De Hogwarts a Hobbiton
Este es un fanfic sin ánimo de lucro, para el cual tomo como base la película ya que el libro transcurre en varios años, por ejemplo, al marcharse Bilbo de su fiesta, Frodo tiene 33 años y cuando Frodo y sus amigos se marchan dónde el pueblo de Bree tiene 50.
DE HOGWARTS A HOBBITON – LA COMUNIDAD DEL ANILLO
BOOM...
―¡Mátenlos, deprisa!
―¡Dame la profecía, Potter!
―Protejan a los niños!...
En el departamento de misterios, se llevaba una batalla sin tregua, tanto mortifagos como miembros de la orden del fénix, luchaban sin dar cuartel. Harry y sus amigos ayudaban a los miembros de la orden, pero estaban cansados y maltrechos, pero de alguna manera se las habían ingeniado para llegar hasta el Velo del Misterio.
―Mi primito el perro no puede vencerme ―reía Bellatrix
―Pronto te borraré esa sonrisa de tu cara maniática ―le retaba Sirius que le llevaba ventaja a la mortifaga, pero el mago prefería jugar un rato antes de vencerla.
―¡Maldito, la rompiste ahora vas a morir! ―gritó Lucios Malfoy apuntando con su varita a Harry. Sirius dirigió su mirada a su ahijado y Bellatrix aprovechó la distracción.
―Avada kedavra.
―¡Sirius, no! ―gritó Hermione, viendo como el mago estaba a punto de ser asesinado. La bruja sabiendo que el hechizo no podía ser interceptado, tumbó al mago al piso con su cuerpo y de esta forma le salvó la vida, aunque el hechizo casi la alcanza a ella.
Hermione se incorporó y vio como un hechizó de la mortifaga le daba justo en su estómago (no fue el avada kedavra), el cual la expulsó hacia atrás. Lo último que vio Hermione fue el piso antes de caer hacia el velo del misterio.
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Abrió los ojos y enfocó el lugar donde estaba, parecía una especie de bosque, en eso, la chica se incorporó levantando su varita.
―¿Qué?, ¿dónde estoy?
―Atravesé el velo por culpa de Bellatrix, y..., por Merlín ¡atravesé el velo! ―dijo y bajó su varita.
―¿Harry, Neville?... ¿Ron?
»¡Harry, Neville, Luna!
»¡Ginny, Sirius! Por favor, contéstenme.
»¡POR FAVOR, CONTÉSTENME!..., por favor..., por favor.
Presa del miedo, corrió por el bosque llamando a sus amigos, pero no obtuvo respuesta alguna, incluso hechizó su voz con el hechizo Sonorus para que se oyera más fuerte y lanzó bengalas al firmamento, pero al parecer estaba sola.
Se puso a llorar.
«No, tranquilízate Hermione, usa tu mente analítica... Bien, estás en un lugar lejos del Ministerio de Magia, lo primero que debes hacer es salir de este bosque». Con esa resolución, se dirigió fuera del bosque, pero no vio señal alguna de civilización.
Subió a una pequeña colina y tampoco pudo ver ninguna señal de alguna casa o camino, por lo que decidió acampar en la cima de la colina.
«Demonios, debí haber comprado esa bolsa mágica cuando tuve la oportunidad, podría haber sacado de allí varias cosas para pasar la noche como un campamento o algo así».
La chica reunió unas cuantas ramas con las cuales encendió una fogata y con las otras transfiguró unas sábanas para cubrirse. Conjuró unas cuantas bengalas, pero nadie se acercó donde ella.
Vio transcurridas las horas y cuando el cielo nocturno se despejó, se le cayó el alma a los pies, no pudo reconocer ninguna de las constelaciones.
―Ay no, ay no, esto quiere decir que no estoy en la Tierra.
Las implicaciones de este descubrimiento eran reveladoras y aplastantes, ningún mago o muggle había demostrado la existencia de vida en otros planetas y justo ahora ella se encontraba en otro planeta con todo un bosque delante. También veía que su retorno al planeta Tierra era algo improbable.
―¡GINNY, LUNA! ―gritó desesperada lanzando bengalas, pero nadie le respondió y se puso a llorar. Luego de una hora, quiso retornar al bosque a buscar alguna pista pero tuvo miedo de entrar a este de noche.
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A la mañana siguiente, (no pudo dormir nada), retornó al bosque y buscó pistas para hallar una forma de regresar a casa, pero no consiguió nada. Así pasaron tres días infructuosos y a Hermione le rugían las tripas, por fortuna, con el Accio, pudo llamar unas cuantas semillas y bayas, pero no eran suficientes. Luego de tres días decidió marchar al norte según las indicaciones de su varita (usó el Oriéntame).
«Nunca creí que echaría de menos las escobas, al menos volaría a ras del piso», pensaba exhausta.
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Luego de dos días, estaba agotada por la caminata y por el hambre.
«No puedo conjurar comida, pero al menos si puedo hacer brotar agua con el Aguamenti», pensó cuando escuchó ruidos de explosiones a lo lejos, lo cual la impulsó a subir una cuesta empinada.
―¡Fuegos artificiales! ―gritó casi llorando de la alegría y se puso a correr hacia el lugar, pero tuvo que echarse al suelo cuando vio lo que parecía ser un dragón y este estalló justo donde ella estaba hace unos pocos minutos.
»Por Merlín... ¿Qué fue eso? ―dijo la chica a la cual le estaban retumbando los oídos, se incorporó con algo de miedo y continuó caminando, luego de un par de minutos un hombre bajito se cruzó con ella.
