Balaur Veritas

Balaur Veritas. Su nombre viene de la criatura del folklore Rumano, el Balaur; un dragón de varias cabezas. Los amigos que alguna vez tuvo lo llamaban Bal, o simplemente Veritas; pero han pasado muchos años desde eso. En Beauxbatons lo llaman Señor Veritas, excepto Agnes por supuesto que lo llama por su nombre. Nació en 1980 en Inglaterra, contemporáneo de Potter, de la Segunda Gran Guerra mágica y, lamentablemente de los mortífagos. En la actualidad cuenta con cuarenta años que a veces se sienten como muchos más.

Balaur estudió en Hogwarts, donde formó parte de la casa Gryffindor, al contrario de lo que muchos pudiesen creer dado su... pasado oscuro. Se nota en su dureza, brutalidad y en su mal temperamento. Con los años solo se ha vuelto peor hasta el punto de la soledad, su amargura volviéndose cada vez más prominente. Si hubiese estudiado en Beauxbatons probablemente habría sido Bellefeuille, aunque todas las personas de esa escuela que lo conocen dirían que es un Ombrelune. El hermano mayor de la familia Veritas, seguido de Rowena (actual profesora de Defensa de las Artes Oscuras en Hogwarts), Zephira y finalmente, de Cronus. Su padre era un mago pura sangre y su madre murió mucho antes de que los mortífagos re emergieran junto al que No Debe ser Nombrado, ocultando su sangre muggle exitosamente. Todos sus hijos heredaron la magia excepto Zephira, y todos lograron mantener en secreto su árbol genealógico fuera de su padre. La vida de Balaur fue bastante normal hasta que nació su hermano menor y su madre contrajo una bacteria mortal en el hospital que la liquidó en menos de veinticuatro horas sin explicación aparente. La pérdida perseguiría a toda la familia Veritas durante años, especialmente cuando los mortífagos renacieron de las sombras; desesperado porque tenía una hija muggle y sus hijos eran muggle born, el padre de Balaur se unió a ellos para mantener un bajo perfil y así escapar del escrutinio de los seguidores de Voldemort, obligando así a sus dos hijos varones a unirse también. Todo lo que pasó en esos años en los que asesinó y torturó personas para proteger a sus hermanos, específicamente a Zephira, marcaría a Balaur para siempre y hasta el día de hoy es un tema que no puede hablar bien con nadie.

Nunca pudieron culparlo de nada directamente, pero sí estuvo varios años en Azkaban cumpliendo una sentencia por sus crímenes. Después tomó un empleo normal como un muggle, porque los recuerdos que traían el mundo mágico lo acosaban y el Ministerio no estaba muy inclinado a confiar en él.  Vivió varios años así en Londres, como un humano normal, hasta que su padre murió estando en Azkaban y se sintió con la libertad moral al fin de testificar la verdad frente al Ministerio; su participación con los Mortífagos no había sido producto de malas decisiones o intenciones de joven, sino que de un intento loco por proteger a los que más quería, llevado por ese camino por su padre. El Ministerio no podía eliminar los registros de su pasado criminal porque un testimonio verbal no era suficiente para hacerlo, pero sí obtuvo una segunda oportunidad en el mundo mágico.

Fue entonces que decidió dejar atrás Inglaterra, donde tantas cosas lo perseguían y donde ya no le quedaba nada por cuidar. Zephira llevaba una vida normal como muggle, Ravenna trabajaba en Hogwarts y Cronus trabajaba como asistente de reportero de Quidditch. Su familia ya no lo necesitaba, y él tampoco quería que lo hicieran. Así que cogió sus pocas pertenencias, se compró una nueva varita, y partió a Beauxbatons donde consiguió trabajo como el Maestro de Llaves y de Tierra de la escuela. Pensaron que sería apto para el puesto precisamente por su pasado; alguien que había estado en Azkaban seguramente no se espantaría ante el Dédalo ni el Laberinto mágico.

El hombre llegó a Beauxbatons con una varita nueva, puesto que al salir de Azkaban a pesar de que le devolvieron la suya, la rompió. Originalmente tenía una varita de Ébano, ideal para hechizos de combate y transfiguraciones, con un núcleo de Espina de Monstruo de Río Blanco. Recuerda que le costó mucho dominar a la varita en un principio, pero hacia el final de la Guerra Mágica ya era un experto. Fue tanto el odio que le produjo el verla, sin embargo, que la quebró y no se compró otra hasta partir a Francia. Recién allí visitó a Ollivander de nuevo, y esta vez, naturalmente, fue otra la varita que lo escogió; en definitiva, el Balaur que llegó al Callejón Diagon no era el mismo de hace veinte años atrás. Esta vez fue una varita de Endrino con un núcleo de Pelo de Unicornio; como si la varita quisiera evitar tanto como Balaur que los hechos de su pasado no se volvieran a repetir.

