Ben Dufresne
Experimento 0000 fue el nombre que lo acompañó durante los primeros diez años de su vida, hasta que fue literalmente lanzado al mundo real. Allí, se transformó en Ben. Ben Dufresne, un nombre inventado totalmente por él mismo. Solo su apellido tiene un significado, porque lo tomó del protagonista de la película The Shawshank Redemption, que es su favorita de todos los tiempos. O bueno, de todos sus veintidós años en ese planeta.
La historia de 0000 es una tragedia por donde la mires. Nadie sabe, ni siquiera el gobierno, quién era su madre ni por qué decidió deshacerse de él como lo hizo. Pero era probablemente una mujer drogadicta, o una víctima de violación que no quería tener nada que ver con su bebé. Lo tuvo en la calle, la placenta y el cordón umbilical sin cortar en el pequeño cuerpo de la criatura el único testimonio de ello, y lo dejó en un contenedor de basura para que se lo comieran las ratas. Un hombre que pasaba por el callejón escuchó los llantos del bebé en el gigantesco bote de metal, y llamó a las autoridades, que no tardaron en sumar al niño al programa de investigación del Área 51. Después de todo, no se podía ser más "niño no deseado" que eso.
0000 fue el primer y último experimento de su línea. En un principio, el objetivo era que fuese capaz de manipular el espacio y el tiempo como un conjunto, es decir de modificar la velocidad de los objetos a su alrededor y la suya propia. Pero eso se deformó en otra cosa en el cuerpo del niño, que a una temprana edad comenzó a modificar ambos al mismo tiempo pero en un sentido más global, pudiendo hacer saltos temporales y arrastrando a todo el mundo con él. De no haber sido por las máquinas que manejaban en el Área 51, los poderes de 0000 habrían pasado completamente desapercibidos; exceptuando, por supuestos, los agujeros y las rupturas que estaba causando en la cuarta dimensión, cosa que al mismo tiempo parecía destruirlo a él por dentro.
Esos años en el Área 51 no fueron felices, estuvieron siempre muy lejos de serlo. Pero por lo menos dentro de los edificios del gobierno estaba a salvo, rodeado de otras personas como él. Era lo que conocía, lo único que conocía. Además, siempre tuvo una forma de ser más bien colaborativa, respondiendo bien a las órdenes por lo menos hasta que el dolor y la falla sistémica general que sufría lo detuviera. Tuvo solo un amigo en esos diez años, 0024, de quien se distanció antes de que su época en el Área 51 llegara a su fin, por las diferencias que tenían. Comenzó a ver a 0024 como una figura de poder, como un monstruo, y no quiso tener nada que ver con él.
La destrucción que dejaba a su paso cada vez que viajaba en el tiempo se transformó en un problema, y uno que el gobierno no podía solucionar. Matarlo generaría un daño en el continúo que no podían predecir ni calcular, y gastar recursos del estado en un experimento que no podía utilizar sus habilidades adquiridas ni entrenarse era algo que la corrupta división del Área 51 no aceptaría. Así que optaron por que la naturaleza hiciera lo suyo y lo botaron por ahí en el desierto, esperando que la deshidratación o los coyotes acabaran con él.
Pero nunca esperaron, él tampoco, que la adrenalina y el instinto de supervivencia pudiese tener un efecto tan grande en sus habilidades. Manipuló la velocidad, finalmente, logrando fuera del laboratorio lo que los científicos siempre quisieron que hiciera, y básicamente se teletransportó a la ciudad más cercana.
Los siguientes años de su vida serían duros y solitarios, marcado permanentemente por un terror hacia las autoridades o cualquier figura que se asemejara a ellos, escapando de la policía cada vez que alguien llamaba para avisar que había un pequeño niño abandonado y solo en la calle. Temía que volvieran a enviarlo al laboratorio, que volvieran a pincharlo y a darle órdenes y a mantenerlo conectado a máquinas durante horas y días. Le tenía miedo al mundo exterior, miedo a su propia libertad porque era tan diferente a todo aquello que había conocido toda su vida. No sabía nada del mundo exterior, a duras penas sabía leer, pero observando a las personas logró captar algunas cosas básicas que lo mantuvieron a flote por lo menos hasta que cumplió quince, y pudo conseguir un empleo en una casa de empeños. Era básico e ilegal, sin contrato, ganaba mucho menos del sueldo mínimo pero por lo menos lo dejaban dormir en el segundo piso del lugar a cambio de su trabajo. Comía en las ollas comunes e iba a la biblioteca municipal a utilizar las computadoras para ver películas o se llevaba un libro básico y lo devolvía unas semanas después para ejercitar su lectura. Fue en una de esas veces que vio The Shawshank Redemption en la biblioteca, y esa fue la película que le dio su apellido. No solo eso, sino que marcó un antes y un después para él. Lo llenó de esperanza, e igual que Andy, decidió vivir una vida sin huellas en la arena, sin marcas de la persona que había sido antes. Dejó atrás al niño asustado e ingenuo que era 0000, y se transformó en Ben Dufresne, un joven que quería vivir en libertad. Fueron años de mucho esfuerzo hasta que encontró un apartamento abandonado que con sus propias manos, y con su manipulación de la velocidad, remodeló y amobló con un solo colchón. Pero era algo.
