Capítulo 7



Narra Zee:


Entrando en el club, cumplí mi promesa, llamé a NuNew para decirle que ya había llegado, él se sintió muy feliz de que lo hiciera y su felicidad, llenó por completo mi corazón. Lo que definitivamente no esperaba, era la tremenda bofetada que me dio su amigo, la mitad de mi cara ardía muchísimo y me sacó algunas lágrimas.

- Lo haré de nuevo. - Ni siquiera me he recuperado cuando me quería dar otra, pero Billy lo detuvo.

- ¡Oye, oye!... Tranquilo... ¡Basta! ¡Quédate quieto! - Gritó Billy.

- ¿Por qué lo defiendes? - Se altera aquel omega, mientras me recuperaba.

- Porque mis padres pasaron por una situación económica bastante difícil hace algunos años, mi padre casi muere y mi madre no podía pagar por mi educación. Sí no fuera por Zee, yo no sería un maestro respetable, porque ni siquiera hubiese estudiado.

- Pero, lo que le hizo a Nu...

- No sé lo que te dijo NuNew, pero de lo que estoy seguro, es que él no recuerda lo que pasó aquella noche y créeme, las cosas no son como parecen. Deberías investigar un poco antes de golpear a otros. - Reclamé muy molesto.

- Te pido perdón, por lo ocurrido, será mejor que nos vayamos. - Habla un muy apenado Billy.

- No, no. Quédense, que este incidente no sea un problema para nosotros... Debo revisar unos documentos, así que estaré aquí, pediré vino, ¿gustan de alguno en específico? - Dije tranquilo.

- ¿Podemos pedir vino? ¿De verdad no te enojaste?

- Jamás supe de alguien que hiciera dos preguntas completamente diferentes de una sola vez. Sí, pueden pedirlo y no, ya se disculparon en tu nombre.

La disculpa ni siquiera era necesaria, estoy tan feliz de que NuNew abriera su corazón para mí que podría perdonar cualquier cosa que me hicieran, este día solo importa mi felicidad. Tiempo después de que estuviéramos hablando con estos chicos, el vino fue servido, de la mejor calidad para mí mejor amigo y su Omega bastante hosco.

Hablamos durante todo el tiempo que estuve revisando y firmando los documentos, así pude conocer más a mi omega, Seng me contó incluso más de lo que pregunté sobre NuNew. Después de algunas horas, me fui al hospital; unos días pasaron y le dieron el alta a NuNew, así que me pidió que fuera a recogerlo, lo cual hice con mucho gusto.

- ¿Puedo llevarte a mi casa? ¡Solo unos minutos! - Pregunté y él se sorprendió.

- ¿Estás demente? ¡Corro peligro en un lugar a solas contigo!

- No finjas... El doctor dijo que tu celo ya terminó, así que no habrá nada que me provoque.

- ¿Cómo es que siempre estás un paso adelante de mí? - Me reclama.

- ¿Eso fue un sí? - Con un gruñido, pero aceptó ir.

Lo primero que hice fue agregar su huella a la puerta, así no se sentirá encerrado en su propia casa cuando venga a vivir conmigo; y esto pasará después de la boda, por supuesto. Entramos, le mostré cada rincón de la casa sin prohibirle entrar a ninguna habitación, definitivamente, NuNew tendrá acceso adonde él quiera ir.

- ¿Por qué vives en una casa tan grande? ¡Me perderé todos los días! - Se recarga sobre la pared del pasillo.

- Es la costumbre, mi padre nos tenía viviendo en estas condiciones desde que era niño. - Agarré su cintura y lo vi un poco pálido. - ¿Te sientes mal? ¿Quieres ir al hospital de nuevo? - Puse mi mano en su frente y él la apartó.

- Zee... Bésame...

Apenas estaba procesando la petición de NuNew, cuando de pronto, rodea mi cuello con sus brazos, me atrae más cerca y nuestras bocas se unieron en un acto de desespero por amarnos. Con sentir los labios de NuNew junto a los míos, se detonó dentro de mí, la pasión y amor que he sentido por él en todo este tiempo, haciéndome perder la cordura.

Lo acorralé contra la pared, lo último que quería es que pudiera escapar de mí; pero no parecía interesado en huir, porque incluso abrió sus labios dándole paso a mi lengua para disfrutar mejor de esa boca que podría ser capaz de ponerme de rodillas, aunque él no lo sabe y por ahora, solo quiero seguir besándolo con todo lo que mi cuerpo exigía.

- ¿Acaso quieres meterme en tu cama? - NuNew pregunta con su voz entrecortada y respirando agitado.

- Puedo hacerlo en el sofá si quieres. - Susurré contra sus labios.

- No es un juego Zee, yo solo quería un beso.

- Nada es un juego para mí... Y tienes razón, perdóname si mi sinceridad te ofende, pero sí quiero meterte de nuevo en mi cama o hacer cualquier cosa que pidas con tal de volver a tenerte desnudo debajo de mí.

- Zee, yo...

Antes de que él pudiera decir cualquier cosa, volví a adueñarme de esos labios de cereza que me encantan tanto y lo cerqué con mi mano en su cabeza, con eso, pude sentir su cuerpo temblar. Lo guié caminando hacia atrás, hasta el sofá; mi primer idea, fue acostarme sobre él, pero cambió mis planes y me sentó para subirse a horcajadas en mí.


