Capítulo 2: "Primer poder"
Naranja, naranja. No dejaba de ver mis ojos ¿porqué eran de ese color? Siempre supe que de una forma u otra era diferente a la mayoría de la gente que rodeaba, aun así me gustaría tener una respuesta clara y temía nunca tenerla. Mi padre nunca me hablaba de ello y tampoco salíamos a la calle si no me colocaba mis pupilentes marrones.
—Feliz cumpleaños número 11 Christina—dijo mi padre con una sonrisa, cómo me hubiera gustado que también estuviera presente mi mamá, él me había dicho que había muerto en el parto, pero eso era algo que yo ya sabía ya que lo veía una y otra vez en mi sueño—no sabía que ya estabas despierta.
Bajamos a comer pastel cuando vi la sala estaba llena de globos y regalos, le di un beso a mi papá en la mejilla y corrí a abrir los regalos, él me había regalado un oso de peluche, pulseras y collares, unas muñecas y ropa.
—Chris tengo que hablar contigo–dijo mi padre mientras daba palmaditas en el sofá invitándome a sentar.
—Si papá—dije y me senté en el sillón junto a él, incluso a mis once años de edad tenía una gran capacidad para entender de la misma manera en la que lo haría un adolescente, incluso a veces me daba miedo el hecho de que poseyera de varios conocimientos, aún incluso sin asistir a la escuela.
—Primero que nada me debes prometer que nunca le vas a contar esto a nadie—dijo mi padre
—Lo prometo.
—Creo que varias veces te has preguntado el porqué tienes los ojos naranjas, porqué siempre tratamos de ocultarnos, y creo que es hora de que sepas la respuesta. Hay humanos llamados HGD, sus siglas significan humano genéticamente defectuoso y...—su voz se cortó—tú eres uno de ellos , es decir, que eres especial y las personas no quieren a los HGD porque poseen poderes , en cada persona son distintos y comienzan a desarrollarlos a los 11 años, a tu edad Christina.—paró un momento, pero como yo me quedé callada,continuó —Y tienes que aprender a controlarlos, existen personas que se encargan de cazar a los HGD, es una organización llamada OEEL. Organización para Exterminar Experimentos Letales, los someten a experimentos para ver sus poderes y luego los eliminan porque piensan que es una amenaza para el mundo y por eso ocupas pupilentes; todos los ojos de los HGD son de color naranjas y no quiero que te hagan daño.
Eliminar, cazar, amenaza, poderes. A estas cuatro palabras que había mencionado mi padre fueron a las que más temí.
—Papá, ¿hay personas que me quieren ver muerta?—decía con la voz temblando. Él dudaba contestarme.
—Sí, hija, todos creen que los HGD son....peligrosos—dijo mi padre y alcancé a ver que se le derramaba una lágrima. —por eso murió tu madre, también era como tú y se dieron cuenta de eso cuando te dio a luz, el doctor la mató.
Los sueños eran reales, no eran una simple fantasía como yo pensaba, en realidad sí había pasado. Pero como era posible que yo lo recordaba, apenas había nacido.
—Hija tienes que aprender a esconder esos poderes , no sé cuáles vayas a desarrollar en cada HGD es diferente y cuando te pase algo raro tienes que decirme y por cierto todos ellos tienen una gran memoria, un alto nivel académico y tienen buenos reflejos.
—Si—dije con un nudo en la garganta, estaba en shock y esto no me había permitido decir algo más , me bajé del sillón y fui a mi cuarto tenía que organizar mis ideas.
Cuando llegué a mi cuarto solo sabía tres cosas: la primera era una HGD, la segunda muchas personas me quieren ver muerta y la tercera iba a poseer poderes que no sabía cuales iban a ser.
Comencé a llorar, no sabría exactamente las causas por las cuales estaba llorando pero supuse que se debía a la incertidumbre, al no saber si en ese instante la OEEL vendría a buscarme. Las lágrimas no dejaban de derramarse por mis mejillas y de pronto se oyó un estruendo volteé y vi que las ventanas de mi cuarto se habían hecho pedazos.
Llegó mi papá corriendo, yo no me creía lo que había sucedido ¿Por qué las ventanas se habían roto si ni siquiera las había tocado?
