15. Estarás bien... ¿cierto?
━━━⊱ Estarás bien... ¿cierto? ⊰━━━
«No temas por el futuro,
ni llores por el pasado »
☭
Tuvo un mal sueño.
Aunque la realidad es que había estado soñando con el pasado. Cuando la guerra más reciente en su mundo estuvo en su punto más alto y, por consecuente, cuando Alyssa perdió a más personas de las que le gustaría decir. Y quizás el hecho de haber sentido esa pérdida entre sueños, fue la razón por la cual ella se encontraba mirando con tristeza a sus compañeros, los cuales estaban charlando y construyendo el plan que se llevaría a cabo en unas cuantas horas.
Sintió una horrible presión en el pecho. Sin embargo, se obligó a creer que aquella molestia era simplemente a causa de lo que había estado soñando. Y no porque en realidad era un aviso de que algo iba a salir mal durante la siguiente misión.
— Hasta que despiertas —dijo Gianna a su lado—. Deja de verlos así. Soy ciega, pero hasta yo sentí tu cambio repentino de humor. Tu aura deprimente es realmente sofocante. Parece como si hubieras tenido una premonición bastante mala sobre de ellos.
— Me preocupan —susurró Alyssa con total honestidad.
Los presentes no repararon en que ella había despertado, pues se encontraba en otra habitación. La casa a donde llegaron mientras Alyssa aún se encontraba inconsciente era muy pequeña y estaba abandonada, ni siquiera tenía puertas, pero al menos les proporcionaría un refugio para las próximas horas.
— Dioses, Alyssa, deberías de haber sabido que no era buena idea encariñarte con ellos —le recriminó Gianna.
— Ellos no van a morir, si eso es lo que estas tratando de decir —le reprochó—. Además, sé que al igual que yo, también te preocupas por ellos.
— Pues claro, muertos no me ayudan en nada —la rubia se cruzó de brazos.
— Mentirosa. Se muy bien que los has llegado a estimar, Gianna —miró los ojos lechosos de su compañera, los cuales apuntaban hacia su persona a pesar de no poder verla—, incluso más a unos que otros.
Gianna desvió el rostro dando entender que no estaba dispuesta a seguir escuchado lo que Alyssa le estaba diciendo. Aun cuando claramente le decía la verdad.
— En lugar de estar diciendo tonterías porque no mejor me dices ¿quién es Trevor?
— ¿D-Disculpa?
— Lo mencionaste cuando estabas alucinando.
Alyssa bajo el rostro con tristeza, pese a haber pasado ya dos años, la partida de Trevor le seguía doliendo como el primer día. En su memoria aun perduraba aquel sentimiento de desolación e impotencia que sintió cuando tuvo que despedirse de él y enterrarlo bajo un campo de flores.
— Era —corrigió con pesar—. ¿Quién era Trevor? Solo te diré que fue una persona importante para mí, pero que perdí hace ya unos años.
— A veces pienso que nuestra vida solo se basa en perder a seres queridos. Después de todo, la mayoría de nosotros no pasa de los veinte años —dijo Gianna con cierta melancolía—. Nuestra vida es una mierda. Pero comienzo a creer que la vida de estas personas está casi a la altura de la nuestra.
— Estarán bien. Yo voy a cuidarlos.
— Mejor no te hagas falsas esperanzas, Alyssa. Teniendo la suerte que tenemos... es sensato no hacer promesas.
Era cierto.
Sabía perfectamente que su compañera tenía razón, pero se negaba a aceptarlo en voz alta. Sus emociones negativas se incrementaron. Y aunque quería creer que la culpa era de Gianna por ser tan pesimista, Alyssa sentía como si se tratase de una corazonada, como si su cuerpo le dijera que algo peligroso estaba a punto de ocurrir. Aquello le aterraba, más por la vida de los miembros de su escuadrón que por la suya propia.
— Te has puesto a pensar... ¿sobre qué pasaría si ellos se llegaran a enterar? —murmuró Gianna con un deje de angustia en su voz.
— Ellos nunca lo sabrán —sentenció Alyssa con decisión—. Por su propio bien no deben saberlo.
— Es verdad, los dioses nunca voltearían la cabeza ante una situación como esta. Seguramente no se involucrarían personalmente, pero si mandarían a alguien a por ellos.
