IV-Beach Day
Erick, persona que de cualquier forma en cualquier momento del día, es un cuadro digno de admirar.
En estos momentos, miro por la ventana de mi habitación al chico, que corre por toda la costa, lo mejor de todo, no lleva camisa, lo que me permite observar cada detalle de su perfecto cuerpo, su espalda, su grande y deliciosa espalda, su pecho , menudo pecho y la deliciosa barra de chocolate que lleva por abdomen me hace suspirar más de una vez.
—Dioses. —Susurro cuando se lleva una botellita de agua a los labios y luego de tomársela casi por completo se la tira en cima.
Erick mi mira, uhh menuda pillada, y luego sonríe. —¿Admirando la vista? —Pregunta sonriente y arrogante.
Estoy a punto de responder cuando recuerdo que debo ser muda y asiento.
—Sincera. —Murmura acercándose a mi. —Me encanta. —Sonrío y le empujo cuando se acerca a la ventana. —¿Lista para hoy?
Asiento y salgo disparada para estar a su lado.
Sonríe al ver mi traje de baño, no es nada especial, es rosado y es de dos piezas, pero el lo mira como si fuera el diamante de la reina.
Tras tragar grueso, por fin me mira a los ojos y con voz grave dice. —Será mejor que nos vayamos antes de que haga algo de lo que me pueda arrepentir.
Me gustaría pedirle que lo haga, pero me contengo al recordar lo que vamos a hacer. ¡Voy a bucear!
E̫̫r̫̫i̫̫c̫̫k̫̫ ̫̫M̫̫c̫̫P̫̫r̫̫i̫̫n̫̫c̫̫e̫̫ ̫̫
Ariel es tan inocente y a la vez tan atrevida que está consiguiendo ser en lo único en que pienso, sin contar que su cuerpo de muerte no ayuda.
La llevo al yate y me dedico a observarla, aunque no conozco mucho de ella, veo que el mar es algo que le emociona mucho, por la manera en que lo mira.
—Hay fruta en la mesa. —Ella sonríe y va a por un plato, cuando vuelve hay una gran variedad de frutas en el, ella toma una piña y me mira, joder, es sexy hasta cuando come. Me ofrece el plato y niego. —Estoy conduciendo. —Explico, entonces ella toma un trozo de mango y me lo lleva a los labios, sonrió, le doy un mordisco y algo de jugo se corre.
Ella sonríe y sorprendiéndome a mi a Poseidón a Dios a Jehová ya todos los otros dioses, ella limpia con su pulgar el resto de jugo y luego de lo lleva a los labios.
Joder.
Ahora voy a estar empalmado todo el día.
—Amm. —No sé que decir. —Amm... Creo que llegamos.
Ella sonríe y la tensión sexual se disipa, un poco, solo un poco, hasta que se quita el vestido veraniego y vuelvo a tener su cuerpo em primera plana. —Eres una grandísma provocadora. —Me quejo sin poder evitarlo.
Ella sonríe y besa mi mejilla, mientras se va a la proa del yate, dándome una estupenda vista de su perfecto trasero.
...
Nos lanzamos al mar y ella parece perder su mirada en todo lo que ve, analiza cada cosa que puede es como si quisiera guardarlo todo en su memoria. Su cabello rojo se mueve como las algas de aquí, los peces danzan a su alrededor, ella se divierte, y yo estoy aquí como un gilipollas mirándola. Aunque ahora que lo pienso, hasta bajo el mar me recuerda a la chica que me rescató.
A̷r̷i̷e̷l̷ ̷F̷i̷s̷h̷e̷r̷
El mar, las profundidades, los peces, el mundo que siempre he dejado ver, ahora gracias a Erick aquí estoy, buceando.
Bucear es como volar, es como ir a otro mundo, ver los peces, sentir como el mar te rodea, los corales, estar ahí es muy diferente a verlo en video.
Estar ahí, no hay palabras para describirlo, es como ser parte de ese mundo, es nadar con los peces, es jugar con los corales, es ser feliz y Erick me ha dado esa felicidad.
Salimos a la superficie, para comer algo y descansar y estoy eufórica tanto que quiero ir otra vez a nadar.
—No señorita. —Erick toma mi mano y me lleva contra su pecho.
Me abraza desde atrás y yo solo suspiro, el atardecer, el sol se está escondiendo y yo descubro que en estos momentos estoy casi completa, tengo al chico que me gusta y acabo de tener la mejor experiencia de mi vida, solo me falta solucionar las cosas con mi padre y contar la verdad.
—¿Qué es eso? —Murmura Erick.
Miro hacia donde lo hace el y veo a un lancha que se aproxima, tomo un catalejos y casi me da un infarto al ver a la persona en ella, su pelo rojo ondea como una bandera y sus grandes ojos verdes miran al yate con suficiencia, es mi prima Vanessa.
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