Capítulo 12
Narra Zee:
Pensé mucho antes de acercarme a NuNew, mi corazón latía muy rápido, tengo miedo de que me rechace, aunque vi que no se fue con Mew, igual me duele que podría perderlo. Mis piernas empezaron a temblar desde antes de dar el primer paso, mis manos sudaban, no quiero que él me eche de su vida, quiero que estemos juntos para siempre.
- ¡Nu!... - Él me miró directamente, antes de levantarse y abrazarme con fuerza.
- ¡Zee! No me dejes, ya no seré egoísta, ni haré berrinches. Me portaré a la altura de ser tu destinado; pero no me devuelvas a Mew, ni me dejes por Orn...
NuNew estaba llorando y sollozando con tanta fuerza, que apenas podía entender lo que me estaba diciendo, todo su cuerpo temblaba y se estremeció cuando rodeé su cintura con mis brazos. El rostro de Nu estaba clavado en mi hombro derecho, sus brazos rodeaban con fuerza mis hombros, su voz me suplicaba que no me fuera y eso me hizo llorar.
- No dejaré que nadie te separe de mí y no te dejaré NuNew... Eres mi Omega, mi pequeño y hermoso destino.
- ¡Te amo, Zee! - Lo abracé aún con más fuerza, eso era todo lo que quería escuchar.
- Yo te amo mucho más. - Entonces, lo sentí flaquear, si no hubiese sido por mi abrazo, se habría caído. - ¿Qué te pasa? ¿Qué tienes?
- Estoy cansado... Llévame a casa...
Lo cargué en mis brazos, si está cansado, ya no quiero que camine; pero, cuando lo puse sobre el asiento del copiloto, recordé que no hay comida en casa y no podemos irnos aún. Así que le dije que lo dejaría allí con el aire acondicionado del auto, mientras compraba algo de comida antes de volver a casa y poder descansar.
Al regresar con las compras, NuNew estaba dormido con el asiento reclinado, se veía tan tranquilo y hermoso, que no pude despertarlo, incluso traté de conducir despacio para no asustarlo. Llegando a casa, le pedí a Boun que ayudara a llevar todo a la cocina con el resto de los empleados y yo tomé a Nu en mis brazos de nuevo.
- ¡Esa no es mi habitación Zee! - Susurra cuando lo llevé hasta la habitación en la que durmió la primera noche en mi casa.
- Creí que...
- ¿Acaso no soy tu esposo? ¡Incluso cuando no estábamos casados, dormíamos en la misma cama!
- Está bien, iremos a nuestra habitación.
Es cierto, la única noche en que dormimos separados, fue la previa a nuestra boda; desde entonces no he podido conciliar el sueño, me hace tanta falta su aroma, era como estar incompleto. Lo acosté suavemente en un lado de la cama y cuando iba a retirarme, me agarró de la mano con fuerza, haciendo que me girara para mirarlo.
- No te vayas, no puedo dormir si no estás a mi lado... ¡Quédate! - Sus ojos me suplicaba tanto como su voz.
- Yo tampoco puedo dormir sin ti.
Al principio, creí que podría acostarme solo un rato mientras se dormía; pero al momento de tenerlo entre mis brazos y sentir su aroma, el cansancio de dos semanas, cayó sobre mí. Le escribí un mensaje a Boun, diciéndole que dormiríamos por unas horas y que nos preparen comida para cuando despertemos, luego me quedé dormido.
Pronto estaba en una playa, un lugar hermoso, donde yo observaba a dos niños jugando, eran gemelos y tenían rasgos tanto de NuNew como míos, así que debían ser nuestros hijos. De repente, uno de ellos se lanza a mi espalda gritando "¡Papi, sálvame de Yi!", sonreí con dolor, porque me hizo caer de rodillas en la arena y con dolor en la espalda.
Ambos estaban gritando, jugando entre ellos, yo solo podía reírme se sus ocurrencias y de mi dolor, cuando escuché una voz hermosa gritar: "¡Lian y Yi, ya les he dicho que no sean tan bruscos con su padre!". Levanté mi rostro y vi a mi hermoso Nu, con su barriga abultada, parecían unos cinco meses de embarazo, caminando hacia mí y preguntándome si me hicieron daño.
Buzz... Buzz... Buzz... Mi celular vibró, despertándome de tan hermoso sueño.
- ¡¿Qué quieres Billy?! ¡Y más vale que sea bueno! - Le contesté fuerte a mi amigo.
- "¡Oye, cálmate! ¡Solo quería saber si NuNew ya apareció! Pero con ese humor del diablo que tienes, ya tengo mi respuesta".
- NuNew está conmigo, estamos durmiendo ahora; o al menos eso hacía, hasta que tú me despertaste.
- "¡Esa es una buena noticia! ¿Ya le dijiste a sus padres?"
- ¡Maldición! Olvidé hacerlo, ¿podrías pedirle a Seng que les avise por favor?
Billy y Seng, han demostrado ser nuestros mejores amigos, que estarán allí en las buenas o en las malas, siempre que los necesitemos y ahora, están felices de que ya estemos juntos con Nu. Iba a dormir de nuevo, pero noté que ya llevábamos cinco horas dormidos, así que decidí despertar a mi omega, porque quiero estar seguro de que se está alimentando bien.
