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Victor Malvern
Edad humana: 25 años (millones de años).
Año de nacimiento: Década de los 70.
Historia (Mundo humano):
Victor Malvern es un joven cuya existencia es un enigma en sí misma. Nunca existió...o tal vez sí. Durante los años de su juventud, vivió una vida aparentemente común, hasta que un día cayó en el juego de un hechicero que buscaba entretenimiento. Victor fue forzado a participar en un cruel juego, donde cada vez que moría, volvía siempre a la vida. Este ciclo se repitió incesantemente, impulsándolo a resolver el enigma de aquel macabro tablero.
La tortura duró más de 300 años. Durante este tiempo, Victor cambió las reglas del juego, transformó el tablero y enfrentó todos los desafíos impuestos. Finalmente, descubrió que el culpable de su sufrimiento era...él mismo. Era el hechicero del amor, una entidad encargada de manejar los complejos aspectos del amor colectivo, quien había orquestado todo este juego por puro aburrimiento.
Personalidad:
Victor demostró una gran valía y resistencia ante todo. Nunca se rindió, sin importar lo difícil que fuera la situación. Incluso cuando su vida se convirtió en una repetición interminable de los últimos días de 1995 antes de año nuevo, y cada vez que moría debía reiniciar el ciclo, su determinación nunca flaqueó. Cada vez que revivía, buscaba la forma de desentrañar el misterio detrás de su tortura. Su inteligencia era sobresaliente, capaz de analizar y resolver cualquier problema que se le presentara, siempre manteniendo la calma y el coraje, sin mostrar miedo ante nada.
Historia (Meta-mundo):
Después de descubrir la verdad sobre su identidad, Victor asumió el papel del nuevo hechicero del amor. Tras destruir a su contraparte en un último y definitivo juego, Victor tomó su lugar, convirtiéndose en el avatar del amor mismo. A partir de ese momento, el ser que nunca existió en la historia humana se volvió real...y al mismo tiempo, no lo era. Era una paradoja viva, encarnando el concepto más poderoso y trascendental: el amor, una fuerza universal que trasciende el tiempo, el espacio y las realidades mismas.
Nunca hubo un tal "Victor" en las profundades de la historia, pero a la vez, él siempre estuvo ahí, como una presencia escondida, manipulando las piezas del juego en su tablero infinito. Sus dominios se extendieron más allá del alcance de cualquier otro, buscando consumir todo a su paso, y su más ambiciosa meta fue apoderarse de la Ciudad de los libros, la cual contiene las historias que pueden modificar el destino. Victor deseaba robarla, con la intención de alterar el flujo de las historias y garantizar que siempre tuvieran un final feliz, el suyo. Al hacerlo, su influencia se expandiría más allá de cualquier límite. La paradoja de su existencia, entre lo real y lo irreal, se hizo aún más compleja mientras su dominio se extendía, devorando fragmentos de realidades y mundos, acercándose a su objetivo de consumir la Biblioteca y romper el orden del caos.
Sin embargo, la tarea resultó imposible. Fue detenido por una de las brujas del Senado, una fuerza poderosa e inquebrantable que defendió la integridad de la Biblioteca. Aunque no pudo tomar la Biblioteca, Victor logró obtener un fragmento de la felicidad contenida en ella. Este fragmento lo integró en su propio juego, y con ello, le dio un nuevo propósito: habitar en su propio plano trascendente, más allá de cualquier otro, junto a los demás hechiceros y brujas del meta-mundo. Allí, ahora se dedica a analizar cada evento, cada acontecimiento, buscando transformarlos en parte de su propio tablero de juegos, un tablero donde sigue buscando la manera de manipular las realidades y alcanzar su propia versión de la felicidad eterna.
Habilidades:
Verdades (Roja y Azul):
Tras asumir su rol como el nuevo hechicero del amor, Victor adquirió las "verdades" de su yo anterior. Estas verdades son poderes fundamentales en el meta-mundo, permitiéndole establecer hechos irrefutables en forma de verdad.
Verdad Roja: La habilidad de declarar verdades absolutas y universales, con una fuerza inquebrantable. Todo lo que se declare con la verdad roja es incuestionable. Esta verdad no puede ser contradicha por ninguna otra declaración o acción, y tiene la capacidad de desmentir cualquier mentira o ilusión en el tablero.