— Hablando sobre esto, ¿has logrado recordar algo sobre él semidiós que me atacó? —preguntó Alyssa. Le intrigaba demasiado aquel hombre con máscara, pues le pudo hacer frente sin siquiera agitarse.
— No. Al contrario de aquella chica que nos atacó hace unos días, de ese hombre no tengo información. La verdad es que siempre lo vi junto a tu hermano, parecía más su guardaespaldas que su mano derecha, pero jamás se quitó la máscara. Al menos no cuando yo estaba presente —explicó la semidiosa, recordando los viejos tiempos—. Honestamente, impone un miedo tremendo. El aura que emana me hace pensar... puede que este equivocada, pero creo que es un hijo de los tres grandes.
— No es una idea descabellada —concordó Alyssa, llevando una mano a su barbilla mientras ataba los hilos de su mente y rebuscaba entre sus pensamientos—. Yo también creo que es un hijo de los tres grandes. Es realmente fuerte y, dioses, esto no te va a gustar, pero creo que es hijo de Zeus. El mismo dios me dijo que había mandado a uno de sus hijos, pero que éste que nunca regreso. Tiene que ser él.
Aunque..., pensó indecisa Alyssa.
No quería preocupar ni confundir mucho más a su compañera, pero algo dentro de ella sentía que conocía a aquel extraño hombre. No obstante, por más que lo pensaba no lograba descifrar quién podría estar detrás de aquella máscara. Así que lo único que le quedaba era creer que se trataba del semidiós que Zeus había mandado meses atrás. Pero si ese fuera el caso, ¿Por qué se alió con su hermano? ¿Qué le impidió seguir con la misión que su padre le encomendó? Quizás también odiaba a los dioses...
Alyssa se llevó una mano a la sien, le dolía la cabeza de solo pensar en todo eso. Este mundo la volvería loca algún día no muy lejano. Cada que descubría algo, un nuevo enigma aparecía y la dejaba aun más confundida.
— Eso sí que es un problema. Aunque sigo sin entender por qué demonios trae una máscara —Gianna suspiró, eso no era lo único que no entendía—. Alyssa... sé que dijiste que tu hermano desapareció hace apenas unos meses, pero este mundo... aquí pasa algo raro. Siento que he estado aquí por más que unos simples cuantos meses. No te miento cuando te digo que para mí ha pasado casi alrededor de un año antes de tu llegada.
— El poder de la Niebla para crear ilusiones es muy fuerte, Gianna. Además, eso que dices sería prácticamente imposible porque entonces los tiempos no cuadrarían. Alabaster es un mago poderoso, pero incluso él no tiene la capacidad de poder controlar el tiempo —explicó—. En cuanto a las máscaras, no sé si tengan algo en común pero antes yo las utilizaba cuando iba a misiones. Era una forma de evitar que los monstruos, aquellos que lograban a escapar, tomara venganza contra alguien en específico, pues de esta manera no conocerían el rostro de quien los había atacado.
Gianna asintió no muy convencida con la respuesta. Estaba segura de que se trataba de otra cosa, pero tenía que admitir que Alyssa tenía razón. Los hijos de la magia podían crear ilusiones muy muy reales. Ella lo sabía de primera mano, pues en su tiempo vio como Alabaster usaba la Niebla para hacer ese tipo de cosas.
— Me alegro ver que ya hayas despertado. ¿Cómo te encuentras?
El capitán Levi entró a la habitación, quitándose un peso de encima en cuanto vio a Alyssa despierta y sin lo que parecían ser heridas de por medio. Había estado muy preocupado por ella y aunque no lo demostró externamente, estuvo deseando que ella recobrara la consciencia para comprobar que se encontraba fuera de peligro.
— Iré a ayudar a los demás —anunció Gianna, dando por terminada la plática. Ya habría tiempo para seguir haciendo conjeturas de manera privada. Se levantó y sin decir nada más salió de la habitación.
— Estoy bien —le respondió Alyssa a su capitán mientras se ponía de pie—. ¿De qué me perdí?
Levi se acercó para ofrecerle una mano y ayudarla a levantarse, aún le preocupaba que se encontrara débil.
