El guerrero esperaba en aquel lugar, oculto de miradas indiscretas. La princesa se estaba retrasando, y le preocupaba que alguien la hubiera descubierto. Entonces una delicadas manos taparon sus ojos:

- Adivina quién soyyyy -Canturreó una hermosa voz de mujer. El chico sonrió.

- Una pequeña mariposa

La chica sonrió y destapó sus ojos. Ese era el apodo que el le tenía:

- Hola mi amor -ambos se besaron amorosamente, acariciando el pelo del otro

- Te eché mucho de menos. Siento no haber podido venir esta semana.

- No te disculpes. Tienes más asuntos que atender - El chico estaba alzándola, disfrutando de su tacto. - El estar contigo unos minutos lo compensa todo.

- Ay, que lindo eres - La chica ríe y besa la mejilla del joven

- Espera... Viene alguien...

Ambos se ocultaron, esperando que no los hubieran oído