13. Para ti que no sonríes










━━━⊱ Para ti que no sonríes ━━━

«La luz de la luna ahoga todo,
excepto a las estrellas más brillantes»


Avanzó de manera apresurada mientras maldecía internamente.

Sabía que debía de haber ido a inspeccionar en momento en que se dio cuenta que Reen no volvió enseguida. Ahora, él y Alyssa estaban desaparecidos.

Agradecía que la lluvia hubiera ablandado la tierra lo suficiente como para que las suelas de los zapatos se quedaran marcadas en el lodo. Detrás de él, todo el escuadrón venía alerta. Levi los había despertado luego de que se diera cuenta que dos de sus soldados no estaban.

Después de seguirle el rastro a las pisadas, por fin pudo divisar a uno de sus subordinados perdidos. Sin embargo, cuanto más se acercaba más le preocupaba el hecho de ver un cuerpo tirado en el piso en lugar de ver a aquella azabache de ojos hipnotizantes.

— Idiota de mierda —lo llamó Levi con enojo—. ¿Dónde está Alyssa? No creí haberles dicho que salieran a inspeccionar.

Reen volteó de inmediato, mirando asustado a su capitán, no lo había oído llegar. Dio una ligera mirada a Vin. Ella se encontraba en perfecto estado y lo miraba con una cara de reproche. Seguramente le daría un sermón más tarde.

— Hace un rato entro a la cueva...

— ¿Sola?

Levi se aguantó las ganas de darle un puñetazo.

— Me dijo que vigilara a nuestro prisionero —se excuso el pelirrojo—. Quise sacarle información cuando vi que Alyssa no regresaba, pero creo que me excedí un poco.

— No me digas —comentó sarcástica Blyana, acercándose a mirar el cuerpo sin vida del hombre.

Antes de que Reen volviera a excusarse, la voz de la semidiosa se escuchó a sus espaldas. Dejándolo aún más confundido. Sus nervios subieron a tope sin poder quitar su vista de ella, pues hace unas horas había estado gritándole sin obtener respuestas.

— Bueno, bueno, ¿qué es todo este alboroto? —dijo Alyssa dirigiéndose al grupo, luego al ver el estado en el que se encontraba su antiguo prisionero dio una reprimenda a su amigo—. ¡Maldición, Reen! Te dije que lo cuidaras, no que lo mataras.

Al contrario del pelirrojo que se quedo sin palabras, Levi caminó a grandes zancadas hacia la semidiosa. Sus ojos reflejaban lo enojado que estaba, aun así, algo dentro de él también se calmó en el instante en el que la vio.

— Mocosa de mierda, ¿es que es tan difícil obedecer una orden? —la reprendió con severidad, mientras la tomaba de la camisa. Sin embargo, su enojo se esfumó en el segundo en el momento en que la observó con detenimiento y se percató en estado en el que se encontraba—. Ve a que te revise Kazuto.

— ¿Quién es ella?

La pregunta de Vin alertó nuevamente a Levi. Había puesto toda su atención en Alyssa que ni siquiera se percató de la chica que venía detrás de ella. Se reprendió mentalmente, ¿pero que le estaba pasando? Normalmente no se le pasaban esas cosas por alto.

— Oh, ella es Gianna —la presentó la semidiosa—. La encontré en la cueva. Los compañeros del sujeto que merodeaba por nuestro campamento la habían secuestrado.

— Pero el no dijo nada acerca de eso —habló sin pensar Reen, demasiado sorprendido por la nueva mujer que se presentaba ante el grupo.

El resto del escuadrón se dedicó a inspeccionar a la chica y notaron de manera inmediata su falta de visión. No se veía como alguien que fuera de cuidado, aún cuando llevase un látigo de hierro colgado en su cintura y un arco de madera en la espalda. Y aunque no lograban entender muy bien el porqué, les fue imposible no relacionarla con Alyssa, pues a pesar de ser físicamente diferentes, tenían una belleza similar, aunque no sabían cómo describirlo.

Gianna los saludó a regañadientes. No le apetecía compartir palabras con aquellos mortales que tantos problemas le habían causado, sin embargo, debido al trato que había hecho con Alyssa sabía que los tendría que ver muy a menudo durante los próximos días. Si quería seguir con su plan, lo mejor era que ellos la recibieran y no que la corrieran.

Tendría que ser muy paciente para no estropear todo.

— Creo que es buena idea que se quede unos días con nosotros —continuó Alyssa—. No tiene a donde ir luego de que aquellos ladrones mataran a su familia. Gianna no conoce a nadie más.