— Hemos ideado un plan de rescate. Estamos seguros de que Eren se encuentra a unos metros cerca de aquí. Si todo sale bien, el escuadrón volverá a estar completo pronto.
— Estoy segura de que así será —respondió Alyssa con seguridad—¿Y cuál es mi función, capitán?
— No estoy seguro...
— Estoy bien. Lo prometo. Solo tenía que descansar.
Levi soltó un suspiro, conociéndola sabía que no iba a aceptar un no por respuesta. Aunque en cierta parte no podía negar que ocupaban toda la ayuda posible, incluso Gianna tendría trabajo que hacer en su muy elaborado plan, así que no poniendo más peros le explicó todo lo que habían acordado por hacer.
— Mantente apegada al plan. Kenny es un hombre muy astuto —le advirtió Levi dando media vuelta. Debían de salir de la casa, pues el escuadrón ya se encontraba afuera esperando instrucciones.
— Ehm, capitán... —dudando Alyssa lo tomó de la mano, haciendo que Levi volteara a verla confundido—. Yo... bueno...
Se armó de valor. El sentimiento que tenía el en pecho todavía no desaparecía y le aterraba poder perder a alguien. No quería que sus compañeros resultaran heridos, mucho menos aquel hombre que estaba frente ella, ¿en qué momento se había dejado cautivar por él?
No sabría decir con exactitud cuando fue que empezó a sentirse así. Solo sabía que aquel sentimiento de miedo solo le hizo darse cuenta de que Levi era alguien muy importante para ella. Y seguramente, de no sentirse tan triste y preocupaba sería más abierta al tema.
Se quitó el collar que traía en el cuello, aquel que había creado hace ya varios años atrás y que estaba hecho de magia pura. Sin pensarlo dos veces lo paso tras la cabeza de su superior y lo colocó con cuidado sobre su pecho.
Levi la miró intrigado y algo apenado.
— Es mi amuleto de la suerte —le explicó Alyssa, levantando la mirada y diciendo una verdad a medias.
Lo cierto era que en realidad ese dije traía consigo un hechizo de protección. En el momento en que te encontrabas en peligro mortal, se formaba una burbuja que te cubría de cualquier cosa, teniendo así una segunda oportunidad.
Alyssa levantó su mano derecha y la puso sobre la mejilla de Levi.
— ¿Me promete que va a cuidarse, capitán? —le dijo con una leve sonrisa. Y aunque no era la intención, verlo sonrojarse le causo cierto placer.
Levi parpadeo sorprendió, sintiendo arder sus mejillas y encontrándose incapaz de pronunciar una palabra. Alyssa había traspasado sus barreras. Y si bien se sentía un tanto nervioso, le gustaba sentirla tan cerca y atenta.
— Yo...
Alyssa rió de manera suave. Ver a su superior comportándose de esa manera le causaba demasiada ternura, pero no quería torturarlo de más.
— Más le vale cumplir su promesa —le dijo con una sonrisa y con su dedo índice le hizo una pequeña caricia en la punta de su nariz.
Alyssa no espero respuesta, sabía muy bien que no la obtendría, así que decidió simplemente alejarse y salir del lugar.
Levi se encontraba atónito. Por primera vez se había quedado en blanco, sin quiera poder mover un músculo. Sin embargo, no duró así por demasiado tiempo y cuando volvió en sí, dio un vistazo a su nuevo artefacto. Le pareció extraño y fascinante a la vez. Dentro de lo que parecía ser una burbuja había un grabado de dos antorchas cruzadas que parecían emerger de una constante bruma verde. En definitiva, algo tan mágico y extraordinario solo le podía pertenecer a alguien como Alyssa. Decidió que luego le daría una inspección más a detalle, así que no dándole más vueltas al asunto salió de la cabaña para reunirse con los demás.
Una vez afuera dio una rápida mirada a Alyssa. Ella se encontraba charlando con Blyana y Kazuto, y su habitual sonrisa le enmarcaba el rostro de una manera hermosa. Deseó poder verla siempre de esa manera: Feliz. Y en ese momento, fue cuando Levi cayó en cuenta de que el sentimiento que tenía por aquella azabache se trataba de algo más que una simple amistad. Pues Alyssa se había convertido en alguien sumamente especial para él.