Cuando cumplió dieciocho decidió que quería compartir ese mensaje de esperanza que él había encontrado en la computadora de una biblioteca. Vivir en un barrio marginal y peligroso lo había expuesto a la realidad de la ciudad y del mundo, y se decidió a ayudar. Comenzó a utilizar sus poderes para detener a los criminales que escapaban de la policía, a veces incluso echando el tiempo hacia atrás y evitando asesinatos, secuestros, atracos y violaciones. Lo hizo durante años, todo mirando desde arriba en su pequeña y vacía casa, y fue así que conoció a Talise.
Al principio no cayó en la cuenta de quién era, ni de que venían de exactamente el mismo lugar. Vio a una muchacha rebelde y criminal que estaba tomando malas decisiones nada más, una niña como cualquier otra, y quiso darle una oportunidad igual como había hecho con otros chicos jóvenes. Detuvo a la policía y le contó lo que pasaría si seguía por el mismo camino, por lo menos hasta lo que él podía ver del futuro, y el resto es historia.
Cuando la Dr. Annika se contactó con ellos, Ben al principio no quiso ayudar, al igual que Talise. Temía volver a ese lugar, y el costo si es que fallaban era demasiado grande. Pero eventualmente, recordó todo lo que había aprendido aquella tarde viendo esa película, y luego a través de los años ayudando con Talise. La libertad era mejor de lo que esos niños jamás podrían soñar, y Ben pretende sacarlos de allí y traspasarles su mensaje de esperanza.
Aunque claro que todo cambió en cierto sentido cuando al volver al Área 51, se encontró con 0024 y este le contó que moriría en dos años más.
Ben es una anomalía en todo sentido. Fue una anomalía en el sistema del gobierno, una anomalía en el Área 51 y ahora es una anomalía en el mundo de la psicología. Porque lo que más destaca de él y su mayor motor en la vida, es la esperanza y el optimismo, al contrario de lo que debería haberle pasado al sufrir de tantos traumas de pequeño. Al contrario de lo que es Talise, y al contrario de lo que son muchos de los niños allí dentro todavía.
Ben es un ser de luz, aunque a simple vista no se note. Es una persona que parece caminar por ahí como si tuviese todo dominado, sin ninguna preocupación en el mundo incluso cuando el mundo a su alrededor es hostil y arde en llamas, con un temple de acero. Pero en lugar de venir de la frialdad que muchos asumen que tiene por su rostro serio, es precisamente porque tiene una actitud extremadamente positiva de enfrentarse a la vida. Para Ben, por más que la vida te bote y te patee en el suelo, por más nefastos y malditos que sean los humanos, siempre habrá una parte de ti que no pueden tocar. La esperanza y el anhelo todo lo pueden, y es algo a lo que se aferra firmemente, porque sabe que de no ser por esas dos cosas, jamás habría tenido la resiliencia para vivir hasta el día de hoy. Habría encontrado un camino de acabar su sufrimiento rápido hace mucho tiempo.
Su optimismo le da la fortaleza y perseverancia que son tan características de él, capaz de tolerar barbaridades y torturas como las que sufrió durante esos diez años en el Área 51 y mucho más, sin perder la cabeza ni el norte. Siempre creyendo que algo mejor vendrá. Pero lejos lo mejor, es la libertad. La libertad es el valor central de Ben, junto con la bondad y la humanidad, y es algo que defenderá siempre con uñas y dientes y es precisamente por eso que está dispuesto a arriesgarlo todo con tal de sacar a los demás niños de allí. Es un idealista sin remedio, cosa que para muchos es una debilidad, pero así es Ben. Y ya nadie ni nada lo podrá cambiar.
Es una persona cariñosa y generosa, que piensa siempre que un solo acto de bondad puede tener repercusiones interminables en el entorno y en las demás personas. Es muy querendón, especialmente de Talise que es su única gran compañera y confidente, su mejor amiga. Y aunque quizás no sea muy de tocarse ni de abrazarse, porque nunca creció con afecto físico y es algo que no le nace con tanta facilidad, demuestra su amor a través de todos sus actos.
Sus peores defectos son, en definitiva, su leve ineptitud social producto del aislamiento que sufrió desde su nacimiento, su ingenuidad y quizás, que perdona muy facilmente. Porque cree que todos tienen algo bueno dentro, algo que vale la pena rescatar. Todos excepto los científicos del Área 51, que son los monstruos de sus pesadillas, los hijos de puta que le cagaron la vida, y unos malnacidos que merecen morir secos en la cárcel por todo lo que le han hecho durante años a los niños.
Gracias especial a Zorra__Literaria y a SayHelloToTheWitch que tan amablemente me ayudaron a encontrarle cara a este bebé <3
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