Capítulo 16
Narra Seng:
No sé quién es más dramático, si Billy que salió esta tarde después de una fuerte pelea, o NuNew haciendo un gran berrinche solo porque Zee le dijo que no podría acompañarnos a cenar. Al final fue muy divertido, porque al instante que le dijeron a Zee que su omega se había encerrado sin cenar, casi que regresó cayéndose a casa.
- Oye, ¿Y Billy? - Fue lo único que pude preguntar.
- Está en el auto con Max...
Apesar del inmenso berrinche que armó NuNew y que rompió el teléfono de la casa, solo porque Zee dijo que no podría llegar a cenar con nosotros, lo peor es que yo estoy igual de susceptible. No puedo ni pensar en cómo habré hecho sentir a Billy con mi actitud, ahora entiendo porqué desapareció toda la tarde y me siento avergonzado.
Con mis piernas temblorosas, decido salir a buscarlo para pedirle perdón por la forma en que me he comportado en estas últimas semanas, espero que no esté muy enojado conmigo. Sin embargo, al llegar al auto, veo que Max está luchando por sacar a mi esposo, quien no puede ni ponerse de pie por lo ebrio que está.
Con mi ayuda logramos meterlo en la casa, uno de los de seguridad nos indicó que podíamos llevarlo a la habitación frente a la de Zee y NuNew, ya que está desocupada desde hace tiempo. Pero en cuanto lo dejé sobre la cama, me fui a gritarle a Zee por no haberme avisado que mi esposo estaba completamente borracho.
- ¿Por qué le gritas a mi alfa? ¡Es tu culpa que esté así! - Sale Nu gritándome.
- Deberías defenderme a mí y no a él. - Reclamé.
- Tú no eres mi esposo... Mejor ven conmigo y deja de Max y Zee lo bañen. - Zee rápidamente se giró sorprendido.
- ¿Y yo por qué? - Le preguntó cómo pidiendo misericordia.
Su tono de voz me pareció divertido, Billy habla así solo cuando quiere meterme en la cama, creo que debemos sentarnos para hablar con él y expresar lo que ambos queremos del otro. Nuestra comprensión ha sido más que todo sexual, pero me agrada mucho más la idea de tratarnos, sabiendo lo que esperamos de nuestro matrimonio.
- ¿Adónde vamos Nu? - Al final convenció a Zee de ir a bañar y cambiar a Billy.
- Solo acompáñame. Te quejas demasiado.
- Me secuestras y soy quien se queja, claro. - Hablé con ironía.
Finalmente, me entrega una caja pequeña y me dice que siga las instrucciones al pie de la letra, me pareció que se volvió loco, pero como estoy igual de loco, le seguí el juego. Después nos sentamos por un rato en la cama de ellos, Nu estaba tan nervioso como yo, incluso Zee nos sacó un gran susto cuando apareció de pronto.
NuNew se levantó, fue directamente a abrazarlo porque estaba agradecido por haberse encargado de mi alfa borracho; y hablando de Billy, me gustaría que me apoyara tanto con Zee a Nu. Gritamos de sorpresa cuando el cronómetro hizo sonar la alarma de que el tiempo de espera había terminado, así que ambos las vimos.
- ¡Positivo! - Dijimos al unísono.
- Jaja, ahora todo tiene sentido. - Se burló Zee. - Tal vez quieras contarle a tu alfa, lo hicimos reaccionar con agua fría.
- Ve con él. Buena suerte. - Me dijo Nu, antes de girarse hacia Zee y abrazarse.
Mis piernas temblaban, cada paso se volvía más pesado que el anterior, solo quería correr hacia Billy, pero mis nervios estaban haciendo grandes estragos en mi cuerpo, impidiendo que me moviera con mayor rapidez; y con obvias razones, no sé cómo reaccionará él cuando se entere, a eso le sumo que aún debemos conversar.
- Oh, mira. Seng ha vuelto. - Habló Max cuando entré en la habitación. - Será mejor que salga.
- Lo lamento, no fue mi intención emborracharme. - Se disculpa cuando Max cierra la puerta.
- Billy, ¿alguna vez pensaste en tener hijos conmigo? - Pregunté sin prepararlo para la noticia.
- Por supuesto que sí. Sé que casi no hablamos y que todo lo resolvemos en la cama, sobretodo cuando estuviste en celo, fue muy caliente...
- ¡Billy! - Lo interrumpí. - ¿Puedes concentrarte por favor?
- Hijos, ¿eh? - Asentí y él se levantó para venir directo a abrazarme. - Así que tus cambios de humor, ¿son culpa de nuestro bebé? - Me quedé congelado con esa pregunta y bajé mi rostro.
- ¡Si no lo quieres, está bien! Prometo que yo lo amaré por los dos, yo... - Levantó mi rostro y me calló con un beso.
- No lo pienses demasiado, un hijo es lo que yo más espero de ti; no esperaba que fuera tan pronto, pero yo también prometo amarlo con todo mi ser.
🔥🔞🔞🔞🔥
Entonces volvió a besarme, llevándome rápidamente a la cama que estaba en esa habitación, por más que le pedí que se detuviera porque estábamos en casa ajena, no me hizo caso. El problema es que con mi resistencia débil por mis hormonas alteradas, no puedo pensar en otra cosa que no sea entregarme a él.
