IV-The Beginnig of the End

E̫̫r̫̫i̫̫c̫̫k̫̫ ̫̫M̫̫c̫̫P̫̫r̫̫i̫̫n̫̫c̫̫e̫̫ ̫̫

  —¡Firma Erick! —Grito la bruja, ella y Vanessa llevaban pistolas, mientras que la bruja me apuntaba a mi, Venssa lo hacía a las personas.

—Si no firmas, tu sirena se va a llevar un tiro. —Habló Venssa, es una puta psicótica.

—¿Para que quieres casarte conmigo? —Pregunto tomando el maldito papel.

—Perimero para joder a Ariel, y segundo para quedarme con tu fortuna.—Responde la muy puta.

   La bruja tiene a Ariel,su pistola está apuntando el precioso cabello rojo de mi chica, quien luce demasiado asustada. —Bien, ya firmé. —Levanto las manos. —Ahora suelta a Ariel.

—¿Soltarla? —La bruja ríe. —¿Que parte de que vamos a destruirla no oíste?

  Comienza a caminar hacia atrás muy despacio y es cuando me doy cuenta de todo un yate las espera.

  Vanessa se acerca a su abuela y apunta hacia mi. —No te muevas esposo. —Maldita sea. —O mato a tu sirena.

—Si veo un policía acercarse a nosotras. —Ursula le quita el seguro a su arma y Ariel cierra los ojos asustada. —Bum.

  Miro a mi chica quien tiene los ojos cerrados, pero de pronto como si un borrador hubiera pasado por su mente, el miedo desaparece y abre los ojos, su preciosos ojos oscuros están llenos de seguridad. —Oh bruja. —Habla. —Que gran error estás cometiendo.

  En cuestión de segundos la mete en el yate y se alejan de la isla a toda marcha. Corro hasta una lancha lo más rápido que puedo. —¿Qué haces Erick? —Pregunta Grimsby al verme montar.

—Ya la perdí una vez, no puedo hacerlo de nuevo. —Grito y arranco la lancha. —Voy a por ti sirena.

A̷r̷i̷e̷l̷ ̷F̷i̷s̷h̷e̷r̷ ̷

Entre Úrsula y Vanessa me atan a una silla y tapan mi boca. —Acabo de llamar a tu padre. —Dice Úrsula. —Viene en camino con toda la documentación de Océano.

—Seremos ricas abuelita. —Ríe Vanessa.

Yo no lloro, me niego, no me van a ver débil, nadie más va a verme débil, nunca.

—Oh Ariel. —Me mira con fingida pena. —No importa cuan fuertes finjas ser prima, muy pronto sufrirás tanto que suplicarás morir.

—Nosotras recuperaremos lo que el estúpido de ti abuelo, le dejo a tu madre. —Ursula se sienta. —Tanto problemas para matarlo. —Dios. —Y al final se lo dejó todo a la hija equivocada.

  Vanessa libera mi boca. —Pues resulta que el abuelo fue muy inteligente.

—Yo amaba a tu madre. —Mi abuela se acerca. —Pero ella no me quería, ella nunca entendió que su padre no era necesario. ¿Por qué no fue como Morgana?

   Dato curioso, la tía Morgana, otra psicópata.

—Por que ella era la unica cuerda en la familia. —Digo con asco. —Seguro que el abuelo vio tus intenciones y se lo dejó todo a ella.

—¡Océano debería ser mía! —Grita Úrsula  —Ha corrido mucha sangre por esa empresa.

—Y correrá. —Vanessa le da un trago a su copa. —Verás primita, nuestro plan es hacerte sufrir mucho por matar a la tía, y de paso enriquecernos.

—Malditas. —Mascullo.

—¿Quién lo diría? —Espeta Úrsula. —De esta salimos con dos empresas Kingdom y Océano.

—Eso jamás pasará. —Hablo. —No se saldrán con la suya. —Río. —Demasiadas personas han visto todo, irán a la cárcel.

—El problema es. —Habla Vanessa. —Que me voy a quedar viuda antes de la luna de miel.

—¡No! —Grito.

   Un sonido en el exterior hace que Vanessa vuelva a cubrir mi boca, mientras Úrsula ve por la ventana. —Es el padre. —Susurra.

  Mi papá entra. —¿Donde está Ariel? —Su voz suena preocupada, ansiosa.

—Aquí. —Vanessa me señala con su pistola, miro hacia un lado y me doy cuenta que es de juguete, a diferencia de la de mi abuela, está es de plástico, maldita ridícula.

—Hey tranquilo. —Habla mi abuela. —¿Los documentos?

  Mi padre saca una carpeta de la mochila. —Aquí están, revisados por mi abogados, por todos, firmalos y la empresa es tuya. —Le da la carpeta. —Ahora dame a mi hija.

  Quiero gritar, decirle que es una trampa, pero el maldito trapo en mi boca no me deja.

Úrsula firma todo. —¿Ya es mía? —Mi padre asiente. —¿Tan fácil?

—Si, dame a Ariel. —Mi padre trata de ir hacia mi.

—Claro. —Ursula dispara.

  Lo próximo que veo es a mi padre caer agonizando al suelo. Quiero gritar, quiero ayudarlo, pero estas malditas sogas no me dejan, la tiro y las tiro.

  Vanessa se acerca a mi padre. —Aún respira. —Habla.

  Úrsula mira a su alrededor con desconfianza. —Dejalo, morirá lentamente.

  Yo solo me dedico a forzar la soga, sentimos un ruido y Vanessa se adelanta. Quita una cortina y tras ella aparece Erick.

—Oh, viniste a morir. —Usrsula apunta en su dirección.

  La soga se rompe y salto sobre Úrsula, pero aún así, dispara.

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