4. ¿Algo Más?
Vegetta:*Despierta con dolor de cabeza* Joderrr...
Rubius:*Se acurruca*.
Vegetta:*sin voltear piensa en Akira* Se me salió un poco de las manos, pensaba hacerte mi mujer una vez estuviésemos casados, pero...supongo que no afecta demasiado.
Rubius:¿Quieres callarte? *medio dormido*
Vegetta:*Voltea exaltado* ¿¡R-R-RUBÉN!?
Rubius:¡Que te calles, que pesado er-*Lo mira bien* ¿T-tú?...
Vegetta:¿Pero quieres explicarme qué haces en mi cama cabezón? *se levanta desnudo*
Rubius:*Le mira el...* Ah, bueno, dormir supongo...*levanta la sabana y ve su desnudez* - Mierda-
Vegetta:*Se mira al espejo y suelta un grito* ¡Pero que estoy en pelotas!
Rubius: Ya lo noté
Vegetta:¿¡Qué me dices de ti!?
Rubius: Y-y-yo tengo bóxer...
Vegetta:¡Quiero verte!
Rubius: He!, dejame mis calzoncillos, tal vez estabas tan ebrio que olvidaste el pantalón
Vegetta:Eso no responde mi pregunta, ¿qué haces en mi cama?
Rubius: ¡No sé tío, no sé!, estábamos del asco los dos *se levanta envuelto en sábanas* Iré a mi casa, a ver a mi niña *se va rápidamente
Vegetta:*Mira la ropa de Doblas tirada*...Este tío cree que soy tonto, ¡qué lo ha planeado él! *se mete a la ducha*
Rubius:*Baja con nieves* ¿Pero qué coño tío?...
Nieves: Osito...¿P-per...por qué no tuviste conmigo?
Rubius: Debía hacer unas cosas mi niña...
Nieves:*Lo mira desnudo* ¿q-q-qué es eso? *lo señala*
Rubius: Emm, nada, una varita mágica que...debe ser lavada por si acaso, permiso cariño *va hacia el baño rápidamente*
N. Yo
Rubius estaba algo confundido y estresado, pues ya era bastante con la resaca que se cargaba como para pensar en su aventura con Vegetta, si es que hubo una, pero era demasiado obvia la respuesta, era obvio, dos hombres desnudos en una misma cama, sin contar el dolor rectal y de caderas que sentía, pero hasta ahora no lo había podido distinguir bien debido al shock.
Vegetta por otro lado, estaba más que furioso, pero confundido igual, no es algo normal despertar de tal forma al lado de un compañero, pensar que fuese su prometida Akira.
Fue a ver a Willy, quien no recuerda haber visto en la reunión, aún así no se veía del todo contento,miraba a Vegetta de forma fría y con cierta tristeza. Aún así Vegetta fue a buscar algo de consuelo y apoyo emocional, quería contarle lo que había sucedido, pero no encontraba las palabras o la forma de decirlo, es más, su rostro se palidecia en sólo pensar en aquel suceso, Willy por supuesto, estaba desconcertado, era una de las pocas veces que veía así a su mejor amigo.
Él sólo vio a Vegetta correr detrás de Rubius momentos después de que se retirara, eso le dolió, pues quería sorprender a Vegetta llegando con un regalo gigante para él, pero su sorpresa fue ver a Vegetta ir detrás de él oso entrometido, como él lo señalaba.
Rubius quizo explicar todo, pero ni él mismo podía recordar nada, solo permaneció sentado el resto de la tarde en su comedor, fue hacia la casa del árbol a pensar con más claridad, al ver la cámara ahí se dirijido con rapidez hacia la habitación donde habían amaneció, de suerte Vegetta estaba fuera de cada como de costumbre. Subió y tomó la cámara, en su ordenador descargo la grabación, tardaría unas horas en revelar lo que había grabado, pero solo así podría explicar todo.
Por el momento Vegetta solicitaba verle, por supuesto, este no estaba de humor, no estaba dispuesto, sólo quería que Vegetta desapareciera de su vista por una vez, por mucho, mucho, mucho tiempo; por suerte para él, Vegetta tenía una misión otorgada por los dioses, una cruzada de 30 días, era demasiado, pero la recompensa lo valdría bastante.
Aún así solo se despidió a través del suelo nuestro pechudo amigo, pero Rubius solo se limitó a permanecer en silencio.
La aventura comenzó, Vegetta tomó probiciones suficientes y se despidió de su amada, a decir verdad, la encargó a Willy, así emprendió su viaje, en busca de la legendaria joya que le otorgaría más de lo que imaginaba, eso costaba un buen precio, pero tal vez tenía más usos.
