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Incluso en otro universo

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Los comestibles se encontraban dentro de las bolsas y estas colgaban, pesadas, a cada lado de su cuerpo.

Había pasado un tiempo desde que hizo las compras, y no está seguro de haber sido muy inteligente al salir cuando el clima comenzaba a volverse una cosa gris y fría, pero KyungSoo era tan obstinado y necesitaba distraerse con tanta desesperación.

El trabajo era agotador, el sueldo no era suficiente para ayudar a Baekhyun con las cuentas del apartamento y él se sentía tan avergonzado. Se sentía estresado y presionado por toda aquella situación, por no poder ser de más ayuda.

Nunca quiso pensar en ello realmente, pero en estos momentos se da cuenta de que tal vez su padre tenía un poco de razón. Ser un omega te convertía en una carga en algún momento de tu vida. Él estaba siendo la carga de BaekHyun.

No se victimizaba, no realmente, simplemente era imposible no darse cuenta de lo difícil que era la vida para un omega. KyungSoo nunca se quejó al respecto, pero hay días donde piensa en ello profundamente, en lo complicado que es ser tomado en serio en cualquier ámbito, en lo difícil que es encontrar un buen empleo a pesar de contar con estudios culminados, lo difícil que es sobresalir y encontrar éxito en el mundo.

KyungSoo luchó arduamente para colarse entre los mejores de su promoción, culminó exitosamente la universidad y se arrojó al mercado laboral tan pronto como recibió su título; no obstante, nada de eso fue suficiente para los contratistas que le miraron por encima del hombro al descubrir su casta y saberlo soltero, porque maldita fuera esa costumbre de realizar las entrevistas para el marido alfa más que para el propio omega interesado en el puesto. KyungSoo no estaba casado, ni mucho menos marcado, así que fue fácilmente descartado.

(Corea era un dolor en el culo retrasado y tan ignorante).

Y es así es como una persona altamente capacitada terminó arreglando latas de atún en los estantes de una vieja tienda veinticuatro horas.

Con el panorama tan miserable asomándose, se volvió obvio el hecho de que necesitaba salir, caminar y comprar algo. La situación lo ameritaba, sus sentimientos estaban revueltos y su cabeza era un lío.

Al menos recordar a su madre entre pasillos de verduras y frutas frescas pintó una imagen agradable en su escala de grises llena de desesperanza.

Se detuvo frente a la tienda y esperó bajo la protección del techo al notar las gotas de lluvia golpeando el pavimento. No le apetecía mojarse, así que pensó que podría esperar un poco, además, estaría bien si se tardaba un poco más en llegar. Respirar en soledad le sentaba bien, era necesario de vez en cuando.

No se molestó mucho cuando la lluvia comenzó a tomar fuerza y el sonido repiqueteó contra el techo, tampoco lo hizo cuando el viento le golpeó el rostro y le removió el pelo, trayendo consigo la humedad que le empapó el rostro y los tenis desgastados.

Se hizo a un lado cuando un beta trotó a su lado para refugiarse del aguacero y sus ojos se dedicaron a observar a las personas que circulaban por las cercanías. Tan apresurados, aparentemente enojados mientras abrían sus paraguas, otros tantos resignados a ser víctimas de la lluvia fría y los mas suertudos abordando sus autos a toda prisa para volver a una casa calentita.

Exhaló al pensar en la parada del autobús que se encontraba a un par de cuadras de la tienda y dejó las bolsas junto a sus pies, en una zona segura donde no se mojarían tanto. Pasará un tiempo antes de que dejara de llover y pudiera volver, así que era mejor ponerse un poco cómodo.

Se acuclilló en su lugar y acomodó su barbilla sobre sus rodillas; la mirada volvió a la calle y no mucho después quedó prendada de una figura alta e imponente.

Es un hombre trajeado con un porte impresionante y un cuerpo esculpido que calza perfectamente en sus telas caras. Es un alfa; lo identifica rápidamente por el bozal que mantiene atado firmemente en su cuello y la mirada oscura e impresionante que expone al mundo.

