos, incapaz de siquiera querer hablar de nuevo. El cuerpo enorme de Seokjin cerniéndose sobre él suyo. Sus pechos rozándose y la respiración de ambos pesada cuando se dieron cuenta de la cercanía de todas sus extremidades. Así, el mayor estudio las facciones del rostro ajeno sintiéndose extraño, de pronto siendo muy consciente de que tenía a un hombre precioso tomado del cuello y privado del habla, trago fuerte quitando la mano de la boca ajena, aún así su compañero no emitió palabra alguna, sus ojos no se despegaban y el cuerpo de Seokjin vibró entero cuando sintió algo ajeno a él crecer en medio de sus cuerpos, algo que le rozaba el muslo, dejó de mirar los ojos del pelirrojo cuando este tragó fuerte haciéndolo consciente de sus finos labios a centímetros de su boca, imposible que su mirara no se perdiera ahí mientras su agarre se hacía más duro en aquel cuello. Por respuesta fisiológica lamió sus labios al sentir su boca con ganas de algo que obtuvo tirando de aquel hombre a sus labios con fuerza.
Duro, hambriento, fuerte y caliente, tan caliente que le estaba quemando entero el cuerpo, la boca de aquel hombre fastidioso sabía a puta gloria, era inexperta y torpe, tan torpe que Seokjin casi sintió ternura. Quería más, más, solo un poco más. Soltó el cuello ajeno y bajo la mano al muslo de Jung para cargarlo sobre la puerta pero este acto hizo que el pelirrojo saliera del trance en el que estaba, empujándolo con tanta fuerza que Seokjin dio dos pasos atrás con respiración agitada, labios hinchados y ojos abiertos.
—En... en tu puta vida me vuelvas a tocar, puto de mierda. —La voz de Jung fue un hilo mientras salía corriendo del lugar, con ojos llorosos.
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