Verdad Azul: La habilidad de desafiar las leyes de la verdad roja, permitiendo la creación de posibilidades alternativas y hipótesis dentro del juego. Si la verdad roja establece algo como cierto, la verdad azul puede ofrecer contraposiciones lógicas, permitiendo que las reglas sean manipuladas para alterar el curso del juego, aunque solo sea dentro de los límites que él imponga.
Maestro de Juegos:
Como hechicero que fue y es, Victor asume el rol de un "maestro de juegos" dentro de su dominio. Esta capacidad le permite organizar y controlar el flujo del juego, manipulando las piezas del tablero de acuerdo con su voluntad. Su destreza como maestro de juegos es incomparable, ya que puede reescribir las reglas, manipular los movimientos de los participantes, y alterar la narrativa a su favor para conseguir el resultado que desee.
Magia Inexistente (Inhata):
Al asumir su nuevo rol, Victor obtuvo la magia de su yo anterior, un poder que le permite hacer que lo existente se convierta en algo inexistente en el contexto de su dominio. Esta magia le permite alterar las leyes fundamentales dentro del tablero de juego, anulando y reescribiendo cualquier concepto que se considere fijo o inmutable. Pudiendo ser capaz de dar finales a paradojas al hacer inexistente lo que causaba que la paradoja no tuviera final. Siendo capaz también de hacer inexistente cualquier daño en su ser.
Relaciones en el Meta Mundo:
Victor, como el nuevo hechicero del amor, mantiene una presencia conflictiva dentro del meta-mundo. A pesar de su título y de las aparentes connotaciones positivas de este, su existencia es una paradoja viviente, lo que lo convierte en una figura extremadamente peligrosa y perturbadora, incluso más que la propia Beatrice en ciertos aspectos. Su relación con otros seres del meta-mundo está marcada por su naturaleza contradictoria y su capacidad para alterar las leyes mismas de la existencia.
Beatrice (Bruja del Oro):
Beatrice ve a Victor como una figura peligrosa, similar a ella pero con una esencia más caótica e impredecible. Aunque el título de hechicero del amor le otorga cierto respeto, su poder basado en las paradojas y en lo "inexistente" es una amenaza directa a la estabilidad de su propio dominio. Beatrice a menudo se siente incómoda en su presencia, ya que las anomalías que Victor crea podrían fácilmente desestabilizar los delicados juegos de poder entre brujas y hechiceros.
Lambdadelta (Bruja de la certeza):
Victor y Lambdadelta comparten una energía irritante y una capacidad para causar problemas, aunque por diferentes medios. Mientras Lambdadelta lo considera una figura intrigante, su naturaleza caótica se ve reflejada en la extraña atracción que siente hacia él, aunque a menudo se ve frustrada por la incapacidad de predecir sus acciones al intentar buscar una certeza. La constante creación de paradojas por parte de Victor resulta ser una molestia, ya que no sigue las reglas de la certeza establecidas por Lambdadelta, desafiando su poder con anomalías que no puede manejar fácilmente.
Battler Ushiromiya:
A pesar de las complejidades de su ser, Battler se muestra sorprendentemente agradable en comparación con otros hechiceros del meta-mundo. Su actitud hacia Victor es una extraña mezcla de simpatía y camaradería. En muchos aspectos, ambos comparten una lucha similar: una resistencia a los juegos interminables de los hechiceros y una búsqueda de respuestas más allá de las narrativas preestablecidas. Sin embargo, la contradicción en la naturaleza de Victor crea una barrera que Battler no puede atravesar, ya que su existencia es una constante tensión entre lo posible y lo imposible.
Otros Hechiceros y Brujas:
La mayoría de los hechiceros y brujas dentro del meta-mundo ven a Victor con desconfianza. Su magia, que altera la realidad de formas tan profundas que los conceptos de "existencia" y "no existencia" pierden su significado, lo hace un enigma incomprensible y peligroso. Para muchos, él representa una amenaza a la estabilidad de sus dominios, y su capacidad para manipular las reglas del meta-mundo es vista como algo tan impredecible que temen sus movimientos. Victor no tiene aliados permanentes, ya que su capacidad para alterar la narrativa los coloca constantemente en una posición de vulnerabilidad.
