Rhaenyra J. Targaryen


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"We are not dead yet, and still, we rot."

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NOMBRE

Rhaenyra II Jaehaera Targaryen, Reina de los Ándalos, los Rhoynar y los Primeros Hombres, Señora de los Seis Reinos y Protectora del Reino. Nombrada en honor a Rhaenyra, hija de Viserys y de su primer matrimonio, asesinada en la Danza de los Dragones defendiendo su título como heredera legítima, y de Jaehaera Targaryen, esposa del hijo de Rhaenyra, Aegon III.

APODO

El más común, quitando los obvios que están asociados a su corona, es derechamente maldita. Muchas personas desean que los Targaryen jamás se hubiesen salvado de la Maldición y que los padres de Rhaenyra jamás se hubiesen apoderado del trono de nuevo. Así que la maldicen cada vez que pueden tras sus espaldas. Su hermano y solo su hermano tiene derecho a llamarla Nyra, pero nadie más.

EDAD

Posee 31 años, es tres años mayor que su hermano Rhaegal. Es joven y su reinado recién comienza, ya sea para la desgracia o alegría del resto.

CASA

Como ya se ha dicho, pertenece a la casa Targaryen, descendientes de Valyria, portadores del emblema de los tres dragones en honor a Aegon I, Rhaenys y Visenya, conquistadores de los Siete Reinos y sobrevivientes de la Maldición, conocidos por su endogamia y su afinidad con los dragones. Se nota también en su físico que la sangre de los Targaryen recorre sus venas; solo esperemos que la locura no.

PUESTO

Es la Jefa, la cabeza de la casa Targaryen, no solo porque es la Reina de los Seis reinos, sino también porque es la Targaryen mayor. Sus padres están muertos, y le lleva tres años a su hermano más conocido, Rhaegal, así que por jerarquía es la líder y mandamás.

FAMILIA

A diferencia de su querido hermano Rhaegal, Rhaenyra sí quiso mucho a sus padres. Tenía una adoración vehemente por su padre en particular, de quién aprendió todo lo que sabe hoy. En definitiva, considera que si no hubiese sido por él, jamás estaría donde está ahora, no en términos de sangre sí no porque la crió para ser la mujer que es; decidida, fuerte, dura, el tipo de autoridad que necesitan las enloquecidas casas de Westeros para que dejen de armar escándalos cada vez que algo no va como desean, una persona que no teme a nadar contra corriente. Le enseñó a endurecerse frente a las miradas de odio y las amenazas silenciosas que venían con ser una Targaryen, y le mostró que el mundo era mucho más que solo lo que había en su castillo. Probablemente, si hubiese podido elegir entre casarse con su hermano y su padre, habría preferido al segundo mil veces.

La muerte de sus padres significó cambios, sí, pero tampoco sufrió tanto. Veía venir la muerte hace tiempo para ambos, y el peso que depositó su padre sobre su cabeza al nombrarla su heredera significó que tampoco tuvo tiempo para hacer su luto, saltando inmediatamente al trabajo de ser una Reina y además joven. Ahora, desea casarse con el Rey en el Norte, no porque lo ame ni mucho menos si apenas lleva una relación política con él, pero porque necesita extender la mano de su reino hasta las frías tierras de las que es soberano. El único problema, pero que Rhaenyra ha contemplado muchas veces y ha decidido transar, es que sus hijos portarán el apellido Stark y la sangre Targaryen estará diluida. Pero bueno, honrar el reino de su padre le parece mucho más relevante que honrar una tradición milenaria de su familia, que en su gran mayoría está muerta exceptuando por su hermano.

HISTORIA

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"There are two kinds of guilt: the kind that drowns you until you're useless, and the one that fires your soul with purpose."

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La vida de Rhaenyra no ha sido ni la más trágica ni la más sufriente de todas. Muy por el contrario, casi toda su vida fue extraordinaria desde el punto de vista de que era la hija primogénita del Rey. Lo más difícil siempre fue ser una Targaryen, por el odio y el rechazo que inspiraba en el resto del mundo solo por ser quién era. De hecho, de pequeña pensaba que quizás tenía que ver con su cabello blanco, que nadie además de sus padres y su hermano pequeño tenían, pero pronto descubrió que no era por eso. Era por algo mucho peor.

