14. Cuidaré bien de ustedes
━━━⊱ Cuidaré bien de ustedes ⊰━━━
«Nada es verdad.
Todo está permitido»
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Cuando el sol estuvo en su punto más alto Armin y Sasha regresaron con comida e información que habían logrado obtener en la ciudad. Al parecer, según lo que escucharon, iban a desmantelar a la Legión y no solo eso, revisarían las montañas de pies a cabeza, así como también habrían puestos de vigilancia que inspeccionarían los caminos principales.
La legión de reconocimiento estaba en graves aprietos y, por consecuente, ellos también lo estaban. Además, debido a todo este problema reciente Gianna no podía ingresar a la ciudad sin llamar la atención, por lo que se quedaría más tiempo con en el equipo.
La hija del dios Apolo suspiró quitándose un peso de encima, temía no poder encontrar una excusa lo suficientemente buena como para que el capitán de la legión la dejara quedarse por más tiempo. No obstante, al menos por el momento la suerte parecía estar de su lado.
— Capitán, escucho pasos —aviso Sasha, haciendo que todos los presentes se pusieran alertas.
En un segundo todos ya se encontraban en sus posiciones. De manera cautelosa se subieron a los árboles cercanos para esconderse mientras Armin actuaba de cebo y conducía a los soldados que venían hacia ellos a una trampa bien elaborada. Una vez apresados descubrieron que uno de ellos aun parecía tener sentido común, pues creía fervientemente que la legión era inocente. Su compañera, en cambio, estaba reacia a creer las palabras de su camarada hasta que el capitán Levi le contó quién era realmente Annie, pues la chica había exigido a gritos por que le dieran una respuesta sobre su paradero y descubrir que su colega era una traidora hizo que se quedara brevemente en shock.
Una vez se esfumó la hostilidad (y gracias en la mayoría a Jean), los dos miembros de la policía militar ayudaron al escuadrón a localizar un puesto de guardia débil. El capitán Levi atacaría con el fin de obtener más información acerca de sus dos soldados desaparecidos.
No parecía la gran cosa así que no costo nada de trabajo acabar con aquellos soldados. Levi dejo al resto de aquel escuadrón y solo tomó como prisionero a su superior. Aquel hombre tenía un bigote muy pronunciado y al principio del interrogatorio aún presentaba aires de superioridad.
Al menos hasta que Levi empezó a impacientarse.
El capitán de la legión introdujo con fuerza su pie en la boca de aquel hombre, rompiéndole varios dientes en el proceso e impidiendo que pudiera respirar con normalidad. Alyssa volteo el rostro, no le agradaba ver como torturaban a quienes ella consideraba meramente mundanos. A su percepción, los mortales eran personas débiles e ingenuas, seres que fácilmente podían ser manipulados por los dioses y, por lo que sabía hasta el momento, todos ellos estaban siendo controlados por su hermano.
Hacía años que ella no convivía con mortales, pues el único recuerdo que aun persistía en su memoria era el de sus padres y su hermanastra, aquellas personas que lo único que le proporcionaron en su momento fue amor y respeto... al menos la gran parte del tiempo. No los culpaba por las palabras de desprecio que le lanzaron el día en el que murieron, ¿cómo no iban a estar enojados con ella? ¿cómo no odiarla cuando ella llevó la muerte hasta su puerta?
— Deberías utilizar tu boca mientras puedas —la severa advertencia de Levi la saco de su viaje al pasado haciendo que prestará atención nuevamente—. Preguntaré una vez más, ¿dónde está Eren y Christa?
— Son unos idiotas —bramó el prisionero—. La legión sucumbirá y mataran a cada uno de ustedes. Empezando por el comandante Erwin.
No tardo ni un segundo cuando ya se encontraba contra el árbol y con el brazo doblado tras su espalda, solo para que segundos después este mismo crujiera cuando Levi lo rompiera sin siquiera inmutarse. Un grito de dolor le brotó de los labios y las lágrimas le recorrieron las mejillas.
— Eso fue por no contestar a mi pregunta —explico con tranquilidad el capitán.
— Ya basta —le pidió Alyssa mientras tomaba el brazo de su superior y lo retiraba de aquel hombre—. No creo que vayamos a obtener una respuesta. Este hombre no sabe nada.
Levi frunció el ceño, claramente molesto. No le gustaba que cuestionaran sus métodos.
— Quizás, pero debe de saber al menos algo que pueda ayudarnos.
— Ella tiene razón —berreo el hombre lanzándose a los pies de la Alyssa como si ella fuera a protegerlo—. He escuchado de ti, dentro de las murallas dicen que hay una soldado invencible y que tiene una belleza incomparable. ¡Dicen que eres una diosa! Tu bondad me hace creer que tienen razón —aquel hombre no sabía que más hacer para que aquella mujer se apiadara de él y lo ayudara a mantenerse con vida. Sin embargo, sus palabras no fueron más que un insulto hacia la semidiosa.