—Yo no hice nada—le dije a mi papá mientras seguía llorando.
Me tomó de la mano y bajamos las escaleras rápidamente.
—Papá, te juro que yo no hice nada—grité, no lo soportaba ¿qué estaba pasando?—¡¿por qué sucedió eso?!—en ese momento me llene de ira y sonó otro estruendo,esta vez se rompieron las ventanas de la cocina.
—Hija tranquilízate—me dijo mi papá.
— ¡No lo entiendo!—grité con todas mis fuerzas, esta vez los platos y los vasos de la cocina se cayeron y se hicieron añicos.
—Hija escúchame—intenta tranquilizarme y me tomó de los hombros. Pero su expresión decía lo contrario, estaba alterado.
Dejé de llorar y vi alrededor ¿Por qué había pasado eso? Intenté tranquilizarme y respirar, inhalé y exhalé hasta que recuperé la compostura.
—Ya estas comenzando a desarrollar los poderes —dijo mi padre—a tu madre solía pasarle eso, cada vez que sus emociones se desbordaban sucedía algo parecido, hija tienes que aprender a controlar tu poder si no queremos que pase eso en público.
— ¿O sea que tengo un poder en el cual cuando si mis emociones se desbordan pasan este tipo de cosas?—dije sorprendida
—No es exactamente un poder, más bien es una señal de que tus genes están trabajando, de que eres un HGD.
***
Después de un tiempo mi padre y yo decidimos que podría ser buena idea de que fuera a la escuela. Para poder convivir con otros niños.
Estábamos en el auto camino a la escuela en la que iba a entrar a quinto de primaria, él me había inscrito al instituto. Era una escuela pequeña no muy popular y eso era precisamente lo que buscábamos no queríamos llamar mucho la atención.
— ¿Estas lista?—me pregunta mi padre
—Eso creo.
— ¿Qué sucede?
—Tengo miedo de no poder controlarme, estoy muy nerviosa no quiero echarlo todo a perder—dije con tristeza
—Mientras estés tranquila no sucederá nada malo.
— ¡Y crees que me siento tranquila, papá si me descubren me van a matar!—y otra vez había vuelto a explotar.
—Hija tranquilízate por favor.
No le contesté no tenía ganas de hablar, paramos en un semáforo, me estaba poniendo muy nerviosa imaginando lo que podía pasar si me llegaban a descubrir y por cada minuto que pasaba más nerviosa me sentía, tenía que concentrarme en mantener la compostura.
Pero no lo logré.
Los cristales del auto que estaba al lado de nosotros se comenzaron a estrellar, mi papá me miró y pude ver lo que decían sus ojos estaba enfadado.
Intenté calmarme pero eso empeoró las cosas los cristales del auto de al lado se rompieron en mil pedazos y entonces el semáforo marcó el verde y mi padre aceleró dejando atrás la falla que había cometido. Intenté disculparme pero las palabras se quedaron atrapadas en mi boca.
—Llegamos—anuncia mi padre mientras me deja en la puerta de la entrada y me entregaba un celular. —nunca se sabe si va a ocurrir una emergencia, si sucede algo me llamas—dijo
Tomé el celular y lo guarde en mi mochila de mano.
Miré la escuela, arriba tenía un letrero que decía: instituto the Green, donde los genios nacen.
Ridículo, pensé. Entré a la escuela y no volteé para despedirme de mi papá, estaba avergonzada de lo que había sucedido en el trayecto.
Vi a muchos niños correr en el patio y busqué mi salón de clases que estaba situado hasta el fondo.
Cuando llegue una chica me invito a sentarme junto a ella. Su cabello estaba peinado en dos trenzas que le llegaban hasta la cintura, su pelo era pelirrojo naranja como las hojas del otoño, pero se le veía muy bien, tenía algunas pecas y su piel era blanca, su forma de vestir era rara tenía un vestido color amarillo con muchas flores, que a decir verdad se veía ridículo, pero en realidad era una niña bonita.
—Hola.
Su voz era más aguda que lo normal, parecía una voz de una niña de 8 años.
—Hola—contesto sin muchos ánimos.
— ¿Cómo te llamas?
—Christina. ¿Y tú?—respondí cortante
—Leah, mucho gusto.
—Igualmen...