Levi la miró como si hubiera perdido la cabeza.

— Solo hasta que lleguemos a la ciudad —rogó.

— Puedo ser de gran utilidad —expresó la otra semidiosa, tratando de sonar desesperada—. Soy muy buena curando heridas, incluso las más graves. Puedo ser su doctora por un tiempo. Soldados como ustedes deben ocupar médicos cotidianamente. Mi falta de visión no significa que soy una inútil, por favor —suplicó, tragándose su orgullo.

— ¿Cómo puedes curar si no ves? —cuestionó Sasha confundida.

— Además, ya tenemos un médico.

— Una mano más no nos hará daño —intervino Kaz, mirando al capitán Levi—. Quizás no pueda ver, pero si tiene los conocimientos necesarios puede indicarnos los pasos que debemos de seguir para curar una herida.

Levi soltó un suspiro cansado, no tenían tiempo para discutir por ello. Además, ya faltaba poco para llegar a la ciudad. Una vez ahí, Gianna podría quedarse en el pueblo.

— Bien —concordó el capitán—. Pasaremos la noche aquí, monten un campamento.

















— ¿Podrías quedarte quieto por un segundo? —lo regañó Alyssa por octava ocasión.

La azabache se encontraba curando la herida que Reen traía en la frente. Kaz se encargaría de limpiar el otro corte que traía en el estómago cuando terminara de revisar a Gianna.

— ¡Dios, Alyssa! No me trates como si fuera un niño —rezongó el pelirrojo—. ¡Podría ser tu esposo!

Blyana soltó una carcajada en cuanto escuchó a su amigo. Alyssa, en cambio, golpeó la frente de su paciente.

— ¡Auch!

— Kaz, es todo tuyo —dijo la semidiosa, bajo la atenta mirada del capitán.

Kazuto rió con suavidad, mientras se acercaba a Reen y lo inspeccionaba. El corte que traía en el abdomen no era la gran cosa, pero lo mejor era limpiarlo para después vendarlo. Lo menos que necesitaban era que se infectara y complicara las cosas.

— No le hagas caso, está delirando —se burló Kaz, ganándose una mala mirada por parte de Reen—. Termino con él y reviso ese corte que traes en el hombro, Alyssa.

— No hace falta, iré a limpiarlo un poco y estaré como nueva.

— Yo puedo ayudarte —intervino Gianna.

— Esta vez no te alejes —pidió Levi—. No pienso volver a perder mi tiempo buscándote. Si te quedas atrás, será tu problema.

Alyssa asintió y se alejó con Gianna para irse río abajo.

Una vez que estuvo lo suficientemente lejos, borró su sonrisa y soltó un gemido de dolor, llevándose una mano a su costado izquierdo. Le dolía como el infierno, pero no había querido preocupar a sus amigos así que no dijo nada al respecto.

— Traes una costilla rota —dijo Gianna, cruzándose de brazos—. Honestamente, no sé porque no te curaste primero antes de curar a aquel mortal. Tu herida es más grave que la de él.

— No quería preocuparlos. Además, la ambrosía hará efecto en un santiamén, así que no necesito que me estén preguntando porque me cure tan rápido. A sus ojos, ellos nunca deben saber lo mal que me encuentro.

— Que aburrido es todo esto. Y también humillante —expresó la rubia con enojo—. No entiendo porque no simplemente nos alejamos y hacemos las cosas por separado.

— Porque primero vamos a encontrar a Eren —le recordó Alyssa—. Además, tú misma lo dijiste, eras la responsable de cuidarlo. Eren es importante, dentro de él reside parte de la magia de mi hermano ... ¿De verdad no sabes nada al respecto?

Alyssa miró con curiosidad a su nueva compañera. No le caía bien en lo absoluto, pero al menos sabía que sería de mucha ayuda tener a alguien más que viniera de su mundo.

Gianna era hija del dios Apolo y había estado ayudando a Alabaster hasta hace unos meses que decidió dejar su misión a un lado, esto a causa de querer vivir una vida "normal" con una familia de las murallas, ya que se había encariñado mucho con la hija de aquella familia, tanto que estuvo dispuesta a dejar todo por ella. Gianna había pasado por muchas cosas en el pasado, ¿tan malo era añorar un descanso? Quizás el parecido que tenía la chiquilla con su hermana fue lo que la impulsó a quedarse a su lado, pues parecía que su hermana mayor había reencarnado en aquella niña.

