IX. Molestia.
DEREK
Viernes 29, Agosto 2016.
Miro hacia mi puerta dejando las últimas correcciones de mi artículo para la revista al escuchar una risa y una voz muy conocida. La respuesta de mi secretaria es un poco inentendible por lo que niego con la cabeza esperando que mi molesto hermano menor aparezca por mi oficina.
—Para no querer ser el niño de mamá, tienes una oficina propia y una secretaria propia —dice apenas me ve, entrando sin golpear la puerta. Cruzo mis brazos y levanto una ceja—; ¿qué? Tú eras el que se hacia el mártir al no querer trabajar para Belén porque querías hacer tu propio camino. Y ahora un par de meses después estás acá con esto.
—Cuando vine aquí, vine con referencias y recomendaciones. Además empecé a trabajar para Belén en las oficinas de Los Ángeles, luego pedí que me transfiriera. No sabía que iba a conseguir una oficina, ni una secretaria.
— ¿Te estabas hartando de California y las chicas de allí?
—No. Solo tenía está loca idea de que sería agradable estar cerca de mis hermanos menores, pero creo que ya me estoy arrepintiendo.
Axel bufa dejándose caer en una de las sillas y extiende sus piernas largas. Me mira de costado burlándose.
—Nos amas.
—Los dos son unos molestos y caprichosos —contesto frunciendo el ceño, que contradice mi sonrisa. Me gusta que sean tan... Adela y Axel pero nunca se los diría a la cara—. El otro día tuve una interesante conversación con Adela sobre su relación con Axel y Leo.
—Son amigos. Muy cercanos pero es todo lo que son, ¿no?
—Sí, pero ya sabes. Es raro verlos siendo tan... íntimos.
—Suena a que no crees que pueda haber una relación de amistad entre hombre y mujer, Derek.
—Ela dijo lo mismo —digo riendo entre dientes. Axel levanta sus manos estirándose—. Es como si tuvieran un vínculo que nadie más que ellos pueden entender.
—Tú piensas en cada cosa... es porque eres demasiado curioso, tratando de entender todo lo que ves y no podes explicar. Ela es una mujer adulta que está en una relación seria con Leo y lo ama, se aman. Aaron es un hombre adulto comprometido que tiene una relación amistosa con Ela. Nada más.
—Tú eras el que estaba todo sensible por esa relación que supuestamente te reemplazo, Axel. No te hagas el superado conmigo.
—Hable con Ela y creo que la entiendo —responde suspirando, me señala con un dedo—; Derek nunca entendiste mi relación con Ela cuando éramos niños porque no tienes un mellizo. Si bien no nos leemos la mente ni tenés súper poderes, Ela y yo compartimos una relación que no podemos explicar. Ella me conoce más de lo que yo me conozco y viceversa. Y así son todas las relaciones, creemos que las entendemos porque usamos conceptos básicos y comunes como novia, novio, pareja, etc. pero nunca vamos a saber por completo cómo es una relación entre dos personas o más que no nos incluya.
— ¿Desde cuándo te convertiste en este sensei de 800 años, Axel?
—Créeme que hacer guardias de 24 horas por días seguidos hace que puedas tener un viaje ancestral.
— ¿Por qué no hablamos de otra cosa? —Me acomodo en mi silla, sonriéndole—. Como de la linda novia que te tenías guardada.
—No lo hagas sonar así, como si la tuviera guardada en un cajón o me diera vergüenza —responde negando con su dedo índice—; ella es una linda enfermera que al mirarme por primera vez me barrio como si fuera basura. Desde ese momento, supe que ella me iba a tener así, sonriendo como un tonto. Igual que tú, que Adela.
—Yo no soy un tonto. Ni Adela lo es.
—Por Brisa, a veces parece que lo eres. —Axel me da una sonrisa que conozco muy bien, esas que avecinan un comentario fuera de lugar—. Aun no... tuviste tu momento con ella, ¿verdad?
Por un momento me quedo observándolo, entrecerrando mis ojos hacia él; luego escaneo mi escritorio buscando algo que pueda tirarle. Veo una pelota de tenis y rápidamente se la tiro. Axel logra atajarla mientras se ríe abiertamente, hace pequeños malabares con ella esperando mi respuesta.
—No lo hice pero no porque no tenga ganas. —Él hace señas con sus manos para que continúe. Me paro pasándome una mano por mi pelo—. Cuando al fin hice mi movimiento sobre ella, fue inesperado y... sorpresivo al mismo tiempo.
—Quieres hacerlo bien —susurra tirándome de nuevo la pelota—, entiendo.
— ¿Lo haces? —Mi voz es de sorpresa y abro mis ojos.
—Lo hago. Mi nueva linda e inteligente novia también me tuvo en sequía por unos meses.
— ¿Meses? ¿Nos lo ocultaste por meses? —Me giro para enfrentarlo, devolviéndole la pelota con fuerza. Esta vez logro darle en el hombro—. ¿No pensaste que merecíamos saber?
—No se siente bien, ¿verdad? Así se sintió Adela.
—Ja, muy gracioso, idiota. —Muerdo mi labio inclinando mi cabeza—. ¿Le dijiste a ella que tardaste meses?
Axel parece pensar su respuesta, como si recopilara toda la información de la conversación que tuvo con Ela. Luego niega con la cabeza.
—Se lo voy a decir, la próxima vez que hablemos, creo —responde poniendo sus ojos en blanco—. No quería morir. Ella da miedo.
— ¿Cómo se llama? Digo debe tener un nombre y un apellido, ¿no?
—Linda e inteligente novia de tu hermano menor suena bien —contesta divertido—; Mérida Gunn. Ese es su nombre.
—Dices su nombre como si estuvieras cayendo fuerte por ella.
—Lo hago, o ya estoy. No lo sé —dice encogiéndose de hombros—. Esto te va a sonar de la nada pero solo quiero saber es que...
— ¿Qué, hermanito querido?
—Te odio mucho, eso es todo —responde abrazándome de costado, me da unas palmadas en la espalda y me mira de costado—, demasiado.
—Yo también. Si odiarme es tu forma de amarme —digo sonriéndole. Lo atraigo hacia mí y lo abrazo—. Te amo mucho, pequeña molestia.
—Lo mismo digo, gran molestia. Te amo mucho.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top