Se asustó.
Había sufrido tanto y había perdido demasiado que le fue imposible no preguntarse si era lo suficientemente fuerte como para enamorarse. No podía evitar cuestionarse si su corazón podría resistir una pérdida de tal magnitud. Y es que Levi jamás se había enamorado.
Se rió internamente, no podía creer que en serio le estuviera pasando algo como esto justo cuando se encontraban en una situación tan complicada. Sin embargo, dejo de pensar en ello cuando Hange se acercó al grupo y comenzó a dar órdenes para comenzar con el plan de rescate.
No había tiempo para meditar acerca de sus sentimientos, era hora de traer a Historia y Eren de regreso.
•
•
•
Descendieron por un camino rocoso que conducía a una cueva subterránea. Cuando llegaron a la entrada que estaba sellada por una puerta de madera, Hange se volteó hacia sus subordinados y con un ademán les indicó a todos que el plan estaba a punto de comenzar.
Levi pateó la puerta con fuerza y los barriles que se construyeron con estrategia hace unas horas atrás rodaron por las escaleras hasta llegar a una gran sala de cristal que aun se encontraba de pie gracias a unas grandes y gruesas columnas que soportaban todo el peso de la tierra.
Sasha prosiguió con la segunda fase del plan y disparó una flecha de fuego hacia los barriles. El humo que se formó a causa de la explosión se expandió por toda la estancia. De esta manera, sería mucho más fácil ocultarse de sus enemigos y mientras unos se quedaban en la retaguardia disparando señales de humo verde, los demás se encargarían de derribar a los soldados.
Alyssa se movió con destreza por los aires. Después de haber practicado sin descanso por fin podía usar el equipo de maniobras a la perfección.
— ¡Hay treinta y cinco en las columnas! —escuchó gritar a Levi— ¡Seguimos con el plan! ¡Los eliminaremos a todos aquí!
Armin les había explicado con precisión las fortalezas y debilidades de sus oponentes, así que mientras siguieran el plan, el porcentaje a su favor aumentaba considerablemente.
La semidiosa lanzó los cables a la columna más cercana para derribar a los soldados que estaban de su lado. Y pese haber recibido una fuerte advertencia de parte de su capitán minutos antes de entrar a la cueva, Alyssa decidió seguir dejando inconscientes a sus enemigos en lugar de matarlos. Y es que a sus ojos, los mortales no eran un problema por el cual tuviera que preocuparse.
De momento, todo parecía estar en orden. No tenían ninguna baja y Reen seguían contando en voz alta cada que derribaba a alguien. Para él todo era una competencia y le gustaba hacer las cosas a su manera. Blyanna gruñó desesperada cuando se dio cuenta de que iba a bajo en el marcador y trato de al menos alcanzar el número de su hermano.
La presencia de un aura nueva ingresando al lugar hizo que Alyssa enfocara su atención al hombre que acababa de aparecer.
— Hola, Levi —saludó el extraño al capitán del escuadrón—. Me temo que no tengo tiempo para ti, pero no podemos dejar que pasen.
Lo reconoció al instante. Era Kenny, y es que Levi fue muy estricto al hacer que cada miembro de su escuadrón se grabara la apariencia de aquel sujeto. La orden era dejarle al capitán esa pelea, pero Alyssa creía que ella podía saltarse esa regla, después de todo era una semidiosa, Kenny no podía si quiera igualarla, aun cuando quisiera.
— Que remedio. Tendré que jugar contigo. ¡Veamos si me puedes atrapar! —se burló Kenny mientras desaparecía tras el humo.
La hechicera se movió con rapidez. Estando al otro extremo tendría que ser veloz para poder llegar a Kenny antes de que pudiera lastimar a alguien. Sin embargo, luego de unos minutos mientras se balanceaba por las columnas el grito de dolor que salió de los labios de su capitana hizo que Alyssa cambiara su rumbo. Su corazón palpitó más rápido cuando la vio caer contra el suelo. Se movió con agilidad para poder llegar a ella.
— ¡Hange! —la llamó con desesperación.
— ¡A ver a qué hora se te ocurre aparecer! —demandó Kenny al aire, mientras él se arrinconaba sobre una columna y llevaba una mano a su reciente herida causada por la hoja afilada de Levi.
