tw: escena sexual +18, con lenguaje explicito pero ligero.

DEREK

Sábado 1, Octubre 2016.

—Te extrañe, Brisa —susurro contra su pelo mientras ambos disfrutamos de una copa de vino en el balcón de mi cuarto.

Mamá nunca ha cambiado nada de la casa, ni siquiera nuestros cuartos, por lo que el mío tiene algunos posters de equipos y cosas de la secundaria. Algún que otro recuerdo de la universidad y fotos de amigos.

Nadie se ha animado a ir al cuarto de Axel, el cual está al lado del de Adela, quedando el de mi hermana en el medio de ambos.

A veces veo a papá levantarse en el medio de la noche, pararse afuera y suspirar, apoyando una mano en la puerta. Como si pudiera sentirlo a través, o como si viajara en el tiempo con los recuerdos. Mamá evita ese lugar, ella dice que no quiere limpiarlo, no todavía; tal vez nunca.

—No debiste irte sin mí —murmura en respuesta dejando un beso en mi pecho. Uno de sus brazos aprieta mi cintura y suspiro—. Te quiero Derek.

—Y yo a ti, Brisa Ayana —contesto, dejando de lado sus primeras palabras.

Trato de sacudirme el sentimiento de rechazo que me genera el saber que dejo todo por estar conmigo. No digo que en una relación las dos personas no deban ayudarse, pero con todo lo que ha pasado en su casa con su prima, pensé que hubiera querido estar con ella.

La abrazo de igual modo, dejando mi copa a un lado y trayendo sus labios a los míos. No quiero estropear este momento, mañana podremos hablar de ellos, mejor.

Un sonido débil deja su boca, cuando mis labios chupan su labio inferior; lo mordisqueo y saboreo por unos segundos más, asegurándome de dejarlo hinchado. Ella no se aleja del todo cuando la dejo ir, sino que mueve su boca al lado izquierdo de mi cuello, dejando besos mojados y mordiendo suavemente.

Mis manos viajan a su cintura y luego sintiendo como empieza a dejarme un chupetón, las bajo aún más hasta que le insisto apretándole los muslos para que se prenda de mi cadera con sus piernas. Sabiendo que no debe ser muy cómodo la posición por sus jeans, camino hacia la cama y la dejo caer con cuidado. El lugar de mi cuello con el que estuvo muy ocupada, arde ligeramente y ella muerde su labio inferior cuando pongo mi mano allí sintiendo la piel caliente.

Sus ojos brillan con picardía y extiende sus manos hacia arriba, también levantando una de sus cejas.

— ¿Me marcaste? —La pregunta sobra, porque puedo verlo en su mirada. Pero pongo mis manos en sus caderas, buscando el cierre y el botón. Ella me ayuda a sacarle el pantalón, negando con la cabeza—. Mentirosa.

— ¿Y qué si te estoy mintiendo? —Su respuesta sale sin aliento cuando arrastro toda su ropa de la parte inferior, dejándola ya semi-desnuda.

Dejo escapara un risa baja e inclino mi cabeza, Brisa usualmente es menos contestadora en la cama; le gusta ser participe, pero no es de las que busca activamente un castigo o ese tipo de charla.

—Nos levantamos queriéndolo un poquito más...

No termino la oración que atrapa mis caderas entre sus piernas y me coloca encima de ella. Sus manos sacan mi remera y me sujetan cerca de ella.

—Duro, sucio y lento —susurra contra mis labios, sus manos aprietan mis hombros—. Te quiero a ti, Derek.

No respondo, sino que me recompongo para poder sacar mis jeans y buscar un condón. Aunque no lo abro, sino que lo dejo a un costado. Ella me sigue con la mirada, sus pupilas se dilatan cuando levanto su top y beso su estómago. Pero en lugar de buscar su boca, me dirijo hacia abajo.

Ella me invita abriendo sus piernas y pasando una de sus manos por mi pelo, no lo sujeta sino que me deja solo saber que ella me permite esto. Aun así, la miro a los ojos antes de empezar.

— ¿Me dejas darte el primer orgasmo de la noche con mi boca, mentirosa?

—Solo si me prometes que es el primero.

No contesto, sino que beso los lados interiores de sus muslos. Buscando tentarla, ella menea sus caderas queriendo que me acerque a donde ella quiere.

Con mi pulgar derecho abro sus labios inferiores y unos leves suspiros dejan su boca, antes de que un fuerte gemido llene la habitación, cuando desciendo lamiendo su botón mágico. Sus piernas quieren cerrarse pero no la dejo, abriéndola más, exponiéndola.

— ¿Derek...? —Gime mi nombre, una mezcla de pregunta y exclamación, río contra su clítoris y ella vuelve a llamarme.

— ¿Me lo vas a dar o voy a tener que sacártelo? —Es una pregunta retórica, porque no la dejo responder. Deslizo dos dedos en su interior, mientras chupo con más fuerza.

Y ella se deshace en mis manos, sus piernas se relajan a mí alrededor; aunque niego con la cabeza, porque ambos sabemos que uno solo no la satisface. Me pongo el condón, dejándola reponerse un poco.

—Derek... te quiero.

—Y yo te quiero a ti, Brisa —respondo sobre sus labios. Ella me besa con profundidad, sin importarle donde ha estado mi boca. Río cuando sus pupilas se dilatan al sentirme entrar en ella. Lo hago lento porque esta hinchada por mi previa atención, y sus uñas se hunden en mi espalda—. Dime cuando puedo moverme.