Y ese había sido su más grande error, porque aquello hizo que tuviera que romper el juramento que había hecho con Alabaster y fue entonces que como castigo perdió la vista. Ella había jurado que estaría en sus filas por toda su vida y, de no cumplir con su palabra, Alabaster le quitaría lo más preciado que tenía.

En su momento Gianna pensó que sería aquella espada que la acompañaba desde la muerte de su hermana, pues era un recuerdo sumamente importante para ella. No obstante, poco se imaginó que lo que de verdad amaba y apreciaba era lo capaz que era a la hora de lanzar una flecha o cualquier cosa. Su habilidad de dar siempre en el blanco era lo que más le fascinaba. Y, aunque ahora sus otros sentidos mejoraron, aun extrañaba el poder ver las cosas.

Cuando perdió la vista Gianna simplemente se alejo de todo, incluso de aquella niña de la cual se había encariñado. Entendiendo que su hermana estaba muerta y que no debió de buscarla en otra persona. Se refugió en una cueva sumamente oscura y cálida, esperando que Alabaster no enviara a alguien a por ella, eso hasta que los problemas en forma de una semidiosa que no soportaban tocaron a su puerta.

La hija del dios del Apolo solo había aceptado ayudar porque Alyssa le prometió que haría todo lo posible por que su vista regresara, aunque le hizo mucho hincapié que quizás eso no sería posible. Romper un juramento que se realizó bajo un hechizo, era difícil, si no es que imposible. Más cuando el otro estuvo de acuerdo al aceptar los términos que se le impusieron.

— Ya te dije que no —gruñó con desesperación—. Alabaster es muy cuidadoso, no solo nos hace realizar ese estúpido juramento, sino que además no comparte nada que no sea necesario, evitando así que en un futuro alguien lo delate. Cuando me uní a él, lo único que sabía era que nos vengaríamos de los dioses y que mi misión era cuidar de un chiquillo bastante estresante.

— Eren es demasiado hiperactivo, sí, pero es una buena persona —le dijo Alyssa, su compañera solo soltó un bufido—. Dejando a un lado ese asunto, ¿por qué Eren es tan importante como para que mi hermano le ponga una guardaespaldas?

Gianna prestó atención, volteando en su dirección. Incluso a ella le inquietaba ese asunto.

— No lo sé y créeme que hasta a mi me intriga.

— No te ofendas, Gianna, pero parece que no eres de mucha ayuda en lo absoluto. Cuando formamos una alianza creí que serías de utilidad.

— Escupe hechizos de porquería, voy a ayudarte a encubrirte —bramó la semidiosa—. Y siendo tu doctora podré fingir que tus heridas no son graves y que por eso se curar de un día para otro. Que, por cierto, no puedo creer que seas tan inepta como para que un montón de mortales que hayan dado una paliza a tal grado de romperte una costilla.

Gianna cambio de tema a propósito, a pesar de tampoco no querer la compañía de Alyssa, sabía que la necesitaba para tener una posibilidad de recuperar su vista.

— No fueron ellos. Hice un trato con el estúpido rey del Olimpo, no puedo salir hasta que haya cumplido con una misión que se me ha encomendado.

Alyssa gruñó, cada que recordaba aquello sentía que la sangre le hervía del coraje. Odiaba a los dioses y sus estúpidas pruebas de lealtad y fuerza. Y aun cuando le enojaba ese asunto decidió contarle todo a Gianna. Después de todo, ambas compartían el mismo sentimiento de rencor hacia aquellos seres divinos.



















Los días pasaron con tranquilidad y el escuadrón apresuró el paso para llegar a la ciudad lo antes posible. Aún les faltaba unos dos días de camino, pero ninguno presentó queja alguna cuando el capitán Levi les ordenó ir más rápido.

Tanto Alyssa como Gianna, eran las principales interesadas en terminar con este asunto de una vez por todas, más Gianna que la primera. Y es que la hija de Apolo casi parecía repulsiva a pasar tiempo con aquellos mortales.

Al menos los primeros días.

El primero con el que tuvo un acercamiento directo fue con Kazuto, ambos compartían conocimiento médico, así que intercambiar métodos y medicinas efectivas fue algo que Gianna encontró interesante. Además, Kazuto era alguien muy atento y amable como para odiarlo, aun cuando ella se esforzará por hacerlo.