Alyssa chasqueo la lengua y frunció el ceño, claramente molesta ante el apodo y la relación que decían sobre ella. Se quito de un movimiento las manos que el hombre aún tenía sobre su pierna y acerco su rostro al de él.
— Vuelves a decir eso y yo misma te rompo todos los huesos que te faltan —bramó.
Que horrible broma le estaban jugado. ¿Cómo se atrevería aquel mortal insignificante a compararla con los dioses? Con aquellos seres sin corazón, egoístas y que ella tanto aborrecía. Prefería morir antes de convertirse en uno de ellos.
No obstante, la carcajada que Gianna soltó con fuerza la hizo enfurecer aun más.
— Vamos, Alyssa, es un buen chiste, ¿no crees? —se burló.
Alyssa bramó en respuesta y con rapidez se acercó a su compañera dispuesta a darle un puñetazo en el rostro. Sin embargo, el ruido de unos pasos a su alrededor alertó a todos los miembros del escuadrón, haciendo que Alyssa se detuviera y se escondiera tras un árbol para así poder sorprender al enemigo.
El escuadrón suspiró aliviado en cuanto distinguieron una cara familiar tras aquella capucha verde. Hange y su compañero venían a dar buenas noticias a los presentes. Al parecer el golpe de estado había sido un éxito, por lo cual la legión de reconocimiento ahora tenía un peso menos de encima.
Todos soltaron un grito de alegría en cuanto escucharon las buenas noticias, saltando de emoción y festejando entre ellos. Aunque Gianna no podía compartir el mismo sentimiento, pues para ella eso significaba que tenía que pensar en una solución lo suficientemente buena como para que el capitán Levi la dejara seguir quedándose en el escuadrón.
El ambiente cálido y feliz pronto se disolvió y el silencio reino en cuanto Hange habló sobre una pista que tenía acerca del paradero de Eren e Historia. La capitana tenía una libreta que contenía información acerca de una investigación que se tenía sobre las tierras de la familia Reiss, hablando principalmente de un incidente ocurrido hace cinco años atrás, al parecer cuando cayó la muralla maría. Resumiendo, el escuadrón debía de dirigirse a una antigua capilla que fue quemada en ese entonces.
Por la urgencia del asunto, ambos capitanes ordenaron seguir aquella pista lo antes posible, por lo que Gianna oculto su expresión de calma cuando se dio cuenta que aún se quedaría con aquel grupo. Aun así, el capitán Levi le ordeno que en cuanto llegaran al destino se quedara lo más lejos posible por su propia seguridad.
Alyssa tomó con fuerza las riendas de su caballo, demasiado pensativa acerca de la nueva información obtenida. Sin embargo, nada era de utilidad para ella. No había noticias de su hermano ni nada que pudiera relacionarse con su paradero.
El choque entre un pequeño cuchillo y una flecha frente a ella hizo que los presentes se alarmaran en seguida. Gianna había intuido el ataque gracias a sus habilidades y sentidos altamente desarrollados, pues si no fuera por aquel cuchillo Alyssa tendría una flecha clavada en el pecho.
— ¡Es una emboscada! ¡Repliéguense! —ordenó la hechicera de inmediato.
— ¡Hay que perderlos en el bosque, aléjense del camino! —señaló Hange bajando de la carreta junto con los demás.
— ¡Gianna...! —gritó desesperadamente Alyssa hacia su compañera.
— ¡Déjamelo a mí! —le respondió la hija de Apolo entendiendo perfectamente lo que ella había querido pedirle.
Y es que la azabache había logrado dar con la jefe de aquel grupo, pero si se enfocaba en ésta dejaría desprotegido a sus compañeros. De manera que no tuvo más remedio que pedirle a su actual aliada que se encargara de la seguridad del escuadrón.
La hija de Apolo no perdió tiempo ni se quejó de la orden que le impusieron. El cariño que le tenía al grupo basto lo suficiente como para que ella hiciera el trabajo sin rechistar, pues en verdad quería que sus compañeros estuvieran a salvo, aunque claramente no lo diría en voz alta. Con una destreza impresionante desenrolló el látigo que traía colgado en su cadera y golpeó a su primer objetivo. El segundo ataque que realizo fue para deshacerse de otro que traía un rifle en la mano, mientras ganaba tiempo para que el resto del grupo encontraran una posición donde pudieran cubrirse y disparar con facilidad.