Creció estudiando los errores y las victorias de sus antepasados, aprendiendo de sus ancestros como si siguieran vivos, absorbiendo la importancia de la familia especialmente porque nadie más en el mundo te querría con la misma honestidad e incondicionalidad que ellos. Jamás consideró a su hermano como un oponente ni como alguien a quien debía superar, sí no que simplemente la motivaba la curiosidad natural que tenía por querer saber más y más sobre lo que era ser un monarca y un Targaryen. Su carácter persistente y fuerte fue su mejor arma durante los años de desarrollo, especialmente cuando se trataba de entrenamiento físico; como en su linaje había un historial de mujeres guerreras, sus padres nunca se opusieron a que aprendiera a combatir de la misma forma en que estaba aprendiendo Rhaegal, así que apenas Rhaenyra tuvo el tamaño suficiente para blandir una espada, comenzó a entrenar. Era fundamental que supiera defenderse, porque las intrigas abundaban y las amenazas también, y si era una chica indefensa no sería difícil acabar con la primogénita del Rey.

Todo fue bastante estándar y estable en su vida hasta que cumplió once años y acompañó a sus padres a una reunión en Invernalia con el Rey del Norte. Mientras que Lucien Stark estaba sentado junto a su padre, lo mismo pasó con Rhaenyra y los Reyes de los Seis Reinos, que escuchaba y observaba atentamente todo lo que pasaba. Al ser bastante pequeña todavía, entendía muy poco de lo que se discutía en aquella cena, pero hubo algo que sí entendió; en medio de la velada, el Príncipe Lucien comenzó a convulsionar. La espuma que le brotó de la boca dejó a Rhaenyra completamente helada, y aunque rápidamente llegó una criada a alejarla de la mesa y de sus padres para proteger a la niña, alcanzó a ver como los ojos sin vida del muchacho rodaban dentro de su cráneo. La imagen le quedaría grabada en la mente durante mucho tiempo, tiempo en el cual su obsesión por el combate aumentó; si a él lo habían asesinado en su propio hogar, a vista y presencia de no solo sus padres si no que también de los Targaryen, entonces con ella fácilmente podía pasar lo mismo. A los trece aprendió de venenos y cosas por el estilo, para siempre poder detectar lo que había en su comida (al menos de que fuese algo sin olor, sabor o incoloro), y tras estudiar y aprender más y más durante años, su paranoia aumentando todavía un poco más cuando su hermana bebé desapareció y fue dada por muerta, a los veinte ya sabía mucho más que muchos eruditos sobre guerra, espionaje, veneno, y otras muchas técnicas para proteger su vida. Ni siquiera cuando supo, al estallar la guerra, que sus padres habían sido los asesinos del príncipe heredero, se calmó; muy por el contrario, apareció una nueva motivación. La culpa. La culpa que venía producto de ser hija de asesinos, de que habían matado a un muchacho joven e inocente y habían provocado que se levantaran acusaciones falsas contra su hermano.

Su padre enfermó no mucho después, y aunque Rhaenyra vio venir su muerte durante semanas en las que sus sueños estuvieron plagados de angustias porque su padre no mejoraba, jamás se esperó que la nombrara su heredera en su lecho de muerte. Es decir sí, era indudablemente una muchacha con talento, dura, resiliente, firme y privada, hermosa, educada y una académica brillante, pero no era un hombre. Pero por más que tuviese todas esas cosas, había algo que Rhaegal tenía y que ella no; la capacidad de observar. Era detallista, un analista en todas las situaciones de la vida cotidiana mientras que ella solo lo era en el aspecto bélico y matemático, y además, era su hermano. Así que sin dudarlo ni pestañear dos veces, la mujer lo nombró su mano derecha y su confidente.