El siguiente en hablar con ella fue Jean, quién por desgracia lo único que obtuvo de Gianna fue indiferencia. No fue hasta que ambos entablaron una conversación más larga (que por supuesto Jean inicio nuevamente), que la semidiosa comenzó a no desagradarle de todo. Jean era alguien amable, pero también estratégico y con todos los aires de ser un líder. Su manera tan despreocupada y graciosa de hablar hacía que le robara en mas de una ocasión una carcajada. Además, la manera en la que hablaba cuando era el momento de presentar seriedad hacía que Gianna literalmente sintiera respeto por él.

Los demás fueron agradándole poco a poco al pasar los días, aun así, Gianna decidió que lo mejor era no entrometerse demasiado en sus cosas. Lo menos que deseaba era que se volvieran alguien importante para ella, tal y como le había sucedido a Alyssa, pues sabía que ese descuido sería fatal.

La hija de la magia, sin embargo, no le dio demasiada importancia al asunto los primeros días. Creía conocer bien a su reciente compañera que olvido vigilarla de vez en cuando, pensando que ella nunca se acercaría a sus amigos por su propia cuenta y que se mantendría alejada por su propio desagrado hacia los mortales.

Cuan grande fue su sorpresa cuando la vio sonreír y reír mientras platicaba con Jean. O cuando mostró especial atención y contribuyó amablemente con el conocimiento que ella poseía cuando hablaba con Kazuto.

Esa noche que vio a aquellos dos hablar con tanta tranquilidad y confianza, Alyssa no pudo evitar fruncir el ceño y soltar un bufido de molestia mientras cruzaba los brazos y los observaba desde la distancia.

Odiaba que Gianna los estuviera utilizando y jugara con ellos solo porque estaba aburrida.

— Vaya, es la primera vez que te veo que esa manera —dijo alguien a su lado, tomándola por sorpresa—. Siempre has tenido una sonrisa en el rostro y una expresión tranquila. ¿Te molesta acaso lo que ves?

Alyssa se puso roja enseguida. Por supuesto, ese no era el caso. Sin embargo, el que la hayan pillado espiando a su amigo le hacía sentir pena. Más si era su superior quien la había descubierto.

Levi notó como la cara de la azabache cambió levemente de color, incluso en la oscuridad él la podía ver con claridad. No obstante, ¿por qué sentía una ligera molestia en el pecho? No era como si le correspondiera acercarse y preguntarle a su subordinada que ocurría, pero desde ese día, Levi no podía evitar centrar su atención en Alyssa en más de una ocasión en el día.

— N-no, no, claro que no —le respondió titubeante, luego sacudió su cabeza y su tranquilidad regresó al segundo—. Es solo que... quiero lo mejor para Kaz.

— ¿Y Gianna no lo es? —levantó la ceja el capitán, curioso por la respuesta.

— No la conocemos y por lo que he visto... —Alyssa se mordió la lengua, no podía hablar de más o lo estropearía todo—. En fin, solo sé que Kaz se merece alguien mejor.

Levi la miró con más detenimiento, quizás entendía el por qué Alyssa se comportaba de esa manera y aunque tenía razón cuando decía que no conocían a aquella chica en lo absoluto, ella no podía escoger por Kazuto. Tal vez Gianna era unos años menor que él, pero por lo que Levi había visto ambos se llevaban bastante bien. Además, también la había visto cercana a Jean, no entendía cuál era la molestia, tal vez solo eran buenos amigos. Así que presionó más para obtener información.

— ¿Alguien como tú? —cuestionó con tranquilidad, su rostro sin expresión era algo que lo diferenciaba del resto.

Alyssa abrió los ojos atónita. Sin duda no se esperaba una pregunta como esa, menos viniendo del capitán Levi. Un leve sonido de risa brotó de sus labios, la habían tomado desprevenida, pero eso no le impidió responder de inmediato y de manera segura.

— No —respondió con franqueza—. Kazuto es una gran persona y, como dije, se merece lo mejor.

Esta vez fue Levi quién se quedó sin palabras y algo dentro de él se relajó, aunque no lo demostró de manera externa.

— No estoy celosa, capitán, solo me preocupo por mi amigo —declaró Alyssa, entendiendo la indirecta que él había lanzado al aire—. Aunque lo estaría si ella estuviera así con usted.

El capitán de la legión la miró boquiabierto, demasiado sorprendido por el comentario antes dicho. Estaba tan pasmado que no supo qué responderle. Alyssa, sin en cambio, soltó una carcajada.

