Jungkook observó ambas manos juntas y una sonrisa involuntaria adornó su rostro.

Hoy era primero de octubre. El inicio del mes en donde había conocido a su chico, hace un año ya.

Amaba como sonaba eso.

Su chico.

El primer pensamiento que había tenido al verlo había sido "es precioso" y hasta el día de hoy, ese pensamiento seguía vigente.

Le había costado acercarse. Todavía podía recordarlo. Lo había encontrado sentado en una banca, en un parque, leyendo un libro con unos lentes circulares adornando sus bellos ojos.

Le había encantado ver esos cabellos rubios moverse con el leve viento que el otoño conllevaba. También el leve sonrojo que tenía su rostro y su nariz. Tal vez por la fría ventisca.

Pero ese suéter blanco con cuello de tortuga, le daba un toque angelical que le atrajo de inmediato.

Por eso, dándose ánimos, se acercó, sentándose al lado del chico.

Este le había mirado de inmediato y cuando ambos conectaron miradas algo dentro suyo le dijo que era el indicado.

No sé había equivocado. Y hoy en día podía confirmarlo.

Habían intercambiado varias palabras, y ese mismo día había sabido su nombre.

Park Jimin.

Sin duda el nombre más hermoso que podía haber en todo el mundo.

Al día siguiente lo vio en el mismo lugar, y así fue durante los siguientes. Se dio cuenta que era algo que el chico hacía todos los días. Y no dudo en usar eso a su favor. Yendo a visitarlo todos los días a la misma hora.

Pero lo que más le sorprendió, fue que uno de esos días, este le invitó a su cumpleaños. Por qué si, el chico cumplía años el mismo mes que se habían conocido. El 13 de octubre para ser precisos.

No había evitado sentir esa emoción recorrer su cuerpo y aceptó gustoso.

Luego todo había salido muy natural.

Cada día. Cada hora. Cada minuto. Cada segundo que pasaban juntos, ambos sentían el amor creciendo en sus corazones.

Y lo mejor de todo, es que no necesitaban decirlo con palabras. Al mirarse a los ojos, con ese brillo tan peculiar que sólo entre ellos existía, esa sonrisa de oreja a oreja que hacía doler sus mejillas, y esas cosquillas que sentían en todo su cuerpo al mínimo contacto, eran señales claras. Estaban enamorados.

Por eso, antes de que noviembre llegara, Jungkook pensó en declararse. Con palabras. O bueno... más o menos.

Había escrito una canción y practicado una semana entera. Cada letra decía como se sentía y cuando estuvo listo, cito a Jimin donde se habían conocido.

Ese día Jimin descubrió que Jungkook sabia tocar la guitarra y que cantaba como los mismísimos ángeles.

Pero sus ojos se habían llenado de lágrimas por la letra. Lagrimas de felicidad. De enamoramiento.

"Tu eres precioso"

"Quiero que seas mi chico"

"No nos conocimos en primavera, pero tú eres la mia"

"El otoño será nuestra primavera"

"Somos únicos y te amo"

Eso y mucho más. Lo habían hecho llorar como una magdalena.

Esa tarde había sido su primer beso, pero apesar de que ambos se amaban, dejaron las cosas para que fueran con calma.

Y antes de que el otoño acabara, su relación comenzó.

Muchas veces se ganaban miradas de envidia o ternura, pues su amor era puro y sincero. Siempre demostrando lo mucho que se querían. Siempre andando con sus manos enlazadas. Siempre mirándose con ese brillo. Y siempre dándose besos dulces, tanto en las mejillas como en los labios.

Aunque claro, los momentos íntimos tampoco faltaban. Pero ambos eran tan compatibles en todo, que todo se sentía bien, todo se sentía... correcto.

Ahora, ambos tomados de la mano, se daban cuenta que estarían juntos hasta el día de sus muertes. Y amaban que eso sucediera.

De camino a buscar casas para ir a vivir juntos, porque si, querían dar ese paso en su relación y verse todos los días al despertar. Acostarse juntos y cocinar mientras ambos cantaban, juntando sus dulces y armoniosas voces.

No pedían nada más por el momento.

Aunque ya tenían algunas ideas para futuro. Tal vez... casarse y adoptar... Ambos querían que eso pasará. Ambos sentían que encontraron a la persona correcta. Y así era.

Eran felices juntos.

Recorrieron varios lugares, ninguno fue completamente de su gusto. Sentían que faltaba algo... algo que los representara... algo... especial.

Ya desanimados, creyendo que no lo encontrarían, vieron una casa enfrente de un árbol. Uno grande, con varias hojas café cayendo. Tal y como debía ser en esa época del año.

Ambos se miraron con ojos brillantes y sonrieron al leer el letrero de "se vende"

El dueño de la casa justo estaba saliendo del lugar, por lo que ambos se acercaron a este, contándole que querían ver la casa en venta.

Este había sido muy amable y se las había mostrado.

Cuando el recorrido terminó ambos se miraron con un pensamiento en mente.

- Es perfecta.- Ambos lo dijeron al mismo tiempo.

Firmaron los papeles. Ahora solo debían mudarse al lugar.

Era como si... estuvieran destinados a estar juntos, ahí. Era una señal. Ellos lo sentían así.

A la semana, sus cajas de mudanza estaban listas, por lo que el camión que habían contratado se las llevó a su nuevo hogar. Un hogar que tendrían los dos para ellos solos.

Unos amigos de ambos fueron a ayudarlos. Diciendo lo bella que era la casa y lo acogedora que se veía.

La mudanza fue agotadora. Más de tres días seguidos de limpieza, pinturas, orden y más. Pero valió completamente la pena.

Ahora, ambos se encontraban mirando su hogar desde la calle. Ambos con sus manos enlazadas y sonrisas orgullosas.

- Esta hermoso...- Jimin puso atención a las palabras del más alto.- Nuestro hogar.

Lo último hizo sentirlos aún más cálidos.

Jungkook llevó la mano del más bajo a sus labios, dejando un beso allí.

- Por este otoño y los siguientes.- Jimin sonrió.

- Por este otoño y los siguientes.- Repitió.

Ambos se besaron, debajo de ese árbol, frente a su hogar. Sintiendo las hojas marchitas caer a su alrededor.

No solo en primavera las personas se enamoraban.

-🍁.

-Fin.

Ay, me encanta ♥︎

Cortito pero fluff. Tal y como me gusta.

En mi país comenzó la primavera, por lo que es irónico que escriba esto. Pero... me vale kskdkskskkdj

Espero que le haya gustado heladitos míos, nos leemos pronto<3