Su Propia Paradoja:
La única "relación" que Victor no puede romper o alterar es con él mismo. Su existencia está atada a una paradoja constante que no puede destruir: la creación de un nuevo "yo" que sufra eternamente los eventos de 1995, repitiendo un ciclo de sufrimiento perpetuo. Este nuevo "yo" es esencialmente una parte de su ser que está destinada a tomar su lugar en el tablero, perpetuando el ciclo de tortura que una vez sufrió. Es la única parte de su existencia que permanece inmutable, una contradicción que lo define y lo consume, a pesar de sus poderes.
Opinión Sincera de Victor Malvern hacia los Seres del Meta Mundo:
Battler Ushiromiya:
"Un buen hechicero, sí...al final, aceptó el peso de su título como el nuevo Hechicero del Oro. No es fácil tomar ese rol, pero lo hace con más cabeza que muchos otros. Aprecio esa actitud...es raro ver a alguien que, incluso cuando está atrapado en la telaraña de un juego, se mantiene firme. Si fuera más fácil, tal vez hasta lo llamaría compañero."
Beatrice (Bruja del Oro):
"Beatrice...no me agrada tanto como Battler, claro, pero reconozco su habilidad. Ha sido una pieza clave en este juego por mucho tiempo. La considero una bruja con mucho potencial, aunque siempre me resulta un poco...predecible. Eso sí, la respeto, porque el amor que tiene por ese hombre no es nada superficial. Pero no esperen que me arrodille ante ella."
Lambdadelta (Bruja de la certeza):
"Lambdadelta?...qué molesta. Su existencia misma es un obstáculo constante, haciendo que la inexistencia sea imposible de encontrar. Cómo se supone que juegas en un tablero cuando puedes ver siempre lo que es verdad? Para alguien como yo, que vive de las paradojas, es una tortura. Tal vez la única forma en que la aguanto es la idea de que todo lo que hace está enraizado en su certeza. Pero...la certeza no tiene sentido cuando tú mismo eres la contradicción."
Bernkastel (Bruja de la Mirada de Gato):
"No espero nada de ella. Es...difícil de leer. Pero...sé que Lambda está muy unida a ella. La conexión entre las dos es más que evidente. Y como hechicero del amor, bueno...siempre sé de esas cosas. Es una relación curiosa, aunque me resulta algo...desinteresante. Supongo que ambas se tienen la una a la otra, de alguna forma. Para ellas, el juego es algo más...íntimo, tal vez."
Featherine Augustus Aurora (Bruja de la Pluma Dorada):
"Prefiero no mencionar mucho sobre Featherine. Es...intrigante, sí. Pero me basta con saber que está ahí, observando, con su mirada que puede percibir todo y nada a la vez. No sé si es un experimento, una obsesión o solo un juego...pero no me atrevería a desafiarla. Esa mujer sabe más de lo que deja ver. No es algo con lo que quiera lidiar directamente."
El mismo:
"Espero el momento en que todo lo que he jugado, todo lo que he manipulado, se concrete. Qué pasen 300 años, y al final...todo lo que he hecho es parte de un juego que lleva mucho tiempo en proceso. Mi yo humano...el que nunca existió y al mismo tiempo sí lo hizo. Aquel que fue arrastrado al mismo tablero, solo para encontrar su lugar como una pieza más, tal vez hasta una ficha en su propio sufrimiento. Pero...no importa. Sé que todo tiene un propósito. Soy parte de otro tablero, y como tal, no puedo dejar de jugar. Al final, me consuela saber que disfruto de este juego con mi otro yo. Cuando llegue el momento, él tomará mi lugar. Y yo...seguiré jugando, esperando ver qué pasará cuando mi otro yo finalmente asuma mi puesto en este eterno juego."
La Función de su Tablero de Juegos:
El tablero de Victor es trascendente a los tableros de los demás hechiceros y brujas, situándose en un plano superior, pero aún incapaz de alcanzar la magnitud de trascendencia de Featherine. Victor sabe que, a pesar de su poder, no puede compararse con ella, pues su propio tablero es, en esencia, una extensión de un juego mucho más grande y complejo, uno que está bajo la mirada de la Bruja de la Pluma Dorada. Es consciente de que, al final, está atrapado en el inmenso juego de Featherine, una jugadora cuyo alcance y visión sobre los demás la hacen capaz de ver más allá de lo que cualquier otro hechicero podría concebir.