―Vaya, vaya, ¿a quién tenemos aquí?, muy buenas noches, señorita ―le dijo Bilbo Bolsón, que estaba retirándose de la Comarca.
―Muy buenas noches, señor.
―Disculpe la pregunta, pero, ¿qué viene hacer una humana a Bolsón Cerrado?
―¿Bolsón Cerrado?
―Bolsón Cerrado, donde viven la gente buena de la Comarca, los hobbits ―dijo Bilbo, y Hermione abrió los ojos como platos, había leído de los hobbits pero creyó que eran criaturas de fantasía.
―Entonces usted, señor, ¿me dice que es un hobbit?
―Exacto y ¿puedo saber quién es usted?
―Disculpe, me llamo Hermione Granger y me encuentro perdida.
―¿Perdida?, mi niña, ¿acaso estuvo caminando sola y acabó en estos lugares?
Hermione improvisó una historia en la que era una viajera y fue asaltada por bandidos, ya que no sabía cómo reaccionaría el hobbit cuyo nombre era Bilbo Bolsón.
Bilbo creyó que la chica venia de tierras lejanas por lo extraño de su indumentaria, lo cual dio pie valido a su historia y se excusó de no poder ayudarla porque tenía mucha prisa, pero le recomendó visitar a su sobrino llamado Frodo.
―Solo pregunte donde vive Frodo Bolsón y le indicarán el camino, ¡todos me conocen! ―le dijo el hobbit que se despedía con prisa, a Hermione le recordó al conejo de Alicia en el país de las maravillas.
Hermione se apresuró a ir al pueblo y todos los hobbits que le veían se extrañaban de su curiosa vestimenta.
―Disculpe, señora, ¿sabe dónde puedo encontrar la casa del señor Bilbo Bolsón?
La mujer quien era Lobelia, le increpó por molestar a gente decente a tan altas horas de la noche y se retiró murmurando enojada para sí misma. Hermione no se intimidó y preguntó a otros hobbits los cuales le indicaron donde se hallaba la casa de Bilbo.
―Disculpe, busco al señor Frodo Bolsón. ―Golpeaba la puerta.
―Lo siento, pero no puedo atenderla en este momento, vuelva mañana ―le decía alguien al otro lado. Hermione volvió a insistir.
―Siento molestarlo tan tarde, pero el señor Bilbo Bolsón me dijo hace un momento que recurriese donde usted...
De improviso un hobbit abrió la puerta.
―¿Vio a mi tío?, ¿dónde está?
―Lo vi en las afueras del pueblo cerca de la colina junto al rio, llevaba prisa y me dijo que usted podría ayudarme ―le dijo y Frodo la invitó a pasar y se presentó a si mismo junto con un anciano que se hallaba en el lugar de nombre Gandalf.
Hermione se sorprendió de ver que habían otros humanos como ella en ese planeta, pero como no conocía al hombre, les dijo la misma historia que le contó a Bilbo.
Gandalf no se creyó el cuento de Hermione, pero consideró que lo más prudente era seguirle la corriente y, luego, llevando a Frodo a un cuarto lejos, le indicó que escondiese el anillo y no le comentase de este a la extraña joven, partiendo luego del lugar.
―Ese señor tenía mucha prisa.
―Gandalf siempre tiene prisa, me pregunto de dónde sacará tanta energía ya que es más viejo que mi tío Bilbo.
―¿Exactamente cuántos años tiene?
―No lo sé, de seguro más de trescientos, bueno, como es un mago no me extraña...
―¡¿Qué?! ¡Él es un mago! ¡No lo sabía, por qué no me lo dijiste!
―¿Sucede algo, señorita Granger, acaso buscaba a Gandalf en particular?
―Eh, no, pero preciso la ayuda de un mago, ¿no sabes dónde vive? Tengo que ir con él.
―Lo siento, señorita Granger, él es un mago errante sin casa conocida y retorna cada cinco años más o menos.
―¡Cada cinco años!, no puedo esperar tanto, por favor, vayamos a buscarlo, tal vez aún podamos alcanzarlo ―le imploró con lágrimas en los ojos. Frodo aceptó y Hermione se lo agradeció y le dijo que le llamara por su nombre.
Ambos corrieron a ambas direcciones del pueblo gritando el nombre de Gandalf pero todo fue en vano.
―Frodo, ¿no sabes si hay más magos en la región?
―Lo siento, los magos son personas muy escasas, creo que no más de cinco viven en este mundo, además, todos son errantes como Gandalf, excepto uno llamado Saruman, pero vive a varios días de aquí y Gandalf me dijo que no acepta visitas.
―Cinco años... No puedo esperar tanto ―gimió y cayó de rodillas, llorando.
Frodo la confortó lo mejor que pudo y le ofreció comida y bebida. Hermione le agradeció, pero se excusó de no beber la cerveza que Frodo le entregó.
―Frodo, eres todo un caballero y una excelente persona, por lo que tengo que decirte algo... Verás, en realidad yo no fui asaltada por bandidos, lo que sucede es que vengo de otro mundo... Yo tengo poderes mágicos como Gandalf ―le dijo algo temerosa de la reacción del hobbit, pero al parecer Frodo le creyó todo lo que dijo.
Le contó como atravesó el velo y terminó en este lugar.
―Mis amigos, los dejé en medio de una batalla... ¿Qué habrá sido de ellos?
Volvió a llorar y Frodo la consoló, luego le ofreció una cama, y Hermione no tuvo problemas para acomodarse en esta y debido al cansancio se quedó dormida pese a las preocupaciones.
CONTINUARÁ...
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