Al principio, su reinado fue tranquilo, normal, sin muchas diferencias de cómo lo hacían sus padres. Estaba enfocada en mejorar la situación de las personas paso a paso, empezando con las demás casas de los Seis Reinos para llegar a acuerdos y tratados económicos más prósperos. Era joven, sí, pero Rhaenyra demostraba tener ganas de mejorar y de dar lo más de sí. Hasta que las cosas comenzaron a tornarse difíciles cuando las quejas en su contra y el odio contra su familia comenzó a manifestarse de nuevo, a medida que los mismos nobles notaron que el cambio de mando que tanto querían no vendría porque Rhaenyra estaba para quedarse. No le gustó para nada que cuestionaran su autoridad, pero lo toleró hasta que Lady Maccaria Tyrrell derechamente la humilló frente a su propia corte. El lado apasionado y dominante, la llama del dragón que quizás había sido la motivación del antiguo Rey para ceder el trono a Rhaenyra, la cegó entonces. En un arrebato de rabia, o tal vez de la locura que muchos Targaryen heredan, tomó prisioneros a la familia de Lady Maccaria. Y aunque luego de que la mujer los envenenara se quitó la culpa de las manos y aprovechó el hecho para dar vuelta la situación en su contra de nuevo, la verdad es que Rhaenyra nunca llegó a pensar en qué haría con sus rehenes. No tenía un plan malvado de tortura ni una ejecución en mente, no tenía nada más que táctica en ese momento. Quería torcerle el brazo a Maccaria, dar un ejemplo de lo que pasaba si es que te metías con ella o con los Targaryen; pero la mujer se lo hizo demasiado fácil.

Desde entonces, su reinado está cuestionado por muchos, por no decir que derechamente la odian por razones variadas. Pero hay algo que permanece del pasado; desea obtener Invernalia, pero no de la misma forma en que lo quisieron sus padres. Rhaenyra quiere hacer las cosas bien, como corresponde, especialmente con los Stark.

PERSONALIDAD

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"Don't play games with me. Don't ever, ever think you are capable of that."

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La personalidad de la Reina es compleja a lo menos y jodida a lo más. Se destaca por ser una mujer fuerte y firme, que siempre sabe lo que quiere y que no teme ir a buscarlo, de armas tomar y directa en su actuar. Habla de forma elocuente y ordenada, como si en su cabeza también tuviese un perfecto orden de las cosas, con un tono neutro pero que denota la seguridad que tiene en sí misma. Rara vez duda, porque prefiere mil veces pedir que le den un minuto para pensar antes de responder y que todos se jodan y esperen, que hablar de forma apresurada y meter las patas. Efectivamente, en su mente todo siempre está organizado, siendo así una persona de pensamiento muy lógico y bastante racional, inclinada al pensamiento abstracto y a las matemáticas, cosa que explica por qué tiene tanto manejo sobre el espacio y cosas como las técnicas de guerra, más que el hecho de que haya estudiado muchísimo a lo largo de su vida. Tiende a ser más bien realista o derechamente pesimista, con una visión bastante negra de la vida fuera de sus éxitos como monarca que persigue permanentemente.

Rhaenyra es curiosa y una académica en su corazón, una amante del conocimiento y del poder que trae el tener una mente intelectual. La ignorancia le produce un rechazo tremendo al igual que la estupidez ajena, y quizás por eso es que le molesta tanto que a veces Rhaegal se meta demasiado en sus asuntos y trate de darle consejos (que ella interpreta como órdenes) cuando ella no se lo ha pedido. El volverse Reina definitivamente le subió los humos a la cabeza, y demuestra soberbia y orgullo muchas veces en la forma que tiene de mirar al resto o de reaccionar cuando alguien osa ponerla en duda. Se cree muy superior a muchas personas, pero debe reconocer que el hecho de que muchos la subestimen y la tomen como una chiquilla loca o lo que sea, también le agrada; porque no conocen su potencial completo, que realmente da para mucho. Irradia misterio, porque rara vez revelará lo que está pensando o sintiendo, siendo una persona más de datos duros y objetividad que de opiniones, aunque de las últimas tenga muchas. En general es callada, y habla solo cuando es necesario o si es que se le hace una pregunta de forma directa; porque cuando habla, lo hace con tanta firmeza y claridad que no es necesario que siga hablando. Claro que si te metes con ella, no se molestará en detener su lengua mordaz y osada.