Narra Billy:
Todo iba bien en nuestro matrimonio, al menos sexualmente hablando, hasta que Seng cambió hace dos semanas y eso me tenía muy estresado, pero ahora ya puedo meterlo en la cama de nuevo. En un principio, quiso detenerme, alegando que esta no es nuestra casa, aunque a mí no me interesa si estamos en una cama, la ducha o en plena calle.
- Nos descubrirán... - Jadea Seng.
- Entonces, no gimas tan fuerte.
- ¡Billy! - Sollozó mi nombre cuando levanté su camisa y mordí su pezón derecho.
- Sshhh... - Puse mi mano en su boca y él la apartó.
- Si quieres que no gima fuerte, no seas tan bruto.
Solo me reí ante sus palabras de regaño, pero tiene razón, así que trataré de ser más gentil con su cuerpo para evitarnos problemas con los dueños de esta casa, me daría vergüenza que se enteren. Me tomé mi tiempo para quitarle una a una todas las prendas que vestía, tratando de ser delicado y dejando leves marcas en su piel.
Seng arqueó su espalda, parecía que quería gritar con fuerza cuando puse su pene en mi boca, mi omega ahogando sus gemidos es lo más erótico que he visto en mi vida, quiero torturarlo más. Por eso, llevé mis dedos hasta su mojada entrada, entonces mi esfuerzo fue triple, con mi boca, con una mano en su humedad y otra en sus pezones.
- ¡Basta Billy! - Me empuja de pronto. - Yo también quiero jugar. - Dice con esfuerzo.
Con su dedo índice me llamó para que fuera hacia él, lo cual hice sin rechistar; gateé sobre la cama para llegar hasta sus labios, nos besamos con fervor y él empezó a girarnos. Finalmente, me sienta, recostándome en la cabecera de la cama, donde me ayudó a quitarme la ropa y cuando mi pene estuvo a su vista, rojo y palpitante, pasó su lengua sobre este.
Parte de mi miembro cupo en su boca, el resto, él me masturbaba para no ahogarse al intentar meterlo completo, desde la primera vez que hizo esto, hasta hoy, puedo decir que ha mejorado mucho. De repente se levantó y sin previo aviso, se subió a horcajadas en mí, para poder penetrarse a sí mismo, esta posición me permite ver perfectamente el cuerpo de Seng.
- ¿Me dominarás? - Le dije a Seng sonriendo.
- No seas iluso... - Me recrimina. - Siempre he dominado yo.
Abrí mi boca para reclamar, pero él me calló con beso ardiente; su pequeña lengua de omega, quería luchar por el control del beso, lo que me causo una risita entre nuestros labios y lo mordí. Seng se movió un poco en respuesta y como ya estaba besando su cuello, mordí allí levemente, él volvió a moverse y me hizo temblar.
Esta posición es verdaderamente excitante, tenerlo sobre mí, tomando el control de lo que hacemos; se sentía bien, pero necesitaba que se moviera más rápido y antes de decirlo, su cuerpo lo exigió. Todo el peso de su cuerpo caía sobre mi regazo una y otra vez, mientras se apoyaba en sus rodillas para subir de nuevo y darnos más placer.
La palpitación de mi propio pene era exquisita, abrazó mis hombros para tener más firmeza y así moverse más rápido aún, hasta que lo abracé con fuerza por la cintura y todo se descontroló. Seng se sentía tan mojado y apretado, que el aire había abandonado mis pulmones, solo quería que no se atreviera a detenerse.
- ¡Sigue moviéndote, amor! - Casi que grité esas palabras.
- Aah, Billy... Me gusta... Mmmm... Se siente bien...
Succioné su pezón entre mis labios mientras él se aferró aún con más fuerza a mi cuerpo, sabía que estaba por terminar y lo más importante, es que entre más se movía, más rico se sentía. No imaginé que poseer el cuerpo de otra persona, podría sentirse tan delicioso, como para querer morir de placer, entregándonos el uno al otro.
Seng fue implacable, hasta que su cuerpo se tensó en mis brazos y sentí como su semen salió a chorros quedando preso entre nosotros, pero yo seguí sin terminar y con ganas de continuar. Por lo que no pude evitar, empujarlo para que se acostara en la cama, abrir sus piernas y enterrarme con fuerza en su piel otra vez.
Sus gemidos llenaban la habitación, en ese momento solo pude sentirme orgulloso de ser el alfa que es capaz de darle a su omega todo lo que quiera durante el acto sexual. Seng apretó sus piernas alrededor de mi cintura para que no saliera y eso solo me hizo desear tener muchos orgasmos esta noche.
- Así... Duro Billy... - Quiero escucharlo de nuevo.
- Dime qué eres Seng... - Ordené con voz ronca.
- Soy... Soy tu putita, mi amor...
Esas palabras me hacen tener orgasmos espectaculares; yo jamás le habría dicho así a Seng antes, pero en la noche de nuestra boda, él me abofeteó y me dijo que lo tratara como mi putita. Terminé llenándolo por completo, él seguía aferrado a mí, así que lamí su cuello para poder excitarlo y empezar una nueva ronda de placer.
- Espera, se supone que debemos hablar. - Trata de detenerme.
- Hagámoslo esta noche, y mañana buscamos terapia.
Fue todo lo que dije antes de hacerlo mío, una y otra vez hasta que nos dormimos por el cansancio...
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