El escuadrón se reunió en el lugar donde Hange cayó para custodiar el lugar y de esta manera nadie pudiera atacarlos por sorpresa.
— No es grave. Estará bien —anunció Kazuto cuando dio una inspección a la herida que traía su superior en el hombro.
— Ustedes los mortales si que son aburridos.
Alyssa abrió los ojos con sorpresa. Esa voz... un escalofrío la recorrió de pies a cabeza. Se irguió enseguida para voltear a ver a aquel hombre que tenían metros enfrente. Su mente le jugó una mala pasada, pues creyó que se trataba de alguien más. Sabía que no tenía por que haber hecho conjeturas que no tenían razón de ser. Sin embargo, él que se haya confundido de persona no significaba que los problemas habían desaparecido.
En realidad, se habían multiplicado.
Aquel sujeto que parecía ser la cabeza de aquel grupo de soldados dio unos pasos al frente para alejarse de su escuadrón.
— Creo que tú y yo tenemos algo pendiente, ¿verdad?
Alyssa apretó la mandíbula. Era el mismo hombre con el que tuvo que pelear hace ya un tiempo. Al igual que los demás traía un equipo de maniobras y vestía completamente de negro con una ligera tonalidad verde esmeralda, su saco largo del mismo color ocultaba poco las largas espadas que traía colgando en su cintura. Una funda rodeaba su pierna derecha, seguramente en esta se encontraba un cuchillo para usarlo en caso de emergencia. Y su máscara... era completamente negra, casi parecía que las sombras, aquellas que asechaban en la oscuridad, lo estaban ayudando a cubrir su rostro.
Comienzo a dudar que sea un hijo de Zeus, se dijo mentalmente. Sus manos temblorosas agarraron con fuerza sus dos dagas, obligándose a guardar la calma.
— Atrás —ordenó Alyssa a sus compañeros mientras se acercaba a aquel hombre—. Esta pelea es mía.
Su respiración se aceleró y es que nunca se imaginó que aquel individuo fuera a hacer acto de presencia. Sabía que no podía hacerle frente, no cuando ella no podía hacer uso de su magia. Estaba claramente en desventaja. Agarró con más fuerza sus dagas de oro imperial. Perder no era una opción para Alyssa, si lo hacía significaba el fin para sus amigos.
Levi chasqueó la lengua. Aquel hombre ni siquiera parecía ser un humano común y corriente, y aquello le aterraba. Más cuando vio como Alyssa iba a su encuentro sin ayuda. Pero él estaría listo, dispuesto a atacar de ser necesario.
La espada larga de oro imperial de su adversario cortó el aire, Alyssa la desvió con destreza haciendo que impactara contra el muro de cristal que tenía lado. El semidiós sacó su arma sobrante y con esta comenzó a atacar. Sonrió detrás de la máscara, hacia mucho que no tenía una batalla de verdad, sin embargo, aquella adrenalina y euforia no lograban llenar el vacío que sentía en el pecho.
Nada parecía hacerlo. Sin embargo, la cosa cambiaba cada que veía a los ojos a aquella azabache. Al parecer nada había cambiado luego de tantos años. Aunque... al mismo tiempo todo le parecía tan extraño.
El choque entre ambas armas hizo chirriar el acero, sacando chispas debido a la presión que ejercía cada uno. Alyssa sabía que con fuerza no iba a ganar esa batalla, así que se obligó a planear una estrategia en medio de ese feroz combate.
Se alejó unos pasos para poder lanzar una de sus dagas, el hombre tuvo que esquivarla con su espada y Alyssa vio la oportunidad perfecta para atacar. No obstante, la agilidad de su enemigo fue mayor de lo que ella esperaba. El hombre soltó su arma y con su mano libre tomó con fuerza la de Alyssa haciendo que ella no pudiera lograr su objetivo. Antes de que pudiera responderle con un nuevo golpe, él la pateó con fuerza en el estómago, mandándola a volar hasta que se estampó contra una columna.
Tosió con fuerza, le habían sacado el aire y su espalda comenzó a dolerle una vez se puso de pie.