— Estaría muy enojada si ella se ganara su confianza en tan pocos días cuando a mí me ha costado demasiado ser su amiga —explicó con una sonrisa—. Es algo lógico, ¿no cree?

— ¿Y quién te ha dicho a ti que somos amigos? —cuestionó Levi ladeando la cabeza, sin embargo, su comentario era totalmente sarcástico.

Alyssa rió con ganas, llevándose una mano a la boca para tratar de no hacer demasiado ruido. Levi la observó, su risa tan natural y pura era demasiada contagiosa y graciosa que no pudo evitar sonreír al escucharla.

Alyssa abrió los ojos con sorpresa, callándose de manera repentina.

— ¡Oh, por todos los dioses! Este día ha cambiado para bien, jamás pensé que lograría hacerlo sonreír —expresó con entusiasmo—. Se que no es algo que nunca haya hecho, pero el que comparta una sonrisa conmigo me hace sentir especial.

— Le das demasiada importancia a algo que es completamente natural del ser humano —dijo Levi volviendo a la normalidad, dándole la espalda y comenzando a caminar.

— Si, pero que usted no se las regala a cualquiera —explicó Alyssa demasiado emocionada.

Sus palabras hicieron que Levi sonriera nuevamente. Desde hace tiempo, Alyssa era alguien que lo hacía sentir relajado y tranquilo, algo que le agradaba cuando se sentía demasiado estresado. Esa mujer estaba logrando romper las barreras que él mismo había levantado años atrás y... aun cuando lo negara no le disgustaba esa nueva sensación, aunque no entendía muy bien que era lo que estaba sucediendo.

Al estar de espaldas, hizo que su segunda sonrisa fuera solo para él.

— Por cierto, capitán...

El titubeo de la azabache hizo que volviera a centrar su atención en ella, Alyssa seguía con su habitual sonrisa, no obstante, ahora parecía como si estuviera debatiéndose entre hacer o no algo.

Y fue entonces que sintió la familiaridad de una mano cernirse sobre la suya, tan delicada y firme a la vez. El sentimiento que había presentado hace unos días volvió a atormentarlo, aquel cosquilleo se hizo presente y antes de que dijera algo, ella le quitó la palabra.

— Solo quería agradecerle por preocuparse por mí, me siento mucho mejor y el dolor de cabeza se ha ido por ahora —le sonrió y aun cuando ella sabía que no era por eso que se había distanciado, estaba agradecida tanto con Levi como con Kaz por haberla ayudado.

Separó su mano después de unos segundos, no quería incomodar a su capitán luego de tal atrevimiento. Había pensado demasiado sobre la muestra de afecto que daría y es que al principio pensó en darle un abrazo, pero desechó esa idea en seguida, optando por que lo mejor sería solo tomarle la mano y agradecerle por su preocupación.

— Fueron los chicos los que...

— Aun así, fue usted el que se acercó a mí —lo interrumpió Alyssa soltando una carcajada—. Además, somos amigos. Es normal preocuparse el uno por el otro. Si fuera al revés la situación tenga por seguro que yo también cuidaría de usted.

Levi parpadeó sorprendido, algo dentro de él se alegró al escuchar esas palabras. Aquella mujer, a la cual le estaba empezando a permitir tomarse libertades que no debería, le causaba una curiosidad enorme.

— ¿Qué le parece si retomamos nuestras pláticas nocturnas? —le preguntó Alyssa.

— Supongo que no tengo opción —dijo cruzándose de brazos, fingiendo un suspiro de cansancio.

Alyssa carcajeo.

— Tiene razón —concluyó y comenzó a caminar a su lado, hablando de varias cosas como hacia varias noches atrás.

¡He vuelto!
Después de un tiempo vuelvo a publicar algo por aquí y es que había estado sufriendo de un  bloqueo terrible, pues aún cuando tenía muchísimas ganas de seguir escribiendo me era imposible plasmar esas ideas.

En fin, espero que esto se vaya de poco a poco porque tengo muchas ganas de continuar con esta historia <3 .

¿Que les ha parecido el capítulo? Tenemos un nuevo personaje que también sera crucial para la trama y para nuestra protagonista , pues es con la única que se puede desahogar sin tener que esconder quien es realmente. Aún así no se puede confiar completamente de Gianna aparte de que ambas no se caen nada bien.

Btw, no saben cómo amo la interacción de Levi y Alyssa 💕
Es lo que más me gusta escribir, pero siento que es lo que más me cuesta jaja

¡No olviden regalarme una estrellita si les ha gustado el cap! ⭐️

—B.

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