El tablero de Victor puede ser alterado a su voluntad, y, por puro capricho y deseo, lo convierte en un lugar que le es familiar, aunque torturante. Para él, su tablero es la ciudad de Nueva York, pero no cualquier Nueva York. Este es el mismo escenario donde su yo humano vivió sus últimos 300 años, repitiendo eternamente los días previos al fin de 1995. Cada rincón, cada calle, cada edificio está impregnado con la sensación de su sufrimiento y su lucha constante por resolver el misterio de su muerte y resurrección. Es un lugar en el que las reglas del tiempo y el espacio se distorsionan, y donde cada juego que Victor emprende tiene sus propias consecuencias. Pero, por más que lo manipule, nunca podrá escapar de la esencia de ese lugar; siempre será un eco de su tormento.
Aunque su tablero es infinitamente más flexible que los de otros hechiceros, siempre tendrá esa huella de su pasado humano, convirtiéndolo en un campo de batalla eterno entre su existencia como hechicero y los recuerdos de su otro yo que permanece atrapado en ese ciclo interminable.
Opiniones de los Hechiceros y brujas sobre Victor Malvern:
Battler Ushiromiya:
"Siento...una vibra extraña cuando estoy cerca de él. Aunque nos llevemos bien, siempre tengo la sensación de que está observándome, como si estuviera evaluando cada palabra que digo, cada paso que doy. Incluso cuando estoy en mi oficina, no puedo evitar esa sensación...no es como si lo sintiera como una amenaza, pero...está ahí. Es incómodo, sabes?"
Beatrice:
"A mí también me pasa algo similar, aunque de una manera menos intensa. Es como si, por un momento, todo lo que hago estuviera siendo escrutado por él, pero esa sensación se disipa rápidamente...a pesar de eso, no me agrada demasiado. Es...raro. Su magia es...extraña. Y esa paradoja que representa me molesta más de lo que estoy dispuesta a admitir."
Lambdadelta:
"Victor? No me agrada. En absoluto. Él y yo somos antítesis en cuanto a nuestras magias. Yo busco la certeza, quiero que todo tenga una base sólida, algo en lo que apoyarme, algo que no se mueva. Pero él...él simplemente hace que las certezas desaparezcan. Las convierte en polvo, en vacío. Y no puedo soportarlo. Cada vez que estamos cerca, siento como si todo lo que intento construir se derrumba solo por su presencia."
Bernkastel:
"Puedo comprender su dolor. Después de todo, yo misma he pasado por muchas tragedias...pero él...él ha sufrido mucho más que yo, de alguna forma. Su tormento es...eterno. No puedo imaginar lo que es vivir una y otra vez, enfrentarse a la misma muerte, los mismos errores, durante más de 300 años. Es un sufrimiento continuo. No lo envidio, pero sí lo entiendo."
Featherine Augustus Aurora:
"Victor...es una pieza entretenida. Me divierte leer sobre su historia, ver cómo juega en su propio tablero, cómo se enfrenta a su yo humano, cómo juega con el amor y la inexistencia. Y lo mejor de todo es que, incluso cuando se borra de la existencia por puro aburrimiento cuando inicia su juego, siempre regresa. Como si nada hubiera pasado, como si nunca hubiera dejado de existir. Eso me fascina. No hay muchos como él. En algunos momentos, incluso me da la sensación de que su juego es más interesante que el de cualquier otro, aunque sé que no es más grande que el mío...pero es un sujeto que, a pesar de su destino trágico, me mantiene entretenida."
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La cámara comenzó a temblar ligeramente antes de ser tomada por una mano, la cual parecía surgir de la nada, como si la propia existencia se distorsionara en ese instante. El lente se desvió ligeramente hasta que, de manera inusitada, un ojo vacío, casi sin vida, se asomó por la lente. La oscuridad de ese ojo parecía absorber todo lo que estaba a su alrededor.
Una voz profunda, cargada de una calma inquietante, resonó a través del espacio, como un susurro que desbordaba autoridad.
"No creen que esto no debería estar siendo observado?" dijo Victor, su tono suave pero tajante. "Es mejor que vean a los personajes que uso en mi tablero, aquellos que, a fin de cuentas, son los que hacen lo que hago...son ellos los que mueven las piezas y alteran las realidades, no yo. Después de todo, un juego sin jugadores no es más que una ilusión."
Con un movimiento casi imperceptible, su ojo desapareció de la cámara, dejando solo la sensación de una presencia imponente que se desvanecía, como si el propio Victor hubiera vuelto a ocultarse tras las cortinas de su juego.
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