Belén (pelaje blanco)

Edad: 21

Personalidad: amable, tierna, extrovertida, pervertida, juguetona, sociable, procastinadora

Gustos: viajar, divertirse en fiestas, bailar, dormir, ver películas o series, salir con amigos.

Disgustos: trabajar, estudiar, que le ordenen hacer cosas, el ejercicio, limpiar

Sexualidad: bisexual.

Fetiche: gracias a su gran delantera tiene un fetiche en hacer rusas y que le den masajes en estos. Pero también le gustan más cosas como la rudeza y el bondage.

Kristina (pelaje negro)

Edad: 21

Personalidad: seria, calculadora, sociable, amable, educada, trabajadora, tímida, asustadiza

Gustos: la tranquilidad, ver películas, estudiar o ver videos interesantes, el streamer, quedarse en casa, limpiar, cocinar.

Disgustos: los insectos, lugares aglomerados, la gente muy floja, mentirosos.

Sexualidad: bisexual

Fetiche: ha tenido poca experiencia en lo que a sexo se refiere, pero en todas ha sido la sumisa y eso le caliente. Qué le hablen sucio o la traten con algo de rudeza, aunque también le encanta cuando son apasionado y coquetos.

Historia:

Ambas hermanas vivían con total normalidad, como lo haría cualquier familia. Siendo niñas solo se preocupaban por sus clases y las tareas. Pero, entonces, empezó las malas noticias para ellas. Su padre, quien parecía ser un buen hombre, estaba engañando a su madre teniendo otra familia. Esto no le gustó para nada a la madre de las conejas quien rápidamente lo botó de la casa pidiendo el divorcio.

Esto también llevó consigo que el hombre decidiera simplemente desaparecer con la otra familia, dejando sin muchos recursos a las conejas.

La madre de ambas era una mucama de un hombre mayor y educado con mucho dinero. Y después de lo sucedido el hombre rico y jefe de la madre de ambas decidiera regalarle un pequeño apartamento en un lugar tranquilo de la ciudad para ayudarlas.

Apenas con 12 años las dos conejas se cuidaban prácticamente solas. La madre de ambas se la pasaba trabajando para poder traer de comer a la casa.

Kristina debido a eso empezó a tomar un rol más responsable. Mantener la casa limpia y hacer de comer era su rutina después de la escuela. Y cuando acababa esas tareas simplemente entraba a la computadora para ver videos interesantes, videojuegos, teorías conspirativas, top divertidos. No tenía algo en específico, aunque seguía a varios Furtubers famosos.

Belén sin embargo, gracias a que su hermana se encargaba de la mayor parte de las cosas, ella no tenía responsabilidades. Al llegar a casa simplemente tomaba una siesta o se iba con su grupo de amigos a algún parque para charlar. Su grupito de compañeros y amigos era amplio, y la mayoría le seguía el juego a Belén para que dejara a su hermana en casa limpiando mientras ellos se divertían.

Los años fueron pasando y la pubertad trató muy bien a ambas, en especial a Belén quien le gustaba alguna veces provocar con el regalo que le dieron a su cuerpo. Todo seguía igual, Kristina limpiando la casa y Belén procrastinando por ahí.

Pero entonces, un día inesperado mientras esperaban con calma la noche una llamada las sorprendió a ambas. Su madre había sufrido un accidente al caer a la piscina de la gran casa que limpiaba. A pesar de no morir ahogada ahí mismo, el agua que logró entrar a sus pulmones la mataron unas pocas horas después.

El golpe había sido duro para ambas, y al no tener quien las cuidara pidieron ayuda a aquel hombre que era jefe de su madre. No sólo porque la mujer que limpiaba su casa era una amiga, sino también porque legalmente debía compensarlas, decidió ayudarles un poco. Les daría una mesada con la cual podrían comprar comida para ambas al menos hasta que cumplieran los 18 años.

A pesar de eso, el dinero no les alcanzaba. Las deudas de los servicios públicos y demás empezaban a atacar, como también los pedidos de la escuela por comprar libros o cosas parecidas.

Buscando una solución, Kristina empezó a trabajar como cajera en un pequeño supermercado de la zona en las tardes. Mientras que Belén, casi obligada por su hermana, tomó un puesto de mesera en una cafetería también cerca. Al menos con esos trabajos de medio tiempo podrían vivir con más calma.

Algunos años fueron pasando y Kristina y Belén siguen viviendo juntas en ese apartamento. Mantienen sus mismos trabajos aunque ahora de tiempo completo y el hombre que les daba la mesada dejó de hacerlo cuando cumplieron los 18.

Hay cosas que han descubierto hace poco, como que su padre vive en un país en otro continente, o que al parecer su madre tenía una aventura con aquel hombre rico. Pero ya nada de eso importa realmente. Kristina se centra en seguir trabajando y estudiar un curso que le pueda ayudar a ganar más dinero, mientras que Belén simplemente paga lo que debe de hacer en casa y el resto se lo gasta con sus amigos en fiestas.