Nunca le gusto tratar de socializar con los demas Pilares, pues sentia que jamas encajaria con ellos intentase lo que intentase. Ademas de que temia por encariñarse con alguno de ellos y pasara algo como lo de su hermana o Sabito.

Justamente eso sucedió.

La primera vez que intento socializar al menos un poco, termino encariñandose con Rengoku y Mitsuri quien lo trataban con cariño a diferencia de los otros pilares.

Pero luego de esto.. ¿Se podia culpar a si mismo?

— Por eso todos te odian, Tomioka-San. — Solia repetirle Shinobu cada vez que esta podia y encontraba situacciones para molestarle.

— Solo es un estupido engreído, ojala le hiciera un favor al mundo y desapareciera, maldita cara de rata. — Solia a veces escuchar de parte de Iguro auquellas palabras que suelen clavarse como alfileres en su debil corazón.

— Es un egocentrico egoísta que no merece ser un Pilar, a veces me da hasta ganas de matarlo con mis propias manos. — y finalmente Sanemi, quien lo odiaba con todo su ser, quien detestaba a Giyuu y lo quisiese ver muerto.

Muerto.

No podía negar que varias veces penso en quitarse la vida, pues sentia que no lograria nada si seguia con vida, solo seria una carga y nada más.

Aun asi, se aferraba a la vida solo por su deseo de querer derrotar a Muzan y acabar con esa tortura, dejando a las próximas generaciones el poder descansar finalmente de ese mundo de terrores y pesadillas.

Giyuu solo se abrazaba a si mismo, escuchando a lo lejos como hablan de el y hacían comentarios de su persona, comentarios los cuales algunos solian ser erróneos y otros los sentia tan reales que hasta el mismo se tiraba odio.

No pudo evitarlo y una vez mas, escapo a un lugar alejado para empezar a llorar en su soledad, sabiendo que no seria esuchado alli.

Duró aproximadamente 40 minutos en calmarse totalmente para luego salir de su escondite e ir a su finca con total tranquilidad y tomar una ducha de agua caliente para aliviar cualquier pensamiento pesimista que se le pasaba por la mente.

Su cuervo se adentro por una de las ventanas para avisarle sobre la misión que tenia para hoy. Giyuu se vistio con su uniforme sin rechistar, preparandose para irse a la misión.

Tomo por último su katana y se retiro de la finca, caminando hacia donde su cuervo le guiaba que era donde tenia la misión.

Dia de mierda...

Giyuu deberia ser mas cuidadoso a la hora de irse corriendo asi para llorar a solas, pues tal parece que no habia caido en cuenta de alguien que le habia escuchado.

Tal parece, que eso quedara en su conciencia por un buen tiempo.

Jamas en su vida se hubiese imaginado que escucharia y vería a quien se supone que odiaba con su ser, llorar de esa forma, o de por si, llorar. Pues el peliblanco seguia con su fiel creencia que Giyuu solo era un orgulloso egoísta que se creia mucho.

¿Deberia tal vez hablar con el para saber que le pasa?

Jamás.

Si lloraba, problema de el, solo es un estupido engreído y no cambiaria ese pensamiento solo porque este estaba llorando como un niño pequeño, podia hasta meterse esas lágrimas en el culo si quería.

Lo odiaba, y así seguiría siendo.

— Tks, estúpido de mierda.