Narra NuNew:
Creí que Zee me dejaría, pero volvió por mí, después me llevó a su auto y me quedé dormido esperándolo, aunque cuando llegamos a casa, quiso dejarme en otra habitación, no lo permití. Con el aroma varonil y único de mi alfa, rápidamente me quedé dormido; y cuando sus brazos rodearon mi cuerpo para atraerme más, me sentí a salvo, hasta que me despertó.
- ¡NuNew! Despierta, ya es hora de la cena y no has comido nada.
- No, quiero dormir... - Me quejé.
- Solo vamos a comer, luego te vuelves a dormir.
Zee se escuchaba preocupado, por eso me senté en la cama con mis ojos aún cerrados y lo escuché reír antes de sentir sus labios sobre los míos, en un beso muy tierno y fugaz. Abrí mis ojos lentamente, él estaba frente a mí mirándome con una sonrisa enorme en sus labios y su felicidad, también llena mi corazón.
- ¿Qué haces? - Me preguntó cuando levanté mis brazos.
- ¡Llévame! No quiero caminar. - Dije con un puchero.
- Te estoy malcriando.
Lejos de parecer un regaño, era como si estuviera riéndose de mis acciones; pero al final, lo hizo, fue a abrir la puerta y regresó para tomarme en sus brazos, llevándome hasta el comedor. Boun me saludó y me sentí feliz de verlo, de ver a todos los que trabajan en casa de Zee; además de que ellos, también expresaron su felicidad de verme de nuevo.
Buzz... Buzz... Buzz
- ¡Debo contestar esta llamada! Es sobre el club, iré a la oficina, tengo que confirmar unos documentos.
- ¡Está bien, te espero! - Le dije tranquilo.
- Oh, no, no. Por favor, empieza a comer sin mí, no quiero que tu comida se enfríe.
Zee me dio un beso en la frente antes de retirarse, yo empecé a comer tal y como me pidió, además, aunque quisiera esperar, mi estómago me grita por comida, sobretodo si está cocinada por la tía Mou. Es el nombre de la hermosa mujer que cocina en casa de Zee y que tiene un toque mágico en la cocina, extrañé tanto su comida en estas dos semanas.
Sin embargo, justo cuando estaba terminando de comer, vi a Boun disperso, como si estuviera preocupado, era evidente que le estaban hablando a través del auricular en su oído. Entonces, me levanté y ya que soy la segunda autoridad en esta casa, pude exigirle que me dijera lo que estaba pasando, pero no esperaba su respuesta.
- Ella está aquí... Usted sabe de quién hablo. - Me dijo mirando hacia el piso.
- ¿Cuántas veces se ha visto con Zee desde que me fui? - Sentí mi corazón encogiéndose.
- Ni una sola, el señor Pruk dio la orden de que no la dejemos entrar... Ellos no se han visto desde el día de su boda, él la echó después de que usted se fue; pero ahora, está reacia a irse, dice que solo se irá, hasta que hable con el dueño de esta casa. - Entonces sonreí.
- Bien... Démosle gusto. - Dije con ironía.
- El señor Pruk, no quiere verla. - Me dijo sorprendido.
- ¿Acaso Zee es el único dueño de esta casa? - Boun me miró por un segundo y luego abrió sus ojos con más sorpresa.
- ¡No! El señor me matará si algo le pasa a usted.
- En ese caso, no dejes que se acerque a mí.
Empecé a caminar hacia la puerta, Boun no pudo detenerme, por eso optó, por decirle a todos por radio, que yo saldría y que no podían permitir que ella se acercara a mí, además de anunciarme: "¡Señorita Orn, le pido que deje el escándalo, el señor Pruk saldrá ahora!"; sin embargo, cuando me vio asomarme en la puerta, casi se va de espalda.
- ¿Tú otra vez? ¡¿No te quedó claro que Zee es mío?! - Es hora de ponerle fin a esto, nadie me quitará a Zee.
- Pediste ver al dueño de esta casa. Aquí estoy, ¿qué quieres? - Dije con autoridad.
- ¡¡Tú no eres el dueño, quiero ver a Zee!! - Sonreí ante sus gritos. - ¡¡ZEE ES EL ÚNICO DUEÑO!! - Levanté mi mano y le mostré mi alianza.
- Y yo soy su esposo, su Omega, su único amor. Tengo mil veces, el derecho de declararme dueño de esta casa, aunque no quieras aceptarlo. - Espeté con orgullo.
- ¡¡ERES UN MALDITO DESGRACIADO!! - Ella quiso atacarme y los de seguridad se lo impidieron.
- ¡Boun! - Mi voz con autoridad hizo que todos me miraran.
- ¡Sí señor!
- ¡Haz que saquen a esta mujer de mi propiedad y si vuelve a meterse, llamen a la policía para que la arresten! - Boun levantó su mano, pero Zee apareció.
- ¿Qué pasa? ¿Por qué gritan tanto? - Llegó mirándome solo a mí y abrazó mi cintura. - ¿Ya comiste, cariño? - Correspondí su abrazo, asentí y sonreí. - ¿Orn? - Luego se percató de la presencia de ella.
- ¡¡Él jamás te amará como yo!! - Dijo con su rostro sucio por las lágrimas.
- Tienes razón. - Dije y todos me miraron sorprendidos. - Porque lo tuyo no es amor, es obsesión... ¡Boun, di una orden y exijo que la cumplan!
- Zee, no permitas que... - Él la interrumpió, pero no habló con ella.
- ¡Ya escucharon a mi esposo! ¡Él tiene exactamente la misma autoridad que yo en esta casa!...
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