La misión

LA MISIÓN – LA COMUNIDAD DEL ANILLO


La mañana siguiente, Frodo despertó y fue a reunirse con sus amigos, le dio mucha pena al enterarse que su amiga, estaba atrapada en la Tierra Media, sin poder regresar nunca más a su mundo. Hermione se hallaba muy deprimida, pero consideró que nada lograría desesperándose y decidió ocupar su mente con lo que fuera que la alejase de la aplastante realidad, por lo que se dedicó en pleno a aprender el idioma de los elfos y leer en la biblioteca de Rivendel todos los libros que pudiera encontrar.

―Jamás vi algo así ―le informaba Arwen a Elrond―, su mente es cómo una esponja, estoy segura que en una semana ya habrá aprendido nuestro lenguaje y escritura, lo suficiente como para pedirte leer tu biblioteca personal.

―Lo sé, y se lo permitiré con gusto, en más de tres mil años no encontré a alguien con ese nivel de entusiasmo para aprender, yo mismo le estoy enseñando el lenguaje rúnico de los enanos ya que estos no le enseñan su lenguaje a nadie.

―Espero que vuelva a sonreír ―decía con pena Arwen.

―La perspectiva de ir a mi biblioteca pareció animarla un poco, no te preocupes, Hermione es fuerte y pronto se recuperará.

Aparte de aprender el lenguaje elfo y enano, se dedicó a pleno a aprender todo lo que sabía de Gandalf, y Aragorn le enseñaba técnicas básicas de defensa con cuchillo y escudo.

Hermione pudo hablar con Bilbo el cual se encontraba en Rivendel y este le contaba sus aventuras de cuando fue con los enanos sesenta años antes.

.

.

Al cabo de un par de semanas, Elrond le comunicó a Hermione acerca del concilio que se llevaría a cabo.

―Entonces, ¿desea que yo me presente, lord Elrond?

―Así es, miembros de todas las razas estarán presentes y quisiera que estuvieses presente para ver las deliberaciones.

―Por supuesto, es un honor que me haya invitado al concilio, pero ¿estará bien que les diga a los humanos que soy una bruja?

―Los humanos tiene una actitud muy primitiva respecto a la magia, incluso Gandalf tiene problemas al relacionarse con ellos, por lo que te presentare ante el concilio no cómo una bruja, sino cómo una istari.

―Entiendo, el termino bruja puede ser muy chocante para ellos, lo mismo que mi origen.

―En efecto, y para calmar aún más las cosas, te presentare cómo la sobrina nieta de Gandalf.

―¿Qué?

―El propio Gandalf sugirió esto último ―le dijo Elrond sonriendo, marchándose luego para afinar los detalles de la llegada de los miembros del concilio.

.

.

El día del concilio llegó y Hermione vistió sus mejores galas, se extrañó que ni Bilbo ni Arwen estuviesen presentes.

―Bilbo se excusó de venir, debido a su edad ―le informaba Gandalf―, en cuanto a Arwen, bueno, es una mujer después de todo, las mujeres no tienen nada que hacer en el concilio.

―Pero Gandalf, yo soy mujer y ...

―Recuerda que lord Elrond te presentará cómo otra istari y pariente mío, eso deberá bastar para aplacar a los demás presentes.

«Genial», pensó con sarcasmo. «Estoy atrapada en un mundo machista, patriarcal y misógino, ¡odio la edad media!».

Hermione ocupó un puesto a la izquierda (y detrás) de Gandalf, para que no se notara mucho su presencia, pero aun así pudo observar cómo tanto elfos, enanos y humanos, cuchicheaban entre sí al ver la presencia de una mujer en el concilio.

―Jovencita elfo, no te sientes allí, debes hacerlo más atrás y ¿dónde está tu jarro de vino? ―le dijo un humano.

―Tú eres la escanciadora, ¿verdad? Yo prefiero algo de cerveza, por favor ―le dijo un enano.

Hermione sólo se limitó a sonreír.

«Tranquila», pensaba. «Recuerda, no es culpa de ellos sino del podrido sistema en el que viven, ¡odio la edad media!».

Lord Elrond consideró oportuno hacer las presentaciones y dejó a Hermione al final, y al llegar su turno recalcó su condición de istari antes de mujer y les habló de sus proezas al enfrentarse a los nazgul.

El concilio tocó varios puntos, incluyendo una larga reseña de la historia del anillo de Sauron y se mostró el anillo a los miembros del concilio.

―Entonces es cierto, este es un regalo, un regalo para Gondor ―dijo Boromir, y desde ahí empezaron los problemas.

Boromir quería usar el anillo contra Sauron, pero Elrond estaba en desacuerdo, y por si esto fuera poco, enanos y elfos empezaron a discutir entre sí.

―¡Prefiero morir antes que ver el anillo en manos de un elfo!―gritaba Gimli, contestando de mala manera a Legolas.

Hermione se sorprendió al ver cómo los enanos insultaban a los elfos en su propia casa; Gandalf y los humanos, incluyendo a Aragorn, se sumaron a la discusión, lo mismo que Elrond. La chica quería participar, pero sabía que no le prestarían atención alguna, de hecho, empeoraría las cosas y no deseaba eso después de las molestias que tuvo que pasar Elrond para invitarla al concilio. En eso, Frodo se levantó y trató de decir algo.

―Yo llevaré el anillo ―decía Frodo, pero nadie le escuchaba.

―YO LLEVARE EL ANILLO ―dijo Frodo y está vez todos le prestaron atención (de hecho se tapaban los oídos ya que Hermione usó el Sonorus)

―Disculpen ―se excusó Hermione y apuntando con la varita a Frodo uso el hechizo Quietus.