—Despacio, lento, pero puedes —dice un poco entrecorta. Sus respiración se empiezan a agitar y yo me levanto para poder verme entrar en su cuerpo—. ¿Derek?

—Ponte sobre tus antebrazos y míranos, mentirosa. Mírame tenerte para mí solo —murmuro sin dejar de observarnos. Ella sigue mis instrucciones al tiempo que coloco mis rodillas bajo sus muslos, inclinando el ángulo y justo ahí ella deja ir un gemido—. ¿Ahí, Brisa?

—Sí, sí, por favor... ayúdame...

Muerdo mi labio inferior y deslizo mis dedos sobre su clítoris, ayudándola a llegar. Puedo sentirla tener espasmos internos, y cuando acelero mis movimientos circulares, pero disminuyendo mis estocadas para que sean más cortar y concisas, su boca se abre pero no deja escapar ningún sonido.

La observo venirse con una media sonrisa, porque trato de retener mi orgasmo hasta que ella deja ir sus piernas temblorosas. Aumento el ritmo de mis caderas, aunque no tanto, porque sé que estará sensible en unos minutos si no me apuro.

Dejo escapar gemidos bajos y ella me atrae hacia abajo cuando tengo mi orgasmo, sellando nuestras bocas. Al bajar del mío, me separo y saco el condón usado, atándolo y llevándolo al baño. También le busco una toalla y la dejo al lado del inodoro.

Brisa niega mi ayuda, pero se ríe cuando le cuesta caminar. Dice que no sabe cómo hará para verle la cara a mi mamá mañana, antes de entra la baño a limpiarse.

Ambos nos acostamos en nuestra ropa interior, ella solo con la inferior y su espalda contra mi pecho. No digo mucho más, solo la abrazo y la escucho deslizarse en su sueño.

Yo sé que mucho no voy a poder dormir, como todos los días anteriores.

****

Un celular empieza a sonar en la habitación. Un cuerpo se mueve a mi lado levemente, haciendo que me despierte y busque el origen del ruido.

Veo a Brisa girada sobre su estómago, pero nada en ella me hace decir que esta despierta.

Busco un rato por alrededor de la cama, hasta que veo su bolso y en él su celular suena sin parar. Cuando veo que es Blas, su cuñado, atiendo.

—Brisa...

—Hola Blas, es Derek. Brisa está durmiendo —digo cerrando la puerta del balcón y me dejo caer en una de las sillas exteriores—; ¿necesitas algo?

—Sí, necesito que convenzas a Brisa para que se vuelva.

— ¿Qué sucedió? ¿Su primar está bien?

—No, sus ex compañeros siguen mandándole mensajes desagradables, y aunque la policía dijo que está investigando, son gente con conexiones o no sé bien que. Pero no han hecho nada más que arrestar a alguien por acoso.

—Mierda —contesto frustrado, Brisa no ha mencionado nada de esto.

—Sé, Derek, que no estás en tu mejor momento tampoco. Pero la familia la necesita y ella... solo ha huido porque no ha podido contactarte. Aldana está teniendo problemas de la presión, y con el embarazo tengo miedo de que...

—Blas, no tienes por qué explicarte. Le diré a Brisa que tome un vuelo hoy.

Él suspira del otro lado y sé que puede estar pensando. Que ella no ira, porque ha dejado en claro que quiere estar conmigo.

Y sé que puede ser un mecanismo de defensa ante el estrés, y la situación. Y puede ser que yo haya huido a la casa de mis padres como mi propio mecanismo.

Ambos tenemos que hablar de hacia dónde va nuestra relación, porque si decido volver a mudarme a Los Ángeles, tendremos que trabajar en una relación a distancia.

—Blas, ambos estaremos allá a más tardar mañana o pasado. Te lo prometo.

—Derek, muchas gracias. Sabes que no pediría...

—No te preocupes, lo hablare con ella. Hablamos luego de que le diga —digo cortándolo, no quiero escuchar más pésames ni nada—. Blas, te estoy llamando.

Pongo el celular a un lado y paso mis manos por mi cara. Y allí veo a mi padre mirándome desde la planta baja con un café en la mano.

— ¿Problemas?

—No, no creo —contesto dejándome caer en el respaldo de la silla. Papá solo me observa—. ¿Es normal querer estar solo, pero no querer lastimar sus sentimientos?

—Es normal que todos reaccionemos a la perdida de distintos modos, ya sea una pérdida de una persona o de una situación. Hay gente que necesita lidiar con la perdida de una situación porque no se adapta fácilmente a los cambios, ya sea una situación propia o ajena.

—La quiero mucho, papá. Pero siento que ella dejo todo solo para estar conmigo y yo... no quiero estar con nadie ahora. No es que quiero cortar con ella, pero necesito... que deje de doler antes de aceptar su compañía.

—Lo sé —contesta bajando la mirada momentáneamente—; pero estar en una relación es aceptar y adaptarse también a las necesidades del otro. Todos tenemos derecho a tener nuestros propios procesos, mientras no afectemos al proceso del otro. Si ambos no pueden convivir, a largo plazo, alguien lastimara al otro. Y creo que eso es lo último que quieres, hijo.

******

I'M BACK, he vuelto

Bueno, esperemos que este año, si pueda terminar esta historia. Cuando lo haga, pondré la sinopsis del siguiente, pero no lo empezare hasta que termine de editar el segundo libro.

¿Por qué? Porque necesito hacer unos cambios de cast, que me vienen molestando hace tiempo, pero las tramas no cambiaran. Salvo detalles en el segundo libro.

Y si todo va bien, a finales de 2022 empezare con el cuarto libro de la saga.

Nos leemos, D.