Paré con mi espalda aquella esfera de llamas que iba dirigida a Eli. La pequeña niña me miró, preocupada:

- ¡Papi!

- No te preocupes hija, estoy bien.

Miré a Urgul, que me observaba seriamente y con más bolas de fuego preparadas. Me lancé sobre él, pero en vez de atacarme a mí el muy desgraciado fué a por Eli. Bloqueé sus ataques y descargué un enorme golpe en su cara, lanzándolo por los aires. Salté y le di otro golpe, estrellándolo contra el suelo y creando un enorme cráter. Aterricé y me estiré:

- Te vas a arrepentir de haber amenazado a mi hija pedazo de mierda.

Cuando se levantó, no le dejé tregua y le di un cabezazo en la cara.

-

Papá estaba dándole una paliza a aquel tipo, y yo lo miraba con los ojos brillantes:

- Papá es genial...

Sus golpes seguían cayendo de forma contundente, hasta que su rival tuvo que retirarse por un portal. Corrí hacia él y salté, abrazándolo:

-Te quiero mucho papá...

- Y yo a tí, pequeña, y yo a tí. *Acaricié su cabeza.