Sin embargo, hay un rasgo muy poderoso de su personalidad que a veces le juega en contra: es tremendamente apasionada, por más que sus expresiones usuales sean o la serenidad fría como témpano, o un sarcasmo intelectual que para varios puede llegar a ser bastante encantador. Siente todo con mucha intensidad, lo que la ha llevado más de una vez a actuar por impulso, especialmente en arrebatos de ira. Es el motor de su ambición, porque siempre quiere más y lo quiere con mucho fervor, al igual que el motor de su amor y lealtad hacia su familia y de su odio por muchos otros. La injusticia asociada con ser una Targaryen y que odien por eso, que ni una oportunidad te den sin cuestionarte y hablar a tus espaldas, le ha dejado una mancha grande y negra en su interior; una mancha que se transformó, a medida que ha pasado el tiempo, en un deseo de ser lo que los demás quieren que sea. Si quieren que sea su enemiga, entonces lo será, y no tolerará la basura de nadie, cruel y desinteresada a veces incluso con su hermano si la pilla en un mal momento. Su dignidad siempre irá primero, y si la única forma de conservar el honor de su familia y su poder en el trono es a través de la dureza, la frialdad y una ferocidad implacable que ya ha mostrado otras veces al ojo público, entonces así será. Si no fuese por Rhaegal a su lado, quizás Rhaenyra ya habría descendido por completo en la locura que muchos creen que comienza a desarrollarse en su cabeza, o ya habría desatado una guerra peor que la Guerra de los Cinco Reyes. Pero esto hay muchos que no lo saben, porque no suele mostrar ese lado de su interioridad nunca; siempre se muestra tranquila y firme, imposible de derribar y de afectar, una figura de autoridad perfecta. Sin embargo, definitivamente lleva el espíritu del dragón que su padre vio; implacable, fervorosa, valiente y energética, siempre haciendo cosas, siempre trabajando, siempre buscando a dónde ir a continuación; dos caras de la misma moneda con su hermano.

Es capaz de amar con mucha fuerza y devoción, pero dependerá del resto de Westeros si ese es el rostro de la Reina que sale a la luz, o si la cara de piedra llena de sombras y de nada más que pensamiento calculador será la que permanezca en el tiempo.

ASPECTO

Pueden odiarla todo lo que quieran, pero Rhaenyra es innegablemente una mujer que fue bendecida con la belleza de sus antepasados los Valyrian. Delgada y atlética, con un porte y una parada dignas de la Reina que es, su físico transmite tanto elegancia como esa amenaza oculta que llevan todos los Targaryen en la sangre, como un dragón que duerme bajo su piel pálida. Posee los mismos ojos de un celeste brillante que su hermano Rhaegal, y su cabello es de un rubio casi completamente blanco que le llega hasta los omoplatos pero que suele llevar recogido por comodidad.

Cuando va a reunirse con otros nobles fuera de su castillo, suele ir de negro o de rojo, con vestidos que tienen diseños de escamas de metal para llevar el emblema familiar en su figura siempre que pueda. Las capas son de su agrado también, en particular las que se adhieren a sus hombros, pero eso ya es un asunto de gusto personal.

EXTRAS

-Tiene un dragón, al igual que su hermano, pero rara vez se le ha visto con él. Principalmente porque prefiere mantenerlo lejos del ojo público para que sus enemigos no lo tengan estipulado como un obstáculo para llegar a ella, pero el dragón siempre está cerca y siempre está observando.

-Efectivamente, Rhaenyra lleva un poco de esa predisposición a la locura que es producto de la endogamia en los Targaryen; pero no está claro todavía si se desarrollará, o si se quedará donde está. En solo un indicio.

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