Narra NuNew:


Desde la vez que Zee me besó en la cama del hospital, no me dio otro beso en alrededor de cinco días, me gustó tanto aquel beso, que yo solo quería volver a sentir como me dejaba sin aire. Sin embargo, mi cuerpo tomó posesión de lo que quería, parece que lo que se borró de mi mente, de mi piel no pude desaparecer.

- NuNew, debes soltarme antes de que esto se salga de control. No quiero tomarte en contra de tu voluntad.

- Entonces, solo tócame... Por favor.

Dije eso porque vi que los ojos de Zee habían cambiado, su color se convirtió en dorado, sabía que su alfa interior estaba suplicando reclamar a su Omega y que eso debía dolerle demasiado. No entiendo porque me siento así, ya no estoy en celo, pero estoy mojándome solo de pensar en que las manos de mi alfa podrían recorrer mi cuerpo.

Mi excitación estaba excediendo mis límites, apenas podía pensar con claridad, solo deseaba saber cómo se sentirían las inmensas manos de alfa que tiene Zee sobre mi piel desnuda. Me incliné a sus labios para exigir un beso demandante, uno que me robara el aliento y fue cuando empezó una lucha de lenguas por el dominio en nuestra bocas.

- ¡Nu! No te traje aquí para esto. - Me separa de su cuerpo y lo veo preocupado.

- No me interesa a lo que me trajiste... - Hice sus manos a un lado y volví a juntarnos. - Esto es lo que yo quiero y te pido que no me lo prohibas.

- Pero yo... - Había escuchado sobre la voz del omega interno, una tan dulce, que el alfa destinado no puede resistirse a ella y termina haciendo cualquier cosa que pida su omega.

- Alfa. - Jamás usé esa voz, porque nunca me salió antes, creí que yo no la tenía, pero simplemente, no era Zee el que estaba conmigo en aquel entonces. - Por favor, tócame alfa. Solo esta noche, solo una vez.

Justo al terminar esa petición con la voz dulce de mi omega interno, Zee ya estaba abriendo mis pantalones para meter su mano allí; así que yo hice lo mismo, aunque primero lo toqué sobre su ropa. Gimió contra mis labios que estaban siendo devorados por los de mi alfa; creí que iba a derretirme antes de terminar.

Sabía que mi omega interno había tomado el control de la situación, pero me fascinó saber que aún era consciente de lo que estábamos haciendo y también que era consensuado. Zee bajó a mi cuello, para besar y mordisquear, dándome a entender, que quiere dejar marcas en mi piel; yo aproveché para abrir sus pantalones y meter mi mano.

- ¡Zee! - Sollocé y arqueé mi espalda.

Después de que rompiera mi camisa, metió una de sus manos en la parte trasera de mi ropa interior y al sentir sus dedos en la zona que estaba completamente mojada, me arqueé en respuesta. Puse mi pecho a la vista de Zee, mientras mi mano empezaba a masturbar más rápido su pene erecto, él me hizo gemir de placer al meter mi pezón derecho en su boca.

La intensidad del momento daba calor en todo el cuerpo, pero no sabía de cuál cuerpo provenía esa temperatura, que parecía quemarnos vivos en el sofá con deseos de entregarnos al otro. Zee siguió masturbándome, una mano en la parte de enfrente, sus dedos enterrados en lo más escondido de mi ser, sus labios aún succionando para dejar marcas en mi pecho y yo también lo continué tocando, hasta que ninguno pudo soportarlo más.

- ¡ZEE!

- ¡NUNEW!

Nuestros gemidos se mezclaron, resonando por todo el lugar donde estábamos, mientras el orgasmo nos golpeaba con una fuerza devastadora y ambos gritamos el nombre del otro. Caí sobre su hombro derecho tratando de recuperar el aliento, aunque antes de poder hacerlo, Zee se inclinó hacia mí, para robarme potro beso.

- Te juro que esto no estaba en mis planes. - Me dice preocupado y con sus ojos del color de siempre.

- Tal vez, yo sí. - Confesé con una sonrisa tímida.

- ... ¿Quieres cambiarte la ropa? ¡Tal vez tengo algo que te quede! - Cambia de tema repentinamente.

- Bien, vamos.

Solo pusimos algunos botones en su lugar, quedamos manchados de semen por todas partes del pecho y la ropa también había quedado muy sucia, así que Zee me dijo que me duchara. Al momento de salir, él ya me había preparado ropa para cambiarme, por lo tanto, solo busqué lo más adecuado para mí y me vestí de inmediato.

Ding Dong

- Puedes ir a abrir la puerta, esta ya es tu casa.

Me dijo Zee, que venía saliendo de la ducha cuando tocaron, así que obedeciendo su orden, fui corriendo a abrir la puerta para ver quién había tocado a esta hora, sorprendido porque ya era tarde. Para mi mala suerte, la persona del otro lado, era nada más y nada menos que la chica del callejón, quien al verme, cambió su expresión e hizo que su sonrisa se desvaneciera al instante.

- ¿Quién eres tú? ¿Qué haces en esta casa? ¿Acaso quieres robar algo? ¡Llamaré de inmediato a la policía! - Gritó una serie de cosas que apenas logré comprender.

- Orn, no tienes que llamar a nadie. Yo dejé entrar a Nu, él es mi omega destinado. - Sale Zee con ropa cómoda, que le quedaba muy bien.

- ¿Destinado? ¡Eso es imposible! ¡¿Dónde quedo yo?!

La voz de esta mujer es tan chillante que me provoca dolor de cabeza; este momento es sumamente incómodo, y yo solo me giré para ver a Zee y escuchar su respuesta...

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