La cena.






—¿Y? ¿Te gusta? —pregunta Gally emocionado.

—Me encanta, de verdad —le respondo con una sonrisa. Es que en verdad está perfecto.

—Que bueno que te guste, los chicos me dijeron que el lago era un buen lugar.

—¿Los chicos? —pregunto sorprendida.

—Bueno... le pedí un poco de ayuda a Ben y a Sarten, luego hicimos una lista y fuimos encargándonos de cada detalle.

Yo le sonreí, no puedo creer que se haya preocupado tanto por esto, es tan dulce.

—Pues les quedó estupendo, de verdad.

Él se sonroja.

—Bueno, ven, siéntate.

Toma mi mano y me guía hasta mí lugar para que me siente. Y él también lo hace.

—¿Cocinaste tú? —le pregunto.

—Bueno, algo así. Traté de hacerlo solo, pero Sarten me ayudó en algunas cosas.

Me río.

—Se ve muy bien. Lo raro es que hayan podido hacerlo sin que me diera cuenta.

—Bueno, nos levantamos muy temprano.

—Te esforzaste mucho para esto, Gally. Creo que lo justo sería que yo organizara la segunda cita.

—No, no me molesta hacerlo, fue divertido. Cambiando de tema, ¿Qué hacías abrazándote con Sarten en la cocina?

—Ah, eso. No es lo que parece, Gally...

Él comienza a reír fuerte.

—Tranquila, Sarten es mí amigo, sé que no pasó nada. Sólo quería molestarte.

Yo me río y solo niego con la cabeza. Luego comenzamos a comer.

—No sabía cuál era tu comida favorita. A mí me gusta mucho comer carne, Sarten me dijo que a tí también —dice.

—Sí, me encanta la carne. Diría que todas mis comidas tienen un poco de carne, si hago una salsa le pongo carne, si como un sándwich tiene carne, bueno, no se me ocurren más ejemplos, pero cualquier preparación que haga tiene que tenerla.

Él me observa prestando atención, y asiente.

—¿Y tu postre favorito, cuál es? —le pregunto.

—Pues, las galletas que preparas. Me encantan.

—Oh, gracias —le digo sonriendo —. A mi de postre me gusta todo lo que tenga chocolate.

—Lo sé, pude darme cuenta. Por eso traté de cocinarte un pastel de chocolate. Mira...

Saca un pastel algo torcido, y rústicamente decorado.






—Se ve riquísimo.

—Bueno, tuve algunos problemas.

—No, está bien. Ya quiero probarlo.

Él se pone muy contento.




🍫✨🎂❤️



Comemos las cosas que preparó, estaban riquísimas. Luego nos recostamos sobre la manta, yo pongo mí cabeza sobre su hombro. Me daba vergüenza hacerlo, pero cuando recosté mi cabeza él  sonrió, así que supuse que estaba bien.

Era una sensación increíble, tanta calma, con el suave viento de la noche, y las estrellas tan brillantes.







Él comenzó a acariciar mí cabeza.

—¿Tienes sueño? —me pregunta.

—Algo, pero no quiero dormir.

—Hazlo si quieres, luego yo te llevo a tu cabaña. Después de todo, mañana tenemos que trabajar.

—Sí... ¿En qué estás trabajando ahora? —le pregunto.

—¿Recuerdas el armario que te estaba haciendo? Bueno, ya casi lo termino. Luego te haré una mesita.

Yo me río.

—Te lo agradezco, tendré que prepararte más galletas para compensarte. Por cierto, cocinas muy bien, podría acostumbrarme a que me cocines todas las noches —digo tocando sus pecas.

—Bueno, yo lo haría, pero deberíamos vivir juntos.

—Ya vivimos juntos.

—No, pero juntos juntos.

—¿Juntos juntos? —digo y me pongo roja.

—Pues... sí, algún día... si quieres.

—¿Y vas a cocinarme?

—Todos los días.

—Suena bien. Puede ser. Aunque tal vez tengas novia afuera.

—¿Qué? ¿Por qué dices eso? —me pregunta confundido.

—No lo sé, tu collar, lo cuidas mucho. ¿Qué tal si era de alguna chica?

—Bueno...

Yo lo miro, por favor que no diga que era otra chica porque voy a matarlo.

—Siento que es muy importante, no se quién, pero sí que era alguien indispensable en mí vida.

—¿Cómo... tu mamá?

—No, no ella. Me encantaría tener algo de ella, recordarla —dice triste —pero el collar, me hacía recordar a tí, incluso antes de que subieras por la caja, te sentía, tu perfume, tu voz, es como si te conociera desde antes. No sé si me explico, siento que he estado pensando en tí incluso antes de conocerte.  

Dios, me quedé estupefacta, es tan hermoso.

Ambos nos quedamos en silencio, acercándonos, estábamos tan cerca que podíamos sentir nuestras respiraciones.

—Pero te he dicho que traigas de jamón, ¡el pollo siempre está seco! Oh, hola, chicos —dice Jeff, interrumpiéndonos.

—¿Chicos? —dice Sarten que asoma la cabeza. Luego pone una enorme sonrisa.

—Ay, lo siento, no sabía que interrumpíamos —dice pícaramente —Gally, sí te esmeraste, esto te quedó genial.

—Gracias, Sarten —responde Gally rascándose la cabeza, algo incómodo.

—Y ustedes, ¿Qué hacen aquí? —les pregunto.

—Eh, solo... Caminábamos —dice Jeff.

—Bien, pues les dejamos el lugar, nosotros ya nos vamos, la chica tiene que dormir —habla Gally.

—Oh, genial. Gracias. —dice Sarten contento.

Gally me da la mano para levantarnos, luego saludo a los chicos agitando las manos, y le sonrío a Sarten, mañana le espera un largo día en el cual lo molestaré con Jeff.

Con Gally emprendemos camino, no sé qué decirle luego de casi darnos un beso.

—¿Y... la pasaste bien esta noche? —me pregunta.

—Sí, muy bien. ¿Y tú?

—Fue increíble.

Le sonrío tímidamente, él también me sonríe.

Nos paramos en la puerta de mi cabaña.

—Bien, señorita, ya llegamos a su cabaña.

—Sí... Deberíamos repetir esto.

—Claro, mañana podemos juntarnos a la misma hora, en el mismo lugar, solo si quieres.

—Bien, pero yo cocinaré esta vez, ¿quieres?

—Lo sabía, no te gustó mi comida.

—No, no es eso. Solo no puedo dejar que hagas todo tu solo, también debo sorprenderte.

—Bien... Entonces la próxima tú, luego yo, ¿y así?

—Sí, así, todos los días.

Él me sonríe.

—Oh, antes de que lo olvide, te traje un regalo.

Dice sacando una pequeña cajita.

—Oh, que lindo, ¿qué es?

—Ábrelo luego, ahora ve a descansar.

—Bien, tú también descansa.

Le doy una beso en la mejilla.

—¿Qué rayos?...

Volteamos a ver y era Zart.

Gally solo rueda los ojos.

—Bien, entra. Descansa —me dice, tomándome de la cintura delicadamente y dándome un beso en la cabeza.

Yo me meto a la casa, luego da unos pasos atrás y se va.





Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top