KyungSoo experimenta un sentimiento desconocido e intenso y su ritmo cardíaco se acelera, sus tripas se aprietan y su omega se mantiene atento. Probablemente sea su debilidad por los tipos de aspecto rudo que tanto le gustan, pero esta emoción, esta inquietud, le tiene sin aliento y apretando sus rodillas contra su rostro.

El alfa lleva su mano al bolsillo de su pantalón y saca su teléfono; el movimiento provocó que algo plateado y de aspecto caro resbalara del interior y cayera al suelo para empaparse y probablemente arruinarse. El hombre no lo toma en cuenta, lleva el celular a su oreja y comienza a hablar mientras el objeto permanece en su lugar en el suelo.

KyungSoo lo mira por un par de segundos y antes de darse cuenta de lo que está haciendo se incorpora y camina rápidamente hacia la pequeña cosa brillante sin importarle ser víctima del agua torrencial que ahora golpea a la ciudad.

Es una hermosa pulsera con un delicado y precioso tulipán en el centro que remarcaba la delicadeza, simpleza y elegancia de la pieza. Era encantadora, y probablemente también era extremadamente cara; aún así KyungSoo la sostiene en su mano con determinación y trota ligeramente detrás del alfa que continúa su rumbo firme y obstinado bajo la lluvia.

-¡Señor, señor! ¡Espere un momento, se le ha caído esto!

El alfa no gira, así que KyungSoo extiende el brazo y toca suavemente el hombro del hombre. Es firme, fuerte, poderoso bajo las telas mojadas y se siente muy bien contra su mano. Con esto el hombre se detiene, se gira hacia él con un ceño fruncido que no debería ser tan atractivo y aquella sensación graciosa regresa a sus tripas y su corazón.

Es un poco más sofocante esta vez al tener a este hombre delante de él, con sus ojos de hierro penetrando los suyos con firmeza. Le hace sonrojarse y sudar y sentirse cálido por todas partes.

En su interior, su omega chilla, se retuerce y él no puede dejar de verle. La sorpresa es amplia cuando nota que él tampoco ha apartado la mirada de su rostro y lo siente como algo íntimo, único.

-Su pulsera, señor -susurra de forma entrecortada y luego abre la mano para mostrarle la pequeña cosa bonita en su palma

Los ojos del alfa caen sobre su mano por un segundo, una cosa graciosamente rápida que no podría ser considerada como un mirada propiamente dicha, antes de volver a su rostro. Las gotas siguen cayendo con fuerza, le empapan las pestañas y el frío le hace tiritar con ligereza bajo las capas de ropa arruinada. A pesar de esto, KyungSoo no encuentra la fuerza suficiente para dejarlo ir o par alejarse, para volver a su refugio y huir de sus emociones.

Él, al igual que ese hombre impresionante, curioso y perfecto, se mantiene bajo la lluvia obstinadamente, con la única razón de no alejarse, de no romper el momento, la chispa, esta conexión peculiar. No todavía, al menos.

-¿Cómo te llamas? -KyungSoo se estremeció al escuchar la sedosidad de su voz, el tono calmado, aunque exigente, la gravedad exquisita-.

Nota de inmediato que es un hombre duro, un alfa con todas sus letras, pero también es capaz de distinguir cierta suavidad en sus ojos y su postura relajada. Representa el equilibrio perfecto entre ambas cualidades y, no sin cierta pizca de vergüenza, se siente encantado.

-Te lo diré si me dices tu nombre primero -es lo que responde y las iris oscuras brillan ante la obvia altivez-.

No está seguro de si es algo bueno o no, pero KyungSoo nunca fue partidario de la idea de cumplir todos los caprichos de un alfa, y él tenía que saberlo. No era un hombre sumiso, así que si quería algo de él tenía que poner de su parte.

El hombre dio un paso más cerca y su aroma a cedro llenó su espacio. KyungSoo suspiró y deseó por un momento que el bozal desapareciera de su rostro para poder pasar sus manos sobre sus mejillas, sobre el filo impresionante de su mandíbula, y restregarse contra él.