Rubius se sentía extraño al no ver a Vegetta en ese mundo inmenso, sentía la casa vacía de alguna forma, a pesar de tener a Nieves a su lado, se sentía melancólico, algo faltaba en su pecho. Comida tal vez, fue a cazar e hizo la cena ¿para 3?, tenía la idea de invitar a Vegetta a cenar, pero terminó dándoselo a Akira, quien encantada aceptó, aunque ella se encargase de la mansión superior, no estaba de más hacerse amiga de los vecinos.
Bajaba a hacerle compañía a Nieves y enseñarle una que otra cosa, ambas fomentarán una amistad tierna, pero aún así, ella igual sentía la ausencia de cierto chico de cabellos rebeldes.
Tanto que iba a su casa de vez en cuando, se daba un recorrido por los lugares a los cuales solía frecuentar Veg, y la nostalgia le invadía el cuerpo.
Akira cumplía con sus tareas de prometida, mantenía la mansión limpia, y pasaba su compañía con Nieves, Rubius como todo el hombre que era, salía a cazar alimento y conseguir minerales para fuegs entre otras cosas.
Anhelaba el regreso de su lobito.
Por otro país, Vegetta cruzaba un río algo angosto y un poco profundo, sentía la armadura pesada al pasar por dicho río, pero debía seguir, aún le quedaban unos días por delante, no podría detenerse ahora o no podría verse como un héroe, ni siquiera será recompensado por Rubius...¿Rubius?,quizo decir su novia y prometida, Akira, a quien le hará una fiesta más adelante, pero no por ello dejaba de pensar en Doblas y en aquella noche que tal vez pudo haberle hecho demasiadas cosas ilegalisimas.
Per claro que rezaba para que no fuera así pues lo obligaría a dejar de hablarle, o en el peor de los casos, casarse con él, pero era muy poco probable que haya sido así.
Rubius ya tenía la respuesta a todas las preguntas de Vegetta, ahí estaban ellos, llegando a la habitación como dos amantes a escondidas contando las horas para verse, ahí estaban, comiéndose a besos apasionados, pareciendo una pareja más.
Doblas sólo sintió sus mejillas arder y su corazón acelerar rápidamente, jamás pensó que algo así pudiera quedar grabado, lo peor es que Vegetta mismo encendió la cámara y la posicionó perfectamente donde debería estar. Besos apasionados, gemidos y calor en la habitación, había mucho que explicar y hablar en cuanto Vegetta llegara.
¡Al fin!, el momento esperado de Akira, su bella novia, de Rubius su bello mozo.
El regreso del pechudo hombre, al amanecer se veía su silueta cabalgar hacia el pueblo de Karmaland, Akira lo miraba desde lo más alto de la mansión de este, con un pañuelo blanco agitando lo al aire, esperando ser vista por tan caballeroso hombre. Este a su vez, estaba fatigado, pero con la recompensa en manos, entró por los terrenos del pueblo, y fue recibido como un héroe debe ser halabado.
Doblas estaba en la iglesia orando por qué Vegetta no se molestara y despidiera matarlo o desterrarlo, su mayor temor era no volver a ver a Nieves, sus amigos...y a Vegetta, pero espero todavía dos semanas más, el oji morado ya estaba ansioso por hablar con Rubius, había quedado una conversación pendiente, y era hora de hablar, bajó hasta sus casa y encontró a Nieves dibujando con palos y bolitas su vida al lado de Rubius.
Y el castaño, no estaba en casa, o más bien dicho, no quería estar en casa, la mayoría del día la pasaba en el pueblo o recolectado recursos, lejos de Vegetta, muy, muy lejos.
El tiempo ya era demasiado, Vegetta se estaba impacientado, decidió esperar a Rubius en su casa de madrugada, y llegó, 3:30, él estaba ahí, entrando sigilosamente para no despertar a nadie, oh sorpresa, estaba ahí, el mayor miedo que trataba de evitar a cualquier costa, sabía que ya no pido a huir, era ahora o nunca, lo invitó a caminar, por supuesto accedió, pero con armas y demás para no ser atacados por la hermandad oscura.
Hablaron, Rubius contó lo que recordaba de la fiesta de Luzu, y después Vegetta, a ambos les sorprendió que Vegetta pudiera llegar a estar ebrio, ya que al ser muy responsable y maduro, se detendría al ser suficiente alcohol.
Aún había tiempo de hablar, le mostró el video, se moría de vergüenza, pero no era Rubius el que guiaba, era Vegetta el que más lo empujó al deseo carnal y el pecado, claro que, Rubius bien dejándote accedió, pero por la borrachera.
Samuel estaba atónito, no podía enojarse con Rubius ya que él estaba mal sino es que peor que Vegetta, solo se sentó respaldado en el tronco de un árbol, en silencio medito, y pronunció con calma.
Vegetta:¿Y qué esperas tío?...¿Ser algo más?...
Rubius:*Se sonroja* ¿H-he?....
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Yuju!
Esperen más de Walance, por qué esta por llegar!.
El gran final de...
Dulces sueños o desvelos, hasta luego! 🦋
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