Al contrario de su compañera, Alyssa libraba una batalla cuerpo a cuerpo con aquella mujer que lideraba el grupo contrario. Su oponente fácilmente le saca una cabeza y supo en seguida que era la misma persona que había atacado a Reen hace ya unas semanas. El aura que emanaba y las habilidades de combate que poseía sin duda no eran las de un mortal común y corriente. Alyssa sonrió inconscientemente al verse envuelta dentro de una batalla verdadera, pues aunque pelear no era su pasatiempo favorito, no retrocedía ante un combate, después de todo cualquier semidiós llevaban en sus venas la sangre de un guerrero.
Esquivó cada uno de los golpes de su adversario con facilidad hasta que se unieron a la batalla Levi y Jean los cuales, a pesar de ser buenos en combate, solo estaban estorbándole a la semidiosa. Luego de analizarlo unos minutos, Alyssa supuso que tenía frente a ella a una hija de Ares, lo cual significaba que era excelente en las artes marciales y que poseía una fuerza increíble como para que un mortal la desafiara.
El primero en retirarse de la batalla fue Jean y solo porque Gianna lo había jalado del brazo con fuerza antes de que éste recibiera un puñetazo. Levi fue removido del campo mediante una patada en el estómago por parte de Alyssa, quien no encontrando otra forma, tuvo que alejar al capitán antes de que la daga de su oponente le cortara el cuello.
— Será mejor dejar que Alyssa se encargue de la situación —señaló Gianna, deteniendo y alejando a sus compañeros que estaban dispuestos a echarle una mano a su amiga—. Déjenla que se divierta, al parecer lo tiene todo bajo control.
— ¡Muerte a la protectora de demonios! —el sujeto que había salido de la nada tras los árboles y que iba directo hacia Alyssa fue derribado de un ataque que Gianna había lanzado sin mucho esfuerzo. Su látigo le permitía cubrir una gran área sin que ella tuviera que estarse moviendo de un lado a otro.
No obstante, el comentario antes dicho por parte del hombre dejó confundido a todos los presentes. ¿De que mierda hablaba ese hombre? Incluso Alyssa se distrajo con esas palabras aunque aquello no fue un impedimento para que una vez esquivado el ataque de su oponente ella cerrara el puño y lo estampara en la cara de la hija de Ares, desorientándola y haciendo que fuera más fácil darle una patada con fuerza para hacerla caer de bruces contra el suelo.
El escuadrón entero miró con asombro la pelea entre ambas semidiosas. Y el capitán Levi por fin pudo apreciar y confirmar lo que Erwin le había dicho sobre Alyssa. Aquella mujer era excelente en el combate cuerpo a cuerpo. Incluso mejor que él.
— Vamos, tú debes ser una experta y aun así veme aquí — Alyssa rió ligeramente—. ¿No me digas que en serio soy más hábil que tú?
— Ya veremos si sigues riendo cuando termine contigo —gruñó con cólera la otra semidiosa, abalanzándose una vez más contra la azabache y sacando de su funda dos espadas que parecía maniobrar con facilidad sin importar lo pesadas que se veían.
Alyssa frunció el ceño y se vio obligada a guardar sus preciadas dagas con las cuales se estaba defendiendo. Que no pudiera hacer uso de su magia ya era una clara desventaja, pues la hija de Ares no necesitaba nada más que sus armas y puños para poder invocar el poder su padre. Alyssa se concentró en el ataque que venía hacia ella, un paso en falso y seguramente terminaría hecha picadillo.
Esquivó ágilmente el primer golpe y enroscó su mano en el brazo de su adversaria cuando ésta dio el segundo golpe. La azabache tuvo que hacer presión con fuerza y entonces un alarido de dolor brotó de los labios de aquella mujer que tenía enfrente, dejando caer con estruendo una de las pesadas espadas. Su brazo roto hizo que se desmoronara en seguida, lo que hizo que Alyssa pudiera quitarle con facilidad su segunda arma. En un segundo, la azabache ya la tenía contra el piso, empujando con su pie la cabeza de la otra semidiosa contra el suelo.
— Hasta que se me hace capturarte —Alyssa acerco su rostro al de ella, cuidando de que los presentes no la escucharan—. ¿Dónde está mi hermano?
La carcajada de aquella mujer la desconcertó un poco. Alyssa presiono con más fuerza al darse cuenta de que se estaba burlando de ella.
— ¿De verdad quieres saberlo, devoradora de almas?
Alyssa se tambaleo asustada hacia atrás, como si alguien la hubiera empujado con fuerza. Sus ojos brillosos se abrieron con sorpresa y no pudo evitar comenzar a tartamudear, parecía como si fuera nuevamente la misma niña de hace años atrás que había visto por primera vez a un monstruo. Le habían dado un golpe bajo sin siquiera tocarla.
— ¿Quién te dijo...? ¿Cómo sabes...?
— ¡Alyssa! —la llamó con preocupación su capitán, pues en cuanto vio a su subordinada dudar y alejarse con miedo, Levi había corrido hacia ella sin dudarlo.