— ¡Alyssa! —el gritó de Armin le hizo darse cuenta de que incluso ellos sabían que no tenía oportunidades de ganar.
Levi se obligó a no moverse de su lugar. Se estaba conteniendo asombrosamente para no interferir en aquella pelea. Sin embargo, sentía que su corazón se le saldría del pecho en cualquier momento.
— Estoy bien, chico listo...
— Yo no estaría tan seguro.
Alyssa abrió los ojos sumamente sorprendida, él semidios se había acercado con velocidad. No obstante, ella también tenía un as bajo la manga, saco la cuchilla que traía en la una de las fundas de sus piernas y atacó a su adversario. Y si no hubiera sido por protección que le brindaba la máscara, podría haber hecho que aquel hombre perdiera su ojo y una parte de su nariz.
Las cosas no se pusieron a su favor, la cara de Alyssa chocó contra el piso e inmediato sintió una molestia en su brazo, el cual lo tenía tras su espalda. Se aguantó el quejido de dolor y se regañó por haber sido tan descuidada.
— Eres buena, tengo que admitirlo, pero te sigue faltando práctica.
El escuadrón de la legión de reconocimiento tomó con fuerza sus armas, dispuestos a brindarle ayuda a una de los suyos. Sin embargo, el asombro no era algo que sus caras pudieran ocultar, esa pelea había sido extraordinaria. Ya habían visto pelear a su compañera, pero esta vez pudieron presenciar como verdaderamente luchaba cuando se tomaba en serio las cosas y, a pesar de ello, no había ganado.
No obstante, Armin fue el único que notó que Alyssa, por primera vez, no se reprimió y atacó con toda la intención de quitarle la vida a su oponente. Quizás solo fue así debido a que, si no se tomaba en serio la batalla, podría ser ella la que muriera.
— Tramposo —murmuró Alyssa.
El comentario que salió de los labios de la azabache hizo que el hombre soltara una carcajada y la soltó sin importarle que ella pudiera atacarlo nuevamente. Alyssa se sobó el hombro debido a la molestia que todavía sentía.
— Hagamos un trato entonces —habló tras la máscara, bajando la mirada debido a la notable diferencia de alturas—. Se que te gustan las estrellas, ¿por qué no mejor nos vamos a fuera?
Alyssa se quedó pasmada, lo menos que se esperaba era que él fuera a proponerle algo así, menos que supiera uno de sus gustos. Aunque la realidad, es que no era la gran cosa, después de todo, los hijos de Hécate tenían fascinación por éstas debido a su abuela Asteria, la diosa de las estrellas y la adivinación.
— Ni se te ocurra aceptar, mocosa. Es una orden.
La llamada de atención de su superior hizo que volteara a verlo.
— No creo que quieras que estos mortales se involucren, ¿verdad? Yo que tú me apuraba, no vaya a ser que cambie de opinión y quiera divertirme un poco con tu escuadrón —le advirtió el semidiós, mientras hacía uso de su equipo de maniobras para salir de ese lugar.
Alyssa se mordió la lengua, no tenía opción. Levi sin duda la regañaría por la decisión que estaba por tomar.
— No olvide su promesa, capitán —le dijo con una sonrisa, disculpándose internamente—. No se preocupe por mí, lo importante aquí es recuperar a Historia y Eren.
Y sin dejar que le respondiera, se fue detrás de aquel semidiós, dejando a su capitán con un sentimiento de impotencia e inquietud.
Levi se esforzó por no abandonar su posición. Con Hange herida él tenía que hacerse cargo de la situación. Sabía que Alyssa era fuerte, incluso mucho más que él, pero eso no le impedía dejar de preocuparse por ella, pues lo único que quería era estar siempre a su lado y protegerla de cualquier peligro.
*Cuando Alyssa habla de los tres grandes, se refiere a los tres dioses principales: Zeus, Poseidon y Hades.
Holaaa! Como han estado? <3
Nuevo capítulo porque sí.
Ya por fin se vienen capítulos con mucho drama, info y, por supuesto, interacciones más cercanas entre Levi y Alyssa. Estoy muy emocionada ^^
Btw, ¿Qué les pareció el especial de SNK? A mi me hizo llorar 😭 ya saben, lo de siempre con este anime.
Que tengan bonito día.
—B.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top