Capitulo 4

Habían pasado unos cuantos días y ya no me encontraba mal, todo seguía igual, aunque Lucia estaba fatal. El otro día se enteró de que Nico se había estado enrollando con otras mientras estaban juntos y lo estaba pasando fatal. Ahora intenta no cruzarse con el, ya que él le ha pedido disculpas de mil maneras, pero Lucia no quiere saber nada más de él, y es totalmente respetable.

No había vuelto a hablar con Gavi, ya que nuestros "grupos" no podían estar juntos así que no compartíamos más que cuatro insultos en clase.

Ese fin de semana sería halloween y el club nos daba el fin de semana libre, más el lunes de descanso. Nuestro plan era salir de fiesta con Gavi, Nico, Ilias y Aleix, un amigo de Ilias que se había incorporado hace poco en la Masía. Lucia no quería salir con ellos, ya que estaba Nico, pero ahora Clau estaba de lío con Ilias, y lógicamente querían ir juntos, a lo que Clau llevaba tiempo intentando convencer a Lucia

- ¿De que os vais a disfrazar? - una voz me saco de mis pensamientos, era Nadia

- No me voy a disfrazar - dijo Lucia mirando su plato sin gana

- Oh, venga Lucia, no puedes dejar que un gilipollas te arruine todos los planes, tienes que superarlo - le dijo Nadia con pena

- Yo me disfrazo en conjunto con Ilias, vamos como de pistoleros, es una falda ajustada con un top, una camisa blanca abierta manchada de sangre y una pistola, básicamente - dijo Clau haciendo que todas prestemos atención en ella

-Me encanta - dijo Nadia - yo voy de momia, me haré un top y una falda con vendas y me haré heridas con maquillaje

-Dios que buena idea - dije sorprendida - Yo la verdad no tengo mucha idea, había pensado en ir de ángel, pero de negro, porque tengo un vestido ajustado y así solo me tengo que comprar la diadema y las alas, no me quiero gastar mucho dinero - dije sincera

- Creo que voy a ir de militar, tengo una falda y un top, bastantes sexis, y yo tampoco me quiero gastar dinero, me maquillaré sangre y compraré algún accesorio - nos dijo Lucia de repente y sorprendiéndonos

- Dilo tata - dijo Clau sonriente - hazle ver a Nico lo que ha perdido

- Di que si, demuéstrale que vales oro - dijo Nadia

- Seguro que te haces a alguno y todo - le dije animándola

Acabamos de comer charlando de temas cualquiera y me fui a la habitación con Nadia, nos queríamos echar la siesta, ya que teníamos entreno a las seis. Hoy entrenábamos bastante tarde, aunque mejor, así daba tiempo para la siesta.

Me dormí enseguida pero me sorprendí porque me desperté a las cinco sin alarma ni nada, había dormido dos horas. Como no podía dormir más me fui a la biblioteca dejando a Nadia durmiendo a hacer unos deberes que tenia atrasados de biología y estudiar lengua, ya que en poco empezábamos los parciales y quería ir tranquila.

Al rato me fui al entreno y fue todo bastante bien la verdad, hicimos un mini partido y practicamos el tiro de faltas.

Al llegar, fui a la sala de juegos después de ducharme, ya que Nadia seguía en la ducha porque era una tardona y las otras dos no tenia ni idea de dónde andaban.

Allí me encontré a Gerard y de lejos vi a Gavi con Nico. Estuve hablando bastante con Gerard, me dijo que se tenía que ir al físio que tenía hora asi que me fui donde estaban Nico y Pablo.

Llevaba varios días hablando con Nico, estaba fatal por lo que le había hecho a Lucia y no sabía que hacer para recuperarla

-Hola Kiko - le dije, kiko era un apodo que le puse porque una tarde le dio por comer kikos y se quedó así

-Hola Salado - el me llamaba así porque me pregunto si era de dulce o salado y como prefiero el salado me dijo que era como el mar salado

- Como lo llevas? - le pregunte

- Bueno, no se que más hacer... - dijo y yo noté como se le aguaban los ojos a lo que le di un abrazo

- Asi que estando con el ex de tus amigas - escuche una voz detrás de Nico, era Gavi

-Pablo eres gilipollas, lo estoy consolando porque él si que tiene sentimientos por una tía, no como tú, que vas de flor en flor sin pillarte de ninguna - le espete enfadada por lo que acababa de decir

Nico se había ido, porque no quería saber nada de nuestras discusiones

- ¿Y a ti quien te ha dicho que no estoy pillado de ninguna? - me dijo a lo que yo hice una mueca

- No hace falta que me lo diga nadie, solo con ver lo que haces ya se sabe - le dije un poco enfadada

-Mar no me conoces - creo que era la primera vez que mi nombre salía de sus labios o sino, la primera vez que me fijaba y sonaba genial

- Lo suficiente como para saber que eres gilipollas - le espete dejándolo un poco desconcertado

- No entiendo que he hecho para que pienses eso de mi, no te he hecho nada malo - me dijo indiferente

Era la hora de la cena así que estábamos solos ya que todo el mundo se había ido al comedor

-Tu actitud es la que me hace pensar eso de ti, eres un egoísta que lo único que sabe hacer es ir de tía en tía porque no sabes querer a nadie de verdad - le dije ya enfadada, ya estábamos muy cerca del otro de tanto encararnos

-¡¿Que no sé querer de verdad?! Tu no me conoces de nada, no sabes lo que he pasado, mi vida personal y menos amorosa, deja de fingir que si, cuando lo único que haces es meterte en mi vida - me dijo cabreado

-¿Sabes que pasa? Que eres un puto egocentrico de mierda y te crees que el mundo gira al rededor tuyo cuando nadie te presta atención, y te crees que todas van detrás tuyo cuando eres un fácil que te puede tener cualquiera - le grite en la cara, ya estábamos muy juntos

- Pues para ser tan facil y tan egocentrico, bien que te pones nerviosa cuando estoy cerca tuyo - me soltó haciendo que flipara, sabiendo que en parte tenía razón

- Tu eres gilipollas, no sabes ni lo que dices - le dije flipando, pero sabiendo que en el fondo tenía razón

- Ya claro - me dijo irónicamente

De repente estaba apoyada en la pared rodeada por sus brazos posicionados en la pared a la altura de mi cabeza.

Estábamos a 1 centímetro y mi mirada no podía evitar viajar a sus labios, al igual que la de el. La tensión era muy fuerte pero ninguno hacia nada. Teníamos la respiración entrecortada y se notaban nuestras ganas desde lejos. De repente se escuchó un ruido proveniente de la puerta

- ¿Que hacéis aquí? - nos separamos enseguida, era Clau - llevamos un rato esperándoos

-Nada, hablábamos de los deberes de matemáticas que nos han mandado - mintió perfectamente

-Ah, pues venga, que se hace tarde- dijo Clau saliendo de la sala de juegos

Salimos y cuando fui a coger la comida me guiño un ojo a lo que se me escapó la sonrisilla.

En la cena ni me miro, la verdad me sorprendió porque después de casi besarnos, para él no había pasado absolutamente nada.

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