007

Las noches suelen ser algo oscuras desde que cumplió los 13 años de edad. De cierta forma se podía decir que se sentía bastante solo y el vacío de su corazón no dejaba de atormentarlo.

Era como un recordatorio tedioso de su vida y como sus elecciones lo han llevado hasta dónde está en este momento

Pero entre más piensa esto más ganas tiene de botar todo a la basura y posiblemente poner un punto final a su "historia" llena de decepciones y arrepentimientos sin fin.

¿Que seguía haciendo el ahí? Ni siquiera pudo ayudar a Sabito por ser débil, ni siquiera pudo proteger a su hermana quién dio su vida por el.

¿Con que se quedaba el? ¿Vacío puro? No era la mejor manera de vivir y el lo sabía, ¿A alguien podría importarle al menos como se siente? No, todos lo odian y lo sabe, pero prefiere vivir en un mundo de ilusiones pensando que no es así y hay alguien allí afuera quien le aprecié.

Todo ese dolor acumulado en su corazón de Mochi, solo salía como tiernas lágrimas que brotaban de sus hermosos ojos azules.

Posiblemente en este momento Sanemi este sintiendo ese dolor que en este momento está sintiendo el, pero realmente no le importa pensar en eso en este momento, pues su corazón y mente están en otro lado pensando en los ecos de su pasado.

"Debes de soltar tu pasado para poder vivir el presente", el lo quiere hacer, pero no sabe cómo y el pasado lo consume, dejándolo sin opciones y solo lo ahoga.

— Oe, Tomioka ¿Se puede saber porque te sientes como la mierda en este momento? — Dijo con notable molestia mientras entraba a la habitación del pelinegro quien lloraba sin parar.

— Yo.. lo siento por ser molestia.

Ante esas palabras, el Albino se molestó más y se acercó amenazante a Giyuu como si tratará de imponer dominancia.

— Mira pedazo de mierda, me vale cinco en lo que estés pensando pero déjalo de hacer, se siente desagradable. — El azabache solo lo miro y asintió sin decir nada mientras el albino se retiraba de su habitación.

Ahora el tema es.. ¿Por qué si corazón empezó a latir tan rápido cuando miró a Sanemi?

La primera mañana compartiendo finca con Sanemi fue algo.. desastroso.

Para ponerlos en contexto, Giyuu se había levantado temprano como era su horario habitual, pero no contó con que Sanemi siguiera durmiendo, pues al despertar, pensó que posiblemente Sanemi ya había hecho desayuno o algo, y grande fue su sorpresa al ver que no.

Sanemi por otra parte, se hallaba en su habitación descansando del tan agotador día que había tenido el día anterior, hasta que escucho un estruendo proveniente de la cocina y el sentido de miedo y culpa en el pecho, haciendo que se levantará de golpe y se dirigiera con rapidez a la cocina.

— ¡¿PUEDO SABER QUE CARAJOS HACES?! — abrió la puerta de la cocina de golpe mirando con notable enojo a Giyuu.

— Estaba tratando de hacer algo para desayunar.. — Murmuró con algo de miedo al haber sido encontrado en pleno accidente con los ingredientes y algunas ollas.

— Eres un idiota de verdad. — Dijo en un tono más calmó, ayudando a Giyuu a levantarse con delicadeza y recogiendo el desorden. — Ve al comedor, yo haré el desayuno.

Giyuu se sorprendió por esto pero se quería negar ante ésto.

— Pero yo..

— ¡Te dije que FUERA! ¡¿no entiendes?!
— Dijo Sanemi asustando un poco a Giyuu y este salió corriendo al comedor queriendo evitar problemas con Shinazugawa.

Luego de un aproximado de media hora, Sanemi llegó al comedor y dejó en la mesa dos tazones con el desayunó, dejando a Giyuu sorprendido pero de cierta manera feliz.

— Come. — Dijo sin más para sentarse al otro extremo de la mesa y comenzar a comer su propio desayuno, desviando su mirada de vez en cuando a Giyuu quien empezaba a comer con tranquilidad.

Algo se podía notar de esos dos, y era el constante latido en el corazón de ambos cuando estaban cerca del contrario o si quiera se miraban, como si se detuviera el tiempo por un momento.

Queriendo que algo así no termine, es obvio que lo hará y ambos terminan su desayuno para lavar sus platos y alistarse para la próxima misión que tendrían esa misma noche.

Tendrían que ir a Tokyo, pues según los residentes, se a visto presencia demoniaca en los alrededores del lugar, y ya llevan 20 personas desaparecidas.

— Vámonos ya. — Ordenó de manera seca mientras se dedicaba a arrastrar al pelinegro aprovechando que este no puso ninguna resistencia a su acción.

Veamos si todo continua bien, al menos para ese chico de ojos azules.

O el arte demoniaco tiene efectos secundarios.

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