Una gran pena se notaba en el rostro de Gandalf, pero Elrond aceptó la decisión de Frodo. Aragorn se ofreció para ayudar a Frodo y Legolas le siguió, con lo que Gimli se sumó, puesto que no podía quedarse atrás. Lord Elrond estaba a punto de dar un discurso, cuando Sam se autoinvitó a la reunión del concilio y rogó ser parte de la expedición. Lord Elrond aceptó divertido, cuando Merry y Pipin se sumaron al cortejo, está vez lord Elrond parecía enojado, pero también aceptó la ayuda de los otros dos hobbits. Boromir y Gandalf ofrecieron su ayuda, y Gandalf insistió en que Hermione les acompañara.

―Pero solo es una mujer ―dijo Legolas.

―Nos estorbará, no podrá aguantar el paso ―reclamó Boromir. Aragorn pensaba esto último, pero prefirió quedarse callado, ya que la ayuda de la bruja seria invaluable, él la llevaría a caballito en su espalda de ser necesario.

―Es de mala suerte llevar a una mujer―insistió Gimli.

―Esas son tonterías ―le criticó Gandalf.

―Pero ¿qué podría aportar una mujer a la expedición a la montaña del destino? ―insistía Boromir.

Gandalf le dio la palabra a Hermione.

―Nobles caballeros, les aseguro que mi presencia les sería de mucho provecho, yo puedo hacer que nunca perdiésemos la orientación; además, puedo conjurar agua, lo cual es vital para la empresa que deseamos realizar; puedo conjurar hechizos de protección para ocultar nuestra presencia del enemigo y hacer que cualquier equipaje que llevemos sea tan ligero como una pluma ―les dijo con tono firme. Todos los presentes intercambiaron miradas.

―Pero en el combate... ―decía Boromir.

―Ya recalqué cómo la istari combatió y venció a los nazgûl ella sola ―dijo con autoridad Elrond, quien no había mencionado la participación de Aragorn en aquella lucha para así justificar la presencia de la bruja en el concilio.

―Si es así, la istari es más que bienvenida a ir con nosotros ―dijo Legolas y los otros integrantes no objetaron nada más.

—Gracias —dijo Hermione ante las palabras de Legolas, y trató de mostrar una imagen dura para que los demás la tomasen en serio. Elrond entonces dio su bendición al grupo al cual le bautizo como La Comunidad del Anillo.

.

.

El día de la partida, los miembros de la comunidad por fin apreciaron la ayuda de Hermione ya que no era necesario que llevasen muchas pellejos con agua y, además, llevaban equipaje que en otras circunstancias les impediría dar siquiera un paso, pero gracias al hechizo de Peso Pluma, se sentían como si no llevasen peso alguno, es más, Hermione aplicó este mismo hechizo a los escudos y las armas de los integrantes del grupo, lo cual agradecieron mucho.

―Podríamos llevar muchísimo más, pero no recuerdo el hechizo de Extensión Indetectable ―decía Hermione―, podríamos llevar todo el equipaje en una simple bolsita que cabría en mi mano.

―Increíble ―le decía Gimli―, pero no debes preocuparte, ya nos ayudaste mucho con el peso que llevamos.

―Es cierto ―agregaba Legolas―, con tu ayuda podríamos ir al fin del mundo.

―Lo cual no está lejos de la verdad ―intervenía Boromir―. Mordor queda a un extremo de la tierra media, desde Rivendel.

―Gracias ―decía Hermione sonriendo en especial a Boromir.

―¿Sucede algo? ―Le preguntaba Boromir―, no dejas de mirarme todo el tiempo.

¡Eh! No, no es nada, sólo que me recuerdas a alguien de mi mundo (Hermione les dijo la verdad de su origen a todos los miembros de la comunidad).

―¿Y a quién te recuerdo?

―Boromir, te pareces a la versión joven del protagonista de la primera temporada de Game of Thrones.

―¿El juego de tronos?

―Sí, el protagonista es rey de una lejana tierra en el norte.

―Un rey... Yo espero algún día dejar la condición de hijo del senescal y ser algún día rey de Gondor ―decía Boromir mirando de soslayo a Aragorn.

Hermione decidió cambiar de tema, mientras se maldecía a si misma por traer a la luz el tema del asunto de la verdadera heredad al trono de Gondor.

.

.

Luego de un par de días, el grupo vio interrumpida su marcha por la presencia de una gran bandada de aves, las cuales estaban al servicio de Saruman. Al ver que no podrían avanzar por el valle debido a los espías del enemigo (Hermione no podía conjurar hechizos de ocultación cada dos pasos, sería ridículo), decidieron pasar por una enorme montaña.

Hermione pensó que sería una locura retar a la montaña, que a ojos de la chica se veía tan alta como el Everest.

―Hagámosle caso a Gimli ―decía Hermione en voz baja.

―No podemos pasar por Moria ―le contestaba Aragorn en voz baja―, no hemos recibido reportes de ese lugar en un buen tiempo, no se lo digas a Gimli, pero creo que los orcos invadieron Moria y mataron a los enanos.

Hermione puso cara de espanto, sabía que el señor de Moria no era otro que Balin, el anciano enano que acompañó a Bilbo en su aventura. Bilbo describió muy bien al enano, ella se lo imaginaba no cómo un hosco enano, sino cómo un viejito sabio y bonachón de nariz bulbosa, con una larga y esponjosa barba blanca.

CONTINUARÁ...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top