Maldita sea, estoy completamente perdido. ¿Él...?

-Curioso -susurró, y aunque el teléfono en su mano comenzó a sonar de nuevo, él se mantuvo obstinadamente atento a KyungSoo-. Supongo que valdrá la pena. Soy Kim JongIn, ¿cómo te llamas?

Sus tripas se apretaron con una fuerza abrumadora y maldijo al sentir las mejillas calientes. Se lamió los labios y murmuró con toda la entereza que fue capaz de reunir en una situación así.

-Do KyungSoo.

-Bueno, KyungSoo, aunque aprecio de sobremanera la imagen de tus pezones erectos por el frío, es inconveniente que todos los vean también. ¿Puedo llevarte a alguna parte? En el camino podemos decidir qué haremos respecto a nuestro vínculo.

KyungSoo se cubrió el pecho de inmediato y le frunció el ceño mientras un tinte de humor e interés relucía sobre la mirada segura y descarada del tipo. Apretó los labios, y su ritmo cardíaco se disparó nuevamente; a pesar de eso, de la agitación y el latigazo de calor, él asintió.

-No pienso aparearme hoy, quiero que lo sepas. Tendrás que esforzarte por ello.

-Suponía que serías del tipo difícil. No te preocupes, me gustan los retos y la recompensa que obtengo cuando los supero es especialmente satisfactoria.

-No estás poniendo de tu parte para gustarme. Eso sonó bastante idiota.

JongIn sonrió abiertamente, sin parecer afectado en lo más mínimo, y colocó un de sus manos sobre su nuca. El contacto trajo consigo un escalofrío que recorrió todo su cuerpo y agitó a su omega notoriamente interesado. JongIn lo condujo de esta manera hacia un flamante Mercedes negro y KyungSoo abrió lo labios con incredulidad.

¿Pescó un tiburón?

-Tenemos tiempo -abrió la puerta para él y KyungSoo alzó la mirada para verle una vez más. Un extraño brillo dorado relampagueó en sus iris, un saludo y reconocimiento de su alfa, y su pulgar dejó una caricia vaga sobre la piel mojada y erizada-. Creo que esto será bastante interesante.

Secretamente KyungSoo estuvo de acuerdo.

Subió al auto y le observó mientras lo rodeaba con una postura clásica y elegante, facciones duras e impenetrables que se afirmaban con su bozal y una seguridad y determinación casi palpables.

Es todo un alfa.

El pensamiento le lleva una sonrisa a los labios y el instinto florece en su estómago.

El futuro es prometedor.

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Bonus


Baekkie 🐶

¿Se puede saber dónde diablos estás, Soo? ¡Hay que comer, tengo hambre!

Ah...

Bueno, puede que haya olvidado las compras y ahora mismo me encuentre tomando un café en el penthouse de mi ridículamente rico alfa destinado, a quien conocí por accidente en la calle...
P

uede...

Baekkie 🐶

¡¿QUEEEEEE?!
OMG, DO KYUNGSOO
USA PROTECCIÓN. COLLAR ANTIMORDIDAS Y ANTICONCEPTIVOS. OMGOMG
BASTARDO CON SUERTE.
¿QUIÉN ES?

Kim JongIn.

(No nos vamos a aparear hoy)

Baekkie 🐶

KIM JONGIN!!?????!!!???
QUEEEEEE?
MIERDA MIERDA MIERDA. JODIDO BASTARDO.
UN ALFA DE PRIMERA CASTA ALDKXIAOANIA. LOOOOOOL
Prepara tu culo, cariño, porque ese tipo va a joderte muy bien. Comenzaré a organizar el baby shower desde hoy porque definitivamente va a embarazarte.
Compraré comida china, sé que no vendrás esta noche c:
Buena suerte, chico enamorado. Todas mis reverencias son para ti.

🖕🏻🖕🏻🖕🏻

Nos vemos más tarde. Bye!

Baekkie 🐶

Besos en el trasero, cariño~
(Si no te lo ha besado ya Kim, jajajaja).

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