Balaur solo consiguió hacer exitosamente el hechizo cuando estaba aún en Hogwarts con su primera varita, de joven, cosa que extrañó profundamente a todos sus compañeros Slytherin que sabían de su participación con los Mortífagos. Se explica porque Balaur siempre fue de corazón puro, cosa que probablemente representa su mayor fortaleza y también su yugo más grande. Su pratonus toma la forma física de un león, o por lo menos esa forma tomó aquella primera y última vez. Nunca supo bien por qué, pero se supone que el león representa la valentía (tremendamente Gryffindor). No sabe si cambiará ahora que tantas cosas han cambiado, incluyendo el objeto quasi sentiente que ocupa para lanzar encantamientos; ya ni siquiera sabe si tiene algún recuerdo lo suficientemente feliz como para lanzar el hechizo.

Balaur es... es Balaur. La mejor forma de describirlo es callado y temperamental, una persona difícil de tratar y que naturalmente, no tiene muchos amigos sino que opta por la soledad. Puede parecer un hombre antipático, ermitaño, que no hace ningún esfuerzo por ser simpático o por siquiera establecer relaciones con la gente que lo rodea. Pocos saben que en realidad hay mucho más detrás de eso, muchas capas que desprender para poder entender a este hombre en su totalidad.

Hay que empezar por las bases de su carácter. Balaur siempre, de forma natural, ha tenido una inclinación por el servicio a los demás, por cuidar a las personas que quiere, dueño de una lealtad de acero y de una valentía incomparable. Hará lo que sea por defender a los suyos, por ser un guardián o un protector o lo que los demás necesiten de él. Ese espíritu de servicio fue, paradójicamente, el que lo llevó por el camino de las Artes Oscuras y del crimen. Se arrepiente profundamente de todo lo que hizo, y de todas las personas que dañó, y de hecho ha echo un esfuerzo activo por pedir disculpas o intentar enmendar lo dañado con las familias de los magos que mató o torturó, incluso sabiendo que las cosas no pueden echarse atrás. Ese amor silencioso pero poderoso que siente por el resto es también, lo que lo ha vuelto un ermitaño desde que salió de Azkaban, no solo porque perdió la costumbre de socializar, sino también porque intenta desesperadamente proteger a los demás de su pasado. Piensa que la mejor forma de cuidar que los niños no le teman, que se sientan tranquilos en la escuela y los profesores también, es si oculta las cosas que hizo. No es un mentiroso, sin embargo, y si alguien descubre algo por su cuenta jamás lo negará; solo que intenta mantenerse alejado de todos precisamente para evitar que eso ocurra.

Es muy pasional, aunque la única emoción que exprese abiertamente es la rabia o la frustración, siente todo con muchísima intensidad. De más joven era extrovertido y, bueno, normal, pero ahora es temperamental e impaciente, muchas veces irracional y rencoroso, incluso agresivo y rápido para saltar a la defensiva. Pero no porque no sienta lo demás, al contrario, es porque le cuesta mucho abrirse con otras personas. Siente algo de odio hacia sí mismo y se autocastiga aislándose de los demás, y querer a las personas abiertamente le cuesta producto del miedo al rechazo. Probablemente la única que conoce su lado más cariñoso y expresivo es Agnes, que le ha tocado ver su rabia y su alegría en partes iguales. Es, sin duda alguna, un hombre de corazón puro, pero que todavía le queda mucho por aprender, partiendo por cómo controlar su rabia.

Extras

—No tiene un animal de compañía porque no los tolera. Alguna vez tuvo una lechuza pero no sabe qué fue de allá cuando él fue enviado a Azkaban.

—Tiene un excepcional estado físico porque literalmente lo único que tenía para hacer en prisión, era ejercitarse.

—Cuando se pone nervioso o molesto, se rasca la marca de Mortífago que tiene en el antebrazo. Un par de veces lo ha hecho hasta sangrar, y producto de ello tiene varias cicatrices.

—Hay muchas experiencias de vida que se ha perdido, pero nada eso le importa porque se siente culpable de sentir pena; siente que no tiene derecho considerando que fue él quien le trajo sufrimiento activamente a tantos otros magos y brujas. Por ejemplo, nunca tuvo una novia, nunca ha tenido una novia, ni sabe lo que es enamorarse.

—Las únicas cartas que le llegan son de Ravenna en Hogwarts. Es la única hermana con la que mantiene contacto cercano.

—Odia, pero es que odia volar. Era fatal para el Quidditch y apenas pudo dejar de volar sobre una escoba, lo hizo.

SayHelloToTheWitch

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PrincessLenna

imqerial

EtherealXBeing


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