Capítulo 4
Narra Seng:
Cuando nos conocimos con NuNew, apenas éramos unos niños, nos enamoramos de la idea de encontrar el amor antes de perder la virginidad con algún alfa que no quisiéramos. Así fue que nació la idea de crear un calendario de nuestro ciclo de celo, ayudándonos a nosotros mismos para evitar atraer al alfa equivocado con nuestro olor.
Después de aquel examen, NuNew me dijo que quería estudiar en la biblioteca un rato, quise acompañarlo; pero, fui abruptamente separado por el profe Billy sin que Nu lo notara. Saqué mi celular y le envié un mensaje diciéndole que debía irme antes, aunque sabía que era mentira, yo solo quería un tiempo a solas con ese alfa.
- ¿Coqueteas con otros? - Cuestionó de forma casi agresiva, cuando me metió en un salón vacío.
- Yo no... Yo solo quería... Bueno, solo le he coqueteado a usted, ¿acaso es incorrecto?
- Sí, lo es. Soy un prestigioso profesor de esta universidad, ¿cómo crees que mi reputación se dañaría al verme involucrado con un estudiante?
- Técnicamente hablando, ya casi no soy estudiante de esta institución.
- Eso no me interesa, deja de coquetearme en público y más vale que no te descubra conqueteando con otro alfa, porque no sabes lo que te esperaría.
- ¡Usted es muy mandón! - Me sonríe con picardía.
- Y no me gusta que nadie más, se acerque a mis cosas.
- ¡Qué posesivo me salió el alfa! - Dije jugando en su pecho con mis dedos, hasta que él agarró mi muñeca y me jaló para juntar nuestros cuerpos, poniéndome contra la pared.
- ¡Ten cuidado con lo que tocas! ¡Es peligroso con este alfa!
Se acercó tanto a mi rostro que rozó nuestros labios, esperaba que me diera un beso que me robara el aliento y me asfixiara hasta que quisiera tomarme aquí mismo si así lo deseaba. Sin embargo, solo se acercó a mi oído para susurrar: “Recuerda lo que te dije, cuidado con lo que haces”, me mordió levemente el cuello y luego se fue, dejándome con ganas de más.
Aquella tarde, llegué flotando en una nube de felicidad a casa, tan emocionante que olvidé llamar a Nu para recordarle la hora, ya que si va a la biblioteca, pierde la noción del tiempo. Cuando lo recordé, ya era muy tarde y le llamé un par de veces, pero la llamada no fue tomada; me preocupé y llamé directamente a su casa.
- «¡Seng, hijo. Dime qué Nu está contigo por favor!»
- Señora, yo en realidad, llamé para preguntar por él, porque no me contesta.
Pensé en mentir para que su madre se sintiera mejor y dejara de preocuparse por NuNew, pero si lo hacía, ella pediría hablar con él para estar más tranquila y eso sería imposible. Hablé con ella durante un rato, tratando de reconfortarla y mi padre se ofreció a llevarme en su auto por la ciudad para ver si lo encontrábamos.
Lamentablemente, no estaba en ningún lugar, imaginé lo peor; no es primera vez que en esta ciudad, los omegas son tomados por cualquier alfa y luego asesinados a sangre fría para que no hablen. Casi no pude dormir aquella noche; aunque me sentí bastante aliviado cuando me llamó su mamá por la mañana, para decirme que había regresado.
- Oye, solo falta tu amigo, ¿vendrá hoy? - Me preguntó el profe Billy.
- Eh no, él no se siente bien; creo que hará los exámenes en línea.
- Oh, muy bien, entonces, pueden empezar.
Por más que traté de comunicarme, no lo logré, su celular estaba apagado y no contestaba ni siquiera mis correos; fue cuando supe que algo realmente malo le había ocurrido, sobretodo al momento de ver el correo con la cancelación de la boda. Lo que jamás pasó por mi cabeza, era que otro alfa había truncado su felicidad al lado de Mew.
Si no fuera porque el mismo NuNew me lo confesó e incluso me mostró su marca, jamás lo habría creído, y me sentí muy mal; tal vez si no me hubiera enamorado, esto no habría pasado. Regresamos al salón de clases, pero ya no pude ver al profe Billy de la misma forma que antes, ahora solo siento que soy responsable de lo que le pasó a mi mejor amigo.
- Joven Seng, ayúdeme por favor. Necesito llevar estos documentos a mi oficina. - Me detuvo el profe.
- Está bien, ve con él, yo quiero pensar por un rato de todas formas, aún no quiero volver. - La voz de Nu se escuchaba tan apagada que no tenía la confianza de dejarlo solo.
Al final, el profe Billy me convenció, así que tomé la mitad de los documentos y salimos de aquel salón directo a su oficina, mientras veía hacia atrás a Nu que se iba solo hacia el área de deportes. Me dispuse a salir corriendo con mi mejor amigo al entregar las papeletas; pero, él se puso contra la puerta y no me permitía salir de ese lugar.
- Profe, necesito volver con NuNew.
- Primero, hablaremos tú y yo, sobre tu actitud tan distante en todo el día.
Tuve que sentarme y contarle todo lo que sabía, entonces él me dijo que nada es mi culpa; me explicó que no puedo cuidar siempre de Nu y que en algún momento él necesitaría ser libre. Además, agregó que la libertad que le di, salió mal, pero no tiene nada que ver conmigo; NuNew es lo suficientemente adulto como para saber el peligro que corría de noche y me lo dijo de forma tan tierna, que me hizo sentir mejor.