— Supongo que al final yo gané —se burló la mujer mientras se erguía. Luego se llevó la mano al rostro para cubrir su nariz y sacó una botella de cristal de su bolso que en seguida arrojo al suelo.
— ¡No se acerquen! ¡Aléjense! —pidió Alyssa a sus compañeros, pues reconoció de inmediato lo que contenía aquel frasco.
Gianna alcanzo a detener al capitán Levi justo a tiempo antes de que entrara a la nube verde que se había formado en cuanto la botellita de cristal se rompió en el suelo.
— ¡Ya la escucharon! ¡Mantengan su distancia! —ordenó Gianna mientras alejaba a su superior de aquella zona, quién estaba demasiado atónito como para hacer algo.
La bruma verdosa se desvaneció en segundos y Alyssa a pesar de haberse cubierto la nariz había inhalado un poco de aquella sustancia. A lo lejos vio como la hija de Ares corría alejándose de ella, aprovechando de la distracción para huir del lugar.
— Oh, no te escaparas —susurro Alyssa para si misma corriendo para perseguirla.
No avanzó mucho antes de que se estampará contra un árbol y cayera de bruces contra el suelo. Su mente comenzaba a jugarle una broma, Alyssa cerro con fuerza los ojos y los abrió solo para ver como el cielo daba vueltas. El alucinógeno que había lanzado aquella mujer le estaba haciendo afecto y ella no podía hacer nada sin que implicara hacer uso de su magia.
Se asustó.
Tenía que salir de ese lugar o seguramente haría algo que dejaría salir a la luz lo que en realidad era ella. Pronto sintió como la tomaban por los brazos y le gritaban algo, pero por más cerca que estuvieran los escuchaba lejanos. Alcanzo a ver a Gianna frente a ella tratando de sacarla de su trance, pero en segundos su figura se volvió borrosa.
Un fuerte apretón en el hombro hizo que volteara a su lado derecho encontrándose con un rostro familiar.
Su voz se rompió en ese instante.
Eso no podía estar pasando. Tenía que ser un error. Un recuerdo doloroso. Y es que para este punto, el efecto del humo que había inhalado ya había hecho efecto totalmente en ella.
— ¿Trevor? —murmuró apenas entendiéndose.
El capitán Levi la miró confundido al escucharla.
— ¡Alyssa, mírame! —Gianna tomó el rostro de la hechicera—. El capitán Levi no está para tus tonterías, reacciona de una buena vez.
Gianna estaba demasiado nerviosa, si esto seguía así seguramente Alyssa diría algo que arruinaría todo. Necesitaba hacer que ella se callará y no encontrando otra manera la golpeo en la quijada con fuerza, haciendo que ésta se desmayara al instante. La había noqueado y con ello la posibilidad de que hablará de más ya no era un problema. Sin embargo, las miradas de desconcierto pronto cayeron hacia su persona.
— ¿Qué? —se quejó Gianna al sentir la pesadez que se trasmitía en al aire. Ella no los podía ver, pero sentía la tensión que se había generado—. No me miren así. Fue lo mejor, lo peor que pudiera pasar es que ella pensara que éramos sus enemigos y comenzara a atacarnos. La han visto pelear, ¿no? Estaríamos muertos si eso llegase a suceder. Solo hice lo primero que se me vino en mente para evitar llegar a ese punto.
— Ella me llamó Trevor, ¿será un conocido suyo? —cuestiono Levi, mientras cargaba a Alyssa y la miraba entre preocupado y confundido.
— Si ustedes no lo saben, menos yo —señaló Gianna—. Pero lo mejor será ocuparnos de ella primero. Estaba alucinando, si yo fuera usted no le tomaría demasiada importancia. Hay que encontrar un lugar donde quedarnos y revisar que Alyssa este bien. Aunque lo más probable es que una vez que despierte estará como nueva.
— Muy bien. Montaremos guardia en este lugar, tomen sus posiciones —ordenó Levi, mientras dejaba a Alyssa con cuidado sobre el suelo para que Kaz y Gianna pudieran revisarla.
Gianna simplemente tomó el brazo de la semidiosa, no percibía que pudiera haber problema alguno y Kazuto se lo había confirmado. La hija de Apolo comenzaba a respirar con tranquilidad, había logrado evitar un problema, sin embargo, ella también se preguntaba ¿quién era aquel hombre que Alyssa había mencionado?
Sacudió ligeramente su cabeza, ya se lo preguntaría cuando despertara.
En mi defensa... no había regresado porque... nah honestamente no tengo excusa jajaja
Peeero si que tengo muchas ganas de continuar con esta historia así que espero no seguirme atrasando.
Si es que alguien sigue aquí: ¿Qué les pareció el cap? Agárrense porque ahora si se viene lo chido jsjs
No olviden votar y comentar. Los tqm <3
Con cariño
-B.
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