Eso fue lo único que hablamos por que la maestra interrumpió nuestra charla.
—Muy bien que les parece si todos nos presentamos—dijo. —soy la maestra Tifianny y es un gusto estar con todos ustedes.
Comenzaron a pasar niños al frente diciendo sus nombres, apellidos, quienes eran sus papás, cuando habían nacido y en donde. Conocí a Brian, Marlene, Carolina, Charlie y Patrick eran los únicos nombres que recordaba. Luego llegó mi turno y pasé al frente.
—Mi nombre es Christina Sanders, mi papá se llama Michael Sanders, nací el 13 de abril del 2171 en...—se me había olvidado en qué lugar me había dicho mi papa que dijera si me preguntaban en donde había nacido. —aquí en Phoenix —recordé.
Cuando termine de hablar un niño levantó la mano y la maestra le concedió la palabra.
—No mencionaste como se llama tu mamá, Christina—dijo el niño que tenía unos anteojos rectangulares que casi le cubrían toda la cara.
—Está muerta. —dije un poco incómoda por la pregunta.
Todo el salón se quedó callado.
—Puedes sentarte Chris—dijo la maestra que había roto el silencio.
Caminé hacia mi lugar y sentía todas las miradas puestas en mí.
—Muy bien prendan sus tabletas electrónicas, los programas de estudio ya están instalados, ingresen a la sección de ciencias—dijo la maestra.
Saqué mi tableta y abrí la página que indicó la maestra, recordé lo que había dicho el niño:
—No mencionaste como se llama tu mamá.
Esa pregunta resonaba en mi cabeza y lo que más me hizo sentir mal es que no sabía el nombre de mi mamá ni siquiera mi papá lo había mencionado. No estaba prestando atención a la clase, era tan aburrida, la maestra Tiffany era agradable pero sus clases no lo eran. Yo estaba perdida en mi mundo hasta que Leah me dio un codazo en el estómago.
— ¿Pero qué te...?—comencé a decirle, quejándome del golpe que me había dado.
No acabé la frase ya que Leah desvió la mirada hacia la maestra.
–Christina ¿me escuchaste?—dijo con un tono de seriedad.
No la verdad es que no la había escuchado y no sabía que responder, todo el salón me estaba viendo, así que sonreí tímidamente y respondí:
—Este...no, maestra, lo siento ¿podría repetirlo?
—¿Que son las galaxias?
—Una galaxia es un conjunto de estrellas, nubes de gas, planetas, y polvo cósmico unidos. Existen subestructuras como las nebulosas, los cúmulos estelares y los sistemas estelares múltiples. —respondí automáticamente pero a decir verdad no sabía ni de donde lo había sacado.
En ese momento la campana me salvó, o eso era lo que creía
—Christina toma asiento—dijo la maestra Tifanny.
Así que tuve que obedecer, mientras me sentaba Leah me susurró que me esperaba afuera y yo asentí.
— ¿Cómo lo supiste?, ese tema se ve al final del año y lo redactaste tal cual dice el libro electrónico .
Que genial,eso sí que era nuevo, había dicho lo mismo que decía el libro. En los exámenes nunca iba a reprobar... pero tenía que responder la pregunta de la maestra pero ¿qué le podía decir? "bueno maestra la verdad no sé cómo lo supe, pero soy una HGD, y como usted sabrá nosotros tenemos un mayor nivel académico...así que pregúnteme lo que sea y yo lo respondo" No, nadie debía de saberlo.
—Soy curiosa, leí el libro completo—respondí.
—Eres curiosa, me sorprendes—guardó silencio, esperando una respuesta por mi parte peor luego seguí hablando—Puedes retirarte—ordenó la maestra.
Cuando salía por la puerta del salón Leah me tiro de mi suéter y me pregunto que qué había sucedido, entonces le expliqué todo.
— ¿Luego que le respondiste?—preguntó ansiosa por saber la respuesta.
—Que había leído el libro completo
—Estás loca amiga, ¿en serio se lo creyó?—ella se rió—nadie lee todos los libros del colegio antes de entrar
—Hey, yo sí—dije riéndome.
Me hacía sentir bien el hecho de que ella mencionara la palabra amiga.
(Capítulo corregido y editado ✔️)
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