Narra NuNew:
Llegamos a un restaurante después de aquel momento tan incómodo, creí que Zee se enojaría por la forma en que alcé mi voz; pero fue todo lo contrario, parecía ir riendo por el camino. Me molestó un poco más su actitud; primero, se pone a juguetear con una omega que parecía cazadora nocturna y ahora se ríe de lo que sea que me esté pasando.
Entramos en el lugar, era muy elegante, me encantó que al menos me hubiese preparado ropa para cambiarme antes de venir aquí; mi enojo se disipó por un momento, hasta que pasó de nuevo. Nos llevaron a una mesa, donde ya lo habían preparado todo para una sola persona y agregaron las cosas que yo usaría, eso no me gustó para nada.
- Hola Zee, ¿cómo te fue hoy? - Llegó una omega con una gran sonrisa coqueta.
- ¿Quién eres tú? ¿Su esposa? - Ahora sí, estaba muy enojado.
- Es que yo... Mmmm...
- ¡NuNew! - La voz de Zee se tornó oscura.
- ¡A mí no me hables de esa forma! ¿Quién es ésta? ¿Y quién era la zorra con la que coqueteaste en la calle? - Algunos comensales de las mesas contiguas se giraron para vernos con interés y disimulo.
- ¡Te pido perdón por esto! ¿Puedes dejarnos solos por favor? - Se dirigió a la chica.
- Sí, por supuesto. Con permiso. - Ella se retiró de forma discreta.
- ¡Tú...! - Iba a hablar y él me interrumpió.
- ¡Cállate y escucha!... He tratado de llevar la fiesta en paz; no me he molestado por más que me has ofendido, he intentado ser paciente contigo. Pero mi paciencia está llegando a su fin... Te exijo que no vuelvas a tratar mal a las personas que me tratan mil veces mejor de lo que tú lo haces.
- ¿Así es como serán las cosas? ¿Las prefieres a ellas porque se te entregan voluntariamente?
- Jamás he tocado a ninguna de ellas; siendo honesto, yo también perdí mi virginidad aquella noche, pero estoy seguro de que no te interesa... - Se levantó de la silla. - Iré al baño, te calmarás y cuando regrese, te comportarás de forma decente.
Zee tiene razón, esto no debería interesarme, pero si no me interesa, ¿por qué tengo tantas ganas de llorar? ¿Por qué siento que lo que me invade por dentro, son los celos de este alfa? Es que no es justo que ellas puedan acercarse con tanta facilidad y sentirse plenas junto a él; yo también quiero sentirme así y no quiero que nadie se le acerque.
Terminé levantándome de la mesa, para salir corriendo del lugar, hasta el hambre se me quitó de nuevo, pero no fui lejos; solo al estacionamiento, donde me puse de cuclillas junto a su auto y lloré de nuevo. A diferencia de Mew, siento que Zee es mío y quiero que solo sea feliz conmigo; sin embargo, le tengo miedo a este sentimiento.
- ¡NuNew! - Salió Zee gritando del restaurante y me levanté del piso.
- ¿Zee? - Soltó un suspiro de alivio al verme y fue directo a abrazarme.
- ¡No vuelvas a hacer esto!
Me quedé sorprendido por un instante, me dejé abrazar por Zee y no bastándome eso, le correspondí el abrazo, rodeando su cuello y fuertes hombros con mis brazos, me siento pequeño a su lado. Lloré sobre su hombro izquierdo, creí que se enojaría de nuevo por mojar su ropa, pero todo lo contrario, acarició mi espalda y revolvió un poco mi cabello.
- No quiero que te coqueteen. - Aún estábamos abrazados y él sonrió mientras yo sollozaba.
- ¿Entonces quién lo hará? ¿Tú?
- No me parece divertido. - Hice un puchero de enojo.
Jamás me comporté así con Mew, no fui posesivo de él, ni siquiera me importaba si hablaba con otro omega, y aunque aún quiero estar con él, ahora también quiero los abrazos de Zee. Lo supe porque iba a alejarse, pero yo lo traje de nuevo; él se acurrucó en mi cuello y pude sentir cuando inhaló el aroma de mi piel, eso casi hace estallar mi corazón.
- Debemos volver... - Dije con nerviosismo cuando intentó besarme.
- Vamos.
Cenamos con tranquilidad, ya que esta vez traté de controlar mis impulsos de arrancarle el cabello a cualquier omega que se acercara y le sonriera con descaro delante de mí. Después de la bonita velada que me hizo pasar, porque sí lo hizo, incluso conocí más a este alfa, es el dueño de un club nocturno y que venía saliendo de allá, aquella noche.
Él no tenía intención de salir, quería descansar; pero lo llamaron por una emergencia con un papeleo que parecía estar incompleto para el sindicato, por eso salió de casa hacia el club. Al salir de allí, sintió el olor de mi celo, fue así como supo que yo era su destinado y volvió a jurarme que no quería tomarme por la fuerza, me pidió perdón.
- ¡Ya estás en casa! Ve a dormir, mañana iré a mi club, así que no vendré. Por favor, no salgas o no podré cuidarte.
- ¿Puedo ir contigo? ¡Así no tendrás que preocuparte!
- No, hay muchos alfas y aún estás en celo... Y será mejor que te bajes de mi auto, tu olor se está intensificando.
El único problema que tengo ahora, es que mi mente dice que le obedezca, pero mi cuerpo grita que me quede dentro del auto con él...
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